Revisando las observaciones y reportajes fotográficos que a lo largo de la pasada primavera he tenido la fortuna de poder realizar, he podido comprobar que tenía un buen número de especies que, a pesar de no ser rarezas o de difícil observación, si merecían hacerles un hueco en las publicaciones de mi blog.
La primera especie que quiero compartir es una que a mí particularmente me produce una gran alegría verla al principio de la primavera volando en nutridos grupos entonando sus bellos trinos y luciendo su espectacular plumaje. Evidentemente me estoy refiriendo al Jilguero europeo (Carduelis carduelis).
Es un verdadero privilegio salir a pajarear al campo y encontrarte con bandos de este precioso y colorido pajarillo que van revoloteando de un lado a otro con su llamativo vuelo ondulante y que apenas paran unos segundos en cada lugar donde se posan, aunque esto dificulte notablemente poderlos fotografiar a una distancia prudencial.
En esas ocasiones siempre me he planteado como un verdadero reto intentar fotografiarlos en pleno vuelo y, en caso de lograrlo, poder observar en esas imágenes su bello y colorido plumaje.
Con algunas de éstas imágenes me doy por más que satisfecho para lograr ese objetivo y por ese motivo quiero compartirlas con vosotros.
Su distribución es bastante amplia abarcando a casi toda Europa (salvo en el centro y norte de Escandinavia), Asia, norte de África. Ha sido introducido en islas atlánticas (Azores, Madeira, Cabo Verde) y en América del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Se reconocen varias subespecies.
Como bien conocéis todos el Jilguero europeo es una de las especies más comunes y extendidas en nuestro territorio, especialmente en el sur y algunos puntos del este peninsular.
Durante el otoño-invierno, al importante colectivo de la única subespecie residente habitual de nuestro país, la “C.carduelis parva”, se les añade otros muchos ejemplares de las subespecies “C.c.carduelis” y “C.c.britannica”, procedentes de Centroeuropa y Gran Bretaña, respectivamente.
Una parte importante de estas aves que proceden de Europa, continúan su viaje hacia el norte de África, donde estas aves se mezclan con poblaciones sedentarias. El viaje de regreso a la Península Ibérica y el resto de Europa lo realizan entre los meses de febrero y mayo. Las poblaciones sedentarias, en cambio, se comportan como nómadas y realizan desplazamientos cortos de escala regional en busca de alimento.
En invierno y principios de primavera se desplazan por campiñas, áreas cerealistas totalmente desarboladas u otros parajes abiertos, pero ricos en cardos y otras herbáceas. En estos ambientes es frecuente verles formando bandos mixtos con otras especies de fringílidos, como pardillos (como es el caso), verdecillos y verderones en busca de alimento.
Su tipo de dieta es granívora ya que se alimentan fundamentalmente a base de semillas, en especial las de los cardos durante el invierno, y también de las yemas de las flores aunque durante la época de cría también comen algunos insectos, especialmente para cebar a los pollos.
En sus característicos vuelos realizando cortas ondulaciones y que se ha llegado a denominar como “vuelo danzante”, emiten tintineos cortos, penetrantes, que se entremezclan con gorjeos cortos y que los identifica en seguida, aunque no seamos capaces de distinguir los vistosos colores de su plumaje.
No debemos olvidar que ésta especie, debido a su vistoso aspecto y melodioso canto, ha sido frecuentemente capturado como ave de jaula y ostenta el lamentable título de ser, desde tiempos remotos, el ave más perseguida y trampeada, con miles de ejemplares muertos o enjaulados cada año
Para finalizar decir que con esta entrada pretendo, además de conocer y dar a conocer mejor a esta maravillosa ave, realizar una humilde manifestación a favor de la libertad de los jilgueros ya que me resulta muy difícil entender como alguien que ame a los pájaros sea capaz de mantenerlos encarcelados de por vida en jaulas de pequeñas dimensiones, a menudo menores que una caja de zapatos.
Otra especie mucho mas complicada de observar y fotografiar es la Agachadiza común (Gallinago gallinago) a la qué, tras varias intentonas fallidas, al final conseguí fotografiar de un forma más o menos decente en los alrededores de la denominada "Charca de Verdicio" en donde llegué a contabilizar hasta ocho ejemplares distintos esta primavera.
También pudimos ver a varios ejemplares de Cerceta común (Anas crecca) en la cola de la ría de Avilés qué, año tras año, son fieles visitantes de ese entorno.
Cómo ya conoceréis se trata del pato de superficie más pequeño de Europa y su belleza y fotogenia son indiscutibles, en especial en el caso de los ejemplares macho.
La Cerceta común (Anas crecca) es una especie de anátida que tiene la buena costumbre de visitarnos todos los años en la temporada de otoño/invierno en esas aguas de la ría de Avilés, a donde empiezan a llegar a partir del mes de septiembre y que normalmente abandonan esa ubicación ya bien avanzada la primavera para reproducirse en sus lugares de cría.
Muy a principios de la primavera ya pude fotografiar en el entorno del cabo peñas a éste guapo Chorlito dorado (Pluvialis apricaria).
Con su característico dorso de tonos dorados moteado por puntos más oscuros qué, dada su gran belleza, siempre hace las delicias de cualquier aficionado a la fotografía de aves.
No podía faltar la presencia de la Garza real (Ardea cinerea) en el entorno de la cola de la ría de Avilés.
Tampoco podía faltar el muy abundante, pero no por ello menos bello, Andarríos chico (Actitis hypoleucos) al que conseguí fotografiar en la zona del astillero de la ensenada de Llodero.
Se trata del menor de los andarrios que podemos observar en nuestro entorno y, no nos olvidemos, que se trata de una de las escasas limícolas que se reproducen en nuestro país, siendo el Principado de Asturias uno de los escasos territorios elegidos por esta pequeña ave para llevar a cabo dicha reproducción.
Cuando se encuentra en el suelo, acostumbra a adoptar una postura más bien agachada con la cola levantada mientras realiza frecuentes y rápidos movimientos de la cola hacia arriba y hacia abajo, acompasándolo también con un movimiento oscilatorio con la cabeza. Es de todos los andarríos, el que lo realiza de manera más llamativa. Recuerda en gran manera a los movimientos que realizan las lavanderas, por lo que no casualmente la traducción de su denominación en inglés como “Common Sandpiper” sea la de “Lavandera común”.
En esa misma localización, la zona del astillero de la ensenada de Llodero, también pude disfrutar fotografiando al Archibebe claro (Tringa nebularia).
Una limícola habitual de la zona que desde hace tiempo ha decidido no emigrar y pasar la invernada con nosotros.
Resulta sumamente entretenido observarle y fotografiarle cómodamente sentado desde el interior de mi vehículo, viendo como es capaz de cazar a uno de sus manjares favoritos por estos lares como es el Cangrejo corredor o zapatero (Pachygrapsus marmoratus).
Se trata de un ave limícola que a mí parecer posee una elegancia y delicadeza muy marcada, tal vez debido a su estilizada figura y a su característica coloración bastante clara, dominada por los tonos blanquecinos y grisáceos que en muchas ocasiones le permiten pasar bastante desapercibido confundiéndose con el entorno.
A este otro ejemplar le pude fotografiar en la playa de Bañugues a principios del mes de marzo.
Hablando de pajarillos siempre hay que dejar un hueco especial a éste bello pajarillo, el Cistícola buitron.(Cisticola juncidis).
Su tamaño es tan pequeño que resulta más fácil de detectar por su repetitivo e inconfundible canto, que emite mientras vuela con su característica trayectoria ondulante.
Si eres aficionado a la observación de aves y más aún si lo eres a la fotografía de la naturaleza, se hace muy difícil no disparar una y otra vez el obturador de tu cámara cuando te encuentras a este pequeño pajarillo subido a lo más alto del brezal o de la vegetación de sotobosque en general, lanzando a los cuatro vientos sus estridentes y traqueteantes reclamos.
Su denominación científica como “Troglodytes troglodytes” viene a poner de manifiesto la costumbre que habitualmente tiene este pajarillo de construir unos elaborados nidos con forma esférica con un pequeño orificio de entrada y ubicarlos en los huecos de los árboles, de las paredes, de los muros o de los taludes, a modo de “cueva o caverna”. Su significado etimológico “perteneciente a la familia de las aves que viven en las cavernas”, proviene del latín “troglodytae-arum”: trogloditas, habitantes de las cuevas o cavernas (que se meten en las cavernas).
Pero el hecho de su pequeño tamaño no es óbice para que no se deje hacer notar, ya que unido a esa característica forma de elevación y sacudida de su cola, está la de su constante y llamativa forma de cantar para defender su territorio y atraer a sus potenciales parejas. Esta característica se hace especialmente notable cuando se inicia la temporada primaveral y comienza el periodo reproductivo.
Como comentaba anteriormente, se trata de uno de los pajarillos más pequeños de nuestro entorno tan solo superado por los reyezuelos (sencillo y listado), aunque la costumbre de levantar verticalmente su pequeña cola hasta los 90 grados y su corto cuello, contribuyen notablemente a dar la apariencia de ser aún más pequeño.
Hay ocasiones en que le ves haciendo unos esfuerzos tan grandes y constantes emitiendo sus reclamos, que yo en más de una ocasión he llegado a pensar que iba a caer desmayado por el esfuerzo o la falta de respiración. Reforzando esa posibilidad de quedarse exhausto, está la costumbre que adopta este pajarillo tras desgañitarse con sus reclamos de cerrar los ojos, como expresando que no puede más. Bueno al menos esa impresión me da a mí.
Bueno y con estas bellas imágenes del Chochín paleártico considero que es un buen momento para cerrar esta nueva entrada al blog. Muchas gracias por vuestra atención.
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