martes, 1 de octubre de 2019

La zancuda equilibrista del pedrero. Espátula común (Platalea leucorodia). Paletón.

La semana pasada tuve la oportunidad de poder observar en la playa de Bañugues (Gozón. Asturias) a un ejemplar de Espátula común (Platalea leucorodia) que se encontraba en la zona del pedrero de dicha playa en compañía de un buen número de las conocidas como gaviotas grandes, así como de una Garceta común. 




Fue uno de esos días en las que la mayoría de las aves deciden posarse en lo más alto de las abundantes rocas que afloran en esa playa cuando la marea está baja y no en la zona intermareal de la arena de la playa que acostumbra a ser lo habitual. 




El motivo principal, como os podréis imaginar, fue la abundante presencia de personas pululando por el arenal, en unos casos con intención de darse un baño, en otros haciendo ejercicio físico de un lado a otro, y también, cómo no, sacando a pasear a sus perros y haciéndoles correr de un lado a otro (a veces tras las gaviotas) o tirándoles alguna pelota o palo al agua para que se den buenos remojones. Ante semejante panorama, parecía que lo mejor y más seguro era acudir a descansar en el abundante roquedo de esa magnífica playa. 




A todo ese ir y venir de personas y mascotas contribuyó el hecho de que hizo un día estupendo, soleado, sin apenas nubes y con una excelente temperatura, lo cual también animaba a intentar realizar alguna que otra fotografía de las aves que por allí estaban. 




Enseguida pude descubrir el blanco, casi níveo, de un ave zancuda que descansaba entre un buen nutrido grupo de gaviotas cuya presencia le proporcionaba un excelente sistema de seguridad, dado que, ante los cercanos movimientos amenazantes de un perro que pululaba por las cercanías, serían las primeras en alertarla echando a volar. 




Obviamente se trataba de un bello ejemplar de Espátula común que me permitió realizarle un buen puñado de fotografías adoptando diferentes posturas que pusieron de manifiesto, una vez más, la gran belleza de esta peculiar ave zancuda. 




Además, tuve la oportunidad de compartir esos agradables momentos con otro gran aficionado a la fotografía de aves con lo que el plan era perfecto: un entorno maravilloso, en un día excelente, con la presencia de algún ave interesante que amablemente se deja fotografiar y una compañía inmejorable, ¡que más se podía pedir! 




Tras permanecer unos buenos momentos medio adormilada en lo alto de una de las abundantes rocas, la buena de la espátula decidió buscar nuevos acomodos en otros lugares del roquedo, probablemente debido a que la marea iba subiendo e invadiendo las zonas del roquedo, próximas a su ubicación. 




Y claro, no resultaba una tarea nada, pero lo que se dice nada, fácil el ir desplazándose por aquellos escarpados perfiles de las rocas para un ave del tamaño como el de ella, con sus largas y frágiles patas y con sus poco prensivos pies semi-palmeados. 




Verla desplazarse de un lado a otro era todo un espectáculo, ya que no conseguía mantener el equilibrio, teniendo que recurrir cada poco, a apoyarse con su largo y especializado pico, como si de una tercera pata o muleta se tratara. 




En otras muchas ocasiones tenía que recurrir a desplegar sus alas para equilibrarse y dar algún que otro aleteo para evitar caerse. 




Momentos esos, que como podréis comprender, hizo las delicias de los que la estábamos fotografiando ya que nos permitía poder apreciar en todo su esplendor su bella anatomía. 




Como os podéis imaginar, impresionaba observar su gran pico que utilizaba a modo de muleta en sus desplazamientos así como para acicalar y limpiar su plumaje, aunque con unas evidentes limitaciones para alcanzar ciertas partes de su anatomía poco accesibles con su enorme pico. 




Esas dificultades hacían que tuvieran que adoptar posturas un tanto forzadas para alcanzar las zonas más recónditas. 




En otras ocasiones parecía que quería mantener una conversación abriendo y moviendo las paletas de su largo pico. 




Al final, cuando ya la marea estaba en sus cotas más altas, no tuvo más remedio que recurrir a un pequeño vuelo de corta distancia, para recalar en otra zona más apropiada. Momento en el que también nosotros nos vimos obligados a abandonar el lugar si no nos queríamos dar un buen remojón, pero con la satisfacción de haber podido realizar una bonita serie de fotografías de esta preciosa y peculiar ave zancuda. 




La Espátula común (Platalea leucorodia) es una especie de ave pelecaniforme de la familia Threskiornithidae y del género Platalea de un tamaño grande ya que tiene una longitud de entre 80-93 cm y una envergadura de entre 120-135 cm. Su peso es de unos 2 Kg. No existe dimorfismo sexual en esta especie. La etimología de la denominación de su género "Platalea" proviene del término griego πλατύς (platus) que significa "ancho, plano", en relación a su pico y su nombre específico, leucorodia, procede de la combinación de los términos griegos λευκός (leukos) "blanco" y ερωδιός (erodios) "garza". 




Durante la Edad Media y el Renacimiento a la Espátula común se la conoció como "Averramía" y ya fue citada en la primera obra de cetrería castellana de autor conocido. Se trata del conocido como “Libro de la caza”, de Juan Manuel, escrito allá por el año 1.325 en el que se describen las técnicas de caza medieval y un tratado sobre aves de cetrería aptas para la caza. 



Junto con su particular pico, una de sus principales características de esta ave zancuda, es que son de color totalmente blanco, aunque los individuos jóvenes tienen las puntas de las plumas primarias de color negro. 




Tienen un cuello moderadamente largo y aunque es de color blanco durante la época reproductiva le aparece un collar amarillo en su parte inferior, en su unión con el pecho. 




El pico es largo, mide entre 20-23 cm y tiene el extremo redondo y aplanado. Es de color negro con rayas horizontales grises en los adultos y con una amplia mancha amarillenta en su extremo cuya intensidad y tamaño aumenta durante la época reproductiva. 




Los ojos son de color marrón anaranjado. 




Las patas son largas, de color negro y en vuelo se ven extendidas hacia atrás. 




Los jóvenes son totalmente blancos y tienen el pico y las patas de color gris rosáceo o amarillento. Carecen del penacho de plumas en la nuca y como ya mencioné antes, tienen las puntas de las plumas primarias de color negro. 




En general es un pájaro muy silencioso al que es raro escuchar algún sonido y pocas veces se puede escuchar su voz, pero sí el golpeteo de las mandíbulas. 




Se distribuye por la región paleártica (Europa, Asia al norte del Himalaya, África septentrional y las zonas norte y central de la península arábiga), aunque de forma fragmentada, si bien en muchas de estas regiones aparece únicamente como invernante. En Europa nidifica solamente en los Países Bajos, España y Francia y, en menor número, en Portugal, Hungría, Austria, Dinamarca, Rumanía, Rusia y Turquía. 




En España algunos ejemplares permanecen todo el año mientras que los demás invernan en África (ríos Souss y Massa, en Marruecos, y también en Mauritania y Senegal). Su número aumenta durante los pasos migratorios y también en el invierno a expensas de las aves procedentes de Europa que se quedan para invernar. 




En nuestro país el grueso de la población se agrupa en Andalucía occidental (Odiel, Doñana y Cádiz) y en Extremadura, en torno a las áreas de cría. También se producen concentraciones en algunos enclaves de la costa cántabro-atlántica (rías de Guernica, Villaviciosa, Arosa y, especialmente, marismas de Santoña), por donde efectúan la migración los individuos provenientes de las colonias francesas y holandesas en su camino hacia África. También se pueden ver algunos ejemplares en las lagunas de Villafáfila, en Zamora. 




En nuestro territorio aparece la subespecie "leucorodia" que habita también en el resto de Europa, el norte de África y algunas zonas de Asia. Resulta rara en Baleares y más regular, pero escasa, en Canarias. 




Durante el día es poco activa, a no ser en plena época de reproducción. Son más activas durante el atardecer y sobre todo antes de salir el sol. 




Sus hábitats se encuentran principalmente en humedales poco profundos, en general costeros y por tanto salinos como son las marismas, rías, humedales costeros, albuferas, salinas y estuarios, pero a veces también en las lagunas interiores, playas y colas de embalses. 




Cuando se alimentan lo hacen en grupo, al igual que las avocetas y los flamencos, vadeando aguas someras, avanzando con pasos cortos e introduciendo el pico entreabierto en la capa superficial del limo y moviéndolo de un lado a otro, pero el pico de la Espátula común no filtra el agua ni el fango y no presenta la estructura en laminillas que le permitiría hacerlo. Sin embargo, la punta ancha de su pico es táctil y le permite advertir las presas antes de capturarlas. 




Su alimentación es a base de invertebrados acuáticos (crustáceos, moluscos, anélidos e insectos acuáticos y sus larvas) y también de anfibios (huevos de rana, renacuajos), pequeños peces y algas y hierbas acuáticas. 




La Espátula común es una especie gregaria que se asienta en la misma colonia durante años sucesivos, a menudo en compañía de garzas y cigüeñas blancas. 




Ambos sexos construyen nido amplio sobre árboles o arbustos o entre cañaverales. Para su construcción utilizan ramas y palos por la parte de fuera y ramas más pequeñas, papeles y otros materiales blandos por dentro. 




Realizan una única puesta por temporada que normalmente se compone de 4 huevos. La incubación dura 21 días aproximadamente. Los pollos alimentados por ambos padres, abandonan el nido a las 4 semanas de edad, volando después de unas 6 semanas. 

               
                                                         

                                 


Sus principales amenazas son la excesiva concentración de las colonias, la caza ilegal, molestias de las colonias por la presencia de personas (pesca, marisqueo o presencia de embarcaciones de recreo) o animales domésticos, la contaminación por plaguicidas y metales y la pérdida de sus hábitats y de los lugares de nidificación. La Espátula común se incluye en el Libro Rojo de las aves de España como especie “Vulnerable” y aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

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