miércoles, 7 de abril de 2021

Últimos días de estancia antes de su marcha. Combatiente (Calidris pugnax). Engardiente.

El pasado lunes de pascua (05/04/2021) tuve la oportunidad de darme una vuelta por el entorno del cabo Peñas (Gozón. Asturias) para intentar localizar a una pareja de combatientes (Calidris pugnax) que días atrás se habían visto por la zona.



Eran las primeras horas de la mañana y en la charca donde posiblemente podrían estar, no había ni una especie curiosa de fotografiar a excepción de algún Bisbita campestre o las que nunca fallan, las tarabillas europeas.



Tras permanecer durante unos minutos observando con mis prismáticos los alrededores de la charca, tuve la fortuna de que aparecieron en vuelo rasante la pareja de combatientes que había ido a buscar, lo que me permitió obtener de ellos alguna que otra fotografía que ahora comparto con vosotros.



Al contrario de lo que me ocurrió en mi anterior encuentro con ésta interesante especie de ave limícola a primeros del pasado mes de octubre en la playa de Bañugues (Gozón. Asturias), cuando les pude realizar un extenso reportaje (enlace) dada la gran confianza que en todo momento mostraron, en ésta ocasión la pareja protagonista se mostró sumamente recelosa, permaneciendo escasos minutos en la charca a pesar de mi inmovilidad y lejanía a ellos.



Como comentaba anteriormente se trataba de una pareja que deben estar pasando sus últimos días en la zona antes de desplazarse a sus áreas de cría que van desde Este de Inglaterra y los Países Bajos, hasta el norte de Escandinavia (Europa occidental), aunque algunos pocos se reproducen también en Bélgica y puntos del noroeste francés.

Área de cría (amarillo). Área de invernada (azul)

Digo esto porque el periodo de reproducción de ésta especie suele iniciarse a finales de abril y termina a finales de agosto. Habitualmente los machos pasan hacia el Norte unos días antes que las hembras formando bandos separados por lo que suelen llegar antes a los lugares de cría. 



Inevitablemente, siempre que me encuentro con ésta especie, me viene a la memoria la extrañeza que siempre me produjo la referencia un tanto belicosa, tanto de su denominación común, Combatiente, como de la científica de esta especie y que me parece interesante recordar ahora. 



El origen de su denominación científica, “Calidris pugnax”, que hasta hace poco se denominaba “Philomachus pugnax”, provienen de los términos “Philomachus” = “philomakos” (griego): belicoso, y “Pugnax” = “pugnax” (latín): combativo, y quieren poner de manifiesto el hecho de que los machos de esta especie realizan un complicado cortejo nupcial consistente en revoloteos, saltos, echarse, ponerse en cuclillas, erizar las plumas de la gorguera y finalmente arremeter contra los rivales a modo de lucha o combate. 



Es decir, que en su denominación se ha querido remarcar el hecho de que los machos de esta especie se enzarzan en unos violentos, repetitivos y llamativos "combates" o danzas, en los que exhiben un vistoso atuendo nupcial adornándose con llamativas golas y penachos de plumas eréctiles en la cabeza, con la gorguera ahuecada y realizando danzas y movimientos característicos de las alas, así como adoptando posturas estereotipadas.



Y es que, efectivamente, a los machos durante la época reproductiva a la que muy pronto llegarán, les crecen unas gorgueras grandes de plumas de color castaño y negro con los bordes blancos y también unos moños auriculares. Los colores y diseños son muy variables de un individuo a otro, pero en todos los casos son realmente espectaculares. Cuando los recogen tan solo se aprecia un engrosamiento en la zona del cuello.



Pero desde mi punto de vista, lo más curioso de esta interesante especie es la diversidad del comportamiento sexual que se han podido observar en los machos y que desde hace unos pocos años se han podido justificar por los estudios de secuenciación genética subyacente que han puesto de manifiesto la existencia de tres clases de machos que poseen comportamientos sexuales muy diferentes y que está determinado por un “supergen” que se hereda y que condiciona rasgos de comportamiento distintos.



Concretamente, ese "supergen" condicionaría la existencia de tres tipos de ejemplares macho: el “territorial” o “independiente”, el “satélite” y el denominado “faeder”, una palabra inglesa que se utilizaba antaño para designar al padre (father).



La mayoría de los machos pertenecen al grupo de los territoriales, que como su denominación indica, marcan un espacio físico que defienden con extrema agresividad realizando un complicado cortejo nupcial formado por revoloteos y saltos erizando la llamativas plumas de su gorguera y, como su nombre indica, combatiendo con otros rivales en la lucha por el apareamiento con el mayor número de hembras posibles. Al finalizar la lucha se aplastan con los picos en el suelo, gorgueras levantadas y penachos auriculares enhiestos, esperando la aproximación de las hembras. Estas caminan entre los agazapados machos y eligen uno para el apareamiento atusando su gorguera. Para este tipo de machos, dentro de su recinto, las hembras les pertenecen y pelean con cualquier competidor que pretenda compartirlas con ellos.



Por su parte los satélites optan por otras estrategias menos arriesgadas y se introducen en los espacios controlados por los territoriales aprovechando las peleas del titular con otros satélites o con otros territoriales para conseguir copular con las hembras del territorial. Los satélites también se benefician de otras hembras que ocasionalmente entran en las zonas de los territoriales. La presencia de estos copuladores furtivos causa serios disgustos al dueño del recinto, pero también sirve para que a su territorio acudan más hembras, muchas atraídas por la presencia de los satélites.



La gorguera y los penachos cefálicos del macho satélite no son oscuras como en el macho territorial, sino que tienen un plumaje muy llamativo de color totalmente blanco. Juntos dan una muestra de cortejo mucho más atractiva para las hembras que si el macho territorial se encontrara solo o con otro macho como él, de ahí que el territorial tolere al satélite.


Por último, está el macho tipo “faeder” que es de un tamaño más pequeño y que, con su aspecto físico muy similar al de hembra, pretende hacerse pasar por una de ellas. Éste tipo de macho, en los momentos de descuido, cuando las hembras se agachan, aprovecha para sorprenderlas y copular con ellas. Hay veces que el territorial los confunde con una de sus hembras y copula con ellos, aunque hay expertos que opinan que no es la confusión sino el apetito lo que provoca la unión. En realidad, entre los machos la práctica homosexual es bastante frecuente y, según refieren los expertos, las hembras sienten una especial predilección por los “faeder”.


Como comentaba anteriormente, la mayoría de los machos pertenecen al grupo de los territoriales los cuales en esa época reproductiva presentan la gola de plumas, los penachos cefálicos y el pecho de color negro. Lamentablemente, en nuestro país rara vez se han podido observar esos plumajes que exhiben en los cortejos o pavoneos nupciales. 



Para terminar recordar que las hembras practican la poliandria ("muchos varones"). Los machos (polígamos) no forman familia y por tanto no participan en el cuidado del nido ni en el de los huevos y los pollos, toda esa tarea recae sobre la hembra.

1 comentario:

  1. Excelente entrada como siempre aportando una valiosa información sobre esta hermosa limícola, el video que aportas ilustra perfectamente el origen del nombre del ave. Saludos José Ignacio

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