Efectivamente, si en las últimas semanas, te das una vuelta a ver que cuentan los blogs de “pajareros” de al menos la mitad septentrional de España, no cabe duda que hay un ave “estrella” a la que la mayoría dedican una entrada. Sí, sí, me estoy refiriendo al Somormujo cuellirrojo (Podiceps grisegena) que hace ahora justo un mes apareció en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, en la vecina Comunidad cántabra y más concretamente en el Puerto deportivo de Santoña.
Es bastante impresionante calcular la cantidad de personas que hemos acudido a observar y fotografiar a esta peculiar ave como si fuera una mismísima estrella de Hollywood y que si no me equivoco, dejo de ser considerada por la SEO como rareza en España en 1992, pero se le volvió a incluir en la lista en 2014.
Me imagino que el motivo de tanto desplazamiento ha sido debido no sólo a la presencia de esa curiosa ave y de la presencia del también famoso Zampullín cuellirojo, sino que también ha sido una excelente coartada para justificar una visita más a esa bonita zona cántabra que supone un importante refugio de anátidas y una escala vital para las migraciones de aves entre el norte de Europa, Doñana y el norte de África.
La verdad es que es una maravilla acudir a esa zona en una época en la que en otras regiones como la asturiana, tenemos una escasez de visitas de aves marinas un tanto alarmante, ya que cuando estás allí, te olvidas totalmente de esa pobreza de especies para la época del año que estamos.
El caso es que el bueno del Somormujo cuellirrojo siempre se encuentra en su reducido recinto del puerto deportivo, donde con una tranquilidad pasmosa, va viendo desfilar por las pasarelas de madera contiguas, a modo de alfombra roja, a una ingente cantidad de “mirones” y fotógrafos con sus múltiples chismes a cuestas (prismáticos, cámaras de fotos con unos objetivos de un tamaño casi imposible de imaginar, trípodes, telescopios, etc.). Incluso, lejos de asustarse de las visitas, le ves que se acerca a ellas y a escasos metros efectúa los movimientos precisos, para “posar” enseñando sus diversas caras; frontal, lateral derecho e izquierdo, de espalda, etc. Incluso a algún privilegiado le regala imágenes de sus capturas submarinas o de sus momentos de aseo diario, que tienen una estética tan especial.
Y eso, teniendo en cuenta que el plumaje invernal que presenta esta ave en la actualidad (invierno), es mucho más sobrio y menos espectacular que el que presenta en su temporada nupcial, en el que el intenso color negro de su cuerpo y capirote, contrasta de forma muy llamativa con el rojo de su cuello y el blanco de sus mejillas. Si con ese plumaje capta esa expectación, me pregunto, que sería si lo viéramos con sus mejores galas.
Esa tranquilidad tan sólo se ve alterada por la presencia ocasional en el mismo y pequeño estuario, de un bello familiar y vecino, un Zampullín cuellinegro, que mucho más activo que él, atrae la atención de los visitantes con múltiples zambullidas en busca de alimento, o la entrada y salida de las pequeñas embarcaciones que allí se amarran habitualmente.
El Somormujo cuellirrojo o “Podiceps grisegena” adquiere el nombre en científico de su género “Podiceps” del término latino podes-podicis: abertura o ano y el pes-pedis: pies, haciendo referencia a la posición trasera, cerca del ano, en las que se insertan sus patas, adaptadas a la natación y al buceo. El nombre de la especie “grisegena” proviene del término griseus: gris y gena: mejilla, en referencia al color característico que tienen los individuos adultos en época nupcial.
Pertenece al igual que los zampullines a la familia Podicipedidae y ambos debido al hecho de tener unas patas fuertes en una posición muy trasera, tienen una enorme facilidad de zambullirse y favorecer su propulsión durante el buceo, pero sin embargo hace que sean muy torpes en tierra firme. Además sus patas actúan como timón, reemplazando su rudimentaria cola, la cual sería menos útil en esta tarea.
Tiene un aspecto general similar al Somormujo lavanco, pero ligeramente más pequeño y con el cuello más corto y algo más grueso y el pico más corto. Alcanzan unos 40-45 cm de longitud y una envergadura que puede alcanzar los 85 cm. Su peso puede llegar a los 800 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie a excepción de que los machos son ligeramente más grandes que las hembras.
Los ejemplares adultos durante la época reproductiva adquieren un intenso color negruzco por la parte superior que se torna de un suave color castaño rojizo con tintes negruzcos en los flancos, mientras que por la parte inferior son de color blanco.
La parte superior de la cabeza (capirote) es de color negro que desciende para llegar a englobar al ojo. El resto de la cara (mejillas) y el principio de la garganta son de color blanco grisáceo.
Tanto la parte anterior como los laterales del cuello y el pecho son de un intenso color castaño rojizo del que adquiere su nombre común. La parte posterior del cuello es del mismo color negruzco intenso que el de la cabeza y el dorso de su cuerpo a modo de enlace.
Durante la época nupcial, el pico presenta una coloración negra a excepción de la base que es de color amarillo. Su tamaño es mediano y tiene forma recta y puntiaguda.
Los ojos son pequeños, son de color rojo muy oscuro y están rodeados por un fino anillo periocular de color amarillento.
La cola es muy corta, rudimentaria y se la puede apreciar ligeramente elevada sobre el nivel del agua, cuando nada.
Las patas son de color negro y tienen los dedos muy lobulados.
El plumaje durante el invierno es mucho más discreto ya que por la parte superior son de color pardo grisáceo casi negruzco, con los flancos son de color blanquecino con tintes parduzcos. El pecho y el vientre son blanquecinos.
La parte superior de la cabeza es de color pardo grisáceo oscuro, mientras que el resto de la cara (auriculares) es de color grisáceo. La garganta y la región retro auricular son más claras. La parte antero superior del cuello es de un color castaño grisáceo poco intenso, excepto en la parte posterior que es más negruzca.
El pico tiene la parte inferior de color amarillento con el culmen y la parte superior de color negruzco.
Los jóvenes son como los adultos en invierno pero con manchas y franjas blancas y negras sobre la cara. Tienen la parte supero anterior y lados del cuello de color pardo rojizo. La garganta y el pecho de color marrón claro. El pico es más corto que el de los adultos y es amarillo con la punta negruzca.
Como le ocurre también al Somormujo lavanco, el hecho de tener una pequeña superficie alar les hace incapaces para despegar desde tierra y necesitan una larga carrera por la superficie del agua para impulsarse antes de despegar.
Vuelan con su cuello bien estirado (el S. lavanco lo lleva algo sinuoso) y las patas colgando de la parte trasera, lo que le da un aspecto desgarbado. Bate muy rápido sus alas relativamente pequeñas, que son grises con las plumas secundarias blancas. En vuelo se diferencia también del S. lavanco en que el cuello es más corto y oscuro y en que la zona blanquecina que presentan en los hombros, no se comunican con un puente blanco (es un puente negruzco) con la otra zona blanca de sus alas que forman las secundarias, cosa que si ocurre en el S. lavanco.
Habitualmente son silenciosos, especialmente en invierno, pero en época de cría son muy ruidosos, emitiendo sonidos ásperos, a modo de gruñidos que alternan con un khe-khe menos estridente. Los emiten tanto en solitario o en pareja, por la noche y durante el día, y con frecuencia en sus disputas territoriales con sus rivales.
Se reconocen dos subespecies de Somormujo cuellirrojo: P. g. grisegena, subespecie nominal presente en Europa y Asia occidental (Paleártico occidental) y el P. g. holboelii, de Norteamérica y Siberia oriental.
Se distribuyen por Europa, por toda Asia hasta Japón y por Norteamérica.
En Europa cría en Rusia (50%), Finlandia, Dinamarca, Suecia, Alemania, Polonia y Hungría.
Tras el periodo reproductor, el Somormujo cuellirrojo efectúa movimientos hacia el mar Báltico y el mar del Norte, principalmente hasta Holanda, siendo más escaso en Irlanda, el norte de Francia y el golfo de Vizcaya. Excepcionalmente puede haber invernada en el Mediterráneo francés, el Adriático y el mar Negro.
En España son invernantes habituales, pero de forma muy escasa (10-15 individuos de media) y sobre todo en la costa cantábrica.
Sus hábitats durante la época reproductiva se encuentran en los lagos pequeños del interior, poco profundos, con abundante vegetación palustre y con bosques en su periferia. En cambio, en invierno, viven en zonas costeras resguardadas como son las rías, bahías y estuarios.
Su alimentación en verano se basa fundamentalmente en invertebrados, sobre todo de insectos acuáticos y sus larvas, no obstante también consumen peces, moluscos, crustáceos y anfibios, sobre todo en invierno. Capturan sus presas buceando o nadando con la cabeza bajo el agua, en zonas poco profundas.
Durante el invierno se alimentan en solitario y raramente se congregan en bandadas, pero durante la migración se agrupan en bandadas de hasta más de 2.000 individuos en las paradas de escala preferidos.
Una curiosidad interesante es conocer que, al igual que los demás somormujos, los Somormujos cuellirrojos ingieren gran cantidad de sus propias plumas, que permanecen en el estómago del ave. Los adultos no solo se tragan sus plumas, principalmente durante su acicalado, sino que también se las dan a sus pollos, incluso el mismo día de la eclosión. Estas plumas se deshacen en una masa amorfa parecida al fieltro. Se desconoce la función de estas plumas en el estómago, aunque se ha sugerido que pueden proteger su tracto digestivo de las raspas y otras materias duras que ingieren y que no pueden digerir.
Durante la época de cría despliegan un elaborado cortejo en espejo (imitando los movimientos de la pareja) y emiten una gran variedad de llamadas de apareamiento.
El periodo de reproducción lo llevan a cabo entre los meses de abril y junio. En la construcción del nido participan ambos progenitores y utilizan materiales vegetales que distribuyen a modo de plataforma y que sitúan en el agua anclados a la cercana vegetación palustre.
Anidan junto al agua para poder tener una vía de escape rápido, ya que la posición trasera de sus patas impide los movimientos ágiles y rápidos en tierra.
La puesta se compone normalmente de 4-6 huevos. La especie suele realizar una sola puesta al año, raramente dos. La incubación dura unos 23 días aproximadamente y es llevada a cabo por los dos miembros de la pareja. Las crías abandonan el nido al poco de nacer y son transportados durante un tiempo por los padres sobre su dorso quienes los cuidan durante unos 50–70 días que pueden iniciar el vuelo.
Al tratarse de una especie dependiente tanto de humedales interiores (durante la reproducción) como costeros (durante la invernada), se ve afectada por la contaminación de las aguas interiores y los vertidos de crudo en el mar. También les afecta, las alteraciones en los humedales de cría donde se reproduce y la predación que sufren sus huevos principalmente por las cornejas y los pollos por los lucios. La especie está evaluada como de Preocupación Menor.
Este lleva más fotos encima que Naomi Campbell, jejeje. Preciosas fotos José Iganacio, veo que le tuvisteis bien cerca, yo no tuve tanta suerte. Un abrazo.
ResponderEliminarDe las mejores fotos que he visto del cuellirrojo!
ResponderEliminarUn saludo
Muchisimas gracias. Saludos.
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