lunes, 24 de enero de 2022

Aves en el Invierno de la ría de Villaviciosa (Asturias). Parte 1. Espátula común (Platalea leucorodia). Garceta grande (Ardea alba).

No quería dejar de compartir con las personas que visitéis este blog los diferentes reportajes fotográficos que recientemente he podido realizar a distintas especies de aves que, a los amantes de esta bella afición, nos han deleitado con su presencia en el entorno de la ría de Villaviciosa, y sobre todo, en la senda peatonal que une El Salín con El Cierrón.




La primera especie que pude fotografiar en ese entorno fue a la Espátula común (Platalea leucorodia) un ave zancuda de gran tamaño y con un pico muy especial. Tiene una longitud de entre 80-93 cm y una envergadura de entre 120-135 cm. Su peso es de unos 2 Kg. No existe dimorfismo sexual en esta especie.




El pico es la característica más llamativa de ésta ave. Es largo, mide entre 20-23 cm en el macho y 17,5-19 cm en la hembra y tiene el extremo redondo y aplanado, ensanchándose al final en la característica forma que da nombre al pájaro. Es de color negro con rayas horizontales grises en los adultos y con una amplia mancha amarillenta en su extremo cuya intensidad y tamaño aumenta durante la época reproductiva. En los ejemplares jóvenes, el pico es de color gris rosáceo o amarillento.




Junto con su particular pico, una de sus principales características de esta ave zancuda, es que son de color totalmente blanco, aunque los individuos jóvenes tienen las puntas de las plumas primarias de color negro.




El vuelo es lento, con batidas de las alas muy regulares y planeando en ocasiones. Si el grupo es numeroso y en migración, vuela en línea y sólo de forma ocasional parecen formar en el aire una amplia uve.





Al volar lleva las patas y el cuello bien estirados, y visto el pájaro de lado no se aprecia la forma del pico, pero éste aparenta ser muy fino, notándose el cuello ligeramente curvado.




Es en vuelo cuando realmente te puedes percatar mejor del gran tamaño y envergadura de estas aves zancudas.





En ésta temporada invernal se encontraban sumamente confiadas, lo cual nos permitió poder realizar fotografías a escasos metros mientras se alimentaban en esas charcas.




Pero sin duda, para mi lo más llamativo de fotografiar era cuando se producían las frecuentes idas y venidas de una charca a otra.





En general es un ave muy silenciosa al que es raro escuchar algún sonido y pocas veces se puede escuchar su voz, pero sí el golpeteo de las mandíbulas.





Durante el día son poco activas, a no ser en plena época de reproducción. Son más activas durante el atardecer y sobre todo antes de salir el sol.




Sus hábitats se encuentran principalmente en humedales poco profundos, en general costeros y por tanto salinos como son las marismas, rías, humedales costeros, albuferas, salinas y estuarios, pero a veces también en las lagunas interiores, playas y colas de embalses.




Cuando se alimentan lo hacen en grupo, al igual que las avocetas y los flamencos, vadeando aguas someras, avanzando con pasos cortos e introduciendo el pico entreabierto en la capa superficial del limo y moviéndolo de un lado a otro, pero el pico de la Espátula común no filtra el agua ni el fango, y no presenta la estructura en laminillas que le permitiría hacerlo. Sin embargo, la punta ancha de su pico es táctil y le permite advertir las presas antes de capturarlas.




Su alimentación es a base de invertebrados acuáticos (crustáceos, moluscos, anélidos e insectos acuáticos y sus larvas) y también de anfibios (huevos de rana, renacuajos), pequeños peces y algas y hierbas acuáticas.




Durante la época de la reproducción los adultos tienen el plumaje de color blanco níveo, salvo las plumas de la base del cuello y la piel de alrededor de los ojos que son de color amarillento ocráceo.




La Espátula común es una especie gregaria que se asienta en la misma colonia durante años sucesivos, a menudo en compañía de garzas y cigüeñas blancas. 




Precisamente es una garza la siguiente protagonista. Se trata de la esbelta, blanca-radiante y majestuosa Garceta grande (Ardea alba). Una bella especie de garza que afortunadamente desde hace unos años la podemos observar algo más en Asturias y que no hace muchos años era bastante rara por estas latitudes. 





En concreto, en la ría de Villaviciosa es ya una invernante regular y aunque en otras temporadas invernales no se dejaba ver con facilidad, este año hemos tenido la fortuna de que se asentase de una forma habitual en las charcas de El Cierrón sin importarle mucho el continuo tránsito de personas por la senda adyacente.




La Garceta grande (Ardea alba) es un ave zancuda de patas y cuello muy largos lo que le da ese peculiar aspecto esbelto y “elegante”. Vienen a medir alrededor de 1 m de longitud con una envergadura que oscila entre 1,45 y 1,70 m y un peso medio de unos 950 gr. 




Su tamaño es un poco menos que el de la Garza real (1 m de longitud y una envergadura que puede alcanzar los 2 m), pero tiene las patas y el cuello más largos. No hay dimorfismo sexual en esta especie.




Guarda un gran parecido con la Garceta común (Egretta garzetta) en lo referente al color totalmente blanco de su plumaje, aunque con un tamaño ostensiblemente menor (miden unos 65 cm de longitud y pueden alcanzar 1 m de envergadura) como se puede apreciar en éstas imágenes en las que aparecen juntas ambas especies.




La Garceta grande fue descrita científicamente por Carlos Linneo, en 1758, en la décima edición de su obra “Systema naturae”, con el mismo nombre que en la actualidad, “Ardea alba”, que literalmente significa “garza blanca”. Posteriormente fue trasladada con otras garcetas al género “Egretta”. “Egretta” significa “garza pequeña”.




La Garceta grande está más emparentada con las garzas (Ardea) que con las garcetas (Egretta) según han mostrado recientemente los análisis genéticos. Finalmente, a la vista de esos análisis genéticos, la devolvieron al género “Ardea”, donde Linneo la había clasificado originalmente.




Su plumaje es de color blanco en su totalidad y en época nupcial se adornan con unas características plumas largas en la garganta y en la base del cuello, estando ausentes en la zona de la nuca, lo que la diferencia de las otras garcetas o garzas que si las presentan es esa época.




En la espalda estas plumas ornamentales resultan particularmente largas y desflecadas y se prolongan, a modo de manto, sobre las plumas de vuelo y la cola, siendo habitual ver esos penachos de plumas sucios debido a su arrastre por el agua.




Esas plumas ornamentales son de apariencia suave y frágil, y debido a ello, a finales del siglo XIX y principios del XX, estuvieron de moda para usarlas de adorno en los sombreros femeninos. Como consecuencia de esto, la caza de estas aves y de otras similares, aumentó y como estas plumas sólo crecen durante la temporada de cría, atrapaban a estas aves en los nidos sin preocuparse por los juveniles, que eventualmente también perecían. Estuvo muy cerca de extinguirse, pero afortunadamente la moda cambió.




En la cara, la única zona que no es blanca es una franja entre el pico y los ojos que es de color verdoso amarillento y que va desde la base de la mandíbula superior hasta el ojo, englobando a este y que constituye un rasgo identificativo característico de esta especie que la diferencia de otras garcetas que no la tienen. Durante la temporada de cría esta franja cambia a un color verde esmeralda mucho más intenso.




El pico es largo, fuerte y de color amarillo anaranjado. Durante la época nupcial se oscurece hasta volverse casi negro.




Las garcetas grandes al volar baten las alas lentamente y esto unido a su intenso y uniforme color blanco, les da un aspecto de que estás ante como unas aves de gran tamaño.




Cuando vuela, su largo cuello habitualmente lo mantiene angulado o replegado en forma de "S", pero suele caminar con él estirado.




La imagen característica en vuelo es verlas con el cuello recogido, el pico amarillo anaranjado y las alas arqueadas, mientras que las patas sobresalen largamente por detrás de la cola con los pies de color negro.





Son aves silenciosas, salvo en las colonias de cría. A veces, durante el vuelo o ante amenazas, emiten un graznido seco “gyaa” nasal.




Cuando no vuelan se las acostumbra a ver paradas o caminando lentamente en la orilla de los ríos y lagos o en estuarios de poca profundidad. Es posible que pesquen desde afuera del agua o internándose en ella en zonas en donde la profundidad sea desde apenas la tierra húmeda, hasta zonas donde el agua le llegue hasta el pecho.




Se alimentan fundamentalmente de peces, anfibios y reptiles, complementando esta dieta habitual con pequeñas aves, pequeños mamíferos, moluscos, crustáceos, lombrices e insectos acuáticos.





Su técnica de pesca es la de acechar a sus presas con el pico apuntando hacia el agua y cuando la presa se pone a tiro, mediante un movimiento rapidísimo, estiran el cuello proyectando el pico sobre ella como si fuera un arpón.




Otra costumbre habitual que realizan para localizar a sus potenciales presas, es dar pequeños saltos sobre el agua desplegando a la vez sus grandes alas blancas para asustarlas y posteriormente ensartarlas con su potente y afilado pico.




Todo un espectáculo poder observarla realizando esas maniobras y que permiten al fotógrafo obtener unas bellas imágenes de esta espectacular "dama blanca" .




A menudo la vemos pescando sola o en grupos de su propia especie o en compañía de otras garzas blancas y aves acuáticas. Cuando esta pesca la hacen en compañía, no pocas veces se producen conflictos con las otras aves, debido a que les gusta robar lo que las otras pescan.




Sus hábitats son zonas palustres, riberas de los ríos, lagunas, embalses, albuferas, arrozales y salinas.




En 1953 la Garceta grande en vuelo fue elegida como símbolo de la prestigiosa National Audubon Society estadounidense, una de las sociedades conservacionistas más antiguas del mundo, que había formado parte de las campañas para evitar las matanzas de garzas por sus plumas. Como resultado de las medidas de conservación, su población se ha recuperado allí desde entonces. Su silueta también se representa en las monedas de Brasil, Bielorrusia y Nueva Zelanda. Es además el símbolo de la National Audobon Society.

                   

                                     


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