martes, 13 de diciembre de 2022

El gran espectáculo ornitológico de la migración otoñal visto desde la costa (Parte 1 de 2). Alcatraz atlántico (Morus bassanus). Negrón común (Melanitta nigra). Alca común​ (Alca torda).

Como en años anteriores, llegado el otoño en el que miles y miles de aves marinas se desplazan por el litoral costero asturiano, los muchos aficionados a la observación y fotografía de aves estamos pendientes de los temporales marítimos que tan habituales son en esa época, para desplazarnos a los cabos más sobresalientes de nuestro litoral y poder disfrutar del gran espectáculo que supone ver pasar a esas increíbles aves.




Uno de esos escaparates privilegiados para observar ese paso, es la localidad de Moniello (Gozón) a donde a finales del mes de noviembre me desplace disfrutar de ese bello espectáculo e intentar inmortalizarlo a través de un extenso reportaje fotográfico, parte del cual comparto en esta nueva entrada al blog.




Al igual que en años anteriores uno de los principales protagonistas de ese paso fue el Alcatraz atlántico (Morus bassanus) que, en grupos más o menos numerosos, pasaban constantemente luciendo sus diferentes plumajes que, como ya conoceréis, van variando en función de su edad.




Como se puede apreciar en la mayoría de las fotografías, el día estaba bastante nublado y soplaba un viento del Noroeste de una intensidad nada desdeñable. Ambos aspectos, lógicamente dificultaban de manera notable la realización de unas fotografías de cierta calidad, pero con la mera observación del paisaje y del paso de miles de estas aves, compensaba más que de sobra, la estancia en ese bonito lugar.




Si tuviera que hacer una descripción de lo que allí estaba observando, tendría que decir que me encontraba sentado en un palco de platea situado en el borde de un acantilado, con un espectacular escenario de 180º de agua de mar, flanqueado por unos bellos acantilados costeros donde rompían las olas y por donde cada poco tiempo, iban desfilando de derecha a izquierda y a distintas alturas, formaciones de un número variable de unas bellas aves, que lucían diferentes plumajes y que iban realizando unos llamativos planeos, como si de un ballet aéreo se tratara.




En otras ocasiones se les podía observar desafiando a las olas, realizando vuelos rasantes a muy baja altura y sin apenas batir las alas para así ahorrar energía y aprovechando las corrientes del aire a favor o evitando al máximo el roce del viento en contra.




A mucha más distancia, siendo apenas perceptibles por unos sencillos prismáticos, se podía divisar la presencia ocasional de las características formaciones lineales de los negrones comunes (Melanitta nigra) en migración y de las que intenté obtener alguna fotografía testimonial.




Como se puede apreciar aunque sea con dificultad dada la gran distancia por la que pasaban, se trataba de ejemplares hembras o juveniles.




También pude captar de forma meramente testimonial el paso de grupos más o menos numerosos de álcidos (Alca común).




La inconfundible silueta de los coloquialmente denominados “pingüinos europeos” facilitaba su identificación, ya que las distancias eran bastante considerables y mi teleobjetivo no alcanzaba para más. No obstante, me produjo una gran satisfacción poderles observar.




Como muchos ya conocéis, en nuestro país el Alcatraz atlántico no nidifica, pero es una de las aves marinas más abundantes en migración por las costas atlánticas y cantábricas, pudiéndose observar mejor en los cabos más salientes de esas costas. Su paso posnupcial, se produce desde mediados del mes de agosto hasta finales de noviembre, siendo en octubre cuando podemos ver el mayor número de aves en paso por nuestras costas.




Al principio del periodo migratorio posnupcial, desde agosto y hasta la mitad de septiembre, es habitual que la mayoría de los ejemplares en paso por nuestras costas, sean los alcatraces jóvenes del año, que acostumbran a ir acompañados de escasos ejemplares inmaduros y adultos. Más tarde, en el mes de octubre es cuando podemos ver que la mayoría de los ejemplares en paso son adultos, cosa que pude constatar en esta ocasión.




El Alcatraz atlántico es una de las mayores aves que podemos observar en nuestras costas. Mide alrededor de 90 cm de longitud y casi 180 cm. de envergadura. El peso suele rondar los 3-4 Kg. No existe dimorfismo sexual en esta especie aunque los machos son algo más grandes que las hembras.




Antes de alcanzar la edad adulta, que se considera que llega a los cinco años (o invernadas), en el Alcatraz atlántico se pueden diferenciar cuatro grupos de edad con diferentes plumajes: primer invierno (o joven), segundo invierno, tercer invierno, cuarto invierno y quinto invierno o adulto.




Los adultos tienen el cuerpo en forma de puro o torpedo recubierto de un plumaje blanco níveo, excepto la cabeza que es de un color ocre amarillento y que se vuelve más intenso durante la época reproductiva.




En la cara tienen un área desnuda con la piel de color negro, que les da una expresión facial característica. El pico es medianamente largo (de 9 a 11 cm medido desde la cabeza), robusto, cónico, con la punta ligeramente curvada hacia abajo, lo que les facilita la captura peces de mediano tamaño en sus zambullidas. Su color es gris azulado claro perfilado de negro en todo su perímetro y con una línea negra que recorre lateralmente toda la mandíbula superior.




Los ojos grandes y dirigidos hacia adelante, son de un color azul o gris claro casi transparente. Están rodeados de un fino anillo periocular de color negro y tienen rodeándolos por su parte superior un semicírculo similar a un párpado que es de color azul y que les da un aspecto de estar enmascarados.




Las alas son largas (entre 47 y 53 cm), estrechas, algo puntiagudas y tienen el tercio distal de color oscuro, casi negro, que contrasta notablemente. Están insertadas muy adelante en el cuerpo, lo que les permite utilizar con eficiencia las corrientes de aire para volar. En situaciones de tiempo tranquilo pueden conseguir velocidades de incluso entre 55 y 65 km/h. El cuello es medianamente largo. La cola es corta, tiene forma de cuña y es de color blanco.




Las patas son cortas, con los cuatro dedos de los pies unidos por una membrana natatoria. Su coloración va del gris negro, al castaño negro y presenta unas líneas de color verde azulado en las hembras y verde amarillentas en los machos. El dedo posterior es fuerte y vuelto cara dentro, lo que les permite agarrarse con seguridad en los cantiles verticales.




Los ejemplares del primer año (o jóvenes) presentan un plumaje castaño oscuro (chocolate) en su totalidad con moteados profusos de blanco en el dorso y con los bordes posteriores y puntas de las alas más oscuras. Algún ejemplar puede presentar escasas zonas blancas en la cabeza o en la parte inferior del cuerpo. Tienen el borde posterior de las alas y las puntas más oscuras. El pico es de color marrón.




Entre ambos plumajes pasan por una fase intermedia con la aparición progresiva de más zonas blanquecinas, a modo de parches, que van aumentando de tamaño con la edad, hasta que las zonas marrones terminan por desaparecer por completo.




El Alcatraz atlántico es un ave marina pelágica que solo se acerca a la tierra para reproducirse. Su hábitat en época de cría se localiza en los islotes rocosos a ambos lados del Atlántico norte. Pasa el invierno en las costas occidentales de África hasta el Golfo de Guinea y en menor cuantía en el Mediterráneo.




Son buenos planeadores y buceadores y su alimentación es a base de peces de tamaño medio que pescan lanzándose en picado contra el agua, para ello pliegan sus alas, lo que les permite alcanzar velocidades de hasta 100 km/h. En caso de fallar la captura tras el picado, pueden bucear tras su presa.




Su estructura corporal está adaptada a este hecho ya que carecen de agujeros externos de la nariz y tienen agujeros nasales secundarios que pueden cerrar cuando se sumergen para evitar la introducción del agua. También pueden cerrarse cuando se sumergen, las aberturas de los oídos, que son muy pequeñas y están cubiertas de plumas.




El esternón es muy fuerte y tan largo que puede proteger las vísceras del golpe contra el agua. Los pulmones, muy desarrollados, tienen también probablemente la función de reducir las consecuencias del impacto contra la superficie y de proteger el cuerpo. En la parte inferior del cuerpo y en los lados hay sacos aéreos subcutáneos. Otros sacos aéreos se encuentran entre el esternón y los músculos pectorales y entre las costillas y los músculos. Estos sacos están conectados con los pulmones y se llenan de aire cuando el ave inspira. El aire puede ser expulsado con contracciones musculares.




Su periodo reproductivo es variable dependiendo de la localización, pero suele ser en el mes de marzo. Cría en colonias de hasta 32.000 parejas (isla Bonaventure, en la costa sur de Quebec). Construyen sus nidos en las repisas de los acantilados o en las cimas de los islotes rocosos y para ello utilizan materia vegetal, algas, tierra, plumas e incluso objetos que floten en la superficie del mar. Reutilizan todos los años el mismo nido.




La puesta se compone normalmente de un solo huevo. Pueden llegar a efectuar dos puestas en caso de que la primera resulte fallida. La incubación dura unos 45 días aproximadamente. La cría abandona el nido cuando tiene unos 90 días de edad.




El Alcatraz atlántico está catalogado en la Lista Roja de la UICN como una especie bajo preocupación menor, por considerar que tiene un área de distribución muy amplia, alejada de los parámetros establecidos para la catalogación como vulnerable, y que el número de individuos es suficientemente amplio y la tendencia demográfica parece aumentar. En España está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

1 comentario:

  1. Menudo atracón de alcatraces, alcas y negrones te pegaste...las fotos de los alcatraces son fantásticas. Enhorabuena José Ignacio y saludos. Julio

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