viernes, 25 de julio de 2025

Algunas observaciones pendientes de publicar de la pasada primavera (Parte 3). Gallineta común (Gallinula chloropus). Garcilla bueyera (Bubulcus ibis). Chorlitejo chico (Charadrius dubius). Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula). Correlimos común (Calidris alpina). Archibebe común (Tringa totanus). Zarapito trinador (Numenius phaeopus).

Como continuación de ésta amplia serie de las observaciones de diversas aves que durante la pasada primavera tuve la fortuna de poder fotografiar y que hasta ahora no he tenido la oportunidad de publicar en mi blog, quiero iniciar ésta nueva entrada con la primera protagonista que, aunque es bastante común en nuestro entorno tuve la oportunidad de fotografiar justo en el momento que una pareja copulaban, cosa que ya no es tan habitual, al menos en mi caso. Evidentemente me estoy refiriendo a la Gallineta común (Gallinula chloropus) también conocida como Polla de agua.






Al margen de estas imágenes curiosas, otra protagonista de la que pude obtener algunas fotografías digamos que también curiosas, en este caso por lo espectacular de su plumaje nupcial, fue la Garcilla bueyera (Bubulcus ibis).




En ocasiones aparece con un variado catálogo de “peinados” que van desde el más clásico y conservador, al más rompedor y "progre" con una imagen más que estrambótica.




Se trata de una garza de mediano tamaño (unos 45-52 cm de longitud y una envergadura que ronda entre los 82-95 cm) de pico y patas algo más cortos que otras garzas de plumaje completamente blanco excepto en el periodo de cría, cuando adquiere tonos anaranjados en el pecho, nuca y dorso.




Este es el principal rasgo que lo diferencia de la garceta común. En invierno (fuera de la época reproductora), cuando ambas garzas son completamente blancas se diferencian por el pico, que la bueyera lo tiene más corto y naranja, y las patas, que la bueyera las tiene anaranjadas (frente a las negras de la común) y no tiene los pies amarillos.




Su denominación común deriva de la costumbre de posarse en el lomo del ganado (vacas, caballos, ovejas, bueyes) para comerse sus parásitos o aprovechar su paso para cazar saltamontes y otros insectos que levantan con sus patas. También pasea por prados y descampados cazando pequeños animales.




Dada su popularidad y costumbres, no es de extrañar la variedad de nombres vernáculos que recibe, tales como: “Espulgabueyes”, “Garrapatera”, “Garza boieira”, “”Garcia llindiadora”, “Escarbabuey”, “Garza ganadera”, “Picabueyes”, “Grulla de las vacas”, incluso “Ave de los elefantes” o “Garza de los rinocerontes”.




Se trata de una especie con una amplia distribución mundial, ocupando el suroeste de Europa. En la Península ibérica se distribuye por la mayoría de su territorio siendo una especie cosmopolita y en franca expansión.


Uno de los comportamientos más curiosos de esta especie es su preferencia por dormir en puntos concretos y en grupo.




Al atardecer estas garcillas levantan el vuelo y se dirigen hacia sus dormideros, a veces bastante alejados de sus zonas de campeo. Durante el trayecto se van uniendo las garcillas de los lugares por donde pasa la bandada, hasta que todas juntas (se puede congregar en decenas o centenares) llegan al dormidero.




Al amanecer realizan la operación contraria. La bandada funciona como un autobús de línea con paradas en las que suben y bajan pasajeros




Tampoco nos debemos olvidar de que también esas bandadas puede resultar un peligro para la seguridad aérea en los aeropuertos, debido al gran número de ejemplares que se pueden concentrar en sus cercanías, formando espectaculares colonias de cría y en los dormideros invernales.




Al igual que otras garzas cuando vuelan lo hacen con el cuello recogido, el pico muy horizontal y las patas sobresaliendo por detrás de la cola.





Volviendo a las aves limícolas, comparto con vosotros las fotografías de un Chorlitejo chico (Charadrius dubius) que pude fotografiar en la zona del pedrero del cabo Peñas.





Por su parte a su pariente, el Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), le pude hacer un reportaje fotográfico mucho más amplio. Estas fotografías intentando pasar desaparecido en el arenal de la playa de Bañugues...




... y otras muchas más numerosas, en el mismo entorno en el que pude fotografiar a su pariente el Chorlitejo chico, es decir, en el pedrero del cabo Peñas.




Allí pude encontrar a un grupo de unos 15 ejemplares qué acompañados de algún Correlimos común se comportaban sumamente nerviosos desplazándose continuamente de un lado para otro realizando vuelos muy cortos para, en la mayoría de los casos, retornar a la zona de partida.




No me resultó nada fácil conseguir alguna que otra fotografía de ellos en vuelo, pero algo se pudo lograr.




Aquí los pude fotografiar realizando un vuelo rasante mientras retornaban a un zona muy próxima a la que partieron.




Una vez que se sedimentaron y se confiaron un poco más, pude sacarles algunas fotografías más individualizadas.




Se podían diferenciar claramente unos ejemplares con un plumaje más diferente propio de la transición  de los más jóvenes a adultos.
 



En comparación con los ejemplares adultos con un plumaje mucho más definido.




No podía dejar pasar de publicar algunas fotografías del más común de nuestros correlimos, el Correlimos común (Calidris alpina). Este ejemplar se encontraba tranquilamente descansando en el mismo pedrero del Cabo Peñas..





Continuando en ese mismo entorno del cabo Peñas en donde pase un buen número de salidas de pajareo, pude también fotografiar a otra especie de ave limícola habitual de ese entorno en los pasos migratorios, el Archibebe común (Tringa totanus).





Por allí se desplazaba sumamente confiado este bello ejemplar luciendo sus mejores galas y merodeando las charcas pluviales que habitualmente se formas en esa zona.





Y, a la vista está, que esos paseos por las charcas recorriéndolas de un lado para otro le resultaban sumamente productivos.





Una buena fuente de proteínas para reponer fuerzas tan necesarias en esa temporada primaveral.





Este tranquilo ejemplar  se acompañaba de unos pocos chorlitejos grandes también muy confiados.





Al igual que me ocurrió con los chorlitejos grandes, al Archibebe común también le pude fotografiar en el entorno de la playa de Bañugues cuando se desplazaban de la zona del arenal a la del roquedo de esa playa bordeando la zona intermareal.




Aunque las condiciones climáticas no eran muy favorables para la fotografía, y mucho menos para conseguir realizar aves en vuelo, algo pude conseguir con este pequeño grupito de archibebes comunes.




Con las condiciones climáticas mejores, las fotografías, evidentemente, parecen mucho más guapas.




Termino ya ésta nueva y extensa entrada con otra nueva ave limícola de un buen tamaño al que en las costas del norte de España estamos bastante acostumbrados a ver, ya que son invernantes habituales y también muy comunes durante los pasos migratorios, en especial el prenupcial.




Se trata del Zarapito trinador (Numenius phaeopus) que como decía antes es un ave limícola “Charadriiforme” perteneciente a la familia “Scolopacidae” de un tamaño mediano-grande que viene a medir unos 40-42 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 89 cm y un que puede alcanzar los 430 gr. En esta especie apenas existe dimorfismo sexual ya que tan solo, como sucede en el caso del Zarapito real, la longitud del pico resulta más largo en las hembras.




Un largo y curvado pico, que parece desproporcionado para nacer en una cabeza tan pequeña que es de color blanquecino con un intenso rayado de color marrón. El píleo es de color marrón oscuro con una línea pileal media más clara.




Destaca en la cara una ceja blanquecina, así como una gruesa línea facial (brida) de color marrón oscuro que va desde el pico hasta la parte posterior de la cabeza e incluye al ojo en su parte media. El pico es largo y delgado, está curvado hacia abajo y es de color carne en la base de la mandíbula inferior y negruzco en el resto. El pico del Zarapito trinador se parece al del Zarapito real pero es más corto y a diferencia del de éste, tan sólo se curva abruptamente hacia abajo cerca de la punta.




Esa característica forma de su largo pico queda reflejada en su denominación científica ya que la etimología de “Numenius phaeopus” proviene del los términos Numenius de Neo = Nuevo y Mene = Luna. Es decir, “luna nueva”, en clara referencia a la forma de media luna de su pico. Por su parte “Phaeopus” proviene de “Paios” = sombrío, gris, pardo y “Pous” = pie. Es decir, “pie oscuro”. Otra singular característica de esta ave es su canto tipo “piipp-puppu-piipp” que queda reflejado en su denominación común “trinador” por su semejanza con un trino silbante.




A este numeroso grupo que se encontraban en pleno paso migratorio los pude fotografiar haciendo un receso en la playa de Bañugues.




No permanecieron posados mucho tiempo dado el cercano tránsito de paseantes tan frecuentes en esa playa en temporada primaveral y en esos bandos tan numerosos, ante la mínima presencia humana o canina iniciar el vuelo es lo más habitual. 




Nada más que compartir en esta nueva entrada  en donde he dado cabida a un buen grupo de aves que no por el hecho de ser habituales o comunes en nuestro entorno, no por ello debemos de dejar de tenerlos en cuenta a la hora de darles cabida en nuestras publicaciones. Muchas gracias por vuestra atención.

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