miércoles, 17 de diciembre de 2014

Un aguilucho con capacidad de travestirse. Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus). Aguiluchu Prietu.

Aprovechando la circunstancias de un encuentro que tuve hace unas semanas que me permtió realizar algunas fotucas, hoy quiero dedicar esta entrada al Aguilucho lagunero occidental que como muchos sabéis, pertenece al pequeño grupo de los aguiluchos que podemos ver en nuestro país y que está constituido por aves rapaces de tamaño medio, siendo éste el más grande de ellos, por encima del Cenizo y del Pálido.



El grupo de aguiluchos (circus) se caracteriza por poseer unas alas y cola largas y a realizar habitualmente un vuelo lento y a baja altura. Además, este grupo, que suele nidificar en el suelo, presenta un acusado dimorfismo sexual, siendo la hembra de mayor tamaño, más pesada y con plumaje distinto al del macho. 



Los laguneros miden aproximadamente 48-60 cm de longitud. Su envergadura alcanza los 115-130 cm. El peso de los machos ronda los 540 gr y el de las hembras los 740 gr.



Se trata de una rapaz de tonalidades fundamentalmente castaño oscuro. El macho adulto tiene la cabeza y la nuca pardos con tonos rojizos y líneas de color marrón oscuro que les da un aspecto rayado. La parte superior y el dorso son de color pardo oscuro y las inferiores cerca de las patas y bajo vientre es de color pardo rojizo que se van convirtiendo en crema según asciende hacia el pecho y garganta.



En vuelo, las alas son blancuzcas con las puntas negras bien marcadas y se diferencia del pálido en que el vientre del lagunero es rojizo oscuro y no blanco como en el pálido.



Las patas son amarillas y los tarsos están desprovistos de plumas, siendo rojizas las de los muslos.



La hembra adulta es un poco más grande y de color en general más pardo oscuro tanto en la zona dorsal como la ventral. La cabeza, la garganta y los hombros de tonalidades blanco amarillentas. La cola es de color marrón oscura con un barrado característico en las hembras.



Los jóvenes son bastante parecidos a las hembras aunque con tonalidades más homogéneas y más oscuras, presentando solo las manchas claras en cabeza, nuca y garganta.



Todas las descripciones de plumaje sirven para dar una idea general de la coloración de estos pájaros, pero no para definirlos con exactitud, pues las variaciones individuales son muy grandes y sobre todo, los estados de transición desde jóvenes a adultos dan lugar a una gran variedad en el color que origina frecuente confusión al identificarlos.



Desde hace unos años, existe una curiosa polémica entre expertos que están acostumbrados a ver estas aves en zonas habituales de cría ya que la mayoría de las veces observaban hembras y/o jóvenes y rara vez machos (muy distinguibles en su plumaje adulto). Al parecer hay varios estudios al porqué de este motivo. 



Por lo visto algunos machos de Aguilucho lagunero tienden a tener un "aspecto" de hembra en su plumaje para evitar confrontaciones con otros machos. Es decir, es como si los machos se "camuflaran" de hembras para poder entrar en los territorios de otros machos. De ahí la desproporción observada entre machos y hembras, pues muchas de estas no serían tales hembras.



Como respuesta a esta cuestión se ha apuntado quizás una desproporción real y evidente entre machos y hembras, también la posibilidad de la existencia de una migración diferenciada entre sexos que supusiese la invernada mayoritaria de hembras en la Península Ibérica y escasa en machos. También la posibilidad de errores de identificación de sexos en ejemplares jóvenes e inmaduros e incluso el posible uso diferenciado del área de campeo de machos y hembras, que supone que quizás estas últimas permanecen más cerca de las zonas húmedas donde generalmente se realizan las observaciones, mientras que los machos pasarían más desapercibidos al alejarse de los humedales para cazar en zonas lejanas de cultivos cerealistas y eriales.



Al hilo de esta polémica el gran fotógrafo riojano Eduardo Ruiz Baltanas, publicó en 2009 una primera foto que podéis ver en este enlace en la que expone la duda sobre el sexo de una aparente hembra de lagunero que aparece en la imagen, a la que se le aprecian los ojos de color amarillo (el color amarillo del iris es típico del macho) y que resuelve en principio en una segunda imagen que podéis ver en este otro enlace en la que se lo que se observa es una cópula de laguneros donde ambos participantes en la misma presentan aspecto de hembras, suponiendo esto que hay machos con plumaje idéntico al de las hembras.


Aclarando esta situación, en 2011 Audrey Sternalski, Francois Mougeot y Vincent Bretagnolle publican en la revista científica britanica Biology Letters un artículo sobre el Aguilucho lagunero en el que se informa de que en esta especie, un 40 por ciento de los machos presentan un plumaje permanente de tipo “hembra” y que durante la época de nidificación estos machos “travestidos” o “afeminados” obtienen ventajas reproductoras en cuanto a que no realizan enfrentamientos con otros machos “típicos” cercanos y cuentan con más tiempo para el emparejamiento, lo que supone un claro ahorro energético; comentando estos autores que incluso esos machos “camuflados” se muestran más agresivos con otras hembras que con los machos típicos. 



Para deshacer este entuerto, el pasado 27/01/12 Ignacio Gámez Carmona (gran ornitólogo riojano) consiguió examinar en mano un ejemplar vivo de Aguilucho lagunero, gravemente herido por disparo, que si en una primera visión aparentaba ser una hembra típica, al observar sus ojos muy claros y advertir un relativo tamaño pequeño para la especie, le hizo pensar en que lo que estaba examinando era un macho. Ante la duda de que podría ser un caso de macho "camuflado" le realizó una endoscopia confirmando que efectivamente se trataba de un macho.



Concluye por tanto Ignacio Gámez Carmona que al menos parte de los machos de Aguilucho lagunero occidental presentan un plumaje similar al de la hembra adulta, que las sospechas de Eduardo Ruiz Baltanas estaban bien fundadas y que el artículo de A. Sternalski et al. está lógicamente en lo cierto y que lo avalan las pruebas realizadas por el mismo.



Al margen de esta curiosa circunstancia y prosiguiendo con la descripción de esta rapaz, comentar que cuando se la ve volar de perfil sus alas destacan formando una abierta V. Vuela bajo como los demás aguiluchos pero más a menudo lo hace también a mayor altura, en general entre tres y cinco metros sobre el suelo o las plantas palustres, alternando cortos batidos de alas con las mismas muy elevadas.



Se trata de un ave rapaz muy perezosa y apática que no arriesga mucho al cazar, procurando hacerlo sobre presas fáciles como jóvenes aves acuáticas y otras que han sido heridas en las cacerías. Pasa grandes períodos de tiempo posado en el suelo o en arbustos muy bajos y con mucha frecuencia la pareja junta. 



En el vuelo de caza cuando descubre una presa se detiene y gira en el aire, lanzándose muchas veces el agua, efectuando una corta zambullida para capturar su presa.



Se alimenta principalmente de conejos, roedores, aves y reptiles y, en menor medida, de peces, anfibios y huevos. Ocasionalmente, si escasean las presas habituales, se alimentan de algo de carroña.



Su hábitat está ligado fundamentalmente a humedales y zonas con abundante vegetación palustre (carrizos, eneas, juncos) aunque también puede establecerse en grandes extensiones de cereal. Para cazar suele verse en campos de cultivo, baldíos o pastizales.



La población de aguilucho lagunero experimentó una fuerte reducción hasta finales de los años ochenta del siglo pasado en el continente europeo. Desde entonces y lentamente se ha ido recuperando tanto en el número de individuos como en su distribución, aunque aún está lejos de alcanzar los niveles de otros países europeos donde es mucho más abundante.



En la Península Ibérica es un ave residente habitual aunque también pueden verse un buen número de ejemplares en migración (septiembre-octubre) procedentes de Centroeuropa y países nórdicos de paso hacia África. Suelen elegir para invernar zonas de grandes humedales del sur y este de la península para abandonarlos al principio de la primavera. 


En España en la actualidad hay núcleos reproductores en la mayor parte de los humedales de las cuencas del Ebro, el Duero, Tajo-La Mancha y las Marismas del Guadalquivir.



Durante la estación invernal es frecuente verlos en dormideros comunales que instalan en la vegetación palustre a donde acuden cada atardecer.



El paso prenupcial por nuestro territorio se inicia en las áreas de invernada africanas hacia febrero o marzo haciéndolo en primer lugar los machos camino del Norte donde se reproduce desde el sur de Escandinavia, Gran Bretaña, Francia y el sur de Rusia.



Las principales amenazas que en la actualidad presenta este ave son la destrucción o alteración del hábitat donde suelen vivir y reproducirse debido a desecaciones, incorporación de nuevas áreas de cultivo, contaminación, uso de pesticidas, etc. que pueden disminuir notablemente las presas de las que se alimentan. 



En el Catálogo Nacional de especies Amenazadas el Aguilucho lagunero occidental figura con la categoría "De Interés Especial".

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