sábado, 3 de septiembre de 2022

Interesantes días de “pajareo” por el Cabo Negro (Gozón. Asturias) (Parte 4 y final). Aguilucho pálido (Circus cyaneus). Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus). Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus). Busardo ratonero (Buteo buteo).

Comienzo esta cuarta parte y última de la serie con otra ave rapaz de tamaño medio (aguilucho), cuya fisonomía responde al característico patrón de los integrantes del género "Circus" (A. cenizo, A. papialbo, A. lagunero occidental y A. pálido), es decir, alas y colas largas, tarsos muy prolongados y aspecto general bastante grácil, aunque en este caso menos que el del anterior protagonista de esta serie, el Aguilucho cenizo, del que se diferencia básicamente por su mayor tamaño y robustez y por tener las alas comparativamente más anchas.




Ha sido tal vez el protagonista de esta extensa serie que más trabajo me ha supuesto localizar y poderle realizar alguna fotografía, desde que tuve noticias de su presencia por el concejo de Gozón tras localizarle Toño Suárez Caballero el primer día de agosto.




Aunque las fotografías que he podido conseguir de él son francamente mejorables, me doy por satisfecho de poder dar testimonio de su presencia en ese territorio del Cabo Negro (Gozón. Asturias), ya que, al igual que acostumbra a realizar su pariente el Aguilucho cenizo, cuando realiza el vuelo de caza, lo hace, planeando a muy poca altura del suelo, mirando continuamente hacia abajo, escudriñando todos los rincones y rebasando las irregularidades del terreno, siguiendo el contorno de los prados y apareciendo y desapareciendo en el horizonte. Está considerada como una de las aves de presa más activas que existen. Se estima que permanece en vuelo aproximadamente el 40 % del día y puede volar 160 km diariamente.




Es característico de ésta especie observarla mientras inspecciona el terreno con las alas colocadas en forma de "V", así como el color blanco del obispillo que resulta muy visible en vuelo.




La especie presenta un marcado dimorfismo sexual que afecta al tamaño (las hembras son mayores y más pesadas) y a la coloración del plumaje. En líneas generales, las hembras y los individuos jóvenes son pardos en las regiones dorsales y de un suave tono ocráceo, ligeramente anaranjado, en las ventrales, que aparecen, además, surcadas por un fino estriado longitudinal de color marrón intenso. Los machos adultos son de color gris por arriba y blancuzcos por abajo, con las puntas de alas negras que en vuelo resultan muy visibles.




Las hembras bordeando la cara por su parte posterior e inferior tienen una franja estrecha, muy definida y contrastada que conforma un disco facial, esta franja parece un collar y es de color blanco con pequeñas líneas transversales marrones. Dentro del disco facial la cara es de color pardo claro con múltiples líneas marrones oscuras y en ella tienen una mancha blanquecina alrededor del ojo, salvo por su parte anterior. En el píleo y en la nuca tienen gruesas barras de color marrón oscuro.




La cola es grisácea y tiene varias barras horizontales de color pardo rojizo siendo la más distal más ancha que las demás, así mismo tiene una franja blanca en su extremo.




Los jóvenes son muy similares a las hembras pero por la parte inferior son de color crema y además tienen las rayas verticales más finas que ellas.




El Aguilucho pálido es difícil de diferenciar de los menos comunes aguiluchos cenizo y papialbo. Los mejores rasgos distintivos para diferenciar al Aguilucho pálido son las primarias más cortas y anchas, la quinta primaria larga, (cinco dedos) y las secundarias más anchas. En cuanto a su complexión general, también es más corpulento. Los aguiluchos pálidos jóvenes tienen partes inferiores con rayas marrones, a diferencia de las partes inferiores casi sin marcas de los aguiluchos cenizos y papialbos jóvenes.




Se distribuyen por Europa, Asia, África y América. En Europa, el Aguilucho pálido se reproduce en Escandinavia, Gran Bretaña, el sudoeste de Irlanda, norte de Portugal, noroeste y norte de España.





El Aguilucho pálido se distribuye fundamentalmente en los dos tercios septentrionales de la península ibérica, salvo la cuenca del Ebro y la costa mediterránea. Está prácticamente ausente en la mitad sur de la península. En España son residentes habituales y durante el invierno se les unen ejemplares procedentes de Europa. La población española representa el límite sur de su distribución paleártica como ave reproductora.






En cuanto al hábitat, tienen preferencia por los campos de cultivo de cereales pero también viven en los páramos y en los bosques de jóvenes coníferas.




Su alimentación se compone de pájaros, huevos y pollos de otras aves y sobre todo pequeños roedores (topillos, ratones y ratas).También comen reptiles diversos (lagartos, pequeñas culebras) y algunos grandes insectos, en particular ortópteros (saltamontes, grillos, langostas).




Las segadoras mecánicas producen numerosas pérdidas en las nidadas; otra causa de pérdida de las nidadas es que los machos practican la poligamia y eso obliga a algunas hembras a tener que afrontar solas la crianza debiendo por ello abandonar el nido con demasiada frecuencia de modo que los huevos o los pollos quedan más expuestos a los depredadores.




No podía faltar por la zona el siguiente representante de los aguiluchos. Se trata de una pareja de hembras de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) que merodeaban constantemente por la zona, llegando hasta la vecina localidad del cabo Peñas. Pasan grandes períodos de tiempo posados en el suelo o en arbustos muy bajos y con mucha frecuencia la junto a su pareja.




En éste caso estamos hablando del más grande de los aguiluchos de la Península Ibérica. Se trata de una rapaz de tamaño medio que mide aproximadamente 48-60 cm de longitud. Su envergadura alcanza los 115-140 cm. El peso de los machos ronda los 540 gr y el de las hembras los 740 gr.




El grupo de aguiluchos (Circus) se caracteriza por poseer unas alas y cola largas y a realizar habitualmente un vuelo lento y a baja altura. Además, este grupo, que suele nidificar en el suelo, presenta un acusado dimorfismo sexual, siendo la hembra de mayor tamaño, más pesada y con plumaje distinto al del macho. 




La hembra adulta presenta un plumaje de color más pardo oscuro, tanto en la zona dorsal, como en la ventral (menos contrastada).




La cabeza, la garganta y la nuca son de tonalidades blanco amarillentas. Presentan unas manchas ocráceas claras en los hombros.




Cuando vemos volar a esta rapaz, es característico el hecho de que el perfil de sus alas forma una “V” abierta (poco profunda).




Su vuelo es bajo, como los demás aguiluchos, pero más a menudo lo hace también a mayor altura, en general entre tres y cinco metros sobre el suelo o las plantas palustres, alternando cortos batidos de alas con las mismas muy elevadas.




Se alimenta principalmente de pequeños mamíferos (roedores y conejos), pájaros, aves acuáticas y sus huevos, reptiles y, en menor medida, de peces y anfibios. Ocasionalmente, si escasean las presas habituales, se alimentan de algo de carroña. Se trata de un ave rapaz muy perezosa y apática que no arriesga mucho al cazar, procurando hacerlo sobre presas fáciles como jóvenes aves acuáticas y otras que han sido heridas en las cacerías.




Su hábitat está ligado fundamentalmente a humedales, lagunas, marismas, marjales, albuferas y zonas con abundante vegetación palustre (carrizos, eneas, juncos) aunque también puede establecerse en grandes extensiones de cereal. Para cazar suele desplazarse a campos de cultivo, baldíos o pastizales.




En la Península Ibérica es un ave residente habitual aunque también pueden verse un buen número de ejemplares en migración (septiembre-octubre) procedentes de Centroeuropa y países nórdicos de paso hacia África. Suelen elegir para invernar zonas de grandes humedales del sur y el este de la península para abandonarlos al principio de la primavera.


El paso prenupcial por nuestro territorio se inicia en las áreas de invernada africanas hacia el mes de febrero o marzo, haciéndolo en primer lugar los machos. Se desplazan hacia el Norte de Europa en donde se reproducen fundamentalmente en el sur de Escandinavia, Gran Bretaña, Francia y en el sur de Rusia.

Al respecto del Aguilucho lagunero occidental comentar que pude presenciar a distancia, pero no me dio tiempo a fotografiar, el momento en que uno de ellos lanzo un ataque con sus garras a una de las muchas liebres que en esos días de mediados de agosto se podían ver por la zona a campo descubierto.




La liebre reaccionó quedándose quieta al lado de la rapaz, la cual, tras posarse al lado de ella en la tierra, debió decidir que era demasiado enemigo para ella y decidió abandonar la zona sin intentar acabar con ella.




Me resultó sumamente difícil estar "pajareando por el entorno del Cabo Negro y no realizar fotografías de las dos últimas aves rapaces de esta serie. Me estoy refiriendo a las dos más habituales pero no por ello menos bellas: el Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y el Busardo ratonero (Buteo buteo). Al primero de ellos, el Cernícalo vulgar, pude realizarle alguna fotografía cuando se encontraba plácidamente encima de un rollo de hierba seca, dando cuenta de una de sus capturas, que si no me equivoco, podría ser una golondrina común.




Inevitablemente también, le pude realizar alguna que otra toma cerniéndose aprovechando el viento en contra en su constante búsqueda de alimento y en compañía de su pareja. Imágenes del macho...




... y de la hembra que me quiso mandar un saludo con su garra.




Para finalizar comparto algunas fotografías del Busardo ratonero (Buteo buteo) que en esos días de mediados del mes de agosto eran muy numerosos y con unos plumajes muy diferentes.




Resultaba difícil no encontrar a alguno de ellos en algún prado en el que hubiera algún rollo de hierba depositado tras la reciente siega. 




Para ellos esos rollos suponen una atalaya muy atractiva, al igual que lo son los postes del tendido eléctrico, desde donde están atentos a poder divisar algún roedor y poderles dar captura.




Pero sin duda, cuando se les puede apreciar con más detalle la belleza de su plumaje, es cuando los podemos observar en vuelo.




Finalizo con las imágenes de la pelea que pude presenciar en las alturas entre dos ejemplares de Busardo ratonero, en la que pusieron a funcionar todas sus habilidades y acrobacias. Quiero imaginar que se trataba de un simple juego o de un simple ejercicio de habilidades acrobáticas.






Muchas gracias por vuestra atención y nos vemos en la próxima entrada.

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