martes, 3 de septiembre de 2019

Vientos de esperanza para un ave acuática catalogada “En peligro de extinción” en España y una de las más amenazadas de Europa. Focha moruna (Fulica cristata).

Este verano he tenido la oportunidad de poder observar y fotografiar a un ave acuática que aparece en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “En peligro crítico”, en tanto que se la considera como “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Me estoy refiriendo a la Focha moruna (Fulica cristata), también conocida como Focha cornuda.





A la satisfacción que me ha ocasionado poderla observar y fotografiar de cerca, se le ha añadido otra mucho mayor, como es la poderla observar sacando adelante a una nueva pollada, e incluso incubando posiblemente otra en su nido ubicado entre la vegetación palustre, lo cual me anima a pensar que ha comenzado una tímida recuperación, aunque me imagino que sigue estando al borde del abismo. 





Lógicamente esas observaciones no dejan de ser un mensaje de optimismo ante el futuro que tan negro se pintaba para esta emblemática especie y que viene a poner de manifiesto el hecho de que se están haciendo bien las cosas para conseguir reintroducir esta ave acuática que en épocas pasadas era abundante en España y que a principios del siglo XX desapareció del litoral mediterráneo, y prácticamente se extinguió a mediados de este mismo siglo. Las principales causas fueron la pérdida de hábitat y la caza, llegando a quedar tan sólo unas 5-10 parejas en el entorno de las Marismas del Guadalquivir, en donde se localizaba su principal núcleo reproductor. 





Por esta razón la Focha moruna se catalogó como “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (1992), y en 2001 en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía (2001). En Europa está protegida por la Directiva de Aves (79/409/CEE) e incluida en el Convenio de Berna. 





Aunque ya en su día (Decreto de 21 de septiembre de 1973) la Focha moruna fue una de las especies incluidas en la lista de aves protegidas y su caza, captura, recogida de huevos y crías está prohibida desde entonces, hay que tener en cuenta que, dado que la Focha moruna se junta a los grupos de Focha común y que muchos de estos son anualmente exterminados por los cazadores, pocas posibilidades existen de que la Ley se cumpla, entre otras por las dificultades de diferenciar ambas especies si se encuentra entre un grupo y a cierta distancia, ya que la Focha moruna es de morfología muy similar a la Focha común, siendo la diferencia más evidente las dos protuberancias de color rojo que la Focha cornuda tiene sobre la parte superior del escudete frontal, y que le da ese nombre. 





En la actualidad la supervivencia de esta especie depende de la restauración y conservación de su hábitat, así como del reforzamiento de la escasísima población silvestre mediante la reintroducción de ejemplares nacidos en cautividad. 




En 1999 BirdLife Internacional redactó el Plan Internacional de Acción para la Focha moruna para la Comisión Europea. En 2007 SEO/BirdLife publico un censo de la especie en el que se estimaban unas 96 parejas en la península. El 80% de su población criaba en Andalucía; el 10% en la Comunidad Valenciana; y el 5% en las Islas Baleares y Cataluña. Desde entonces se han venido desarrollando distintos programas de reintroducción principalmente en las comunidades de Andalucía y de Valencia. 




En este sentido, desde hace unos años se están ejecutando varios programas de cría en cautividad illa-La Manchaentre los que cabe destacar los que se están llevando a cabo en la Comunidad Valenciana y otro en la de Andalucía, que en su día contaron con ejemplares de Focha Moruna de origen marroquí. También tengo entendido que esta especie se está intentando reintroducir en la comunidad de Cataluña (Delta del Llobregat, P. N. del Delta del Ebro), la de Castilla-La Mancha (P. N. Tablas de Damiel) y en la de las Islas Baleares (Albufera de Mallorca), aunque me faltan datos al respecto. 




En el caso concreto de la Comunidad Valenciana se está desarrollando desde 1994 el proyecto "Reintroducción de la Focha Moruna en dos ZEPA de la Comunidad Valenciana", financiado por la Unión Europea, con fondos LIFE y por el Gobierno Valenciano. Su objetivo es el establecimiento de una población silvestre viable en los humedales valencianos. 





Los motivos fundamentales por los que se decidió llevar a cabo este Programa de Reintroducción de la especie en los humedales valencianos se basaron en que la posibilidad de que la Focha cornuda volviera a colonizar de forma natural los humedales valencianos con ejemplares procedentes de otras localidades españolas era muy remota, sobre todo teniendo en cuenta el estado tan crítico en que se encontraban sus poblaciones silvestres en Andalucía. Por otro lado, se consideró importante diversificar el número de localidades donde una especie en peligro de extinción, como la Focha cornuda, pudiera asentarse y prosperar. De esta forma se reduce el riesgo que conlleva depender de un reducido número de humedales. 




Los humedales elegidos para las primeras reintroducciones son de titularidad pública y su manejo y gestión depende directamente de la Conselleria de Medio Ambiente. Estas localidades son el Parque Natural de l´Albufera , el Parque Natural de El Hondo y el Marjal del Moro. Las localidades donde se desarrolla el proyecto son ZEPA y cuentan con protección legal en la Comunidad Valenciana y dentro de esas localidades de reintroducción hay amplias áreas donde queda prohibido todo tipo de actividad cinegética. 





Es precisamente el Parque Natural de El Hondo (Alicante) en donde este verano he tenido la oportunidad de realizar este reportaje fotográfico que ahora os presento y en donde he podido disfrutar de la presencia de esta emblemática, escasa y amenazada especie. 




La Focha moruna (Fulica cristata) o cornuda es un ave acuática perteneciente a la familia de los rálidos (Rallidae) que en nuestro país está representada además por: la Focha común (Fulica atra), Gallineta común (Gallinula chloropus), Calamón común (Porphyrio porphyrio), Rascon europeo (Rallus aquaticus) y las polluelas pintoja (Porzana porzana), chica (Porzana pusilla) y bastarda (Porzana parva). Por lo general, se trata de aves terrestres y acuáticas de pequeño o mediano tamaño, con plumajes discretos en contraste con sus coloridos picos y escudos frontales, robustas patas largas con dedos largos y fuertes, especialmente adaptados para el movimiento acuático. Tienen alas cortas y redondeadas que son más débiles y, por lo tanto, menos capaces de volar. Prefieren colarse en la vegetación palustre donde tienen la habilidad de correr para esconderse cuando se les molesta y para capturar a sus presas. Desde allí a menudo se las escuchará sin verlos, ya que son bastante ruidosos, especialmente por la noche. No me quiero olvidar de otro componente de esta misma familia, el Guión de codornices (Crex crex) que es un ave bastante terrestre que prefiere corretear a volar y acostumbra a evitar las zonas encharcadas y que, lamentablemente, desde hace tiempo está pasando por una situación extremadamente preocupante. 




En el caso concreto de la Focha moruna (Fulica cristata) fue descrita científicamente por zoólogo alemán Johann Friedrich Gmelin en 1789, con su nombre científico actual, “Fulica cristata”. “Fulica” en latín significa simplemente “focha”, mientras que “cristata” significa “crestada” en referencia a sus características protuberancias rojas en la cabeza. Son algo más grandes que la F. común y vienen a tener una longitud de entre 38-42 cm, con una envergadura alar de unos 75-85 cm y un peso que puede llegar a 1 Kg. No existe dimorfismo sexual en esta especie, ni tampoco se reconocen subespecies. 





Dado que tiene una morfología muy similar a su familiar, la Focha común, a veces resulta difícil de identificar ya que puede pasar totalmente desapercibida entre un bando de fochas comunes. 





Presentan una coloración general negra que se hace más intensa y brillante a nivel de la cabeza, el cuello y la parte anterior del cuerpo y algo más tenue (algo grisáceo) en la parte posterior del cuerpo.






Pero sin duda, la diferencia más llamativa es la existencia de dos protuberancias pardo-rojizas que las cornudas tienen sobre la parte superior del escudete frontal (los "cuernos"), mucho más llamativas en individuos adultos y sobre todo durante el período reproductor. 





El pico es corto pero fuerte y de color blanco con una tonalidad azulada, a diferencia con las comunes que lo tienen blanco crema o rosado, y no está separado del escudete de color blanco por una cuña emplumada, como sucede en la Focha común, ya que el escudete de la cornuda no se estrecha tanto hacia la base del pico como en aquella. 





El iris de su ojos es de color rojo intenso. 





La cola es corta y es de color negro. 





Las alas son de color negro intenso y carecen de la raya blanca en las secundarias que se ve en la F. común cuando vuela. 




Las patas son de color gris azulado (verdosas en la F. común) y tienen unos dedos muy largos, con lóbulos redondos y almohadillados que les permiten nadar. 





En comparación con la Focha común, la Focha cornuda es ligeramente mayor que ella, tienen la cabeza más cuadrada y parece más estilizada al nadar, debido al cuello proporcionalmente más largo y a que mantiene la cola más elevada sobre el agua, por encima del nivel del agua. Además, frecuentemente en esa postura, las plumas forman un abultamiento en la parte final del dorso. En vuelo, carece del borde blanquecino que muestran las fochas comunes en las alas secundarias. 





Los jóvenes presentan un plumaje de tonos pardos más oscuros que los de las comunes. 





Tienen áreas blanquecinas en el pecho pero no en la garganta que si presentan los de las comunes. 





No tienen escudete frontal. 





La Focha moruna es de costumbres mucho más discretas, más arisca y generalmente muy difícil de contemplar en sitio abierto, teniendo que conformarse el observador con oír su reclamo característico, que consiste en un “ju ju” algo más grave y potente que el de la Focha común. 




Tiene un vuelo pesado y suele ser reticente a volar para cortas distancias. Para escapar o atacar en el agua suele correr chapoteando por la superficie aleteando pero sin levantar del todo el vuelo. Mientras nada suele agachar y subir la cabeza y puede bucear cortas distancias zambulléndose de un salto. 




La Focha moruna se distribuye en dos áreas geográficas aisladas y distantes. El principal núcleo de población se encuentra en el tercio meridional de África (Sudáfrica, Zimbabwe, Kenia …) y en el África oriental (isla de Madagascar). Se trata de una población no amenazada con un total calculado de unos 33.000 ejemplares. La otra población mucho más reducida, con alrededor de unos 5.000 ejemplares, se encuentra en el Mediterráneo occidental: El S. y E. de la península Ibérica y en el norte de África (Marruecos) y, como ya comenté, está seriamente amenazada. 




Desde finales del XIX y a lo largo del siglo XX, la población del Mediterráneo occidental ha sufrido una fuerte disminución, sobre todo en la península Ibérica, a causa, principalmente, del elevado impacto humano en su hábitat. 




La distribución antigua de la Focha moruna en la península Ibérica incluía Portugal, Andalucía y el litoral mediterráneo, desde el Delta del Ebro hasta los humedales del Sur de Alicante. En Andalucía, durante la primera mitad del siglo XX, la especie era localmente común, principalmente en las marismas del Guadalquivir y en la laguna de la Janda. Desapareció de esta última localidad en los años sesenta, cuando fue desecada, y estuvo cerca de la extinción en Doñana. En el Delta del Ebro era menos abundante, extinguiéndose a finales del siglo XIX. Posteriormente se registran algunos ejemplares en la década de los treinta y también en los inviernos de 1962-63 y 1966-67. 




Actualmente, en España son residentes habituales y están presentes en el oeste de Andalucía, en particular, las marismas del Guadalquivir y algunas lagunas gaditanas, así como en la Comunidad Valenciana donde la especie se ha llegado a reproducir con éxito tras la reintroducción de ejemplares criados en cautividad. 




El hábitat de la Focha moruna es similar al de la Focha común. Ambas muestran preferencia por humedales de agua dulce o ligeramente salobre, de carácter permanente o temporal (humedales, marismas, lagunas y albuferas), relativamente profundas y siempre con una buena cobertura de vegetación, tanto palustre como sumergida. Por otro lado, se muestra bastante menos tolerante que la común ante la presencia humana y sus interferencias en el medio y precisa, además, de climas más cálidos. 





Su alimentación es omnívora con preferencia hacia las plantas acuáticas sumergidas a las cuales accede buceando. También se alimentan pero en menos cuantía de brotes, rizomas, semillas y tallos de especies palustres, como carrizos y eneas, así como de caracoles, crustáceos, moluscos, insectos y de pequeños vertebrados, como pececillos, anfibios, e incluso crías de aves acuáticas. 





Su periodo reproductivo se desarrolla entre los meses de marzo a agosto y en esa época se vuelven muy territoriales y especialmente agresivas. Las hembras se ocupan en exclusiva de construir sus nidos a base de cañas o carrizos y los sitúan cerca de aguas someras o en forma de pequeñas estructuras flotantes. La puesta se compone de 4-11 huevos y la incubación dura aproximadamente 21-24 días y es llevada a cabo por ambos sexos. 





Los pollos son nidífugos, al poco de nacer abandonan el nido. Al cumplir aproximadamente los dos meses de vida, es cuando alcanzan su completo desarrollo. La Focha moruna resulta un ave mucho menos prolífica que la común, ya que solo realiza una puesta anual. 





Se trata de una especie en grave peligro de extinción en toda su área de distribución, pero en particular en el núcleo del Mediterráneo, donde se ha
rarificado notablemente desde mediados del siglo pasado, cuando existían poblaciones bastante más nutridas en otros humedales del sur de España, Portugal y el norte de África. Desde entonces, el contingente de fochas morunas ha sufrido un constante retroceso como consecuencia de: 
  • La degradación del hábitat. Los cambios en el régimen hidrológico, la sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación de origen agrícola, industrial y urbano o la quema de carrizales han dejado unos humedales de poco valor para la Focha cornuda. 
  • La pérdida de hábitat (en Andalucía queda aproximadamente el 18% del hábitat óptimo que había en la década de los cincuenta del siglo pasado), motivada por la alteración de los niveles hídricos, la colmatación de las cubetas lagunares, la desecación, la explotación abusiva de los acuíferos y el empobrecimiento de la calidad del agua. 
  • La excesiva presión cinegética. La Focha cornuda es muy vulnerable a la caza por ser una especie prácticamente indistinguible de la Focha común, una especie cinegética muy popular. Como quedan pocos ejemplares, cualquier baja es una pérdida muy importante para la conservación de la especie 
  • La competencia con las especies introducidas de cangrejo rojo y carpa perjudica a la focha, que pierde recursos alimentarios, así como calidad del agua, a lo que se unen en algunas localidades los efectos de la excesiva concentración estival de ganado alrededor de los escasos puntos de agua disponibles (P.N. Doñana) puede causar daños a la vegetación sumergida y emergente (sobrepastoreo). 
  • Pesca. En las marismas del Guadalquivir está documentado que las nasas y redes para la pesca causan una elevada mortalidad entre adultos y juveniles 



Actualmente se están realizando planes de recuperación y de reintroducción de la especie (algunos con fondos LIFE) en la Comunidad Valenciana y Andalucía, al tiempo que se están promoviendo actuaciones de restitución del hábitat. No obstante, sería preciso promover la recuperación de los humedales susceptibles de albergar a este rálido, auspiciar la eliminación de las especies introducidas, confeccionar un programa coordinado de cría en cautividad y un programa de reintroducciones, evitar la alteración de las inmediaciones de los humedales ocupados por la especie para frenar su colmatación, prohibir la caza de Focha común en las zonas húmedas usadas por la Focha moruna y promover un programa coordinado de seguimiento y conservación con Marruecos y Portugal. 





La Focha moruna fue considerada por la SEO/BirdLife como “Ave del Año” en 2002, aparece en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “En peligro crítico”, en tanto que se la considera como “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

2 comentarios:

  1. Excelente blog, con unas fotografias fantasticas y muy didactico, un saludo.

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  2. Pues muchas gracias por tu amable comentario. Me alegra mucho que te guste mi blog. Saludos cordiales.

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