Continuando con los reportajes fotográficos que a lo largo de la pasada primavera he podido realizar a unas cuantas especies de aves limícolas que se encontraban en plena migración prenupcial, la primera protagonista de la que quiero compartir unas cuantas fotografías es el Archibebe común. (Tringa totanus).
Un ave limícola que no por el hecho de ser el más abundante de los cuatro archibebes que habitualmente podemos ver en nuestros litorales (A. común, A. oscuro, A. claro y A. fino), deja de ser, desde mi punto de vista, un ave zancuda con una belleza y elegancia muy particular.
Aparte de ser el archibebe más común o abundante en España, el Archibebe común tiene el privilegio de ser el único que se reproduce en ella, aunque eso sí, en escaso número. Existen pequeños núcleos de reproducción en Andalucía occidental, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, el sureste ibérico, las islas Baleares y, ocasionalmente, Aragón, Galicia y Extremadura.
En nuestro país son residentes habituales y durante los pasos migratorios (marzo-mayo y julio-octubre) su número se amplía debido a la llegada de algunos ejemplares europeos sobre todo en la costa atlántica andaluza (bahía de Cádiz) y el Mediterráneo (delta del Ebro). A nuestro territorio acuden además, individuos invernantes de toda Europa occidental.
Su dieta se compone habitualmente de pequeños invertebrados que recogen, bien de la superficie del agua o calando el pico en el fango y entre sus presas favoritas figuran los gusanos de arena y fango, lombrices, moluscos, insectos, crustáceos (pequeños cangrejillos) y ocasionalmente de alguna materia vegetal.
Estos limícolas aparentemente detectan su presa por la vista, pero a veces meten el pico entreabierto en el limo, por lo que parece que también el tacto tiene su influencia a la hora de comer.
Encontré dos ejemplares en una charca del concejo de Gozón (Asturias) que accedieron allí volando y emitiendo sus llamativos y característicos sonidos de alarma.
Una vez establecidos allí sus relaciones no parecían ser muy satisfactorias ya que cuando se juntaban mientras se alimentaban de los pequeños invertebrados que habitan en la charca, se enzarzaban en continuas reyertas.
En otra ocasión pude localizar a otro pequeño grupo de cinco ejemplares mientras se alimentaban en la zona intermareal de la zona de pedrero de la playa de Bañugues (Gozón. Asturias).
El Archibebe común pertenece al grupo de las “Charadriiformes”, familia “Scolopacidae” y género “Tringa”. Se trata de un ave limícola de tamaño mediano, con un parecido importante con el Archibebe oscuro “Tringa erythropus” pero con un aspecto menos estilizado que le proporciona sus patas y pico más cortos que aquel.
Tienen un tamaño de entre 24-27 cm de longitud y una envergadura de entre 47-53 cm. Su peso puede llegar a los 170 gr. No hay dimorfismo sexual en esta especie. Se reconocen varias subespecies, pero en la Península y Baleares cría la subespecie “A. totanus”.
El conspicuo colorido (naranja intenso) de sus patas y base de su pico, junto con el abundante moteado y estriado de sus partes ventrales, pecho y flancos, le proporcionan a ésta especie una belleza muy particular.
El Archibebe común tiene una distribución paleártica, criando en Eurasia desde Islandia, Islas Británicas, Escandinavia y Europa central y hacia el Este por Rusia y Siberia. También cría en algunos puntos de la Francia atlántica y mediterránea y en Italia.
El hábitat preferido del Archibebe común son las aguas costeras, saladares, humedales interiores, lagunas y marismas.
Su periodo reproductivo abarca los meses de abril a finales de junio. Su nido lo excavan en alguna pequeña depresión en el suelo, entre la vegetación de poca altura y lo recubren con hierba seca. Lo acostumbran a situar en terrenos húmedos próximos a ríos, lagunas y marismas.
La puesta se compone normalmente 3-5 huevos y la incubación viene a durar unos 25 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido.
Las principales amenazas para esta especie la constituyen la pérdida y transformación de sus hábitats como consecuencia de la intensificación agrícola, la roturación de pastizales peri-marismeños (delta del Ebro y las marismas del Guadalquivir) y el abandono de salinas tradicionales.
También hay que tener en cuenta la posible depredación por parte de gatos, perros, ratas y gaviotas, así como las molestias sufridas durante la reproducción. La especie está incluida en el Libro Rojo de las aves de España como “Vulnerable”, y está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
Con otra ave limícola con la que pude disfrutar unos buenos momentos fotografiándola a placer, fue con un solitario Correlimos común (Calidris alpina) que se encontraba alimentándose en la desembocadura del río Tol en la paya de Serantes (Tapia de Casariego. Asturias).
Cómo muchos de vosotros ya conoceréis, se trata de la especie de ave limícola pequeña que con más frecuencia y cantidad podemos encontrar en las zonas costeras de nuestro país durante los pasos migratorios y la invernada.
Es precisamente por su gran abundancia, por lo que desde mi particular punto de vista, no le prestamos la suficiente atención cuando nos los encontramos por los arenales de nuestras zonas costeras, desviando nuestras observaciones y fotografías a otras especies de limícolas con las que habitualmente se relacionan y que se “cotizan” más en el catálogo de aves que, poco a poco, vamos almacenando los aficionados a la observación y fotografía de aves.
Lo que me llamó la atención de ésta observación fue su comportamiento sumamente tranquilo y confiado y que se encontrase en solitario ya que los correlimos comunes son aves con un comportamiento muy gregario, migran, se desplazan, se alimentan, o crían, siempre en grupo. Además suelen estar junto a otros limícolas como son los chorlitejos grandes, correlimos tridáctilos y vuelvepiedras, entre otros.
Es habitual verlos en grupos caminando rápidamente por los arenales por lo que también se les conoce como "correplayas", por la costumbre que tienen de recorrerlas rápidamente en busca de alimento con la cabeza encogida entre los hombros y el pico inclinado hacia el suelo. De pronto se echan a volar en un conjunto perfecto, volando a ras del agua mientras zigzaguean en cerrada formación y vuelven a posarse, tras describir algunas evoluciones.
Esta especie se distribuye ampliamente como reproductora por Europa, América del norte y América central. Crían en Alaska, Canadá, Groenlandia, Islandia, islas Británicas, algunos puntos de Centroeuropa, Escandinavia y Rusia. Durante la invernada desciende hacia el sur hasta zonas templadas y subtropicales, pero sin superar el ecuador.
La especie se comporta como migradora en toda su área de distribución. El paso primaveral se produce entre abril y mayo y es menos ostensible en aguas del Mediterráneo. Por su parte, el paso otoñal por nuestras costas (Península y baleares) se produce entre agosto y octubre.
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El hábitat preferido por esta especie a lo largo de los pasos migratorios y en la invernada son las playas de las costas (zonas intermareales), estuarios, deltas de los ríos, marismas, rías, bahías, lagunas costeras y en las aguas interiores.
Su alimentación es fundamentalmente a base de pequeños crustáceos, gusanos, insectos acuáticos y sus larvas y otros pequeños invertebrados que atrapa a la carrera sobre la superficie o a poca profundidad dentro del lodo.
Tan solo de pasada quiero compartir alguna que otra fotografía de otra de las más frecuentes aves limícolas que podemos ver en las zonas costeras del Cantábrico o del Atlántico. Me estoy refiriendo al Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula).
El Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula) es el más habitual de los tres principales chorlitejos que habitualmente podemos ver en nuestro entorno (Ch. grande, chico y patinegro) y como podréis comprobar es fácilmente distinguible por su aspecto rechoncho y un colorido plumaje muy característico.
A este respecto, resulta curioso saber que de las tres especies de chorlitejos habituales en nuestro territorio (grande, chico y patinegro), el Chorlitejo grande, a pesar de ser con mucho el más abundante, es el único que no se reproduce aquí (se han dado algunas citas de reproducción pero la mayoría no se han homologado).
Su alimentación acostumbra ser a base de insectos (coleópteros, dípteros, etc.), gusanos de arena ("xorra"), moluscos y pequeños crustáceos que encuentran en las playas, aunque también durante la época de cría pueden complementar esa dieta, con pequeños invertebrados terrestres y costeros.
El Chorlitejo Grande (Charadrius hiaticula) guarda un cierto parecido con otros chorlitejos y en especial con el Chorlitejo chico (Charadrius dubius) al cual también tuve la oportunidad de fotografiar la pasada primavera en una pequeña charca de la provincia de León.
El Chorlitejo chico (Charadrius dubius) se diferencia del Chorlitejo Grande (Charadrius hiaticula) fundamentalmente por tener un tamaño y envergadura menor, por presentar un característico ancho anillo periocular de color amarillo, mientras que el del Chorlitejo grande es muy fino y de color negruzco.
También se diferencian en que el Chorlitejo chico presenta una franja alar de color blanco de las que carece el Ch. grande.
Además, el Chorlitejo chico tiene el pico oscuro, el dibujo de la cabeza negro con una banda pectoral estrecha y las patas algo más largas y de un rosa mate. El antifaz negro es algo más pequeño que el del Ch. grande. El juvenil de Chorlitejo chico carece de ceja blanca.
También en una charca de la cercana provincia de León pude disfrutar de la presencia de un pequeño grupo de otra bella ave limícola. Me estoy refiriendo al Combatiente (Calidris pugnax).
Inevitablemente, siempre que me encuentro con ésta especie, me viene a la memoria la extrañeza que siempre me produjo la referencia un tanto belicosa, tanto de su denominación común, Combatiente, como de la científica de esta especie y que me parece interesante recordar ahora.
El origen de su denominación científica, “Calidris pugnax”, que hasta hace poco se denominaba “Philomachus pugnax”, provienen de los términos “Philomachus” = “philomakos” (griego): belicoso, y “Pugnax” = “pugnax” (latín): combativo, y quieren poner de manifiesto el hecho de que los machos de esta especie realizan un complicado cortejo nupcial consistente en revoloteos, saltos, echarse, ponerse en cuclillas, erizar las plumas de la gorguera y finalmente arremeter contra los rivales a modo de lucha o combate.
Es decir, que en su denominación se ha querido remarcar el hecho de que los machos de esta especie se enzarzan en unos violentos, repetitivos y llamativos "combates" o danzas, en los que exhiben un vistoso atuendo nupcial adornándose con llamativas golas y penachos de plumas eréctiles en la cabeza, con la gorguera ahuecada y realizando danzas y movimientos característicos de las alas, así como adoptando posturas estereotipadas.
En España pueden verse especialmente durante los pasos de otoño y primavera y tanto en la costa como en el interior. Se observan pocos ejemplares en la cornisa cantábrica y en Galicia. En Asturias el paso otoñal es muy escaso y siempre juveniles.
La especie se reproduce desde el este de Inglaterra, Países Bajos, hasta el norte de Escandinavia (Europa occidental) y a través de toda Eurasia. Algunos combatientes se reproducen también en pequeña cantidad en Bélgica y puntos del noroeste francés.
En cuanto a su hábitat, fuera de la temporada de cría, prefiere los márgenes fangosos de lagos, charcas, estanques, ríos, marismas y áreas inundadas; incluidas las aguas salobres y salinas. Durante la migración es más común a lo largo de la costa, o en pastizales recién cortados o de vegetación baja.
Se alimenta tanto de noche como de día. Sonda en el barro bajo el agua o en el suelo para tomar el alimento, pero, también, de la superficie del suelo o de plantas. La dieta la constituyen insectos, gusanos, pequeños moluscos y crustáceos, ranas y peces pequeños; y, también, semillas y plantas acuáticas.
Y ya para terminar ésta extensa entrada, comparto alunas fotografías que de otras dos especies de aves limícolas algo menos habituales en nuestro entorno y que pude conseguir en una pequeña escapada que pude realizar la pasada primavera por tierras alicantinas.
La primera de ellas es el Andarríos bastardo (Tringa glareola) que se trata de un ave limícola perteneciente al Orden de las “Charadriiformes” y a la familia “Scolopacidae” que viene a tener una longitud de entre los 19-21 cm y una envergadura que puede llegar a los 40 cm. Su peso oscila entre los 50-90 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie.
Su identificación puede llegar a originar cierta confusión con algunas otras aves limícolas con las que guarda un cierto parecido, como es el caso del Andarrios grande o el Archibebe claro. Si se tuviera que resaltar alguna característica diferencial del resto de limícolas parecidas, habría que mencionar fundamentalmente a:Su aspecto en general más estilizado que el resto de especies con las que guarda cierto parecido.
La conspicua ceja blanca que se extiende desde la base del pico hasta un poco detrás del ojo y que es de una anchura mediana.
El color amarillento algo verdoso de sus largas patas.
Se trata de una especie poco habitual a la que en España sólo la podemos observar en el paso migratorio primaveral (abril-mayo), pero sobre todo en el postnupcial (agosto-octubre) y fundamentalmente en el litoral levantino y Baleares. En Asturias su presencia es muy ocasional.
Se reproduce en el norte de Europa (Escandinavia, Escocia, Finlandia, el norte de Rusia) y en Europa central (Polonia y Alemania), así como en la mitad septentrional de Asia, desde el Báltico hasta Mongolia, con una pequeña población al sur del Cáucaso. Inverna en África tropical y central, Asia meridional y Oceanía.
Su hábitat durante los pasos migratorios se encuentra en los humedales con aguas someras y orillas fangosas, lagunas y en general en áreas costeras y zonas mareales. En la época reproductiva tiene preferencia por los bosques de coníferas, abedules, píceas...
Se alimentan fundamentalmente a base de invertebrados, sobre todo insectos, pero también gusanos, moluscos, crustáceos y ocasionalmente pequeños peces.
El Andarríos bastardo (Tringa glareola) se diferencia del último protagonista de ésta entrada, el Andarríos grande (Tringa ochropus), fundamentalmente porque; su tamaño es menor, porque tienen en la cola una delgada banda terminal de color blanco que no tiene el A. bastardo. Las patas son de color amarillo en vez de verdoso grisáceo del A. grande.
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