En la anterior entrada que dediqué al gran espectáculo ornitológico de la migración otoñal de aves marinas vista desde la costa (Moniello. Gozón), el principal protagonista fue el Alcatraz atlántico (Morus bassanus), pero realmente para mí éste año fue la Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla) la novedad principal de la migración otoñal de estas aves.
Hasta ahora nunca había podido observar de cerca la gran cantidad de éstas bellas aves que ese día (19/11/2022) pasaban sin cesar por esa zona del litoral costero, llegando incluso, en varias ocasiones, a sobrevolarnos a escasos metros de nuestra posición en tierra.
Aun y cuando las veíamos venir de frente a nuestra posición en tierra, en grupos más o menos numerosos, resultaba sumamente difícil poderlas fotografiar antes de su llegada, aunque tras varios intentos, conseguimos realizar alguna más o menos decente.
Continuas oleadas de bandos de estas bellas gaviotas discurrían delante de nosotros a gran velocidad ayudadas por el viento, realizando frecuentes giros y quiebros, lo que nos dificultaba enormemente el poderlas enfocar con nuestro equipo fotográfico para poder inmortalizar esa increíble vivencia.
No nos olvidemos que esta especie de gaviota está adaptada a la vida pelágica y que solo se ve en las costas durante el periodo reproductor o con ocasión de fuertes temporales que pueden arrastrar a esta gaviota a las cercanías del litoral. Se trata de una especie frecuente en Asturias en invierno (entre noviembre y febrero), pero en mar abierto.
La Gaviota tridáctila no es una especie verdaderamente migradora, aunque, tras finalizar la época de cría en el norte de Europa, se produce una dispersión de esas aves europeas preferentemente hacia las aguas pelágicas de los litorales atlántico y cantábrico y también, aunque con mucha menor frecuencia, por el mediterráneo.
A pesar de que todavía está considerada como una de las gaviotas más abundantes del mundo (están descritas dos subespecies), lleva décadas sufriendo un acusado declive, por lo que se considera en la actualidad como vulnerable a la extinción a nivel mundial. Esta evolución negativa es provocada por la sobrepesca comercial y la contaminación del medio marino, así como por el cambio climático y la depredación que sufren algunas colonias.
Se ha calculado una población global de unos 15 millones de parejas, de los cuales 2,3-2,8 millones de parejas se reproducen en las costas europeas, mientras que la población española ronda actualmente las 50 parejas.
La mayor parte del contingente reproductor se ubica en el Ártico y en países del norte de América, Asia y Europa; en España existe una diminuta y aislada población en la Costa da Morte (A Coruña), concretamenre en las islas Sisargas (Malpica) y cabo Vilán (Camariñas).
La Gaviota tridáctila (Rissa tridactyla) es una especie de ave “caradriforme” de la familia “Laridae”, perteneciente al género “Rissa”. Se diferencian dos subespecies: la “Rissa tridactyla tridactyla” que habita en el la costa este de Norteamérica, Groenlandia, Europa y el norte de Asia y que presenta la característica única entre las gaviotas de tener el pulgar práctica o totalmente ausente, de ahí su denominación como tridáctila. Por su parte, la “Rissa tridactyla pollicaris” cría en el Pacífico Norte y el Mar de Bering y que, como su nombre indica (pollex es pulgar en latín), presenta un pequeño dedo trasero vestigial.
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Se trata de una gaviota de pequeño/medio tamaño con una longitud de entre 38-40 cm, una envergadura de entre 93-120 cm y un peso de aproximadamente 520 gr. No existe dimorfismo sexual en ésta especie, aunque los machos resultan ligeramente mayores.
En líneas generales la podemos describir como una gaviota compacta con las alas anchas, largas y afiladas y con sus características patas cortas, presentando en todas las edades el iris oscuro y la cola ligeramente ahorquillada.
Se pueden diferenciar en ellas varios tipos de plumajes según la edad y época del año, alcanzando el plumaje de adulto en su tercer año.
El ejemplar adulto posee las partes inferiores, la cola y la cabeza totalmente blancas.
Las partes superiores son de color gris claro, con el extremo de las alas negro, como “sumergidas en tinta”.
El pico es amarillo con las comisuras naranjas.
El anillo ocular es rojo.
En verano (marzo-agosto) el anillo ocular, el pico y las patas son más brillantes.
En invierno (julio-marzo) la cabeza muestra manchas oscuras a la altura de las auriculares mientras que en el píleo y en el cuello aparece una tonalidad grisácea. Las patas son más pardas.
Llama la atención en ésta gaviota el tamaño corto de sus patas que todo parece indicar que se trata de una adaptación a la vida que llevan (apenas caminan en tierra), una característica que comparten con otras aves marinas que apenas pisan tierra, como es el caso de los charranes.
El color de las patas no es una forma fiable de diferenciación porque aunque la mayoría de las gaviotas tridáctilas tienen las patas de color gris oscuro algunas las tienen de color rosáceo y hasta de color rojo.
En esta especie las aves jóvenes son mucho más llamativas que las adultas, en especial en vuelo, ya que en las alas se observa un patrón característico a tres colores muy contrastado, con una banda carpal negra en forma de “W” o de “M” según se mire, una zona central gris y el borde posterior blanco.
La cabeza es blanca con manchas oscuras en las auriculares y alrededor del ojo, mostrando un medio collar negro en la parte posterior del cuello.
El pico y las patas son de color negruzco. En los ejemplares de primer y segundo invierno (agosto-febrero), el pico tiene una coloración amarilla grisácea con la punta oscura.
Las partes inferiores son totalmente blancas.
La cola está ligeramente ahorquillada y muestra una banda terminal negra.
Como ya comenté anteriormente, la Gaviota tridáctila es un ave pelágica, ya que durante buena parte del año vive en mar abierto, alimentándose de peces, plancton e invertebrados marinos que captura en la superficie del agua. También aprovechan los descartes pesqueros y los cadáveres.
Las tridáctilas son aves estrictamente monógamas que sólo se acercan a tierra para la cría, en un corto espacio de tiempo de apenas 2-3 meses. Crían entre mayo y julio formando colonias enormes, normalmente compartidas con álcidos (araos). Posteriormente se dispersan y pasan el resto del tiempo en alta mar.
Elaboran el nido con hierbas y plumas y lo ubican en grietas y repisas de cortados rocosos en paredones verticales. La puesta se compone de 1-3 huevos. La incubación llevada a cabo por ambos sexos, dura 25-32 días. Los pollos vuelan a los 33-54 días.
Otra especie de gaviota a la que pude observar ese día en paso migratorio, fue la Gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus). Lucían sus bellos plumajes invernales y, en algunos casos, formaba algunos bandos conjuntos con las gaviotas tridáctilas.
También pude observar a algunas de ellas de primer invierno que viajaban con los ejemplares adultos.
La Gaviota cabecinegra es una especie migratoria, principalmente costera, que para pasar el invierno se desplaza desde el noroeste de Europa hacia el sur-suroeste de las costas Atlánticas, desde Inglaterra hasta Portugal.
El número de ejemplares migradores e invernantes en las costas cantábricas y atlánticas ha aumentado en los últimos años y proceden mayoritariamente de la población europea atlántica.
Para finalizar esta entrada, no quiero dejar de compartir unas pocas fotografías de un espectador de excepción de ésta increíble migración de aves cercanas a la costa.
Se trata de un bello joven de Halcón peregrino (Falco peregrinus) que desde una privilegiada atalaya muy cercana a la zona de constante paso de aves, vigilaba su paso para, me imagino en un determinado momento, aprovecharse de las más debilitadas y así satisfacer sus necesidades alimenticias cotidianas.
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