La semana pasada a través de unos amigos con los que había quedado para compartir una mañana de “pajareo” en el entorno de El Cierrón (Villaviciosa. Asturias) y que, lamentablemente, a última hora se me frustró, tuve noticia de la presencia de una nutría que les hizo estar entretenidos casi toda la mañana, dejando el pajareo para una mejor ocasión.
Una actitud de lo más comprensible, ya que no todos los días tienes la oportunidad de observar y fotografiar a escasos metros de distancia a un emblemático mustélido como es el caso de la Nutria europea o paleártica (Lutra lutra). Todavía mantengo fresco en mi memoria el anterior encuentro del que pude disfrutar con una nutria y sus dos crías bañándose y jugueteando en aguas costeras del occidente asturiano (Castropol, abril 2020) (enlace).
Como es lógico, la noticia corrió como la pólvora y ese mismo día y los siguientes atrajo la atención de un buen puñado de aficionados que no quisieron perder esa oportunidad de observar e inmortalizar esa presencia en unas cuantas fotografías.
Transcurridos un par de días desde que se la localizara y ante el inminente confinamiento que se nos venía encima, pude escapar tan solo un par de horas al final de la mañana del lunes 16 de enero para intentar localizar y, si fuera posible, fotografiar a la ya famosa nutria.
No eran las mejores horas para poder conseguir realizar unas buenas fotografías, pero eso pasaba a un segundo plano ya que tan sólo el poderla observar a través del visor de la cámara, ya merecía la pena.
Una localización y observación que no resultaban nada fáciles, ya que a los importantes contraluces que se daban en el agua al estar el sol tan alto, se añadían, como es costumbre en esa especie, el gran mimetismo de su pelaje con el entorno y el gran sigilo y habilidad que en todo momento puso de manifiesto la nutria al moverse por esas aguas turbias rodeadas de una densa vegetación.
Según tengo entendido, la presencia de la nutria y de otros mustélidos en el entorno de la ría de Villaviciosa, no es nada de extrañar aunque el hecho de que se dejen ver tan cerca y confiadas en un entorno relativamente pequeño como son las pequeñas charcas de ese entorno de la senda peatonal que une El Salín con El Cierrón, no es muy habitual.
Otra de las sorpresas de esos encuentros lo constituía el hecho de la hora en que se produjeron, ya que yo sepa, se trata de unos mamíferos con hábitos bastante crepusculares o nocturnos que acostumbran a estar activas desde el atardecer hasta el amanecer, pudiendo ser observadas durante el día en lugares no frecuentados por el hombre o en ciertos momentos del año.
Sin duda la abundancia de cangrejos en la zona fue un factor determinante de su presencia allí y de los que a lo largo de varios días dio debida cuenta, ya que era constante la caza e ingesta de unos buenos ejemplares. El crujido que ocasionaba al triturarlos con su potente dentadura nos servía de referencia auditiva para averiguar su localización a los allí presentes.
Precisamente al respecto de la Nutria europea estos últimos días hemos tenido noticia del resultado del IV Sondeo Nacional de Nutria en España 2014-2018 llevado a cabo por la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos. Se trata del sondeo más reciente de nutrias realizado en España y ha permitido la detección de la especie en más del 60% de las localidades muestreadas y en casi el 80% de las cuadrículas muestreadas. La conclusión más significativa es que más de la mitad del territorio peninsular español cuenta con presencia de nutria y eso viene a constatar que la población de nutrias evoluciona de forma muy favorable en España. Afortunadamente, esta especie, que en los años 70 y 80 llegó a desaparecer en amplias zonas del sureste peninsular por la acción del ser humano, prosigue su recuperación. En general, los resultados fueron más positivos en la mitad occidental que en la mitad oriental de España. La mitad norte registró mayor presencia de nutria que en la mitad sur.
La Nutria europea o paleártica (Lutra lutra), a la que en Asturias se la conoce como “llondra”, es un mamífero carnívoro que pertenece a la familia de los mustélidos, al igual que las comadrejas, martas, garduñas y tejones, entre otros, pero a diferencia de éstos, la nutria presenta hábitos acuáticos. Es un gran nadador y buceador, por lo que sus características morfológicas están adaptadas a este tipo de vida.
Su cuerpo es grande, esbelto y ligeramente aplanado. Mide entre 59 y 85 cm, a lo que hay que añadir la cola, que es ancha y aplanada en la base, y algo puntiaguda en su extremo. Ésta mide entre 25 y 60 cm, es decir, más de la mitad de la longitud de la cabeza y el cuerpo juntos. Los machos suelen ser de mayor envergadura que las hembras. Tienen una masa corporal, 6,1-9,4 kg en machos y 4,4-6,5 kg en hembras. Las nutrias suelen vivir entre ocho y quince años.
Tiene unas patas proporcionalmente cortas y robustas. Pies con las plantas desnudas. Poseen cinco dedos unidos por una membrana interdigital bien desarrollada en manos y pies.
El pelaje es corto, lustroso, espeso e impermeable. El color en la espalda es pardo oscuro, más intenso en el lomo que en las extremidades, y en el vientre es gris sucio, menos en la garganta que es casi de color blanco.
Cráneo alargado, orejas muy pequeñas, casi ocultas bajo el pelo, y hocico ancho (chato) con largas y abundantes vibrisas.
Los ojos, oídos y orificios nasales están desplazados hacia la parte superior de la cabeza. Todas estas características denotan su adaptación a la vida semiacuática.
La nutria nada con el cuerpo sumergido y la cabeza afuera. Se sumerge con movimientos rápidos, y bucea durante de 10 a 40 s.
Su hábitat óptimo se encuentra en los tramos bajos y medios de los ríos más ricos en fauna piscícola, pero, como lamentablemente normalmente están contaminados o muy degradados, ello les obliga a utilizar los tramos más altos. También vive en lagos, embalses e incluso en el litoral (como ocurre en las costas cántabro/atlánticas del norte peninsular). En el caso de esas poblaciones costeras de nutrias, la disponibilidad de agua dulce cercano es un factor determinante, ya que tienen necesidad de agua dulce para lavarse y eliminar la sal de su pelaje, manteniéndolo de esa forma en unas condiciones óptimas.
En general, utiliza cauces con riberas bien conservadas, con disponibilidad de alimentos, cierta tranquilidad y un mínimo de cubierta vegetal, indispensables para que puedan ubicar sus refugios y madrigueras de cría. La nutria, es una buena indicadora de aguas limpias.
Se alimenta fundamentalmente de peces (truchas), y en menor medida por anguilas, anfibios, culebras, cangrejos, reptiles y, en ocasiones si no dispone de los anteriores, insectos, aves acuáticas con sus polluelos y puestas o mamíferos.
Su madriguera suele estar ubicada al borde del agua, aprovechando cuevas naturales, madrigueras abandonadas, entre la maleza de las isletas de los ríos, etc. pero siempre protegidos de una posible crecida del río. Disponen de una abertura para mantener ventilada la madriguera. El suelo suele estar compuesto por hierba seca, o bien con musgo y hojas. En ellas se suelen encontrar deyecciones, y si hay crías dentro, tienen un olor desagradable y penetrante. Fuera del periodo de cría, la nutria no tiene domicilio fijo, valiéndose de diversos refugios temporales para descansar o pasar algunas noches.
La Nutria europea es una especie capaz de reproducirse en cualquier momento del año, aunque la mayor parte de los partos tiene lugar entre los meses de mayo a septiembre, ya que adapta su ciclo biológico a los ciclos de abundancia de sus presas principales. La gestación dura aproximadamente dos meses, al término de la cual nacen 1-5 crías, más frecuentemente 1-2 que permanecen en la madriguera hasta su quinta semana de vida y no se independizan de la madre hasta después de un año. Alcanzan la madurez sexual a los dos años.
La Nutria europea se distribuye por la región paleártica, incluido el norte de África, y parte de la región Indo-malaya. La nutria era una especie presente por toda la geografía peninsular hasta mediados del siglo XX. A partir de los años 50 del siglo pasado la nutria experimentó un dramático proceso de rarefacción debido fundamentalmente a la persecución, la disminución de los recursos alimenticios, la destrucción de su hábitat y a la contaminación, lo que la llevó a desaparecer de gran parte de la Península, especialmente en su mitad este y en las zonas más habitadas. Hacia 1987 se produce una inflexión, iniciándose un proceso de recuperación que ha seguido hasta la actualidad. En el Levante y este de Andalucía este proceso es mucho más lento.
Está incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Fauna Vertebrada del Principado de Asturias dentro de la categoría de Especies de Interés Especial; su Plan de Manejo fue aprobado mediante Decreto 73/1993. Está incluida además dentro de la categoría de especie de interés especial del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Enhorabuena por las fotografías! Son una pasada, en serio. Ya me encantaría ver tan bien una nutria. Saludos.
ResponderEliminarTe agradezco tu amable comentario Guillermo. Espero y deseo que en breves puedas tener la posibilidad de ese encuentro. Saludos.
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