No quiero terminar esta serie de entradas referentes a las especies de patos qué a lo largo de esta temporada postnupcial he podido observar y fotografiar en la charca de Verdicio (Gozón. Asturias), sin incluir a dos nuevas especies de patos.
El primero de ellos corresponde al Ánade rabudo (Anas acuta), una especie de anátida a la que siempre me ha gustado calificar como el más elegante y estiloso de los patos europeos.
Al igual que me ocurrió con la especie que publiqué en la anterior entrada al blog, el Silbón europeo (Mareca penelope), a finales del pasado mes de octubre y primeros de noviembre pude disfrutar en la anteriormente mencionada charca o laguna de Verdicio de la presencia de tres hembras de Ánade rabudo.
Aunque lamentablemente en ésta ocasión no pude ver a ese trio de hembras acompañadas de algún ejemplar macho, que desde mi particularmente punto de vista atesora más belleza y elegancia que las hembras, no es de despreciar la figura de las hembras desplazándose elegantemente por el agua cristalina de esa preciosa charca con su llamativa cola empinada que le da sentido a su denominación común.
Como muchos de vosotros ya sabéis, el nombre científico de este pato, “Anas acuta” procede de dos palabras latinas:”anas”, que significa pato, y “acuta”, que significa afilado. Esta referencia a la cola puntiaguda, especialmente a la del macho, también queda reflejado en su nombre común en español y en otras denominaciones populares como las de: Rabullargu, Pato rabudo, Pato rabilargo, Pato de cola puntiaguda y Pato cola de gallo, entre otras.
Dentro del grupo de los patos nadadores o de superficie el Ánade rabudo es un pato bastante grande que posee una esbelta silueta. Miden entre los 51-66 cm de longitud, con una envergadura que oscila entre los 79-87 cm. El peso puede alcanzar los 1,350 Kg. Los machos son algo más grandes y pesados que las hembras.
Sus dos características más llamativas son su cuello largo y estrecho, así como la cola apuntada, sobre todo en el macho, que contribuyen notablemente a proporcionarle ese aspecto esbelto. La cola en la edad adulta puede llegar a medir un cuarto de la longitud total del pato.
Como ocurre en la mayoría de los componentes de este grupo de las anátidas, existe una acusada diferencia entre machos y hembras durante la época nupcial (dimorfismo sexual), en la que ellos lucen un vistoso y colorido plumaje que intensifican más aún durante el período reproductivo. Sin embargo, en la época estival lucen el denominado plumaje en eclipse, mucho menos vistoso y que se asemeja notablemente al de las hembras.
Fotografía de archivo |
Me ha parecido oportuno recurrir a algunas de mis fotografías de archivo del macho de esta especie, para poder comparar ambos sexos y como podréis apreciar en ellas, los machos tienen la cabeza pequeña, redondeada y al igual que la parte superior del cuello, es de color marrón chocolate. En ambos lados del cuello presentan una fina línea blanca inclinada de atrás hacia adelante que se va estrechando a medida que sube hacia la nuca, mientras que por abajo se continúa con el blanco de la parte anterior del cuello y el pecho.
Fotografía de archivo |
Fotografía de archivo |
Las partes superiores de su cuerpo y los costados son de color gris y están muy vermiculados. Las plumas de la espalda tienen el centro negro. El espejuelo es verde negruzco, orlado de blanco por detrás y de rojizo pálido por delante. Las alas tienen unas plumas coberteras largas de color negro ribeteado en gris. Por la parte inferior son de color blanco, excepto la zona caudal inferior que es de color blanco cremoso en su parte anterior y negra en la posterior. La cola es de color negro, muy larga y puntiaguda debido a la longitud que alcanzan las dos plumas o rectrices centrales.
Fotografía de archivo |
Fotografía de archivo |
Los ojos son pequeños y de color pardo oscuro, por lo que apenas se descubren sobre el oscuro fondo de la cabeza.
Fotografía de archivo |
El pico es bastante alargado, delgado (aplastado) y de color negro con los laterales azules.
Fotografía de archivo |
Fotografía de archivo |
Las patas son de color gris azulado y tienen los dedos palmeados.
Fotografía de archivo |
Las hembras tienen la cabeza casi uniformemente parduzca.
Estas tienen un plumaje con tonos parduzcos y moteados de pardo oscuro y crema muy similar al de las hembras de otras anátidas y a las de los machos en fase de eclipse, pero estos tienen las plumas escapulares grises y mucho más largas.
En las alas tienen un espejuelo marrón oscuro muy finamente bordeado de blanco por delante y de ese mismo color pero mucho más grueso, por detrás.
La cola es larga y puntiaguda por la mayor longitud que adquieren sus rectrices. Este tamaño de su cola, aunque es menor que la de los machos, sirve para diferenciar fácilmente a estas hembras de las de otras anátidas, junto con su cuello más largo y estrecho que les da un aspecto más esbelto.
Los jóvenes se parecen también a las hembras aunque poseen los laterales de la cabeza y los flancos más claros y el dorso más oscuro. El cuerpo está menos netamente festoneado que el de las hembras (más difuso).
Los ánades rabudos caminan con bastante soltura y agilidad sobre tierra y con frecuencia se les puede ver comiendo en campos y marismas.
Tienen un carácter muy tímido y son muy desconfiados, por lo que ante la mínima alarma inician el vuelo con gran facilidad elevándose casi verticalmente. Por este motivo, se les ve poco cerca de las riberas de los lagos y los cañaverales, ya que prefieren las extensiones de agua al descubierto, en donde puedan ver de lejos y detectar rápidamente la aproximación de un potencial peligro.
Vuelan muy rápido, extendiendo sus largas alas ligeramente hacia atrás, al contrario que otros patos que las colocan perpendiculares al cuerpo. En vuelo los machos muestran un espéculo negro con bordes blancos en la parte trasera y rojizo pálido en la delantera, mientras que el espéculo de las hembras es de color pardo oscuro con el borde blanco estrecho en la parte frontal, pero más ancho en parte posterior. Este espéculo llega a ser visible a una distancia de más de 1.5 Km.
Los ánades rabudos son patos bastante silenciosos. El macho emite un corto silbido aflautado y claro con repeticiones lentas a modo de un "criu", mientras que la hembra emite una especie de graznido durante el cortejo, tipo “cuac”.
Son aves migradoras que crían en el norte de Eurasia y Norteamérica y que pasan el invierno en el sur de Europa, África del Norte, Centroamérica y buena parte del Asia tropical y subtropical.
En España, durante el periodo invernal, nos visita un contingente no muy elevado que se distribuyen sobre todo por las marismas del Guadalquivir, el delta del Ebro, algunas zonas húmedas de la costa levantina, la ría del Eo, así como determinados humedales del entorno de Doñana y del interior peninsular como son, Villafáfila (Zamora), la laguna de La Nava (Palencia), el pantano de Rosarito y la laguna El Oso (Ávila). Tan solo algunos individuos permanecen durante todo el año como residentes habituales en algunos humedales peninsulares, siendo las Marismas del Guadalquivir, Madrid y Alicante, los únicos enclaves donde se reproduce solo de manera esporádica.
Fotografía de archivo |
Fotografía de archivo |
El hábitat preferido de estas anátidas durante el periodo invernal son las aguas costeras como marismas, albuferas, humedales y lagunas cercanos al litoral, más que de zonas húmedas interiores. En la época de cría van buscando zonas encharcadas poco profundas con pastizales cercanos donde asentar sus nidos. Acostumbran a ir en parejas o en pequeños grupos y frecuentemente, mezclados con otras especies, formando bandos numerosos.
Su alimentación es fundamentalmente herbívora a base algas y semillas, así como de tubérculos y rizomas de plantas, tanto acuáticas como terrestres. También comen insectos, larvas y moluscos.
Acostumbran a alimentarse en el crepúsculo y durante la noche, permaneciendo durante el día reposando tranquilamente en lagunas y masas de agua extensas.
Al igual que hacen los demás patos de superficie, para obtener su alimento de los fondos fangosos de lagunas y aguas someras, extienden su largo cuello bajo el agua y levantan la parte trasera, ayudándose con las patas.
El periodo reproductivo abarca entre los meses de abril a junio. Excepcionalmente, pueden efectuar una segunda puesta en caso de perder la primera.
Construyen su nido en una depresión del suelo que recubren con materia vegetal y plumón y lo ubican entre la vegetación baja, pero sin tomar ninguna precaución particular para esconderlo. La puesta se compone normalmente de 7-9 huevos. La incubación dura 24 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido aunque la madre sigue al cuidado de ellas durante al menos 1-1,5 meses.
A modo de curiosidad, decir que si un intruso sorprende a una pata acompañada de sus patitos, ésta efectúa una maniobra de despiste, chapoteando y convulsionándose violentamente como si estuviera herida, con el fin de desviar la atención del enemigo y alejarlo de los pequeños.
Las principales amenazas que inciden en esta especie son las alteraciones, destrucción y transformación de los humedales, tanto en los lugares de cría como en los de invernada, la depredación de sus nidos, así como los parásitos y las enfermedades aviares. Se incluye como reproductor en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Vulnerable” y no aparece en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Pero sin ningún lugar a dudas, si hay alguna especie de pato predominante en esa charca a lo largo de todo el año, es el Ánade azulón (Anas platyrhynchos), también conocido como Ánade real o Pato de collar, del que podemos observar hasta varias decenas de ellos juntos en esa pequeña charca.
No he querido dejar de acompañar algunas cuantas fotografías de esta muy habitual especie de pato en lagunas, embalses y ríos de nuestro país, al que siempre he considerado que no valoramos lo suficiente la belleza que atesora, en especial los ejemplares machos con su plumaje nupcial.
Como ya sabréis el Ánade azulón es la anátida más común en nuestro país, donde cuenta con una numerosa población de individuos reproductores, a los que se unen importantes efectivos procedentes de otros países europeos durante la invernada. Se trata de un pato capaz de instalarse en una gran variedad de humedales, desde embalses o marismas hasta estanques en parques o jardines.
Con un tamaño de unos 60 cm de longitud, su envergadura puede llegar a los 95 cm y pueden alcanzar los 1,6 Kg de peso. Existe un gran dimorfismo sexual en esta especie, además los machos son ligeramente más grandes que las hembras.
Los machos por la parte superior son de color pardo, salvo la parte final del dorso y el obispillo que son de color negro-verdoso, color que se extiende por el centro de la cola formando una especie de rombo en la zona donde ambos se unen.
Los flancos son blanquecinos y están finamente vermiculados. El vientre es de color grisáceo blanquecino. La zona caudal inferior es de color negro-verdoso.
La cabeza y el cuello son de color verde botella brillante con irisaciones metálicas, cortado este último por un fino collar o anillo blanco que lo separa del pecho de color castaño rojizo o marrón oscuro.
Las alas por la parte superior son de color pardo con un ancho espejuelo en las plumas secundarias que es muy visible cuando vuelan; este espejuelo es de color azul violaceo metalizado y está bordeado en su parte anterior y posterior por una franja negra y otra blanca. Por la parte inferior son de color blanquecino.
La cola es corta, tiene forma de abanico y es de color blanco salvo en su parte central donde está cubierta de plumas de color negro-verdoso, además sobre ella hay dos llamativas plumas rizadas que también son de color negro-verdoso. Por la parte inferior también es blanca con las infracoberteras caudales de color negro-verdoso.
El pico es ancho, medianamente largo, tiene el extremo redondeado y durante el período nupcial es de color amarillo intenso y brillante con algunos tonos verdosos con la uña del extremo de color negro.
La etimología de su denominación científica “platyrhynchos”: {gr, platys, -eia, -y}, plano, liso + {gr, rhyngchos, -eos}, hocico, quiere poner de manifiesto esa característica morfológica de su pico.
Los ojos son pequeños, están rodeados por un fino anillo periocular de color negruzco y son de color marrón oscuro.
Las patas son cortas y los pies grandes con los dedos palmeados. Ambos son de color naranja intenso.
En plumaje de eclipse (junio-septiembre) los machos son muy parecidos a las hembras, pero tienen la cabeza y el cuello pardo oscuro, más que ellas y su tono es uniforme. También el pecho es más oscuro y en conjunto y vistos de cerca no hay posibilidad de confusión.
Las hembras en plumaje nupcial tienen el tono general pardo, moteado y rayado formando como escamas y no exento de belleza a pesar de sus tonos más apagados que el resto de las hembras de los patos de superficie.
El espejuelo de color azul violáceo, ribeteado de blanco y negro, resulta junto con el gran tamaño un detalle inconfundible para la identificación.
Los jóvenes son casi iguales que las hembras pero su plumaje tiene una tonalidad ligeramente rojiza, las patas de color muy apagado y las membranas interdigitales más oscuras. Y hasta aquí, éstas extensas entradas referentes a “algunas especies de patos en la charca de Verdicio” en las que no quería dejar de incluir a la anátida más común y abundante de España, el Ánade azulón, y no por ello una de las que, desde mi punto de vista, más belleza atesora cómo es el caso del ejemplar macho de esa especie.
Y hasta aquí, éstas extensas entradas referentes a “algunas especies de patos en la charca de Verdicio” en las que no quería dejar de incluir a la anátida más común y abundante de España, el Ánade azulón, y no por ello una de las que, desde mi punto de vista, más belleza atesora cómo es el caso del ejemplar macho de esa especie.
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