domingo, 3 de abril de 2022

De "pajareo" por el Parque Natural las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel (Parte 4 y final). Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus). Zarapito real (Numenius arquata). Zarapito trinador (Numenius phaeopus). Halcón peregrino (Falco peregrinus). Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis).

Para terminar con éstas numerosas entradas en las que, poco a poco, he ido compartiendo los principales reportajes fotográficos de las especies que el pasado mes de febrero he podido realizar en el entorno de la localidad cántabra de Santoña, en ésta última entrada no quiero dejar de publicar las fotografías que fugazmente pude conseguir de éste bello ejemplar de Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus) y que ocasionó un gran revuelo entre las aves acuáticas y gaviotas que se encontraban en una de las lagunas.



Pertenece al pequeño grupo de los aguiluchos que podemos ver habitualmente en nuestro país y que está constituido por aves rapaces de tamaño medio, siendo éste el más grande de ellos, por encima del Cenizo y del Pálido.



El grupo de aguiluchos (circus) se caracteriza por poseer unas alas y cola largas y a realizar habitualmente un vuelo lento y a baja altura. Además, este grupo, que suele nidificar en el suelo, presenta un acusado dimorfismo sexual, siendo la hembra de mayor tamaño, más pesada y con plumaje distinto al del macho.



Se alimenta principalmente de pequeños roedores, conejos, pájaros y aves acuáticas, así como de sus huevos y sus crías. También de reptiles y, en menor medida, de peces y anfibios, así como ocasionalmente, si escasean las presas habituales, se alimentan de algo de carroña. Se trata de un ave rapaz muy perezosa y apática que no arriesga mucho al cazar, procurando hacerlo sobre presas fáciles como jóvenes aves acuáticas y otras que han sido heridas en las cacerías. Pasa grandes períodos de tiempo posado en el suelo o en arbustos muy bajos y con mucha frecuencia la pareja junta.



Su hábitat preferido se encuentra en los humedales, lagos, lagunas, marjales, marismas, albuferas y otros lugares donde haya vegetación palustre. También se les puede encontrar en llanuras y campos de cereales.



En otro entorno distinto (ría de Treto) y con unas peores condiciones climáticas pudimos fotografiar a una pareja de zarapitos reales (Numenius arquata) que se alimentaban en las zonas fangosas que se descubren cuando baja la marea.



El Zarapito real (Numenius arquata) está considerado como el ave limícola más grande de España y una de las más grandes de las que se reproducen en Europa. Pero sin duda el rasgo morfológico más característico que presenta esta limícola es su larguísimo pico curvado hacia abajo que puede llegar a alcanzar los 15 cm. De mayor tamaño en el caso de las hembras, se trata del pico, comparativamente hablando, más largo de las aves de nuestro entorno.



Nada que ver en cuanto a dimensiones con otro de los protagonistas de esa zona que pude captar en vuelo mientras emitía su característico canto que queda reflejado en su denominación común “trinador” por su semejanza con un trino silbante. Me estoy refiriendo, obviamente, al Zarapito trinador (Numenius phaeopus). En esta especie apenas existe dimorfismo sexual ya que tan solo, como sucede en el caso del Zarapito real, la longitud del pico resulta más largo en las hembras.



Y si hablamos de especies de aves que ya se han convertido en residentes habituales de ese entorno de las marismas de Santoña, tenemos que mencionar, aunque sólo sea de paso, a la pareja de halcones peregrinos (Falco peregrinus) que temporada tras temporada se vienen reproduciendo en la cantera de Escalante.



Las fotografías del último protagonista de ésta nueva entrada sobre mi reciente visita a las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, se las quiero dedicar a una de especie de ave marina que en los últimos años ha experimentado una gran regresión en España, el Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis). Se trata de una especie por la que siento una gran simpatía y a la que en los últimos meses he podido fotografiar no solo en ese entorno de Cantabria, sino también en diversas zonas de Asturias.



Precisamente quiero comenzar por ahí, es decir a compartir algunas fotografías que le pude realizar en el pasado mes de febrero en uno de los escasos entornos de Asturias donde afortunadamente, aún se reproduce, estoy hablando de Tapia de Casariego en la costa occidental.



En unos días con un temporal marítimo de cierta consideración, pudimos captarle en lo que es una de sus rutinas habituales para conseguir algo de alimento, es decir, capeando una y otra vez las grandes olas de un mar cantábrico enfurecido.



Impresiona ver el coraje y determinación de esta ave para esquivar esas grandes olas rompiendo a su llegada al litoral o contra las escarpadas rocas. 



Unas veces sobrepasándolas por arriba... 



... y en otras ocasiones por su parte baja...



... para al final terminar posándose en esas enfurecidas aguas en busca de algo de alimento. 



Dejando atrás a las fotografías que le pude realizar en Tapia se Casariego y retomando mi reciente visita a Santoña, sabido es por cualquier aficionado que haya estado en más de una ocasión allí, que uno de los lugares fijos donde puedes observar y fotografiar a corta distancia a ésta emblemática especie, es en los pantalanes de su puerto deportivo.



Como decía, allí es un lugar fijo donde puedes ver descansar a varios ejemplares de Cormorán moñudo e incluso poder comparar su aspecto según su edad.



El Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) es un ave perteneciente al orden de las “Suliformes”, al igual que los alcatraces, fragatas o anhingas (hasta 2.010 se les encuadraba en el de las “Pelecaniformes”, en el que en la actualidad se encuadran a los pelícanos, garzas, espátulas e ibis, entre otras), que se incluye en la familia “Phalacrocoracidae” y concretamente al género “Phalacrocorax” al que también pertenece nuestro más conocido, el Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).



El origen etimológico del género “Phalacrocorax” que proviene de los términos griegos “phalakros”: calvo, pelado y el de “korax: cuervo, dio pasó al término latino “phalacrocórax-acis”: para significar cuervo marino. Un origen del término que no acabo de comprender muy bien, ya que se le denomine como el “cuervo marino” no parece descaminado como luego veremos, pero lo que no alcanzo a comprender es lo de “calvo o pelado”, pues de calvicie no tienen nada los cormoranes y menos el moñudo, como su propia denominación así lo indica.



En España el Cormorán moñudo está presente en toda la costa cántabro-atlántica, con las mejores poblaciones en Galicia, en donde se encuentra la mayor colonia de esta especie en las denominadas Islas Atlánticas (Islas Cíes y Ons) y que constituyen una de las principales colonias de Europa. También los podemos encontrar en el entorno de las Islas Baleares, los islotes de la Comunidad Valenciana (Columbretes), Cataluña (islas Medes), Murcia (Isla Grosa), Almería y Melilla (islas Chafarinas), así como en el estrecho de Gibraltar.



Entrando en los detalles de esta especie, decir que, como anteriormente hemos visto, el Cormorán moñudo es un ave marina que se asienta en los tramos rocosos más acantilados e inaccesibles de nuestras costas, ya sea tanto en el litoral cántabro-atlántico como en el mediterráneo. Se trata de unas aves de un tamaño mediano-grande ya que vienen a medir entre los 65-80 cm de longitud. Su envergadura varía entre los 90-105 cm. El peso puede llegar a los 2,5 Kg. Existe un mínimo dimorfismo sexual en esta especie, además las hembras son algo más pequeñas que los machos.



Su aspecto es muy parecido al del Cormorán grande, aunque los moñudos son de menor tamaño y de aspecto más estilizado, lo que le permite bucear ofreciendo muy poca resistencia al medio. Además, en el caso del Cormorán moñudo, el color de sus plumas es negro brillante (menos oscuro) con irisaciones verde satinado (sobre todo en el cuello), en vez de los tonos marrón bronce que tiene el Cormorán grande en la espalda y en las alas.

Cormorán grande (izda) y moñudo (dcha)

Cormorán grande (izda) y moñudo (dcha)

En la cabeza tienen el característico moño de esta especie. Es de menor tamaño que la del Cormorán grande, con una frente más marcada (píleo en punta por delante y por detrás) y el cuello más estrecho que la cabeza. La cola tiene 12 plumas remeras, mientras que la del Cormorán grande tiene 14.

Cormorán grande (izda) y moñudo (dcha)

Cormorán grande (izda) y moñudo (dcha)

El pico también es más pequeño y estrecho y el final la mandíbula inferior del pico no sobrepasa al ojo, como si ocurre en el grande.

Cormorán moñudo

Cormorán grande


En su cara tampoco presentan la característica mancha blanquecina en forma de “C” que abarca la parte de atrás de la base del pico y la garganta en los grandes. En el Cormorán moñudo, la garganta es totalmente negra y la comisura del pico, amarilla, destaca sobre el tono general negruzco.

Cormorán moñudo

Cormorán grande


Por último, otra gran diferencia es que al Cormorán grande se le puede encontrar tanto en el mar como en las aguas de interiores, mientras que el Cormorán moñudo solo vive en el mar.



Siguiendo con el Cormorán moñudo, decir que tienen la cara negra y la piel desnuda que hay debajo del pico (bolsa), de color amarillo.



El pico es largo, muy delgado, está curvado en forma de gancho en el extremo superior y aplastado lateralmente. Su filo es córneo y tiene una fina dentición que le favorece la sujeción de los peces de los que se alimenta. Es de color amarillo intenso en las comisuras, amarillento en la base de la mandíbula inferior y negro en el resto. En la base del pico tienen una pequeña bolsa, que facilita la engullición de las presas.



Los ojos son pequeños de color verde esmeralda y están rodeados por un fino anillo periocular de color negruzco.



Las alas son cortas y redondeadas y la cola es de tamaño medio con forma cuneiforme, ya que es ancha pero con las plumas centrales algo más largas que las laterales.



Las patas son cortas, de color negro, aunque en algunos individuos pueden ser más claras (marrón-amarillento). Las tienen situadas en una posición muy retrasada lo que les facilita adoptar una postura erguida. Los cuatro dedos están unidos por una membrana interdigital (palmeados) que les facilita la natación.



Durante la época nupcial, los adultos exhiben un característico penacho de plumas curvada hacia arriba que nace de la frente y que se asemeja a un moño. Las hembras tienen el moño algo más pequeño que el de los machos. Este moño normalmente se pierde después de la puesta, aunque algunos individuos lo pueden conservar durante varias semanas.



Además, en este periodo de cortejo, presentan un plumaje más lustroso con las plumas del dorso con los bordes marcados, de tal modo que sugieren un diseño de escamas.



El pico es negro grisáceo con la mandíbula inferior amarillenta. Bajo el pico tiene una bolsa de piel desnuda de color amarillo.



Los ojos son de color verde esmeralda y al principio de la reproducción está rodeado de un anillo amarillo.



No presentan ninguna mancha blanca en los muslos, como en el caso del Cormorán grande en esa época nupcial. Las patas son palmeadas y de color negro.



Las hembras son similares a los machos aunque de menor tamaño, menos peso y con la cresta menos desarrollada.



Los jóvenes e inmaduros tienen el plumaje de un color pardo grisáceo y las plumas del manto son más oscuras con el borde de las mismas de color marrón. El mentón, garganta, cuello y pecho son blanquecinos con un ligero moteado marrón y la zona del vientre de color crema y el pico rosado. El iris es de color amarillo verdoso. El pico es de color marrón oscuro en la mandíbula superior y más clara en la inferior.



Las patas son gruesas, muy carnosas y de color marrón negruzco con las membranas interdigitales más claras y las uñas negras. Hay grandes diferencias entre individuos, ya que algunos ya aparecen con un plumaje prácticamente adulto a los tres años y otros que a los cuatro años aún conservan un plumaje con trazas juveniles.



El Cormorán moñudo es una de las aves marinas que mejores cualidades presentan para la natación ya que cuando lo hacen, las tres cuartas partes de su cuerpo permanecen sumergidas, haciendo que su línea de flotación en el agua sea muy alta lo que les obliga a llevar el cuerpo muy estirado y el pico ligeramente inclinado hacia arriba. Para conseguir estas cualidades los cormoranes tienen un plumaje poco impermeabilizado debido al escaso desarrollo de su glándula uropigial y como consecuencia a la escasa secreción sebácea de la misma. Por otro lado, sus huesos están poco neumatizados. Estas dos circunstancias facilitan notablemente el buceo (pueden alcanzar los 15-20 m de profundidad) ya que al empaparse su plumaje hace que estas aves pesen más, lo cual facilita su inmersión y además el aire se escapará entre las plumas, reduciéndose así el empuje hacia arriba.



Como consecuencia de todas estas circunstancias, a la hora de tener que sumergirse tienen que dar un pequeño salto hacia adelante. Una vez sumergidos, sus patas palmeadas en posición trasera facilitan su impulso para el buceo y utilizan la cola como timón y las alas para equilibrarse.




El canon que tienen que pagar al tener este tipo de plumaje no impermeable, es que después de varias inmersiones se empapa demasiado, llegando incluso a dificultarles el vuelo, por lo que tienen que estar continuamente secándolo en tierra firme, para lo cual extienden bien las alas para que el sol y el viento las sequen, ayudándose de vez en cuando con alguna sacudida de las mismas. Esta imagen habitual, estando posados en tierra firme, inmóviles y con las alas bien extendidas, es tal vez, la más representativa de esta especie.

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)

En tierra firme, son muy torpes teniendo que balancear hacia los lados su cuerpo para caminar. Esto es debido a la posición retrasada de sus patas, a su corta longitud y a lo palmeados de sus pies, no obstante, sus dedos y uñas tienen una buena capacidad prensil, lo que les facilita su buen agarre en los posaderos.


Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)

Debido a su elevado peso, el inicio del vuelo desde el agua, no les resulta fácil, teniendo que realizar previamente una corta carrera sobre la superficie, batiendo enérgicamente sus alas.



Con todo y con eso, el Cormorán moñudo se diferencia del grande por resultar más ligero y por efectuar los desplazamientos de manera más directa y sin planeos, a la vez que muestra una silueta del cuello más estrecha. No acostumbran a realizar desplazamientos mayores a los 4-5 km, haciéndolos casi siempre en línea recta, a muy baja altura (a ras de agua) y a lo largo de la costa, en busca de sus lugares de pesca, posaderos o dormideros y sin llegar a adentrarse mar adentro. Cuando migran, vuelan en bandadas con formaciones en forma de “V” y su vuelo es ligero y su batir de alas no se alterna con planeo.



El Cormorán moñudo es un ave esencialmente marina que encuentra su hábitat fundamentalmente en las costas rocosas, islas e islotes sin alejarse mucho del litoral. A diferencia del Cormorán grande, no suele adentrarse en el interior continental.



Al ser unos excelentes buceadores especializados, su alimentación es fundamentalmente piscívora, aunque además de peces en sus egagrópilas se han encontrado restos de crustáceos y de moluscos que posiblemente tragaron sus presas antes de ser atrapados. Casi nunca comen sus presas sumergidos, sino que lo hacen en la superficie para lo cual, si les es necesario, los mueven con el pico las veces que haga falta, hasta colocarlos siempre a favor de la escama, antes de tragarlos.



Mediante sacudidas de la cabeza, consiguen expulsar por el pico el sobrante de la sal del agua que tragan al bucear y que les resultaría perjudicial.



El Cormorán moñudo es una de las aves marinas más silenciosas. Tan solo el macho emite unos graznidos que le ha valido en gran parte de nuestro litoral, junto con el color de la pluma, el nombre de “Cuervo marino”. Se trata de unos sonidos roncos y guturales similares a un ¡aak_ aak... aak... ! cuando se aproxima al nido.



En Asturias se le conoce por la denominación de “Mavea” y a modo de curiosidad decir que en la zona del concejo de Cudillero se le conoce también por “el cagón” o “cagalón” por la cantidad de excrementos blanquecinos que se acumulan en sus posaderos habituales o zonas de cría.



El periodo de reproducción es muy temprano ya que lo llevan a cabo entre los meses de marzo y mayo, aunque a lo largo de los meses de enero y febrero ya inician las paradas nupciales, una vez que los machos hayan marcado el territorio de anidamiento. Esta es una estrategia interesante, ya que de esta forma aventajan en unos meses a sus vecinas en el trabajo de alimentar a las crías, o lo que es lo mismo, disponen de menor competencia para conseguir alimento en ese período crucial.



Acostumbran a criar en colonias y construyen sus nidos, bien separados unos de otros, en las costas rocosas aprovechando cualquier grieta, repisa, cueva o resguardo que encuentran, utilizando para su elaboración ramas, materia vegetal, plumas y algas. A la hora de escoger un lugar idóneo para situar el nido, principalmente buscan sitios que protejan los nidos de los agentes atmosféricos, de los depredadores y que, además, permitan la visión del entorno físico y social. Los machos defienden su territorio vehementemente emitiendo ronquidos o gruñidos disuasorios, entre otras medidas.



La puesta se compone de 1-6 huevos, normalmente 3. La incubación dura 30 días aproximadamente y es llevada a cabo por ambos sexos. A modo de curiosidad, decir que colocan los huevos sobre sus patas anchas y palmeadas, al parecer debido a que éstas suelen estar muy calientes. Si en esa posición de incubación, el pájaro es asustado y es obligado a abandonar repentinamente el nido, puede lanzar al vacío fácilmente los huevos. Los pollos se nutren de alimento regurgitado por los padres que toman introduciendo la cabeza en el pico de estos. Las crías permanecen en el nido alrededor de 60 días. Alcanzan la madurez sexual y se reproducen por primera vez hacia los cuatro años de edad.



En lo referente a las amenazas a las que está sometida esta especie y que ya trate al principio de esta entrada, resumirlas diciendo que se ha podido constatar que en la población atlántica, tanto en Galicia como en Asturias, se ha producido en apenas diez años un descenso alarmante cercano al 40%, debido fundamentalmente a la muerte accidental en artes de pesca de enmalle, cuyo uso ha aumentado considerablemente en los últimos años (70% en la década de los noventa). Igualmente, el vertido de hidrocarburos (el desastre del “Prestige” motivó la muerte de al menos 400 cormoranes), la sobrepesca de los peces de que se alimenta (algunos de los cuales, como el lanzón, son utilizados para hacer harinas de pescado en las granjas de acuicultura), las molestias por embarcaciones de recreo, tanto en sus áreas de cría como en las zonas de alimentación y la presencia de carnívoros introducidos (gatos asilvestrados, visones americanos) sobre todo en las colonias de cría, son otros de los factores que están fomentando este declive. 



El cormorán moñudo aparece en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Por otro lado, en el Libro Rojo de las aves de España, la subespecie “aristotelis” figura como “En peligro”, mientras que la “desmarestii” se cataloga como “Vulnerable”, aunque los datos recientes obtenidos en las Islas Baleares podrían hacer replantearse esta última categoría.

2 comentarios:

  1. Interesantísima entrada José Ignacio. Con fotos espectaculares y para los que teníamos alguna duda para diferenciar ambos cormoranes, después de leer detenidamente la información que facilitas en la misma, sus diferencias morfológicas y de hábitos quedan meridianamente claras. Saludos.

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    1. Siempre tan amable, así da gusto. Todo un halago viniendo de un excelente fotógrafo como tú. Muchas gracias Julio.

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