viernes, 2 de enero de 2015

El ave rapaz más grande de Europa. Buitre negro (Aegypius monachus)

Mi primer encuentro con esta impresionante ave lo tuve en Monfragüe y la verdad es que difícilmente podré olvidarlo.


Hacía poco rato que había amanecido y yo me disponía a terminar una ruta que conduce al Cerro Gimio desde donde se pueden observar unas bonitas vistas del río Tajo y de la zona conocida como Salto del Gitano. 


La luz era bastante escasa y tan sólo me quedaban unos metros para alcanzar la cima, cuando de repente pude observar sobre unas rocas una enorme silueta negra que se dibujaba en el horizonte y que en principio me hizo pensar que se trataba de una figura humana. 


Estaba inmóvil y al poco rato me di cuenta de que efectivamente se trataba de un Buitre negro.

Enseguida me abordaron dos sentimientos contradictorios. Por un lado me quería acercar para poder captar mejor las fotografías dada la escasa luz que había, pero por otro no podría dejar de pensar en qué actitud iba a tomar si se lanzaba en vuelo hacia mi pues la distancia entre él y yo era bastante corta y su tamaño y aspecto, la verdad es que impresionaba. Bendita ignorancia la mía. 


Pude realizarle varias fotografías y al poco tiempo salió volando dejándose caer hacía el vacío.

El Buitre negro pasa mucho tiempo en el aire planeando y sólo en ocasiones bate las alas de forma imperceptible. Cuando inicia el vuelo desde el nido, un árbol o el suelo, lo hace batiendo las alas lenta y muy profundamente.


Posteriormente, he tenido la fortuna de encontrármelo en más de un paraje de alta montaña en vuelos relativamente cercanos que me han permitido valorar su enorme envergadura en vuelo. 


Efectivamente, el buitre negro está considerado como la mayor de las aves rapaces que puede ser observada en nuestro país, junto con el quebrantahuesos. Tiene una envergadura alar de unos 250cm. llegando incluso algunos ejemplares a los 3m. Es el de mayor envergadura y el más pesado (alcanza los 10kg. de peso) de los de la avifauna europea, que conserva en nuestro país sus mejores poblaciones de todo el mundo.


Se trata de una gigantesca ave que cuando planea con alas extendidas produce la impresión de que un gran rectángulo negro flota en el espacio. Alas anchas y largas con el borde de las mismas casi paralelos, Lleva el cuello recogido mientras vuela y tiene una cola corta acuñada, llevando habitualmente las plumas primarias muy desplegadas, a modo de “6 o 7 dedos”, lo que refuerza su empuje hacia lo alto.


Su silueta oscura, la presencia de plumón negro en la cabeza y las características plumas del cuello, le confirieron su nombre científico de buitre monje (en latín monachus).


El buitre negro es una de las cuatro especies de rapaces carroñeras que habitan en Europa, junto con el Buitre leonado, el Quebrantahuesos y el Alimoche. Es interesante reseñar que a nivel popular las aves carroñeras tienen en general mala reputación ya que se las asocia con la muerte considerando que viven a costa de la desgracia ajena, cuando en realidad su labor es fundamental al estar eliminando posibles focos de infección de nuestros campos. 


Su plumaje es muy oscuro. Las plumas del dorso son de color pardo uniforme con tintes negruzcos, siendo la zona ventral del cuerpo aún más oscura. El cuello y parte de la cabeza se encuentran totalmente desnudos, mientras que la cara y la parte superior de la cabeza aparecen cubiertas por plumón negruzco. En la base del cuello llama la atención un collar de plumas pálidas de pequeña longitud.


Tienen un pico robusto y fuerte, preparado para el desgarro de piezas duras (músculos, pieles y tejidos cartilaginosos). La base de este enorme y robusto pico recibe el nombre de cera y es de color azulado. 


Los jóvenes presentan en general un color más oscuro, mate y homogéneo que los adultos, con la cabeza completamente cubierta de plumón negruzco. La base del pico de estos es de tonalidad rosada.


Su hábitat fundamental se encuentra en el cuadrante sur-occidental de la Península Ibérica y en Mallorca. Dentro de la Península, su área de reproducción se reparte por el oeste de Madrid, suroeste de Castilla y León, mitad occidental de Castilla-La Mancha, noroeste de Andalucía y norte de Extremadura, siempre ligado a los sistemas montañosos de estas comunidades.


El Buitre negro es una especie que no se reproduce en Asturias aunque se está observando en nuestra región con cada vez más frecuencia en los últimos años. La mayoría de las observaciones corresponden a individuos jóvenes. Este aumento del número de citas probablemente se deba al aumento de la población reproductora en sus áreas de cría tradicionales, sobre todo en Extremadura.


Lo podemos encontrar preferentemente en bosques de encinas, alcornoques y quejigos, aunque en las islas Baleares aparece en los pinares de los acantilados costeros. En Castilla-La Mancha sitúa sus nidos en zonas de monte mediterráneo con abundantes encinas y alcornoques, prefiriendo estos últimos para construir sus nidos.


Este buitre es un ave sedentaria que ocupa un área no muy extensa si bien en ocasiones pueden pasar varios días seguidos fuera de ella, especialmente concluida la época de reproducción. Sus movimientos para buscar alimento le pueden alejar hasta 60 kilómetros de su grupo. 


Los individuos jóvenes realizan largos viajes exploratorios al emanciparse de los padres. Con estos desplazamientos los jóvenes se intercambian entre distintas subpoblaciones, encuentran nuevas zonas de hábitat donde reproducirse y se disminuye la competencia con la población adulta en las áreas de cría.


Su comportamiento es menos gregario que el del Buitre leonado y al revés que a este último, se le suele observar en solitario o como mucho en parejas o grupos muy pequeños.


Construye sus nidos en las copas de grandes árboles en zonas boscosas bien conservadas formando colonias dispersas y alejadas de toda presencia o actividad humana. Cada temporada renuevan la estructura del nido, llegando de esta manera a acumular materiales año tras año y alcanzar unas impresionantes dimensiones que a veces conduce a su derrumbamiento por el peso acumulado.


El buitre negro no procrea cada año. Inicia la incubación en marzo. Ambos progenitores se dedican a esta tarea, que dura 55 días, de tal manera que a principios de mayo rompe el cascarón un único polluelo. Se pueden encontrar los pollos en el nido hasta principios de septiembre. La misión de incubar la realizan muy concienzudamente. Algunos expertos afirman que es muy difícil durante la incubación mover a un buitre negro del nido. Sin embargo, otros han tenido experiencia con puestas abandonadas por pequeñas molestias. De ahí la importancia de que nunca se debe ocasionar molestias a los nidos en época de cría.


Además de alimentarse de carroñas de grandes mamíferos (ovejas, cabras, ciervo, zorro, etc.), el buitre negro se alimenta de cadáveres de animales mucho más pequeños como es el caso del conejo.


Los ornitólogos estiman que sus garras tienen una mayor movilidad que las del Buitre leonado, lo que le permite capturar presas vivas o que tienen sus facultades físicas disminuidas por alguna enfermedad (mixomatosis) o que estén malheridas de la caza, etc. 


También difieren del Buitre leonado en que son los encargados de abrir el cuerpo del animal muerto desgarrando el pellejo y comiendo músculos y tendones. Más tarde expulsa los pelos en forma de bola indigerible, la egagrópila. A este respecto es interesante recordar que habitualmente cuando aparece un animal muerto en el campo las primeras aves en llegar suelen ser los córvidos (Cornejas, Cuervos, Urracas...) los cuales sólo pueden comer las partes más blandas del animal como ojos, nariz, lengua, etc. Como buenos córvidos no pararán de moverse de un lado a otro, alrededor y sobre el cuerpo del animal muerto. Al incidir los rayos del sol sobre sus plumas, se provocarán unos reflejos que actuarán como verdaderos llamadores para los buitres, ya que esos reflejos los observan desde la altura. 


Los siguientes en llegar son los buitres negros. Se dan prisa en llegar ya que prefieren comer sin ser molestados o agobiados por los buitres leonados, pero lo hacen de una manera organizada, comen por orden jerárquico, de mayor a menor importancia. Los leonados comerán las partes internas del animal, las vísceras, dejando los huesos pelados. Si por la zona hubiera alimoches comerían tras los buitres leonados o, si pueden, restos de lo que se les va cayendo, si no comerán lo que les quede de la carne pegada a los huesos.


Los buitres leonados tienen el cuello pelado como medida de higiene ya que si tuvieran plumas, al introducirse dentro del cuerpo, se les quedarían pegadas bacterias provocando infecciones. Por el contrario el buitre negro solamente tiene pelada la cabeza al comer partes externas y no meter todo el cuello en el animal muerto, al igual que el alimoche que tiene pelada la cara. 


Al terminar los buitres leonados y alimoches aparecería, en las zonas que hubiera, el quebrantahuestos (especie en grave peligro de extinción en España), que como su nombre indica, se alimenta de los huesos que quedan tras la comilona de sus primos. Lo hace cogiéndolos y tras elevarse volando a cierta altura; los lanza para que se rompan contra las piedras y así comerlos.


En la actualidad, los problemas más acuciantes para esta especie son el uso ilegal de cebos envenenados utilizados para el control ilegal de predadores, la destrucción de hábitat, la colisión con tendidos eléctricos y con las aspas de los cada día más frecuentes aerogeneradores, así como la electrocución, y los incendios forestales, sin olvidarnos de las recientes medidas de sanidad animal que impiden el abandono de cadáveres de animales domésticos y cinegéticos en el campo, lo que podría suponer una seria amenaza para esta especie a medio plazo, debido a la retirada de recursos tróficos.


El buitre negro se encuentra desde 1990 incluido en la categoría “De Interés Especial” del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, aunque el más reciente Libro Rojo de las Aves de España lo considera a escala nacional como “Vulnerable”.


En Castilla-La Mancha, la especie está incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas en la categoría “Vulnerable”. En septiembre de 2003 se aprueba el Plan de conservación del buitre negro y se declaran como zonas sensibles las áreas críticas para la supervivencia de la especie en Castilla-La Mancha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario