A finales del pasado mes de febrero coincidiendo con unos días en los que cayeron unas nevadas importantes en la montaña central astur-leonesa, tuve la oportunidad de pasar un bonito día disfrutando de los maravillosos paisajes que ese día nos brindaba esas zonas de alta montaña.
Tras madrugar lo suficiente para no perdernos el amanecer por la zona y siempre con la mejor de las posibles compañías, nos dirigimos inicialmente a la zona de la montaña babiana (León) con la incertidumbre de si nos encontraríamos con dificultades para circular por las carreteras de esa zona y con la idea de darnos la vuelta en el momento en que las cosas se pusieran complicadas y así no arriesgar lo más mínimo.
Afortunadamente no llegamos a ese extremo y pudimos llegar a la localidad asturiana de Santa María del Puerto, en lo más alto del puerto de Somiedo y que como muchos de vosotros ya sabréis, fue declarado Pueblo Ejemplar de Asturias en el año 2021.
Desde allí, el descenso de ese puerto de Somiedo hacia Pola de Somiedo, nos ofreció unas maravillosas vistas de las de la zona con las montañas completamente nevadas que no nos pudimos resistir a no fotografiar.
Unas vistas de cuento con el pequeño pueblo de La Peral totalmente nevado y con sus accesos por carretera totalmente cortados por la nieve.
Se trata de una antigua braña vaqueira de alzada con apenas una veintena de residentes habituales y a una altitud de alrededor de los 1.300 m de altitud.
Tampoco era de despreciar las bellas imágenes de los bosques cercanos totalmente nevados y los matorrales bien cargados de nieve, lo que les proporcionaba unas imágenes bien guapas que no dejamos de fotografiar.
En lo referente a la observación de aves, ante la imposibilidad de podernos desplazar a través de las zonas nevadas, no tuvimos otra que limitarnos a unas escasas especies de aves que en ese recorrido pudimos encontrar.
Una de ellas fue un guapo ejemplar macho de Escribano montesino (Emberiza cia) que se alimentaba de alguna que otra semilla en uno de los bordes de la carretera que no llegaba a estar cubierto de nieve.
Las semillas son la base fundamental de su alimentación aunque también comen brotes de las plantas, frutas e incluso insectos o pequeños invertebrados durante la primavera y el verano.
A duras penas pudimos observar y conseguir alguna que otra fotografía testimonial de una pareja de Gorrión molinero (Passer montanus) que descansaban en un pequeño matorral completamente nevado.
Me supuso una gran satisfacción tener un encuentro con ésta emblemática especie de gorrión, a la que no estamos muy acostumbrados a observar en Asturias, luciendo su característico capirote de color castaño oscuro que se extiende por la nuca, así como la gran mancha negra en la zona de las mejillas.
También pudimos fotografiar un pequeño grupo de Alondra totovía (Lullula arbórea) que al igual que ocurrió con el Escribano montesino se alimentaban continuamente de las escasas semillas acumuladas en una pequeña carretera local.
Se puede apreciar en ellas sus características y muy llamativas cejas que se prolongan hasta la nuca uniéndose entre sí y formando un ángulo, característica que nos sirve para diferenciarlas de otras especies de aláudidos.
También se puede apreciar en ellas una mancha oscura con una franja pálida a ambos lados en el borde del ala, que entre otras, nos sirve para diferenciarla de su familiar, la Alondra común.
Un pequeño grupo mixto de Estornino negro (Sturnus unicolor) y Estornino pinto (Sturnus vulgaris) peleaban picoteando la nieve para encontrar algo de alimento.
Una tarea sumamente ardua, tal como se puede apreciar en algunas de éstas imágenes, pero que en algunas ocasiones obtuvieron buenos resultados.
Cómo no incluir en ésta entrada alguna fotografía de un Jilguero europeo (Carduelis carduelis) buscándose la vida en ese ambiente tan hostil y haciendo buena su denominación científica “Carduelis carduelis”.
El origen etimológico de esa denominación científica proviene de “carduus-i”: el cardo, más el diminutivo “elis”, dada su relación con los cardos y en concreto a su gran habilidad en la captura de las semillas de cardos con su largo, recto y cónico pico, que les permite coger las semillas de estas plantas evitando sus pinchos.
Ya para ir terminando ésta nueva entrada quiero incluir también de una manera testimonial a alguna que otra fotografía de Urraca común (Pica pica) qué haciendo gala de su indiscutible habilidad para adaptarse a todos los ambientes hostiles, sin olvidarse de su incuestionable inteligencia, tal como lo demuestra al ser hasta la fecha el único ave que ha demostrado ser capaz de reconocer su propia imagen frente a un espejo.
Finalizo la entrada con lo que para mí son unas bellas imágenes de un numeroso grupo de caballos pastando en los campos totalmente nevados.
El contraste de los campos nevados con su coloración castaño rojizo y el de algunos ejemplares con sus crines rubias siempre me han parecido unas imágenes sumamente fotogénicas.
Eso sí, por muy fuertes que aparentemente parezcan estos animales y más estando agrupados, el hecho de encontrarse en la alta montaña hace necesaria la fiel y eficaz protección de un par de perros mastines leoneses qué son capaces de disuadir a cualquier intruso. Parece mentira cómo se puede estar descansando sobre la fría nieve y no inmutarse por ello.
Si como colofón a ésta entretenida escapada, que tan sólo con disfrutar de los bellos paisajes nevados mereció más que la pena, la terminas con una maravillosa comida a base de unas buenas viandas asturianas (fabada, pote cachopo…) regadas con un buen vino y compartiendo esta bella afición en la mejor de las compañías, la jornada resultó más que agradable y con ganas de volverla a repetir. Muchas gracias por entrar a visitar esta nueva entrada a mi blog y espero que os haya resultado interesante.
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