martes, 15 de marzo de 2022

De "pajareo" por el Parque Natural las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel (Parte 1). Porrón acollarado (Aythya collaris). Ánade friso (Mareca strepera). Ánade rabudo (Anas acuta). Cisne vulgar (Cygnus olor). Focha común (Fulica atra). Colimbo grande (Gavia immer). Garceta grande (Ardea alba). Garceta común (Egretta garzetta). Tarro banco (Tadorna tadorna). Gorrión molinero (Passer montanus).

¡Hola de nuevo! En ésta nueva entrada voy a compartir con los que visitéis éste blog las fotografías que el pasado mes de febrero pude realizar en ese maravilloso entorno que es el Parque Natural las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel (Cantabria). Un lugar a donde siempre que he acudido he venido más que encantado por la cantidad y calidad de la avifauna que allí se puede observar y fotografiar sin grandes dificultades. 




Éstas primeras fotografías corresponden al primer y, tal vez, el más importante protagonista de esa visita y al que ya dedique una entrada en exclusiva hace unos días, me estoy refiriendo a un macho de primer invierno de Porrón acollarado (Aythya collaris), un escaso e interesante pato buceador de origen norteaméricano que permaneció allí durante varias semanas. Como parece lógico, tratándose de unas marismas, tuve la oportunidad de poder observar un buen número de especies de anátidas como a continuación podréis comprobar. Tras el primer ilustre protagonista anterior, comparto con vosotros algunas fotografías del que a mí me gusta calificar como el pato más sobrio, discreto y poco llamativo de los que habitualmente podemos encontrarnos en nuestro país, me refiero al Ánade friso (Mareca strepera).




Es precisamente por esa discreción del colorido general de su plumaje, por lo que habitualmente se le dedica poca atención en reportajes fotográficos y entradas a blogs, máxime si tienes que comparar su belleza con la del resto de patos que estamos acostumbrados a ver en nuestro entorno, ya que, el que no tiene un colorido variado y llamativo, tiene un diseño o característica anatómica especial.




El plumaje de las hembras guarda un gran parecido con el de las hembras de Ánade azulón o real (Anas platyrhynchos), ya que al igual que ellas, también son de color pardo, aunque algo más claro o incluso algo grisáceo (cabeza). 




El pico de la hembras es delgado, algo negruzco por la parte superior y de color naranja por los laterales mientras que el de las hembras del Ánade azulón es de color anaranjado con una zona de color pardo oscuro en su parte superior que se difumina hacia los lados donde forma algunas pequeñas manchas y además tiene una uña negra en su extremo. Otro carácter diferencial entre las hembras de ambas especies es que el espejuelo de sus alas es de color blanco mientras que el del Ánade azulón es azul-violáceo metalizado bordeado en su parte anterior y posterior por una franja negra y otra blanca.




El Ánade friso no es una especie de anátida buceadora, nunca sumergen el cuerpo por entero dentro del agua. Se cala como el Ánade azulón, dejando fuera solamente la parte posterior del cuerpo y ayudándose con las patas. Su alimentación es fundamentalmente vegetariana a base de plantas acuáticas (hojas, tallos y raíces) y sus semillas pero también comen ocasionalmente lombrices, caracoles, moluscos, peces pequeños, renacuajos, ranas pequeñas e insectos acuáticos.




Aunque su periodo reproductivo lo llevan a cabo entre los meses de abril y julio ya pudimos observar pequeños escarceos entre varios machos para poderse ganar el favor de alguna hembra. 




En contraposición con la sobriedad y discreción del anterior protagonista podemos situar al Ánade rabudo (Anas acuta) como el más elegante y estiloso de los patos europeos, o al menos eso me parece a mí, en el particular caso de los ejemplares machos.




Sus dos características más llamativas son su cuello largo y estrecho, así como la cola apuntada, sobre todo en el macho, que contribuyen notablemente a proporcionarle ese aspecto esbelto. La cola en la edad adulta puede llegar a medir un cuarto de la longitud total del pato




Como podremos observar a continuación, en esta especie existe un gran dimorfismo sexual. Las hembras tienen la cabeza casi uniformemente parduzca. El pico es largo y delgado, como el de los machos, pero es de color negro con algunas zonas azules. Estas tienen un plumaje con tonos parduzcos y moteados de pardo oscuro y crema muy similar al de las hembras de otras anátidas.




Tienen un carácter muy tímido y son muy desconfiados, por lo que ante la mínima alarma inician el vuelo con gran facilidad elevándose casi verticalmente. Por este motivo, se les ve poco cerca de las riberas de los lagos y los cañaverales, ya que prefieren las extensiones de agua al descubierto, en donde puedan ver de lejos y detectar rápidamente la aproximación de un potencial peligro.




Vuelan muy rápido, extendiendo sus largas alas ligeramente hacia atrás, al contrario que otros patos que las colocan perpendiculares al cuerpo. En vuelo los machos muestran un espéculo negro con bordes blancos en la parte trasera y rojizo pálido en la delantera, mientras que el espéculo de las hembras es de color pardo oscuro con el borde blanco estrecho en la parte frontal, pero más ancho en parte posterior. Este espéculo llega a ser visible a una distancia de más de 1.5 Km.




Si hablamos de las marismas de Santoña, una de las especies de aves que podemos considerar como características una de ellas, es el Cisne vulgar (Cygnus olor) que desde hace ya muchos años lleva criando allí de modo natural (libremente) todos los años.




Su espectacular y bello plumaje atrae a cualquier observador, resultando muy difícil no realizarles una serie fotográfica. Pero no sólo es de destacar su gran belleza, también resulta muy interesante conocer ciertos aspectos de su comportamiento, como es el hecho de que se trata de un ave estrictamente monógama. Los cisnes se guardan fidelidad hasta la muerte, aunque eso no quita que haya alguna extrañísima excepción normalmente relacionada con problemas de fertilidad en alguno de los miembros de la pareja original. Es por eso que en las bodas es habitual ver dibujos o representaciones de cisnes que representan la deseada fidelidad que se juran los novios al casarse.




Otra de las aves icónicas de aquel paradisiaco entorno es la Focha común (Fulica atra) y más concretamente algunos ejemplares leucísticos, que ya desde hace bastantes años se han convertido en un clásico de la zona.




Sus hábitats preferidos son lugares con aguas libres y tranquilas de relativa profundidad y escasa corriente, donde abunden las orillas fangosas y las densas matas de vegetación palustre, en las que se oculta y nidifica. Así, se las puede encontrar en humedales tanto naturales como artificiales, lagunas salobres, marismas, albuferas, embalses, pantanos, y ríos y lagos de montaña.




Ave de tendencias omnívoras —aunque, en general, mayoritariamente vegetariana—, la focha común es un ave muy prolífica.




Es por ello por lo que la Focha común es uno de los más frecuentes y extendidos miembros de la familia de los rálidos. Como el resto de los rálidos (Rascón, Gallineta, Polluelas, Calamón, Guión de codornices) son aves de pequeño o mediano tamaño propias de humedales donde abunde la vegetación palustre, salvo el Guión de codornices que cría en las tierras de labor.




El plumaje del cuerpo es enteramente negro con tonalidades gris pizarra, mientras que el de la cabeza y cuello son de un negro intenso y brillante.




Las alas son también de color gris pizarra con las puntas de las plumas secundarias de color blanco, solo visibles cuando vuelan.




Son aves agresivas, con un sentido territorial altamente desarrollado y las luchas entre ellas son frecuentes, para lo cual se levantan de forma que se sientan sobre las colas y se golpean con las patas.




También viene siendo habitual durante los inviernos de ese entorno de las marismas del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, el Colimbo grande (Gavia immer), así como sus congéneres, el Colimbo chico e incluso el Colimbo ártico. Del Colimbo grande pudimos ver y fotografiar varios ejemplares en distintas zonas del parque.




Indudablemente, es un gran privilegio poder disfrutar ocasionalmente de la visita de los colimbos en las costas cántabras, atlánticas o del norte del Mediterráneo, aunque sea en escaso número, ya que son unas aves bastante extrañas en el resto de la Península Ibérica. No nos olvidemos, que estamos viendo colimbos en la época invernal en la que visten sus galas menos llamativas. Si pudiéramos disfrutar de su presencia en la época reproductiva en la que lucen sus espectaculares plumajes, nos quedaríamos embobados viendo la increíble belleza de estas aves. A este respecto, no me he podido resistir y he querido anexar unas imágenes de esa época que he sacado de Wikipedia, para que aquellos que no lo conozcan puedan valorar como en escasos meses se transforman estas increíbles aves.

Wikipedia

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El Colimbo grande es un ave experta nadadora y mejor buceadora, que cría en las altas latitudes del hemisferio norte y que en temporada invernal emigran a latitudes más cálidas, llegando algunos individuos hasta las costas del norte de la Península Ibérica. Pertenece al orden de las Gaviformes, familia “Gaviidae” y género "Gavia" que incluye a los conocidos vulgarmente como colimbos. Constituyen un grupo de aves acuáticas que nadan con el cuerpo muy hundido. Además se caracterizan por tener el cuerpo y cuello largo y una posición muy atrasada de las patas con respecto al cuerpo.




La denominación común de “Colimbo grande” proviene del término griego “kólymbos”, que significa “buceador” y el apelativo de “grande” hace referencia a que es el colimbo de mayor tamaño de las tres especies más habituales que pasan el invierno en España. Por su parte, la denominación científica del género “Gavia” proviene del latín y viene a designar a un “ave marina” sin identificar. Si a “Gavia” le añadimos el término “inmer” que proviene de los términos suecos “immer” y “emmer”, que designan a las cenizas grises o negruzcas, en referencia a su plumaje oscuro, el resultado final será el de un “ave marina con plumaje gris ceniza o negro”. Por su parte, la palabra "loon" de su denominación en inglés “Common loon” probablemente proviene de una antigua palabra escandinava, “lom”, que significa una persona incómoda, y se refiere a la dificultad que tiene el “loon” al caminar sobre la tierra.




Comentábamos que es un gran buceador y para ello su cuerpo se ha tenido que adaptar para mejorar esta importante habilidad. Tiene unas grandes patas palmeadas situadas en una posición bastante trasera, lo que a su vez, le hace ser muy torpe para caminar. Además, su estructura ósea también está adaptada, ya que tiene varios huesos macizos (generalmente los huesos de las aves son huecos) que lo hacen más pesado pero que le facilitan el buceo.




Que es un excelente buceador lo demuestra el hecho de que es capaz de sumergirse hasta unos 50-60 m, aunque habitualmente lo hace hasta una profundidad de unos 10m, y mantenerse bajo el agua durante varios minutos (media de 30 seg), recorriendo grandes distancias (entre 20 y 200 m) para capturar peces y otras presas. Además, poseen una excelente visión que les permite ver a sus presas bajo el agua desde una larga distancia. A la hora de sumergirse, el Colimbo grande, a diferencia de los cormoranes (en especial el C. moñudo) o los somormujos, no salta en el agua para darse impulso, sino que se sumerge directamente trazando un “arco” nítido.




Para favorecer el buceo pueden aplanar sus plumas para expulsar el aire contenido dentro de su plumaje y así poder sumergirse de forma rápida y bucear más velozmente.




Como consecuencia del posicionamiento tan retrasado de sus patas, el Colimbo grande tiene serias dificultades para poder andar en tierra o incluso ponerse de pie y por ello construye su nido en lugares con fácil acceso al agua, así no tiene más que dejarse deslizar para encontrar su elemento favorito, el agua.




A la hora de volar, tampoco los “despegues” y los “aterrizajes” son su fuerte. Como es tan pesado, necesita, al igual que ocurre con los aviones, una gran “pista” para levantar el vuelo. No puede emprender el vuelo cuando está en el suelo, e incluso en el agua, está obligado a batir sus alas y correr por la superficie del agua un montón de metros antes de lograrlo, de ahí que prefiera vivir en lagos grandes. Cuando aterriza, lo hace a gran velocidad y con las patas hacia atrás, como si se le hubiera trabado el “tren de aterrizaje”, golpeando el agua con su barriga y deslizándose hasta detenerse.




Eso sí, una vez que han conseguido “despegar”, se mueven muy rápido en el aire y lo hacen con sus cuellos estirados y llevando la cabeza en un nivel un poco más bajo que el cuerpo. Pueden llegar a recorrer cientos de kilómetros en las migraciones, habiéndose llegado a registrar vuelos a velocidades de más de 100 Km/h.




Se alimenta fundamentalmente de pescado, pero también consume moluscos, crustáceos, anfibios, gusanos acuáticos.




Su dieta también incluye plantas acuáticas.




Son comedores ávidos, y pasarán muchas horas al día consumiendo casi cualquier alimento que puedan encontrar y es aquí precisamente cuando quiero hacer mención a la desagradable observación que pude comprobar con más detalle al editar las fotografías de unos de los varios colimbos que pude observar. 




Como podéis observar en las imágenes, el bueno del Colimbo se había tragado un anzuelo con sedal y no cesaba de realizar intentos para poderlo eliminar pero todos los esfuerzos no tuvieron buen resultado. Unas muy tristes imágenes que te hacen pensar en todos los avatares que en su migración habrá pasado ésta preciosa ave, para terminar cruelmente atragantada mientras se alimentaba tranquilamente.




Otro protagonista interesante de esa visita de pajareo fue un ejemplar de Garceta grande (Ardea alba)  que pude fotografiar a bastante distancia y que estaba acompañada de un Ostrero euroasiático.




También pude tomar alguna fotografía de su hermana menos, la Garceta común (Egretta garzetta) en un momento del día en que se nubló bastante.




Estas últimas observaciones las pude realizar en la ría de Treto en un tramo muy cercano a la localidad de Colindres. Allí mismo, en la zona fangosa de sus orilla que se descubre cuando la marea va bajando, también pude observar a un pequeño grupo de Tarro banco (Tadorna tadorna).




Se acostumbra a calificar a esta especie como una anátida intermedia (por forma y comportamiento) entre un ganso y un pato típicos, que presenta las patas muy centradas en el cuerpo, en una posición que facilita la acción de pastar. Su vistoso plumaje de vivos colores contrastaban notablemente con la oscuridad del fango por el que se desplazaban alimentándose continuamente.




Y ya para terminar ésta extensa entrada y cambiar algo de tercio, quiero compartir alguna imagen de un entrañable pajarillo que en Asturias vemos poco y que nos quiso saludar en las inmediaciones de esa ría de Treto.




Como habréis podido averiguar, se trata del Gorrión molinero (Passer montanus) que está considerado como el más pequeño de los gorriones europeos y que tiene una coloración parecida a la del Gorrión común y del que se diferencia fundamentalmente por su extensa capucha de color acastañado y por una llamativa mancha negra que destaca vivamente en la blanca mejilla. En ésta especie de gorrión, a diferencia de otras, no existe un dimorfismo entre ambos sexos, por lo que resulta imposible diferenciarlos en el campo.




Y hasta aquí esta primera entrega de mi reciente visita de "pajareo" por el Parque Natural las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. 

1 comentario:

  1. Gran trabajo como siempre. Me gustan el colimbo y el molinero, tengo ganas de encontrarlos, algún día será. Saludos.

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