martes, 23 de agosto de 2022

Interesantes días de “pajareo” por el Cabo Negro (Gozón. Asturias) (Parte 2). Críalo europeo (Clamator glandarius), Cuco común (Cuculus canorus). Alcaudón común (Lanius senator). Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio).

En esta nueva entrada quiero seguir compartiendo los reportajes fotográficos que a lo largo del pasado puente de mediados de agosto he tenido la fortuna de poder realizar a varias especies de aves en el entorno del Cabo Negro (Gozón. Asturias).



Las dos primeras son las dos únicas especies de la familia de los cucúlidos (Cuculidae) que podemos observar en nuestro país, me estoy refiriendo al Críalo europeo (Clamator glandarius) y al Cuco común (Cuculus canorus) que en Asturias conocemos como el Cuquiellu Rial y Cuquiellu, respectivamente.



Dada la coincidencia en una misma zona, considero obligado hacer referencia a que son las dos únicas especies que podemos ver en la Península ibérica que no construyen nido, es decir, que practican el nido parasitismo, ya que depositan sus huevos en los nidos de otras aves cuando se produce un descuido. Son, por tanto, aves que nunca llegan a conocer a sus progenitores.



Este ejemplar joven de Críalo europeo fue visto por primera vez por Toño Suárez Caballero el 04 de ese mismo mes y la verdad es que, tras haber transcurrido diez días, no tenía muchas esperanza de poderle encontrar en esa zona. Le pude localizar tranquilamente descansando (echando un sueñecito) en un matorral en una zona poco visible en donde permanecía descansando plácidamente expuesto al tibio sol y bastante confiado en pasar desapercibido, dadas las características miméticas de su bello plumaje.



Si le queremos conocer un poco más en profundidad, debemos saber que el Críalo europeo (Clamator glandarius) es una especie de ave cuculiforme de la familia “Cuculidae” y género “Clamator”. Tanto su denominación científica “Clamator” como su denominación común en español “Críalo”, hacen referencia a los ásperos y chirriantes sonidos que emiten en sus llamadas, ya que “clamator” es término de origen latino que significa “gritador” y su nombre común en español es, como también lo es en su pariente el Cuco, de origen onomatopéyico, ya que una de sus llamadas suena similar a “kria kria” (canto garrulo).



Son aves de tamaño mediano con una longitud de entre 35-45 cm, su envergadura puede alcanzar los 60 cm. Pueden alcanzar un peso de entre 135 (hembras) y 170 gr (machos). Son ligeramente más grandes que el Cuco común y con la cola más larga. Ambos sexos tienen un aspecto similar, pero el macho es algo mayor. No se conocen subespecies.



El Críalo europeo está ampliamente distribuido por el sur de Europa (cuenca mediterránea, como la Península Ibérica, Turquía, sur de Francia, Italia y Chipre), centro y sur de África y Oriente Medio.


En España son habituales durante el período estival. Llegan procedentes de África para reproducirse y permanecen en ella desde febrero hasta septiembre, aunque los adultos regresan a África antes que los jóvenes, generalmente en julio.


Se distribuye por gran parte del territorio peninsular, siendo más abundante en el sur y muy escaso en toda la franja norte y Galicia. Asimismo, evita las áreas montañosas de gran altitud. No aparece como reproductor en Canarias, Ceuta y Melilla. En Baleares se encuentra ocasionalmente, pero no cría.



Las poblaciones mediterráneas y surafricanas se comportan como migradoras, y pasan el invierno en el África tropical, donde coinciden con la población residente local. Las poblaciones del hemisferio norte inician la migración postnupcial en julio y puede llegar hasta septiembre retornando a las áreas de cría a lo largo de febrero.



Su hábitat preferido son las áreas o campos abiertos en los que haya alguna densidad de árboles cercana (sobre todo pinares), así como sotos, campos de cultivo, dehesas, vegas, etc., desde el nivel del mar hasta los 1.300 m de altitud. Les gusta refugiarse entre lo más espeso del enramado de los árboles. Suelen vivir en pequeños grupos.



Su alimentación es principalmente insectívora teniendo predilección por las orugas de mariposas y polillas, incluidas las especies dotadas de defensas urticantes o tóxicas, como la procesionaria del pino, las cuales frota contra el suelo o la corteza de los árboles para quitárselos y minimizar sus efectos. También se alimentan con pequeños reptiles, hormigas, saltamontes, arañas y caracoles.



Pero, tal como comentaba anteriormente, si hay algo característico de la familia “Cuculidae” a la que pertenecen el el Críalo (Clamator glandarius) y el Cuco (Cuculus canorus), es la de practicar el nido parasitismo, es decir, deposita sus huevos en los nidos de otras aves cuando se produce un descuido. Esas aves acostumbran a ser las urracas (Pica pica), aunque también lo hacen en los de otros córvidos como las cornejas, cuervos o rabilargos.



Al practicar el nido parasitismo las otras aves se encargarán de la incubación y crianza de los pollos del Críalo, el cual evitará así el coste energético que supone sacar adelante a una nidada.



Pero a diferencia del Cuco común, ni la hembra ni los polluelos de Críalo europeo sacan del nido los huevos o los pollos del huésped cuyo nido parasitan, aunque eso sí, a menudo algunas de las jóvenes urracas mueren por la falta de alimento que ocasiona la presencia de la cría de Críalo.



En compensación, se ha sabido recientemente que los polluelos de Críalo protegen el nido gracias a una secreción con un olor que repele a los depredadores que les acechan y que producen cuando son agredidos, lo cual protege tanto a ellos mismos, como a los polluelos del huésped. Esta acción protectora sobre sus hospedadores se prolonga de 16 a 18 días, antes de que los polluelos abandonen los nidos. Se ha comprobado que de esa manera, los polluelos de la Corneja sobreviven más si un polluelo de Críalo comparte su nido, ya que las aves rapaces y los gatos depredan con menos frecuencia los nidos con crías de Críalo.



Tienen predilección como ya mencioné, por los nidos de Urraca a las cuales acechan cuando han hecho su puesta. Una vez que la Urraca detecta la presencia de los críalos, suele tratar de intimidarlos para que abandonen su cercana presencia conocedoras de sus intenciones. Los críalos machos conocen esta reacción por parte de las urracas, por lo que muchas veces las provocan haciéndolas que abandonen el nido para atacarles, momento que aprovecha la hembra del Críalo para poner sus huevos, pudiendo llegar incluso a romper alguno de los huevos de la Urraca a picotazos.



Como consecuencia de ese nido parasitismo, los críalos evitan todas las tareas relacionadas con la crianza de los pollos parásitos: incubación, alimentación, defensa de los nidos, etc. Sin embargo, se sabe que realizan visitas esporádicas a los nidos parasitados, tanto durante el periodo de huevo, como en el de pollo y en algunos casos llegan incluso a defender los nidos.



Pero los estudios sobre el comportamiento de estas aves en relación con el nido parasitismo no dejan de sorprender y como prueba de ello recientemente se ha descubierto que el Críalo tiene una conducta vengativa; algo muy inusual en el mundo animal. En concreto, tras depositar uno de sus huevos en un nido de Urraca o Cuervo, la pareja de críalos observa en la distancia. En el caso de que urracas y cuervos sigan incubando el conjunto de huevos, no pasa nada, ahora bien, si la Urraca detecta un huevo ajeno y en consecuencia lo tira al suelo o lo picotea hasta romperlo, la pareja de críalos irá a su nido cuando lo abandoné y picoteará y romperá todos sus huevos.



Además y por si fuera poco, se ha visto que la mayoría de las urracas que habían tirado el huevo parásito y perdido sus huevos después, parece que aprenden la lección y en sucesivas ocasiones, pasaron a aceptar el parasitismo. Con esta conducta, los críalos consiguen que las urracas aprendan la lección y se aprovechan del efecto recuerdo.



Los pollos de Críalo nacen por lo general unos días antes que los de la Urraca, por lo que unido a su mayor tamaño corporal, les sirve para garantizar su supervivencia acaparando la mayoría de las cebas.



El periodo reproductivo se realiza entre los meses de abril a mayo y el hábitat de cría coincide con el de las dos especies principales a las que parasita: la Urraca y la Corneja negra. En una temporada pueden llegar a poner unos 16 huevos. Los pollos nacen tras 15 días de incubación. Las crías permanecen en el nido 25 días aproximadamente.



En cuanto al Cuco común, Cuquiellu (Cuculus canorus) decir que ésta primavera/verano está siendo una temporada excepcional en lo referente a las muy numerosas observaciones de las que estamos disfrutando en Asturias. Concretamente, este ejemplar joven de Cuco común lleva ya una buena temporada por ese entorno del Cabo Negro (Gozón. Asturias) por donde se desplaza de un a otro rollo de hierba seca que en ésta época abundan por los campos de la zona y desde donde divisa sus potenciales presas (orugas), lanzándose a continuación al suelo para atraparlas y comérselas.



Unas posiciones en lo más alto de esos rollos de hierba seca que constituyen una buena atalaya para ellos y para poderlos fotografiar más cómodamente y poder contemplar su plumaje en todas sus facetas.



Claro está que al respecto de poder contemplar mejor su plumaje, el objetivo era intentar conseguir fotografiarle en vuelo, aspecto que no me resultó nada fácil pero que creo haber conseguido de alguna manera.



Ha sido precisamente al editar las fotografías de ese Cuco joven en vuelo cuando he podido apreciar que realmente por esa zona había dos diferentes cucos juveniles.



También resultaba todo un reto fotográfico poderle "pillar" con una de sus "apetitosas" presas en el pico.



Dado que tengo previsto dedicar una próxima entrada dedicada exclusivamente a los cuatro diferentes ejemplares (dos jóvenes y dos adultos) que pude fotografiar recientemente en el vecino entorno del Cabo Peñas (Gozón. Asturias), no me entretengo más en profundizar en otros detalles de ésta bella y enigmática especie.



Las dos siguientes especies que he podido fotografiar en ese entorno recientemente, son dos ejemplares juveniles; uno de Alcaudón común (Lanius senator)...





... y otro de Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio).





Curiosamente, la pasada primavera pude fotografiar en el vecino entorno del Cabo Peñas a un bello ejemplar adulto de Alcaudón común (Lanius senator) que permaneció por la zona durante bastantes días.





También en aquel entorno pude fotografiar a una pareja de Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio) que se estuvieron afanando, no sin dificultades, en poder sacar adelante una nueva generación de esos bellos pajarillos.





Aprovecho la ocasión para compartir algunas de esas imágenes que hasta ahora no había publicado y que considero que merece la pena publicar.





Gracias por vuestra atención y nos vemos en la próxima entrada.




 

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