Aprovechando el paso migratorio postnupcial de la especie protagonista de ésta nueva entrada, el Charrán común (Sterna hirundo), a principios de éste mes de noviembre he querido dedicar alguna salida de pajareo a observar y fotografiar a esas espectaculares aves que son los charranes.
La primera especie con la que he disfrutado de lo lindo observándola y fotografiándola, tal como comentaba anteriormente, ha sido el Charrán común (Sterna hirundo), una especie de ave migradora costera de larga distancia que recorre anualmente varios miles de kilómetros entre sus áreas de cría en las zonas templadas del hemisferio norte y las de invernada, situadas desde la región ecuatorial hacia el sur.
Aunque se trata de una especie que no es difícil de observar en sus pasos migratorios por las áreas costeras de la Península, especialmente en las costas atlánticas, no en todos los pasos los podemos observar con facilidad, ya que en ocasiones pasa inadvertida debido a que viaja alejada varios kilómetros de la costa.
En ese sentido, parece ser que en este paso otoñal, probablemente debido a los sucesivos temporales marítimos que se están sucediendo, está siendo favorable para su observación desde la costa, circunstancia que he querido aprovechar antes de que den por finalizado su estancia de paso postnupcial en nuestras costas que habitualmente tiene lugar entre finales de julio y principios de noviembre.
En breves fechas, cuando las condiciones climáticas les sean favorables, la mayoría de ellos pondrán rumbo a su destino invernal en las costas atlánticas africanas, principalmente entre Mauritania y Ghana, quedando tan sólo un escaso número de ejemplares para pasar el invierno en las costas del suroeste, o, excepcionalmente, en el delta del Ebro.
Posteriormente, durante la migración primaveral, que transcurre entre marzo y mayo, volverán a pasar por nuestras costas de camino desde sus áreas de invernada en las costas africanas hasta sus áreas de cría en las zonas templadas del hemisferio norte, teniendo que recorrer para ello varios miles de kilómetros.
Se reproduce de manera casi exclusiva en localidades del litoral mediterráneo, regularmente en el delta del Ebro y la albufera de Valencia, donde se localizan sus mayores colonias, y de modo irregular en las salinas de Santa Pola, San Pedro del Pinatar, Almería y las marismas del Guadalquivir. Nidifican también algunas parejas y de manera dispersa en las islas Canarias, sobre todo en las más occidentales. Asimismo, existen citas de reproducción ocasional en otras localidades del interior y el norte de la Península.
El Charrán común (Sterna hirundo) es un ave del orden de las “Charadriiformes” de mediano tamaño perteneciente a la familia “Laridae” y género “Sterna”. Su nombre latino, “hirundo”, hace referencia a su similitud en morfología y forma de volar con las golondrinas. Comparten cola ahorquillada y alas estrechas en vuelo. Por este motivo los charranes se conocen popularmente como golondrinas de mar.
Miden aproximadamente 37 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 83 cm y un peso que puede llegar a los 140 gr. No hay dimorfismo sexual en esta especie. En comparación con el también habitual en nuestras costas, el Charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis), es algo más pequeño y grácil que él.
Estamos hablando del más abundante y de la única especie de charranes de pico y patas rojas que se reproduce en nuestro país y que habitualmente se pueden observar en España (los otros dos son los charranes ártico y rosado).
Por la parte superior son de color gris claro, excepto el obispillo que es blanco.
El pecho y el vientre son de color blanco.
Durante el otoño/invierno el capirote solo ocupa la mitad posterior del píleo, la mitad posterior de la cara y la nuca. La frente, la mitad anterior de la cara y el píleo son de color blanco. Sin embargo, durante el verano, el capirote negro ocupa el píleo, la mitad superior de la cara y la nuca y además engloba al ojo. La mitad inferior de la cara y la garganta son blancas.
Las alas son estrechas, puntiagudas y de color gris.
La cola es larga, notablemente ahorquillada y es de color blanco con los bordes de las rectrices externas más oscuros.
Cuando está posado se puede observar que la cola del Charrán común no excede en longitud al extremo de las alas, característica muy útil para distinguirlo del Charrán ártico y del Charrán rosado, ya que es el que posee la cola más corta de los tres.
El pico es de tamaño medio, cónico, fino y puntiagudo. Durante el otoño e invierno es de color negro con la base rojiza. En primavera y verano es de color rojo anaranjado con el extremo normalmente de color negruzco.
Los ojos son de color negro.
Las patas son cortas, tienen los dedos palmeados y son de color rojo.
Los jóvenes tienen el dorso de un tono ocre con un escamado marrón y blanco poco visible.
La frente y la parte anterior del píleo son de color blanco.
Tienen el pico oscuro con la mandíbula inferior naranja.
Tienen las patas de color naranja pálido.
Las aves de primer año presentan una franja oscura en el borde del ala (banda carpal) muy conspicua tanto posadas como en vuelo.
El Charrán común es un volador ágil, capaz de realizar giros y descensos rápidos en el cielo, planeos y despegue vertical. Su vuelo es algo más pesado y menos elástico que el de los charranes similares.
Como todos los charranes, es muy ruidoso en las colonias de cría y presenta un variado registro de vocalizaciones.
El Charrán común se distribuye por Europa, Asia, América del norte, África y Australia. Se reconocen cuatro subespecies, de las que S. hirundo es la que está presente en Europa.
En España, la población de Charrán común presenta un patrón muy disperso y localizado. Se reproduce de manera casi exclusiva en localidades del litoral mediterráneo, regularmente en el delta del Ebro y la albufera de Valencia, donde se localizan sus mayores colonias, y de modo irregular en las salinas de Santa Pola, San Pedro del Pinatar, Almería y las marismas del Guadalquivir.
Nidifican también algunas parejas y de manera dispersa en las islas Canarias, sobre todo en las más occidentales. Asimismo, existen citas de reproducción ocasional en otras localidades del interior y el norte de la Península.
En nuestro país (excepto en las islas Baleares) son habituales durante los pasos migratorios de marzo-mayo y julio-noviembre y también durante el verano. Es un ave rara durante la invernada.
Su hábitat preferente son las playas de todo tipo: de arena, rocosas, con dunas o con vegetación; también viven en las zonas herbáceas de los acantilados, islas, aguas dulces del interior, estuarios, marismas y albuferas.
Se alimentan fundamentalmente de pequeños peces y, ocasionalmente, de crustáceos e insectos que captura zambulléndose en el agua desde cierta altura.
Son unas aves muy gregarias, para pescar suelen ir en bandadas desplazándose varios kilómetros de la zona de cría y para hacerlo se lanzan en picado desde una buena altura.
El Charrán Común es un incansable pescador de pequeños peces y ocasionalmente de crustáceos e insectos. Los captura zambulléndose continuamente desde bastante altura. A veces sólo toca la superficie, otras se sumerge parcialmente y las más lo hace calándose completamente. Bajo el agua está comprobado que no nada, pero sus alas son tan potentes que se eleva del agua con gran facilidad y es raro que no lleve en el pico la presa. Antes de zambullirse, generalmente, se cierne unos instantes.
El Charrán común realiza su periodo reproductivo entre los meses de abril y junio llevándolo a cabo habitualmente criando en colonias. Construyen su nido en alguna depresión en el suelo de las playas a la cual recubren con hierbas y conchas. La puesta se compone de 2-3 huevos y la incubación dura 23 días aproximadamente. Las crías abandonan el nido al poco tiempo de nacer y se refugian en la vegetación próxima a él donde seguirán siendo atendidas por sus padres durante unos 24 días más.
El Charrán común está incluido como especie Reproductora en la Lista Roja de las Aves de España, con la categoría de NT- Casi amenazado. También figura en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Sin embargo, no está incluido en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
La alteración del hábitat es la principal amenaza para esta especie y constituye su problema de conservación más importante, junto con la extrema localización y concentración de sus colonias.
Vaya fotazas. Un saludo.
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