sábado, 14 de mayo de 2022

Dos curiosas escenas por la playa: una en negro y otra en blanco. Milano negro (Milvus migrans). Garceta común (Egretta garzetta).

El pasado día 10 de mayo de 2022 mientras me encontraba observando y fotografiando a una gran cantidad de aves limícolas en la playa de Bañugues (Gozón. Asturias), tuve la oportunidad de observar y en buena medida fotografiar dos escenas que atrajeron enormemente mi atención.

Cuando uno pasea por la zona del pedrero de esa playa pretendiendo observar algún ave, espera encontrar entre las múltiples rocas alguna gaviota, zarapito, chorlito o cualquier otra ave limícola que afortunadamente en ésta época abundan por allí (archibebes, chorlitejos, correlimos, etc). Lo que ya no es tan frecuente es ver llegar a posarse en lo alto de una de esas rocas a un Milano negro (Milvus migrans). Le había visto previamente dando vueltas sobrevolando la zona del arenal de la playa, cuando de repente y sin que me diera tiempo a enfocarle, le vi llegar a posarse en esa zona frente a mi posición.




Enseguida me pude percatar de que portaba algo entre sus garras, ya que empezó a hincarle el pico y a empezar, poco a poco, a desplumar a su víctima.





Desde mi distancia no era capaz de poder diferenciar que especie había atrapado, pero lo que estaba claro, al ver las plumas volar, es de que se trataba de un ave y no de otra especie de presa como podía haber sido un roedor.





Cuando clavó su mirada sobre mí, pensé que inmediatamente emprendería el vuelo hacia otro posadero para proseguir comiéndose a su preciada captura, pero afortunadamente, no fue así y permaneció en ese mismo lugar durante un buen rato, permitiéndome conseguir un buen puñado de fotografías para poder inmortalizar ese acontecimiento.





La verdad es que yo había podido observar en otras ocasiones a alguna que otra ave rapaz, en especial al Halcón peregrino, atacando en ese entorno de la playa a las aves limícolas que en ella descansan o se alimentan, pero nunca había podido observar a todo un Milano negro, haciendo picados sobre esas pequeñas aves y mucho menos poder observarle como, poco a poco, daba cuenta de una de ellas delante de mí.





Por más que he intentado llegar a identificar a la presa, he de reconocer que no he sido capaz, aunque al final me decanto porque fuera un estornino, dada la coloración tan negra de ella y su tamaño.





Pero la para mí gran sorpresa, vino de repente, cuando sin que nadie ni nada le intimidase, ya que yo no me había movido de mi posición inicial y en ese momento no había por la zona otras personas o aves cercanas, empezó a mostrar su imagen más feroz o agresiva.





La verdad es que tenía un aspecto que quitaría las ganas a cualquiera de acercarse a él.





Además, hacía gala de esa expresión a un lado y a otro, incluso hacia su propia víctima.





Una vez puesta de manifiesto su imagen sumamente agresiva, continuó con su tarea sin perturbarse lo más mínimo.





El Milano negro es un ave rapaz que, en contraste con su familiar, el Milano real (Milvus milvus), cuya área de cría se limita esencialmente a Europa, es una ave de presa que tiene una gigantesca área de distribución, siendo una de las más extendidas y abundantes en Europa (con cerca de 100.000 parejas reproductoras) donde alcanza una gran densidad en algunos países, entre ellos España. También está presente en, África, Asia y Oceanía.





En ello, obviamente, ha contribuido el que se trate de una de las rapaces más oportunistas y adaptables de nuestro entorno, cuyo espectro alimentario es extremadamente amplio que incluye cada día más a la carroña proveniente de desperdicios que le ofrecen los basureros (desechos humanos), granjas, mataderos y muladares, de gran variedad de pequeños animales, muchos de ellos atropellados en la carretera. También es capaz de incluir en su dieta alimenticia a las aves, mamíferos, pequeños roedores, reptiles, anfibios, grandes insectos, moluscos, así como peces muertos o enfermos. En general, se puede considerar que tienen una alimentación fundamentalmente carroñera, ya que prefieren comer animales muertos o cazar animales heridos, antes que cazar a los que están sanos.






Ese mismo día 10 de mayo, justo en el extremo opuesto de la playa de Bañugues, me estuve entreteniendo durante un buen periodo de tiempo, de las idas y venidas que a escasos metros de mi posición realizaba la segunda protagonista de ésta entrada, una Garceta común (Egretta garzetta) que ponía de manifiesto todas sus habilidades para poder alimentarse.





Yo permanecía sentado, inmóvil, en ese extremo del arenal esperando a que, poco a poco, fuera subiendo la marea y con ella se fueran aproximando las pequeñas aves limícolas que se alimentaban cerca de la orilla, cuando ella intentaba una y otra vez pescar algún pez justo en la zona donde rompían las pequeñas olas que ese día había y que la permitían visualizar a través del agua.





A partir de ese momento y tal vez debido a mi posición algo oculta y mi inmovilidad, empezó a ofrecerme todo un espectáculo de posturas y movimientos propios de las maniobras de pesca que habitualmente utilizan los componentes de ésta bella especie.





Una de las técnicas que utilizan habitualmente consiste en ir caminando por las aguas someras y realizando paradas durante las cuales remueven el fondo con sus patas con el fin de espantar y así poder detectar a sus posibles presas.





Una y otra vez repetía sus airados movimientos hasta que tras los violentos picotazos era capaz de obtener sus recompensas en forma de alevines de pececillos.





Aunque no siempre se limita ésta especie a pescar pequeños crustáceos o alevines de pececillos, en alguna que otra ocasión he tenido la oportunidad de inmortalizarla pescando algún pez de cierta entidad.





En capturas de peces de cierto tamaño, lo que si se hace necesario e imprescindible es acomodarlos con pequeños movimientos del pico para poderlos deglutir con la cabeza en primer lugar, ya que de lo contrario las escamas y la propia aleta dorsal que tienen imposibilitaría el deslizamiento por la garganta del ave.





Una vez lograda la posición adecuada, la deglución no les ocasiona el más mínimo problema como puede apreciarse en las imágenes.




Normalmente para pescar a sus presas acostumbran a permanecer inmóviles acechando a su presa con el pico apuntando hacia el agua y cuando la presa se pone a tiro estiran su cuello mediante un movimiento rapidísimo haciendo que el pico se proyecte sobre ella como si fuera un arpón.





En otras ocasiones, utilizan la estrategia de dar pequeños saltos sobre la superficie del agua, desplegando sus alas en su totalidad con el mismo objetivo de hacer que se muevan sus potenciales presas y así poderlas detectar.





Unas posturas que te permiten observar en todo su esplendor su bello y níveo plumaje y obtener unas imágenes guapas.





La Garceta común es una de esas especies a la que los aficionados a la fotografía de aves, dada su abundancia y la facilidad de encontrarnos con ella, habitualmente no le prestamos demasiada atención, pero de la que no cabe duda que atesora una gran belleza y fotogenia.





También en ésta época nupcial exhiben un penacho de dos plumas largas y estrechas de unos 15 cm de longitud que crecen en la parte de la coronilla y cuelgan por detrás del cuello.





La Garceta común (Egretta garzetta) es una garza de mediano tamaño que presenta un aspecto esbelto y elegante con una longitud de entre 55-65 cm y una envergadura de entre los 88-106 cm, siendo su tamaño algo mayor que el de la Garcilla bueyera. El peso puede llegar hasta los 550 gr. No hay dimorfismo sexual en esta especie, siendo los machos ligeramente mayores que las hembras. Pertenecen al orden de las “Pelencaniformes”, familia “Ardeidae” y género “Egretta”.





Presentan un plumaje enteramente blanco. En la cara tienen una franja de piel desnuda de color gris azulado o verdoso que une la base del pico (largo y de color negro) con el ojo y que se vuelve de color verdoso amarillento en época reproductora.





Las patas son largas y de color negro, excepto los pies y los dedos que son de un característico color amarillo brillante, dando un fuerte contraste que permite una rápida identificación de la especie en vuelo. 



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