sábado, 17 de mayo de 2025

Uno de los pájaros de nuestro entorno más difícil de observar, pero fácil de escuchar. Cetia ruiseñor (Cettia cetti). Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos).

La inmensa mayoría de los aficionados al pajareo de nuestro país conoce más que de sobra al protagonista de esta nueva entrada a mi blog, se trata del conocido popularmente cómo Ruiseñor bastardo o como Cetia ruiseñor (Cettia cetti) que es su denominación científica.





Su característico y potente canto es fácilmente distinguible en las zonas ribereñas de nuestro país. https://xeno-canto.org/996735





Otra cuestión mucho más complicada es conseguir observarle y aún más poderle fotografiar de forma más o menos aceptable.





En más de una ocasión anterior, alertado por su potente canto, he conseguido tomarle alguna que otra fotografía fugazmente, pero enseguida desaparecía entre la vegetación.





Afortunadamente, en ésta ocasión he conseguido realizarle un extenso reportaje fotográfico con la gran colaboración de éste simpático pajarillo que se dignó a ofrecerme sus mejores poses para que yo le pudiera inmortalizar con mis fotografías.





A lo largo de la primavera tenemos la oportunidad de disfrutarlo, exhibiéndose con descaro para defender su territorio e incluso realizando una sencilla danza, con un aleteo nervioso de sus alas mientras canta, todo ello dedicado a su pareja.





Curiosamente, los ruiseñores bastardos (Cetia Ruiseñor) no están emparentados con los ruiseñores comunes (Luscinia megarhynchos) sino con los carriceros, mosquiteros, etc. y a pesar de las dificultades que supone el poderles observar antes de desaparecer en lo profundo de un arbusto, se trata de unos pájaros muy abundantes en nuestro entorno campestre.

Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) 28/04/2025
Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) 28/04/2025
Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) 28/04/2025
Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) 28/04/2025
Como podréis comprobar en las fotografías, se trata de un pájaro con un plumaje bastante discreto y de rasgos poco llamativos qué guarda un cierto parecido con el Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) al que a lo largo de estos últimos días también he podido fotografiar y disfrutar del canto más bello de nuestro entorno. De hecho, el canto del ruiseñor está tan bien valorado a nivel popular, que no es nada extraño que a las personas que cantan bien se les diga que cantan como un ruiseñor. También guarda un gran parecido con algunas especies de la misma familia pero de otros géneros, como por ejemplo con el Carricero común (Acrocephalus scirpaceus), o con la Buscarda unicolor (Locustella luscinioides).

Carricero común (Acrocephalus scirpaceus)
Buscarda unicolor (Locustella luscinioides)
Como ya comenté anteriormente, ambas especies acostumbran a permanecer ocultos en la espesura de los matorrales o las ramas más frondosas de los árboles y tan solo acostumbran a dejarse ver fugazmente cuando cambian de posadero o cuando se mueven sigilosamente entre la densa vegetación. Los pajareros solemos decir que ambos ruiseñores son unos pájaros mucho más fácil de escuchar que de ver. Su habilidad para permanecer ocultos entre la vegetación es impresionante y pone a prueba al más paciente de los observadores.





En esas escasas ocasiones en los que les podemos ver al descubierto, es relativamente habitual observarlos adoptando una postura muy característica consistente en colocar las alas como colgando y con la cola levantada hacia arriba.





A ello contribuye notablemente la simplicidad del colorido de su plumaje que resulta sumamente críptico, por lo que como ocurre en alguna que otra especie, su detección se realiza fundamentalmente por su peculiar canto.





Presenta el dorso de color pardo-rojizo oscuro con motas claras en las infracoberteras caudales. La garganta y el centro del vientre son de color blancuzco, y el pecho y los flancos pardos, entre gris y castaño.





Muestra listas superciliares en forma de pequeñas rayas blanquecinas sobre los ojos, así como una zona auricular grisácea.





Su pico es muy fino siendo la mandíbula superior grisácea y la inferior de castaño pardo, interior de la boca amarillento.





Son características sus alas y su larga cola ambas redondeadas. Una cola que acostumbran a levantar y desplegar frecuentemente cuando se desplazan entre la vegetación. Sus patas son de color rosáceo pardusco.





El Cetia ruiseñor es una especie de ave paseriforme de la familia "Cettiidae" propia del sur de Europa y el noroeste de África y Oriente Próximo llegando hasta Asia occidental (Afganistán y Turquestán). Se reconocen dos subespecies. En nuestro territorio está presente la subespecie "cetti".



En España se distribuye de forma amplia y continúa por toda la Península Ibérica y Baleares, aunque escasea por encima de los 1.200 m de altitud y en extensos sectores de Galicia, Meseta sur y sureste peninsular. Falta en Canarias, pero sí está presente en está presente en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.



Se trata de una especie eminentemente sedentaria, aunque realiza movimientos dispersivos de corta distancia que, en otoño, la pueden llevar hacia zonas más cálidas de la Península. En nuestro país se distribuye de forma amplia y continúa por toda la Península Ibérica y Baleares, aunque escasea por encima de los 1.200 m de altitud y en extensos sectores de Galicia, Meseta sur y sureste peninsular. Falta en Canarias, pero sí está presente en está presente en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.



Su hábitat característico son las zonas ribereñas, donde ocupa sotos y humedales con mucha cobertura vegetal y enmarañada vegetación, siempre en la cercanía del agua.





Su alimentación es fundamentalmente insectívora a base de una amplia variedad de invertebrados, preferentemente insectos (muchos de ellos acuáticos), larvas, arañas, gusanos, moluscos y semillas.





Suelen tener cuatro o cinco crías, anidando dos veces al año en primavera, construyendo nidos bajos entre la maleza, cerca del agua.





Hasta aquí ésta nueva entrada que espero y deseo os haya gustado. Muchas gracias.