domingo, 27 de diciembre de 2020

Un inesperado y entrañable encuentro. Halcón peregrino (Falco peregrinus). Ferre Palomberu.

A cualquier aficionado a la observación y fotografía de la naturaleza y de las aves en particular, le resultaría bastante difícil haber tenido la oportunidad de realizar un reportaje fotográfico como el que ahora presento y no compartirlo con otros aficionados. Tuvo lugar en la mañana del pasado 14 de diciembre de 2020 en el área recreativa de Moniello (Gozón. Asturias) que es uno de los lugares favoritos para mí para disfrutar de su maravilloso paisaje, fotografiar algún pajarillo e incluso para poder observar el paso migratorio de las aves por la costa en días propicios. 




Esa mañana me encontraba fotografiando a varias especies de aves paseriformes que habitualmente se alimentan en las praderas del área recreativa, como es el caso del Petirrojo europeo (Raitán), Colirrojo tizón, Bisbita pratense o la Lavandera blanca. También se movían por la zona aprovechando los desperdicios cercanos a las papeleras un pequeño grupo de cuervos, que como suele ser habitual en ellos, se mostraban la mar de desconfiados y al mínimo intento de aproximación echaban a volar emitiendo sus característicos y estridentes graznidos. 




Fue precisamente una de esas “espantadas” la que me hizo desviar la mirada hacía ellos cuando pude apreciar que uno de ellos se aproximaba en vuelo muy rasante hacia mi posición debajo de uno de los dos pinos que se encuentran en una de las esquinas del área recreativa. 




Mi sorpresa fue mayúscula cuando pude apreciar que no se trataba de un simple cuervo sino de un Halcón peregrino que tras un intento de caza infructuoso, se posaba a escasos metros de mi posición en una de las ramas de un pino muy próximo. 




Mi presencia tan próxima no le intimidaba lo más mínimo y tras mudarse a otra rama del árbol cercana que le permitía pasar más desapercibido, decidió quedarse allí un buen rato agazapado y observando cualquier movimiento de los pajarillos que por allí se movían. 




Al poco rato de posarse en la nueva rama inició una exhaustiva prospección de todas y cada una de las ramas del pino por si algún incauto pajarillo no se hubiese percatado de su presencia.




Increíble la movilidad que demostró tener su cuello mientras se mantenía quieto en su posición, parecía la niña del exorcista.




Unos cuantos giros de cuello más y sin inmutarse.




Ahora para el otro lado.




Increíble la movilidad de su columna cervical.




Una oportunidad más de poder observar muy de cerca al que a mí me gusta denominar el “dios de los Cielos”, ya que ninguna otra ave le puede disputar el dominio de los cielos, y al que afortunadamente, he tenido la ocasión de poderle dedicar varias entradas a mi blog. 




En la mayoría de esos encuentros tan cercanos, siempre me han venido a la cabeza el hecho de que me encuentro observando a todo un prodigio de la naturaleza y que, aunque muchos de vosotros ya conoceréis, me gustaría recordar algunas de las características más llamativas de ésta especie que sirvan para acompañar las fotografías que ahora comparto. 




Los halcones son reconocidos por su agudeza visual. Junto con el búho, tiene el ojo más agudo de las rapaces. La retina de los ojos de un halcón tiene un poder de resolución de objetos distantes dos veces tan aguda como la de la retina humana. Aún es mayor este poder resolutivo en visión lateral, hacia arriba y abajo, puesto que la fóvea tiene una enorme cantidad de conos. De esta forma con ligeros giros de la cabeza puede controlar cualquier movimiento de un pequeño animal por lejos que esté. 




Las velocidades en el vuelo de caza no han sido debidamente medidas. En un «picado» puede alcanzar velocidades de 200 a 300 km por hora, pero por métodos más modernos se ha podido calcular que en determinados momentos llegan a más de 400 km por hora. Tiene el récord de velocidad en el reino animal. 




El halcón es capaz de asimilar el cambio de presión atmosférica que significa descender a 300 km/h ocasionado por las ondas de choque del aire que podría lesionar el tejido pulmonar de este ave, sin embargo posee unos sofisticados tubérculos óseos que evitan que se lesione en el vuelo en picado. 




Es muy raro, aunque están capacitados para ello, verles cazar presas en el suelo o perseguirlas a través de la vegetación baja del terreno. 




Pueden llegar a matar, cayendo en picado, aves que duplican su peso. 




Desde que son jóvenes aprenden rápidamente que los ataques en vertical sobre pájaros cercanos no son recompensados con el éxito, al contrario de los efectuados sobre presas distantes. Esto es debido a que la mayoría de los pequeños pájaros tienen un gran campo visual hacia arriba, lo que les permite evitar, con un rápido quiebro, los ataques que vienen de lo alto pero de distancias cortas. Además al ser demasiado cortos los recorridos, no permiten al halcón obtener una suficiente velocidad para que la caza sea efectiva. 




El Halcón peregrino ataca fundamentalmente de dos maneras diferentes. Una desde gran altura cayendo en «picado» y de manera oblicua sobre la presa y atrapando a ésta por la parte posterior del cuerpo, clavándole las garras. La otra consiste en ir volando a nivel más bajo que sus presas y ascendiendo en los últimos metros para clavar las garras en la parte inferior del cuerpo de su víctima. 




En el instante mismo de la captura y en especial cuando el «picado» oblicuo es efectuado desde gran altura, el halcón se endereza extendiendo las alas y la cola sin duda para frenar su caída y proyecta una o las dos patas hacia adelante. 




Prácticamente el Halcón peregrino no tiene más enemigo en la naturaleza que el propio hombre o a lo sumo a el Búho real que suele compartir hábitat con él. 




El halcón fue un importante tótem en el antiguo Egipto donde representaba a Horus, el hijo de Isis y Osiris, representando la triada de dioses más importante de Egipto. Cuando Isis resucitó a Osiris, Horus pasó a ser el rey de los vivos, y su padre Osiris el rey de los muertos. A Horus se le representa como un halcón o como humano con cabeza de halcón. 

                                                                                                 
También es importante en la mitología escandinava donde se asocia al dios Odín que está considerado como el rey de los dioses. 


El halcón era un animal sagrado también en la cultura maya. Para los mayas, el halcón es su última encarnación en la rueda de reencarnaciones, para pasar en la próxima vida a un ciclo superior en la espiral evolutiva.




Las principales amenazas para esta especie son la disminución de la productividad de las parejas que se empezaron a manifestar (ya desde los años sesenta en Centro Europa) con el adelgazamiento progresivo de la cáscara de los huevos, cuya rotura se ocasionaba por los mismos pájaros en el nido, la reducción del número de huevos eclosionados, menores puestas y parejas infértiles que se establecían pero no criaban. Tras las pertinentes investigaciones se pudo correlacionar esta baja productividad con la exposición a plaguicidas fundamentalmente de los órgano-clorados. 




Otro de los importantes problemas con los que se enfrenta esta especie es el expolio de nidos para fomentar la nefasta moda de la cetrería que se ha extendido por Europa e incluso en la zona levantina por los criadores de palomas.  El Halcón peregrino aparece en la categoría "De interés especial" en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

2 comentarios:

  1. ¡Qué suerte! Enhorabuena por las fotos. ¡Ya me gustaría a mí!
    Saludos.

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    1. Muchas gracias Guillermo, eres muy amable. Espero que puedas disfrutar como lo hice yo en breves. Saludos.

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