Para un aficionado al “pajareo” que resida en el municipio de Avilés (Asturias), como es mi caso, constituye un verdadero contratiempo el hecho de que llevemos desde finales del pasado mes de octubre (más de tres meses, que se dice pronto) confinados en nuestra comunidad autónoma y como consecuencia, sin poder realizar algún que otro desplazamiento a los lugares fuera de nuestra autonomía a los que habitualmente acudíamos para observar y fotografiar aves en ésta época. Para colmo de males, si no me equivoco, desde el 17 de enero ese confinamiento se redujo aún más, quedándonos confinados en nuestro municipio con lo que las múltiples salidas que realizábamos a zonas costeras para observar aves, se vieron bruscamente interrumpidas.
Así pues, y dado a que ello nos obliga legal y moralmente a permanecer dentro del perímetro establecido, para poder seguir desarrollando nuestra afición nos hemos tenido que adaptar y dedicarnos a la observación y fotografía de las principales aves paseriformes de nuestros parques y jardines urbanos que con sus cánticos y revoloteos nos van anunciando la inminente llegada de la primavera.
Otra interesante alternativa a la que felizmente he tenido la posibilidad de acceder, ha sido la de la observación de un pájaro al que yo tengo catalogado como un verdadero prodigio, ya que es capaz de nadar, bucear e incluso caminar debajo del agua y a contracorriente, manteniéndose unido firmemente al fondo. Se trata del Mirlo acuático europeo (Cinclus cinclus) que en Asturias conocemos también como “Llavaculos” o “Culapa” debido a una característica que más adelante explicaré.
Ya solo con el hecho de poder acercarte a un entorno fluvial, en el que simplemente puedas observar y escuchar el fluir del agua por sus cauces naturales, es una verdadera hermosura, pero si además, le añades la posibilidad de disfrutar de la presencia de esta interesante ave desarrollando las múltiples actividades cotidianas, el entretenimiento está garantizado.
Además, debido a las recientes nevadas y el buen número de días de lluvia que hemos tenido en Asturias, ha favorecido el hecho de que el caudal de los ríos sea bastante elevado, lo cual te permite obtener interesantes fotografías de los saltos de agua que como consecuencia se producen.
Entrando en materia, en estos días del mes de febrero, en un río a las afueras del centro de Avilés, y como viene siendo costumbre desde hace ya unos cuantos años atrás, una pareja de mirlos acuáticos se encuentran especialmente activos eligiendo la ubicación más adecuada en donde situar su nido y acopiando materiales para la construcción del mismo.
Esa actividad en concreto me ha permitido obtener muchas de las fotografías que comparto en ésta entrada y que, al menos para mí, tienen un encanto especial por su fotogenia y por permitirme observar el “modus operandi” llevado a cabo para tal fin.
También he intentado captar en diversas imágenes las maniobras que utiliza esta interesante ave para conseguir su alimento debajo del agua y que no dejan de impresionarme.
En otras ocasiones he tenido el privilegio de poder observar y fotografiar esos momentos tan especiales que todas las aves llevan a cabo cuando realizan la limpieza y acicalamiento diario de su plumaje.
Al captar las siguientes imágenes me sorprendió la postura y expresión que adoptó el Mirlo acuático cuando se intentaba rascar el cuello. Una expresión que no le daba un aspecto nada afable y que me permitió observar con detalle el curioso interior de su garganta.
Para un fotógrafo de la naturaleza y en especial de aves, constituye todo un reto el poder obtener alguna fotografía más o menos decente de un ave sumamente nerviosa que se mueve en ambientes sombríos o con muchos reflejos.
Unos reflejos que en otras ocasiones hemos intentado aprovechar para obtener alguna que otra imagen “distinta” de las habituales.
En unos casos resaltando los brillos y colores que las concentraciones de agua producen en cuanto se exponen al sol y en los ángulos oportunos.
En otras ocasiones, de lo que se trata es precisamente de lo contrario y por medio de alargar los periodos de exposición y templando bien el pulso, ya que en ningún momento he llegado a utilizar el trípode, se pueden obtener imágenes curiosas del agua con aspecto sedoso. Un tipo de imágenes que siempre nos gusta obtener a los aficionados a la fotografía en ambientes de corrientes de agua.
No fue tan fácil el intentar obtener otro estilo de fotografías que también nos suelen gustar a los aficionados a la fotografía. Me estoy refiriendo a los desenfoques que, al fin y al cabo, pretenden resaltar los motivos que se encuentran en el fondo de la imagen. Con todo y con eso, intentamos obtener alguna de ese tipo, pero no con mucho éxito, como podréis comprobar.
El Mirlo acuático europeo (Cinclus cinclus), es una especializada ave que está considerada un excelente bio-indicador del estado de pureza de los cursos de aguas, ya que siempre se le asocia con ríos y arroyos de curso permanente, de aguas limpias y bien oxigenadas.
Son aves muy sensibles a la contaminación química de las aguas en las que vive y que suelen ser cursos fluviales permanentes, con una cierta pendiente (superiores a 30 m/Km) y que no sean muy profundos. Además, es importante que existan abundantes cantos rodados o rocas en su lecho, ya que los utilizan como oteaderos y/o reposaderos y es precisamente debajo de ellos donde encuentran su alimento (macroinvertebrados acuáticos).
La realidad es que, efectivamente, se trata de una especie muy sensible a la contaminación de las aguas. Esas alteraciones o cambios en las condiciones físico-químicas del agua hacen que puedan acabar con sus principales presas (macroinvertebrados acuáticos como los tricópteros y los efemerópteros), las cuales a su vez son especialmente sensibles, en particular a la acidificación del agua. Esto conlleva a que exista una correlación negativa entre el pH del agua y la abundancia de mirlos acuáticos.
Entre las curiosidades que podemos destacar del Mirlo acuático europeo, me parece interesante comentar que es el ave nacional de Noruega y que es la única ave del orden de las paseriformes que tiene la nada desdeñable capacidad de nadar, bucear e incluso caminar por debajo del agua, contracorriente, manteniéndose unido firmemente al fondo.
Para poder llevarlo a cabo, lo que hace es mantener la cabeza y el dorso inclinados hacia abajo mientras busca presas bajo los guijarros y es la propia presión que ejerce la corriente contra él, lo que le empuja hacia el fondo y le permite caminar por él, ayudándose como mucho, con un pequeño aleteo si la corriente es fuerte. Al nadar y bajo el agua, rema con las patas.
Para facilitar sus inmersiones, su cuerpo ha tenido una serie de adaptaciones como el hecho de que su sangre puede portar más oxígeno (tiene mayor afinidad por el oxígeno) que la de otros paseriformes, lo que les permite permanecer bajo el agua hasta medio minuto, aunque lo habitual es que sea de 3 o 5 segundos y que no exceda de los 10 o 20.
Los mirlos acuáticos están entre los pocos pájaros cantores que nadan y se zambullen.
Además tiene un plumaje denso con un abrigo de plumón debajo y están dotados de una glándula uropígea (también conocida como la glándula del acicalamiento) que se encuentra debajo de la base de la cola y que segrega un aceite, el cual distribuye con el pico por el plumaje para mantenerlo impermeable.
También poseen una membrana nictitante ocular para proteger el ojo durante los periodos de inmersión y una membrana en la narina que se cierra en el momento de sumergirse para evitar la entrada de agua.
La forma de su cuerpo fusiforme y el hecho de que sus alas y cola sean cortas, también les facilita para la tarea nada fácil de nadar y bucear. En situaciones en que la corriente es fuerte, utilizan el batido de sus alas para desplazarse por el agua.
Se sumerge a profundidades que rondan el metro, y una vez en el fondo del arroyo, encuentra a sus presas volteando los guijarros, a lo que le ayuda tener un pico relativamente largo, fino y ligeramente curvo hacia arriba.
El Mirlo acuático europeo es un ave Paseriforme y el único representante de la familia “Cinclidae” que tenemos en Europa. El género “Cinclus” incluye cinco especies en todo el mundo, de las cuales, tan sólo “Cinclus cinclus” está presente en Europa.
A su vez, de esta especie “Cinclus cinclus”, se han descrito 14 subespecies basadas en variaciones de tamaño y coloración. La subespecie nominal “Cinclus cinclus cinclus”, tienen el abdomen de color castaño-rojizo, está presente en el norte, noroeste y centro peninsular e incluye como sinónimos los taxones “pyrenaicus” (Pirineos occidentales hasta la zona cantábrica de Santander) y “atroventer” (desde Santander hacia el Oeste, Asturias, Galicia, norte de Portugal).
Por el este y el sur (Sierras de Gata, Gredos y Guadarrama) se distribuye “Cinclus cinclus aquaticus”, que tienen el abdomen de color pardo oscuro.
Existen también dentro de la Península Ibérica mirlos acuáticos de coloración intermedia entre las dos subespecies que comenté antes y, en extensas zonas donde se sobreponen ambas poblaciones, no siempre resulta fácil determinar a cuál de ellas pertenecen.
Tienen una longitud de unos 17-20 cm y una envergadura de 25-30 cm. Su peso puede llegar a los 65 gramos. No hay dimorfismo sexual en esta especie, aunque los machos son de un tamaño mayor.
Tiene un aspecto rechoncho y compacto con cuello corto y tanto el dorso como los flancos son de un color marrón muy oscuro, casi negro que contrasta notablemente con un amplio y conspicuo babero blanco que abarca el mentón, la garganta y el pecho.
El vientre es de color marrón chocolate.
Las alas y la cola son cortas y del mismo color marrón oscuro que el del dorso. Se sirven del aleteo de ellas para nadar y bucear contra la corriente del agua cuando ésta es grande. También sus huesos son macizos, siendo esta una característica exclusiva entre las aves voladoras. Esta morfología obedece a una adaptación a su medio acuático, y favorece su desplazamiento cuando bucea en busca de presas.
La cabeza, la nuca, los laterales del cuello también son de color marrón chocolate.
Los ojos tienen el iris de color marrón oscuro y tienen una llamativa membrana nictitante blanca. Están bordeados por un fino anillo periocular de color marrón.
El parpadeo, que se desarrolla por el cierre reflejo de los párpados, no es más frecuente en el Mirlo acuático que en otros ejemplares, aunque es más notable por el borde blanco del párpado superior, que de otro modo quedaría oculto. No tiene nada que ver con los movimientos de la membrana nictitante con la que se asociaba anteriormente.
El pico es corto, delgado, puntiagudo y de color negruzco.
Las patas son robustas, no muy largas y de color marrón.
Acostumbran a llevar algo elevada su corta cola.
Los jóvenes tienen el plumaje de color gris apagado con barras onduladas pálidas por encima y otras oscuras por debajo que le dan un aspecto escamoso. Tienen un anillo periocular de color blanco. Su babero es más pequeño que el de los adultos, es de color crema sucio y además está poco delimitado en el vientre.
El Mirlo acuático europeo tiene un carácter nervioso y acostumbra a realizar vuelos rápidos, cortos y con escasos batidas de alas, que llevan a cabo a lo largo del río y a ras de la superficie del agua, para desplazarse de unos posaderos a otros. Aunque son rápidos volando no lo hacen por mucha distancia de un tirón, normalmente entre 50 y 100 metros, pero a menudo mucho menos.
Cuando está posado sobre las piedras, suele mostrarse inquieto, realizando continuas flexiones y estiramientos con las patas y levantando la cola (“reverencias” repetidas), de ahí viene la denominación de “Llavaculos” o “Culapa”, en asturiano.
Ambos sexos cantan emitiendo un repetitivo “chuik, chuik, chuik”, corto, sonoro y aflautado que emite mientras vuela o estando posado para defender el territorio.
Cantan durante todo el año excepto a partir de la mitad de julio o un poco antes cuando comienzan el período de muda, permaneciendo silenciosos hasta octubre.
Como reclamo emite agudas notas que suenan como "zit" o "clinc".
Emite también de dos a cuatro sonidos metálicos tipo "zit" cuando está alarmado o se aproxima al nido
El Mirlo acuático europeo es una especie muy territorial y cuando un intruso penetra en el territorio, se enfrenta a él realizando una exhibición de advertencia. En esa exhibición, el ave se mantiene erguida, levantando la cabeza, apuntando con el pico al cielo, para mostrar el llamativo pecho blanco, que eriza, al mismo tiempo que emite ruidosos cantos.
Durante la exhibición, balancea suavemente la cabeza de lado a lado mientras canta, al mismo tiempo que hace vibrar las alas y despliega totalmente la cola. En ocasiones puede parpadear reiteradamente, mostrando su párpado de color blanco.
En su afán de defender su área de alimentación y de reproducción, no sólo se defiende de otros mirlos acuáticos, sino que también pueden atacar a otras especies de aves fluviales que se internen en sus territorios, como es el caso del Martín pescador o de la Lavandera cascadeña.
Tiene un amplio rango de distribución por gran parte del Paleártico, donde existen 14 subespecies registradas. Están presentes en Europa, norte de África y en Asia. En Europa se encuentra en Escandinavia (ave nacional de Noruega), islas Británicas, desde Francia, Bélgica y Dinamarca hasta Polonia y por el sur en Grecia, Italia y Península Ibérica. También lo encontramos en el noroeste de África (Marruecos y Argelia), Turquía, Líbano, Cáucaso, Urales, Irán, Afganistán, China y este de Siberia.
En España de distribuye principalmente por el norte de la península, debido a la mayor presencia de ríos adecuados para la especie. En el centro y el sur peninsular está restringida a los sistemas montañosos.
En nuestro país, como ya vimos antes, se han descrito dos subespecies: la “C. c. cinclus”, en el noroeste y norte de la Península, y la “C. c. aquaticus”, en el este y sur. Aparece por toda la región cantábrica, Pirineos y Galicia, así como por el Sistema Central y el Sistema Ibérico, donde su distribución es más fragmentaria. En el sur de la Península, la especie se hace aún más rara, con poblaciones aisladas en los Montes de Toledo, Las Villuercas, Sierra Morena, Sierra Nevada, Cazorla y serranías malagueñas y gaditanas. Falta en Canarias, Baleares y Melilla, y podría haberse extinguido en Ceuta.
En España el Mirlo acuático Europeo no es especie migradora sino que son residentes habituales en toda su área de distribución. Pasan todo el año en una reducida zona y sólo en el otoño e invierno desciende de nivel siguiendo los cursos de los ríos y entonces los podemos ver en las orillas de los ríos de curso lento y ancho cauce, cerca de rabiones o pequeñas cascadas e incluso en estuarios. Los jóvenes a partir del otoño realizan movimientos dispersivos en busca de un territorio vacío donde establecerse.
Como ya vimos antes, su hábitat se encuentra en los ríos y arroyos de curso permanente, con pendientes medias de entre el 2% y el 15% (propias de los ríos y arroyos de media y alta montaña), de aguas limpias y bien oxigenadas (que posibiliten la presencia de ricas poblaciones de invertebrados acuáticos), poco profundas (que permitan el afloramiento de piedras en el curso del río) y con abundantes cantos o guijarros en el lecho.
Su alimentación se compone básicamente (alrededor del 90%) de insectos acuáticos (tricópteros, efemerópteros y plecópteros) y sus larvas, particularmente de moscas de las piedras (simuliidae), libélulas (odonatos), escarabajos acuáticos y frigáneas, aunque también come, moluscos y pequeños crustáceos, gusanos, e incluso alevines de peces y renacuajos.
Su principal presa, las larvas de tricópteros (“maravallos” en asturiano), suelen estar protegidas por un estuche tubular fabricado con pequeñas piedrecitas que el Mirlo acuático es capaz de romperlo golpeándolo contra las rocas. Si las larvas son de pequeño tamaño, puede llegar a ingerirlas con el estuche protector.
Al hilo de esto quiero comentar que, lamentable, como ha ocurrido en otras ocasiones, surge el problema de que estos “maravallos” son también el alimento de las truchas y los juveniles de salmón y por tanto un cebo muy cotizado por los pescadores fluviales, por lo que en ocasiones, se han considerado a los mirlos acuáticos enemigos de estos pescadores, habiendo llegado a aparecer nidos de estas aves destruidos. Además y a pesar de cuanto se ha dicho, está comprobado que no comen huevos de Trucha o Salmón.
El Mirlo acuático puede también alimentarse en tierra, incluso de insectos alados, a los que captura con cortos vuelos de manera similar a como lo hacen los papamoscas.
También durante la búsqueda intensiva de alimentos, introducen pausas para el descanso y el cuidado del plumaje.
Pasan la noche en lugares protegidos, a menudo en nichos, medias cuevas o cuevas, generalmente en el borde del agua de su recinto, pero no en un nido.
El período de actividad del mirlo acuático europeo comienza poco antes del amanecer y termina aproximadamente con la puesta del sol. Las primeras horas de la mañana y las últimas horas de la tarde se utilizan más intensamente para la búsqueda de alimentos.
El Mirlo acuático es una especie principalmente monógama. El cortejo es muy similar al comportamiento de amenaza a un intruso del que comenté anteriormente. En él se establecen persecuciones en las que el macho persigue a la hembra, la cual se resiste.
El periodo de reproducción lo realiza entre los meses de marzo y abril. Ambos progenitores construyen un extenso nido de forma esférica en las grietas y en los agujeros de las rocas o de los troncos, en muchas ocasiones ocultos tras las caídas de agua, aunque también es frecuente que los construyan en semi-cuevas o cuevas naturales a lo largo de sus aguas de alimentación o bajo los puentes, taludes y chorreras de las márgenes del río.
Normalmente el nido se cubre desde arriba contra la lluvia, se prefieren los lugares semioscuros. A veces el nido está completamente construido en una cueva y apenas se puede ver desde el exterior. Ocasionalmente, se encuentra detrás de una pequeña cascada.
Para su elaboración dedican unos 14 días y utilizan hierbas y musgo firmemente entrelazado que luego lo recubren con hojas secas.
El material de nidificación se utiliza mojado y a menudo sumergido en agua antes de su uso. Una curiosa característica de los nidos de los mirlos acuáticos es la barba colgante del agujero de entrada, que sirve tanto como canalón de lluvia como punto de parada cuando los padres que están comiendo ya no se deslizan en el nido.
Esos nidos los reutilizan durante muchos años y se expanden y difunden constantemente, pudiendo crecer hasta convertirse en estructuras extensas con un diámetro de más de medio metro.
La puesta se compone de 4-6 huevos de color blanco. La incubación que es llevada a cabo por la hembra, dura una media de 16 días. Los pollos son cebados por ambos progenitores durante un periodo que varía entre 18 y 22 días, transcurridos los cuales abandonan el nido. Es frecuente que realicen dos puestas durante la primavera aunque en la segunda pongan menos huevos.
En cuanto a las principales amenazas que tiene esta especie, hay que volver a recordar que es un ave muy sensible a la alteración de su hábitat, por lo que el creciente deterioro de ríos y arroyos está directamente relacionado con la cada vez menor presencia o abundancia de la especie.
La degradación de las cuencas, la contaminación y la acidificación de las aguas son responsables de la desaparición de los invertebrados que le sirven de alimento, mientras que la regulación de los ríos por construcción de presas, canales, tomas de agua, etc., reduce el hábitat óptimo de la especie. Por otro lado, la presencia continua de paseantes, pescadores o excursionistas en las riberas donde cría puede provocar la pérdida de puestas.
La especie se encuentra en regresión desde los años ochenta del pasado siglo en casi toda su área de distribución. Actualmente, aunque el Mirlo acuático no se incluye en el Libro Rojo de las aves de España, el deterioro general de los cursos de agua ya ha colocado a la especie al borde de la extinción en algunas regiones mediterráneas. En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas aparece incluido dentro de la categoría “De interés especial”.
Exhaustiva entrada como acostumbras y profusamente documentada con informaciones de mucho interés y fotografías de enorme calidad y belleza. Yo tengo una especial atracción por esta ave que además de hermosa me parece fascinante por su singular comportamiento en el medio acuático. Saludos José Ignacio
ResponderEliminarMuchas gracias por tú amable comentario. Aficionados como tú son los que me animan a seguir adelante con mis publicaciones. En lo referente a ésta ave en concreto, coincido totalmente con tu parecer: tanto ella como su entorno son una maravilla. Saludos cordiales Julio y recomendar a los aficionados que visiten tu magnífico blog (https://instantesalados.blogspot.com/) en donde encontraran unas preciosas fotografías.
EliminarEs una de mis aves favoritas. Lo he llegado a ver en el río Duero a su paso por Zamora ciudad. Preciosa entrada. Enhorabuena y un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Saludos.
EliminarPrecioso post y muy buen blog. Muchas gracias por compartir.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias por tu comentario y amabilidad. Saludos.
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