Dentro del grupo de los patos nadadores o de superficie, el Ánade rabudo es, desde mi particular punto de vista, el más estiloso y elegante de todos, y mira que los hay guapos, como es el caso del Pato cuchara, los silbones, las cercetas y sin menospreciar al que más acostumbrados estamos de ver, nuestro Ánade azulón o real, al que cuanto más miro, más admiro su belleza y en particular la del macho.
Recuerdo perfectamente el primer encuentro que tuve con él hace años y como no podía ser de otra forma, tuvo que ser en Santoña en donde se desplazaba por una charca muy bonita en el entorno de un paisaje paradisíaco, moviéndose elegantemente por el agua cristalina con su llamativa cola empinada.
Posteriormente, he tenido la fortuna de coincidir con ellos todos los años y poderlos fotografiar plácidamente, lo que me ha permitido apreciar, más aún si cabe, su elegancia y gran estilo que con esta entrada pretendo compartir con los que visitéis este blog.
Como muchos de vosotros ya sabéis, el nombre científico de este pato, “Anas acuta” procede de dos palabras latinas:”anas”, que significa pato, y “acuta”, que significa afilado. Esta referencia a la cola puntiaguda del macho, también queda reflejado en su nombre común en español y en otras denominaciones populares como las de: Rabullargu,Pato rabudo, Pato rabilargo, Pato de cola puntiaguda y Pato cola de gallo, entre otras.
Se trata de un pato bastante grande que posee una esbelta silueta. Miden entre los 51-66 cm de longitud y que tiene una envergadura que oscila entre los 79-87 cm. El peso puede alcanzar los 1,350 Kg. Los machos son algo más grandes y pesados que las hembras y, como podremos observar a continuación, en esta especie existe un gran dimorfismo sexual.
Sus dos características más llamativas son su cuello largo y estrecho, así como la cola apuntada, sobre todo en el macho, que contribuyen notablemente a proporcionarle ese aspecto esbelto. La cola en la edad adulta puede llegar a medir un cuarto de la longitud total del pato.
Como ocurre en la mayoría de los componentes de este grupo de las anátidas, existe una acusada diferencia entre machos y hembras durante la época nupcial, en la que ellos lucen un vistoso y colorido plumaje que intensifican más aún durante el período reproductivo. Sin embargo, en la época estival lucen el denominado plumaje en eclipse, mucho menos vistoso y que se asemeja notablemente al de las hembras.
Los machos tienen la cabeza pequeña, redondeada y al igual que la parte superior del cuello, es de color marrón chocolate. En ambos lados del cuello presentan una fina línea blanca inclinada de atrás hacia adelante que se va estrechando a medida que sube hacia la nuca, mientras que por abajo se continúa con el blanco de la parte anterior del cuello y el pecho.
El pico es bastante alargado, delgado (aplastado) y de color negro con los laterales azules.
Los ojos son pequeños y de color pardo oscuro, por lo que apenas se descubren sobre el oscuro fondo de la cabeza.
Las partes superiores de su cuerpo y los costados son de color gris y están muy vermiculados. Las plumas de la espalda tienen el centro negro. El espejuelo es verde negruzco, orlado de blanco por detrás y de rojizo pálido por delante. Las alas tienen unas plumas coberteras largas de color negro ribeteado en gris.
Por la parte inferior son de color blanco, excepto la zona caudal inferior que es de color blanco cremoso en su parte anterior y negra en la posterior.
La cola es de color negro, muy larga y puntiaguda debido a la longitud que alcanzan las dos plumas o rectrices centrales.
Las patas son de color gris azulado y tienen los dedos palmeados.
Las hembras tienen la cabeza casi uniformemente parduzca. El pico es largo y delgado, como el de los machos, pero es de color negro con algunas zonas azules.
Estas tienen un plumaje con tonos parduzcos y moteados de pardo oscuro y crema muy similar al de las hembras de otras anátidas y a las de los machos en fase de eclipse, pero estos tienen las plumas escapulares grises y mucho más largas.
En las alas tienen un espejuelo marrón oscuro muy finamente bordeado de blanco por delante y de ese mismo color pero mucho más grueso, por detrás.
La cola es larga y puntiaguda por la mayor longitud que adquieren sus rectrices. Este tamaño de su cola, aunque es menor que la de los machos, sirve para diferenciar fácilmente a estas hembras de las de otras anátidas, junto con su cuello más largo y estrecho que les da un aspecto más esbelto.
Los jóvenes se parecen también a las hembras aunque poseen los laterales de la cabeza y los flancos más claros y el dorso más oscuro. El cuerpo está menos netamente festoneado que el de las hembras (más difuso).
Los Ánades rabudos caminan con bastante soltura y agilidad sobre tierra y con frecuencia se les puede ver comiendo en campos y marismas.
Tienen un carácter muy tímido y son muy desconfiados, por lo que ante la mínima alarma inician el vuelo con gran facilidad elevándose casi verticalmente. Por este motivo, se les ve poco cerca de las riberas de los lagos y los cañaverales, ya que prefieren las extensiones de agua al descubierto, en donde puedan ver de lejos y detectar rápidamente la aproximación de un potencial peligro.
Vuelan muy rápido, extendiendo sus largas alas ligeramente hacia atrás, al contrario que otros patos que las colocan perpendiculares al cuerpo. En vuelo los machos muestran un espéculo negro con bordes blancos en la parte trasera y rojizo pálido en la delantera, mientras que el espéculo de las hembras es de color pardo oscuro con el borde blanco estrecho en la parte frontal, pero más ancho en parte posterior. Este espéculo llega a ser visible a una distancia de más de 1.5 Km.
Los ánades rabudos son patos bastante silenciosos. El macho emite un corto silbido aflautado y claro con repeticiones lentas a modo de un "criu", mientras que la hembra emite una especie de graznido durante el cortejo, tipo “cuac”.
Son aves migradoras que crían en el norte de Eurasia y Norteamérica y que pasan el invierno en el sur de Europa, África del Norte, Centroamérica y buena parte del Asia tropical y subtropical.
En España, durante el periodo invernal, nos visita un contingente no muy elevado que se distribuyen sobre todo por las marismas del Guadalquivir, el delta del Ebro, algunas zonas húmedas de la costa levantina, la ría del Eo, así como determinados humedales del entorno de Doñana y del interior peninsular como son, Villafáfila (Zamora), la laguna de La Nava (Palencia), el pantano de Rosarito y la laguna El Oso (Ávila). Tan solo algunos individuos permanecen durante todo el año como residentes habituales en algunos humedales peninsulares, siendo las Marismas del Guadalquivir, Madrid y Alicante, los únicos enclaves donde se reproduce solo de manera esporádica.
El hábitat preferido de estas anátidas durante el periodo invernal son las aguas costeras como marismas, albuferas, humedales y lagunas cercanos al litoral, más que de zonas húmedas interiores. En la época de cría van buscando zonas encharcadas poco profundas con pastizales cercanos donde asentar sus nidos. Acostumbran a ir en parejas o en pequeños grupos y frecuentemente, mezclados con otras especies, formando bandos numerosos.
Su alimentación es fundamentalmente herbívora a base algas y semillas, así como de tubérculos y rizomas de plantas, tanto acuáticas como terrestres. También comen insectos, larvas y moluscos.
Acostumbran a alimentarse en el crepúsculo y durante la noche, permaneciendo durante el día reposando tranquilamente en lagunas y masas de agua extensas.
Al igual que hacen los demás patos de superficie, para obtener su alimento de los fondos fangosos de lagunas y aguas someras, extienden su largo cuello bajo el agua y levantan la parte trasera, ayudándose con las patas.
El periodo reproductivo abarca entre los meses de abril a junio. Excepcionalmente, pueden efectuar una segunda puesta en caso de perder la primera.
Construyen su nido en una depresión del suelo que recubren con materia vegetal y plumón y lo ubican entre la vegetación baja, pero sin tomar ninguna precaución particular para esconderlo. La puesta se compone normalmente de 7-9 huevos. La incubación dura 24 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido aunque la madre sigue al cuidado de ellas durante al menos 1-1,5 meses.
A modo de curiosidad, decir que si un intruso sorprende a una pata acompañada de sus patitos, ésta efectúa una maniobra de despiste, chapoteando y convulsionándose violentamente como si estuviera herida, con el fin de desviar la atención del enemigo y alejarlo de los pequeños.
Las principales amenazas que inciden en esta especie son las alteraciones, destrucción y transformación de los humedales, tanto en los lugares de cría como en los de invernada, la depredación de sus nidos, así como los parásitos y las enfermedades aviares. Se incluye como reproductor en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Vulnerable” y no aparece en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
A mi también me parece que es el más elegante y estiloso de nuestros patos, menuda sesión le has metido, que maravilla. Un abrazo José Ignacio.
ResponderEliminarHello Jose,
ResponderEliminarVrey wonderful pictures. Great with the spread wings. Wonderful!!
Greetings, Marco
Thanks a lot. Best regards.
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