sábado, 11 de marzo de 2023

Disfrutando de la presencia de un Águila pescadora en Zeluan. Águila pescadora (Pandion haliaetus)

El pasado viernes 24 de febrero de 2023, a media mañana, decidí darme una vuelta por el observatorio de aves de la localidad de Zeluan (Gozón. Asturias) para observar las aves que acostumbran a descansar y alimentarse en la Ensenada de Llodero (Avilés. Asturias) y concretamente en el pedrero de la Punta la Llera.




Se trata de un lugar de referencia para cualquier aficionado a la observación y fotografía de aves, dada la gran afluencia de aves que eligen ese lugar para descansar y alimentarse en sus periplos migratorios o, en otros casos, para pasar el invierno en esa zona.




Se trataba de un día muy nublado con fuertes rachas de viento y temperaturas muy bajas para la zona, por lo que no pensaba entretenerme mucho rato. Tan sólo tenía previsto permanecer el tiempo suficiente para repasar con mis prismáticos un buen grupo de unas cincuenta gaviotas reidoras que allí se encontraban descansando en compañía de algunos cormoranes y gaviotas grandes.




Fue justo cuando me disponía a marchar cuando pude observar una gran desbandada del numeroso grupo de gaviotas y, por la experiencia de otras ocasiones en las que he podido observar esa situación, enseguida me vino a la cabeza la posibilidad de que esa gran espantada se pudiera deber a la irrupción por la zona de algún ave rapaz (Halcón, Gavilán…).




A la vez que volaban todas las gaviotas, lo hicieron los diversos ejemplares de limícolas que habitualmente se localizan en esa zona (invernantes) y en especial cerca de una docena de chorlitos grises que no pararon de emitir sus característicos sonidos de alarma.




Tras repasar los diferentes grupos de aves que en ese momento volaban por la ensenada, enseguida pude localizar volando a la protagonista de ésta entrada y causante de esa gran alarma entre las aves que allí se encontraban, un Águila pescadora (Pandion haliaetus).




Aunque la distancia por donde se desplazaba era considerable y las condiciones para la fotografía eran muy malas, decidí sacar la cámara de fotos para intentar inmortalizar esos momentos tan interesantes.




No es la primera vez que se ha podido observar a ésta escasa ave rapaz en esa localización aunque, desde mi particular experiencia, no es de los que más habitualmente frecuenta esa especie. En Asturias me atrevería a decir que el lugar en donde más frecuentemente podemos disfrutar de su presencia es en las rías de Villaviciosa (la más frecuente), de Ribadesella, del Nalón, la del Eo y también la de Avilés.




Me resulta difícil no recordar los inolvidables momentos que otras varias ocasiones he podido disfrutar observando y fotografiando a ésta preciosa y escasa especie y en concreto mi último encuentro en la ría de Villaviciosa en el mes de septiembre del 2021 cuando la pude fotografiar realizando varios lances de pesca y acicalándose su bello plumaje en lo alto de un poste que utilizaba como posadero habitual (enlace).




Pero volviendo a la protagonista de ésta entrada, la pude observar cicleando continuamente sin perder en ningún momento la vista en la superficie del agua en la búsqueda de alguna presa que pudiera atrapar con sus potentes garras.




Cada poco tiempo se cernía permaneciendo inmóvil en el aire y de esa manera alentaba mis ilusiones de verla en algún lance de pesca.




Máxime cuando a continuación plegaba sus alas y se dejaba caer a gran velocidad lo cual me impedía poder enfocarla adecuadamente.




No obstante, y aunque fuera de manera puramente testimonial, me brindó la oportunidad de poder captar dos diferentes lances sobre el agua.




En ambos casos pude comprobar que no había conseguido capturar ninguna presa.




Lo que si pude comprobar era el gran esfuerzo que le suponía el remontar el vuelo hasta conseguir alcanzar una cierta altura para seguir buscando alguna que otra presa.




Fue precisamente un poco antes del primer lance cuando pude ser testigo del valiente y arriesgado acoso que una gaviota le hizo al águila.




Una y otra vez intentaba interferir en el vuelo del águila, aunque ella no parecía estar muy intimidada y al poco inició uno de sus lances sobre el agua.




De nuevo, tras conseguir remontar el vuelo y coger altura le estaba esperando la valiente y aguerrida gaviota que no cesaba en incomodar al águila volando a escasa distancia suya.




Tras el segundo lance sin conseguir capturar ninguna presa...




... y las continuas molestias que le estaba ocasionando la gaviota... 




el águila decidió cambiar de aires alejándose hacia la zona de la entrada de la ría de Avilés.




El caso es que aunque las condiciones para observar y fotografiar no fueron las más idóneas y como consecuencia las fotografías que pude obtener son francamente mejorables, fue todo un privilegio poder observar y fotografiar a un ave rapaz muy escasa en nuestro país y que, lamentablemente, se encuentra en peligro crítico.




Cuando el Águila pescadora vuela en busca de alimento es capaz de cernirse con profundos aleteos antes de lanzarse al agua para zambullirse y capturar los peces con sus garras.




Cuando atrapan un pez y lo transportan entre sus garras, lo colocan siempre con la cabeza hacia delante para que ofrezca menos resistencia al aire. Si el pez es demasiado grande en ocasiones no pueden desprenderse de él debido a la estructura de las escamas de sus patas y la de sus uñas, una situación que, dado el gran peso de la presa, puede provocar la caída del ave al agua con riesgo de su fallecimiento por ahogamiento o por congelación.




Habita en ríos transparentes y de curso lento, preferiblemente bordeados de árboles. Se alimenta de peces con un peso inferior a medio kilo, completando su dieta muy ocasionalmente, con anfibios y pequeños mamíferos.




Se distribuye ampliamente por el hemisferio norte y por Australia y Asia. En el Paleártico (Europa, Asia al norte del Himalaya, África septentrional y las zonas norte y central de la península arábiga) ocupa mayoritariamente el norte de Europa y Rusia.


El Águila pescadora es una rapaz migradora, que viaja desde los países del nordeste de Europa en los que cría (Alemania, Bielorrusia, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Lituania, Polonia, Reino Unido y Suecia) y Rusia, hasta África subsahariana (Senegal, Gambia, Guinea Bissau y Mali), dónde pasa el invierno.




Estas poblaciones nórdicas europeas son migradoras regulares hacia el África tropical y es entonces cuando nosotros las podemos observar en su paso por la Península Ibérica, quedándose algunas de ellas a invernar en nuestro territorio. Las que se quedan con nosotros a invernar, son más regulares. El paso prenupcial lo realizan de marzo a junio y el postnupcial de agosto a noviembre.




En nuestro país no son aves especialmente raras en migración. Las podemos ver en los cursos de los ríos y los embalses, e incluso en invierno, aunque en esta época en menor cantidad y siempre aves solitarias que año tras año vuelven a los mismos lugares.




Los lugares donde mejor las podemos observar durante el paso migratorio y donde además inverna una pequeña población, son la Comunidad Andaluza (Huelva; Paraje Natural de Marismas del Odiel y de las Marismas de Isla Cristina. Cádiz; Bahía de Cádiz y embalses interiores y algunos ejemplares en la provincia de Málaga; Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce), la Valenciana y la Extremeña.


Su alimentación es casi exclusivamente a base de peces vivos que captura en aguas dulces, saladas o salobres y con un peso inferior a medio kilo, completando su dieta en ocasiones, con anfibios y pequeños mamíferos.




Durante el vuelo de pesca, ciclea planeando y se cierne a poca distancia del agua. Una vez localizada la presa se lanzan sobre ella desde el aire en un acusado picado casi vertical que puede sobrepasar los 120 Km/h. En el último momento, antes de la zambullida, adelantan las garras las cuales se sumergen en el agua para atrapar al pez. A veces pesca desde la superficie sin llegar a zambullirse. También puede pescar desde posaderos.




Las principales amenazas que dieron lugar a la drástica disminución de su número de efectivos en España se debió a la destrucción del hábitat, tanto de nidificación como de alimentación, por culpa de urbanizaciones e instalaciones turísticas o recreativas en la costa, a lo que hay que sumar la persecución directa (caza furtiva) y las molestias ocasionadas en las zonas de nidificación por los deportes náuticos, los excursionistas o los pescadores. En la actualidad se han añadido como problemas importantes, la colisión con cables eléctricos y aerogeneradores, la electrocución en tendidos eléctricos y la contaminación ambiental que son responsables de la muerte de muchos individuos cada año. 




El Águila pescadora se incluye en el Libro Rojo de las aves de España (2004) como “En peligro crítico” y aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

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