En esta nueva entrada de la serie de observaciones de aves que he podido fotografiar en la última quincena del mes de agosto por el Cabo Negro (Gozón. Asturias), la voy a dedicar a parte de las aves rapaces que por allí pude localizar y que junto al recientemente publicado Abejero europeo, van a sumar la cantidad de ocho diferentes rapaces que no está nada mal para una zona relativamente pequeña.
La primera de ellas se trata de un Aguilucho cenizo melánico (Circus Pygargus) que muy a duras penas pude localizar y malamente fotografiar, pero con el que disfruté cada vez que aparecía y podía observar sus evoluciones.
En todas las ocasiones que le pude localizar venía realizando sus característicos vuelos ondulantes planeando a baja altura, mientras prospectaba lentamente el terreno sobre los prados y plantaciones de maíz tan frecuentes en ésta época por la zona.
Ese característico vuelo bajo y su coloración tan oscura dificultaban notablemente su correcto enfoque al no contrastar con la claridad del cielo y cuando lo hacía, al ser unos días bastante nublados, la dificultad permanecía.
Con todo y con eso, me doy por satisfecho por haberle podido fotografiar en un entorno como es el asturiano, en el que no es muy frecuente verle y menos un ejemplar melánico. Recordemos que el Aguilucho cenizo solo está presente durante el período estival en la mayor parte de la Península Ibérica desplazándose para pasar la temporada invernal a tierras africanas. Si tienes interés en conocer mejor a éste aguilucho te recomiendo visitar en éste (enlace) el reportaje que pude hacer en junio de 2018 a varios de ellos con diferentes plumajes y sexos.
Cuando le vemos en vuelo, se puede apreciar que las alas son largas, estrechas, puntiagudas y con cuatro dedos (cinco en el Aguilucho pálido).
Se posa corrientemente en el suelo pero permanece la mayor parte del día volando sobre los campos de forma incansable, posándose en montones de tierra o topes de postes de cercas. También en ocasiones lo hace sobre arbustos o árboles jóvenes.
El hábitat por el que tienen preferencia son las grandes extensiones cultivadas de cereales (trigo, cebada y avena), pero también frecuentan otro tipo de espacios abiertos como son los grandes pastizales, herbazales y brezales de montaña, los claros de los bosques, las marismas o los pantanos.
Su alimentación es fundamentalmente a base de pequeños y medianos vertebrados como ratones y topillos, pero también pequeñas aves, pequeños reptiles y anfibios, lombrices y grandes insectos como langostas y saltamontes.
Cazan sus presas volando a baja altura sobre los campos, pero más a menudo bordeando linderos de tierras de cultivo, orillas de arroyos, carrizales y laderas de colinas, parándose en el aire cada poco trecho, levantando las alas y estirando las patas hacia abajo con las garras abiertas. Cuando captura una presa, permanece un instante en el suelo matándola y levantando a intervalos la cabeza, mirando inquisitivamente a su alrededor hasta que vuela con ella a otro posadero donde la despedaza.
En éste punto quiero comentar y apoyar con algunas fotografías puramente testimoniales, el curioso comportamiento que muy a distancia le pude observar.
Venía él volando bajo en las lindes de un maizal, cuando me sorprendió con lo que yo en un principio pensé que se trataba de la captura de una serpiente.
Se cernía en el aire y con sus garras atrapaba "algo" alargado, elevándose a continuación y desplazándose a escasa distancia donde dejaba caer a la supuesta captura para a continuación posarse él sobre esa zona concreta.
Tras permanecer unos segundos con la supuesta presa agarrada entre sus garras en el suelo, abandono el lugar sin portar nada entre sus garras.
Tras analizar las imágenes en el ordenador, pude cerciorarme de que lo que estuvo haciendo era arrancar con sus garras un tallo seco de maíz (véanse las raicillas) y dejarlo caer al lado, con la posible intención de atrapar alguna presa que en su base se pudiera encontrar. Yo nunca había contemplado una maniobra de ese tipo a ningún aguilucho.
Otro comportamiento curioso que pude contemplar de éste aguilucho, fue el combate territorial que llevo a cabo con otro de los protagonistas de ésta entrada, el Halcón peregrino.
Conociéndome yo ya el territorio por el que habitualmente de mueve ese halcón joven por la zona, pude observar como, al introducirse en esa zona el Aguilucho cenizo, le salió el Halcón peregrino para expulsarle del mismo.
Lejos de amilanarse el aguilucho, se enzarzaron en continuos ataques en los que, desde mi particular punto de vista, se llevo el gato al agua el aguilucho.
Una curiosa pelea entre dos interesantes aves rapaces que, como no podría ser de otra forma, se llevó a cabo a primera hora de un día muy nublado, como puede apreciarse en las fotografías, pero que considero interesante compartir con vosotros.
El Aguilucho cenizo se distribuye por Europa, Asia y África (Marruecos). Sus mejores poblaciones se encuentran en Rusia, mientras que los núcleos más numerosos en Europa occidental aparecen en Francia y España.
Acuden a nuestro país a reproducirse siendo habituales durante el período estival. Su llegada ocurre entre los meses de marzo-abril. Se distribuyen por la mayoría del territorio peninsular, siendo muy raros en la cornisa cantábrica, en buena parte de Levante y del sureste, así como en las regiones montañosas, donde se ausenta por completo a partir de los 1.200 m de altitud. Ocasionalmente también cría en Baleares, pero falta en Canarias, Ceuta y Melilla. A lo largo de los meses de agosto-septiembre, emigran a territorios transaharianos, donde invernan a lo largo del África occidental.
Aunque no se conocen tendencias poblacionales de manera fidedigna, se cree que la especie está sufriendo un alarmante declive debido a sus principales amenazas que se relacionan, sobre todo, con su dependencia de los cultivos de cereal y con la intensificación de las prácticas agrícolas. La recogida mecanizada del cereal y la utilización de variedades de ciclo corto impiden que los pollos completen su desarrollo antes de la cosecha, lo que supone la pérdida de numerosas nidadas bajo las cuchillas de las cosechadoras. También constituyen una amenaza para esta especie; la intensificación y los cambios en los usos tradicionales de la actividad agrícola, el mayor uso de fitosanitarios (pesticidas), así como la reducción de linderos entre parcelas que disminuyen la diversidad de presas y ambientes para las aves. Por último, destacar también la amenaza que supone la caza ilegal, el uso de venenos y una intensa predación por parte de zorros, jabalíes y otras rapaces, como el milano negro.
El Aguilucho cenizo, el Alcaudón común y el Alzacola rojizo han sido las tres especies elegidas por SEO/Birdlife para ser "Ave del Año 2022". Al final ha sido el Alzacola rojizo (37,95 % de los votos) el proclamado ave del año 2022 en la votación ciudadana organizada por SEO/BirdLife, seguido del Aguilucho cenizo ( 34,29% de los votos) y del Alcaudón común (27,76 %). Anteriormente el Aguilucho cenizo, junto con el Alcaudón real y el Vencejo común, ya fueron las especies candidatas a ser declarada "Ave del año 2021" en la campaña promovida por la organización SEO/BirdLife con el objetivo de fomentar su conservación y de llamar la atención sobre la delicada situación de algunas especies de aves. Ese año, al final, la ganadora resultó ser el Vencejo común, un ave frecuente en entornos urbanos, con el 49.58 % de los votos populares. Las otras dos aspirantes, que repetían candidatura ese año (ya lo fueron en 2020), eran el Alcaudón real que ha ocupado el segundo lugar con el 27.15 % y el Aguilucho cenizo que, con el 23.27%, ha quedado en tercera posición.
A continuación comparto alguna fotografía de anteriormente citado Halcón peregrino (Falco peregrinus) que desde su atalaya controlaba la entrada de intrusos, como el Aguilucho cenizo melánico anteriormente descrito, y desde donde también observaba a sus potenciales presas.
Como puede apreciarse por las tonalidades pardas de su plumaje, se trataba de un ejemplar joven.
En una zona muy próxima a la habitual del Halcón peregrino antes mencionado, habita desde hace tiempo un ejemplar de Mochuelo europeo (Athene noctua). Su ubicación exacta es un pequeño hueco de los restos de lo que en su día fue un terminal del teleférico para el transporte de minerales de ENSIDESA.
Le pude realizar estas fotografías cuando descansaba en uno de los cables del tendido eléctrico próximo a la edificación.
Muchas gracias por vuestra atención y nos vemos en la próxima entrada.
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