domingo, 20 de septiembre de 2020

Un ave de presa muy escasa en nuestro país y en peligro crítico. Àguila pescadora (Pandion haliaetus). Águila marina.

A lo largo de la segunda semana de éste mes de septiembre, he dedicado varios momentos a observar e  intentar fotografiar a una especie de ave de presa que desde siempre me ha atraído por su belleza y especialmente por la impresionante manera que tiene de obtener su principal  fuente de alimentación que, como su nombre común indica, son los peces.


Unos peces que consigue tras realizar unos impresionantes lances sobre el agua para intentar atraparlos con sus potentes e impresionantes garras y que a cualquier aficionado a la observación de la naturaleza o a la fotografía le gustaría poder ver o fotografiar.


La posibilidad de poder observar a esta bella águila en un entorno tan privilegiado como es la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa (Asturias) es un verdadero privilegio del que estos días he podido disfrutar. Si a eso le añades la fortuna de haber estado en compañía de un buen número de aficionados al pajareo y a la fotografía de la naturaleza con los que compartir opiniones y pasar el rato amigablemente, las largas esperas se hacen mucho más llevaderas.


Aunque soy consciente de que las fotografías que acompañan a esta entrada no son nada del otro mundo, sobre todo si las comparas con otras muchas que a menudo se publican de esta interesante águila, me he visto muy tentado y al final he sucumbido a dedicarle una entrada en el blog y compartir el reportaje fotográfico que ahora presento.


Por la información que dispongo, en el entorno de la Ría de Villaviciosa los avistamientos de esta rapaz en los últimos años ha venido decayendo por lo que la oportunidad de poderla ver en esta temporada no había que dejarla escapar. Mucho más habitual es poderla observar (no sin dificultades) en el entorno de la Ría del Eo en la frontera entre las comunidades gallega y asturiana donde habitualmente se pueden observar al menos tres ejemplares invernando y que al parecer vienen del norte de Europa después de reproducirse, permaneciendo hasta el mes de abril cuando inician de nuevo el viaje migratorio para volver a criar.


En Asturias no hay casos recientes de nidificación de ésta especie, siendo la última conocida a mediados del siglo pasado (1960) en la Ría de Ribadesella, aunque como comentaba anteriormente, si podemos observar varios ejemplares que pasan con nosotros (migrador regular) tanto en el paso prenupcial (marzo-junio), como en el postnupcial (agosto-noviembre) con máximos entre principios de septiembre y principios de octubre (Atlas de las Aves Nidificantes de Asturias  1990-2010).


Desde la anterior década en Asturias el FAPAS (Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes) ha puesto en marcha varios proyectos para lograr que los ejemplares que aparecen en la zona se queden y críen, entre ellos está el de la ría de Villaviciosa, en donde ya a principios del 2008 en colaboración con la Dirección General de Costas en Asturias, colocó un primer nido artificial de Águila pescadora en las marismas del estuario de Villaviciosa a la altura de la ensenada del Pico, una zona próxima al Bornizal.


Como ya viene siendo habitual en mis entradas al blog, pretendo no limitarme simplemente a volcar fotografías sin más, sino aprovechar la ocasión para profundizar en el conocimiento de las aves que van apareciendo poco a poco en el devenir de esta afición mía y que, sinceramente, recomiendo realizar a cualquier aficionado como yo.


El Águila pescadora cuyo nombre científico es el de “Pandion haliaetus”, pertenece al Orden de las Falconiformes, Familia, “Pandionidae” y única especie representante del Género “Pandión”. El término “Pandión” proviene del latín “Pandion-onis” (πανδίων-ονος): Pandión, mítico rey griego del Ática, cuyas trágicas hijas, Filomela y Procne, fueron metamorfoseadas en ruiseñor y golondrina respectivamente y su significado etimológico es el de pertenecientes a la familia de las aves relacionadas con el mítico rey Pandión. Por su parte el término “haliaetus/os-i”: proviene del griego ἁλιαετός-οῦ: águila grande de mar. Obviamente como su nombre común indica, es una rapaz especializada en el medio acuático y en la alimentación a base de pescado.


Tienen un tamaño mediano-grande ya que miden aproximadamente 53-66 cm de longitud, tienen una envergadura alcanza los 1,50-1,80 m y su peso oscila entre los 1.2-1.6 Kg en el caso de los machos, 1.6-2.0 Kg en las hembras. Su longevidad puede alcanzar los 20-25 años. Existe un mínimo dimorfismo sexual en esta especie y además, como sucede con otras especies de rapaces, las hembras son algo más grandes y algo más pesadas que los machos. Presenta varias subespecies. En España se encuentra la subespecie “haliaetus”, típica del Paleártico (Europa, Asia al norte del Himalaya, África septentrional y las zonas norte y central de la península arábiga).


Los machos adultos vistos en vuelo, por su parte inferior destacan por tener unas alas muy alargadas, estrechas y anguladas (llegan a confundirse con los Gaviones), que por su parte anterior son de color blanco liso y que se delimitan con una banda oscura de las plumas de vuelo, en las que un múltiple moteado oscuro contrasta con el blanco más sucio de fondo. Las puntas de las alas primarias solo tienen cuatro dedos y, al igual que las zonas de flexión, están manchadas de negro. Sus alas son más impermeables que las de ninguna otra ave rapaz.


El cuerpo tiene el pecho moteado de marrón oscuro, así como una especie de collar, que es más pequeño y menos marcado que el que tienen las hembras.


La cola es corta, de forma cuadrangular y por su parte inferior presenta finas barras transversales oscuras y una banda terminal más ancha y también oscura, de la que carece la hembra.


Las partes superiores son de color pardo oscuro que contrastan notablemente con las inferiores blancas y que son más claras en los jóvenes, debido a que sus plumas tienen el borde pálido.


En reposo se puede apreciar que tienen las infracoberteras grandes negruzcas y las secundarias oscuras con un barreado poco marcado.


La cabeza es blanca con estrías pardo oscuras por encima y con una banda de color pardo oscuro entre los ojos, que se prolonga a modo de antifaz por detrás de ellos y hacia abajo, a los lados del cuello, para acabar fundiéndose con el pardo oscuro de la nuca.


Las plumas de la parte posterior de la cabeza y de la nuca son largas y se erizan a modo de cresta en algunas ocasiones.


El pico es grande y fuerte, está muy curvado hacia abajo con una forma de gancho muy pronunciada y es de color negro, excepto en la base que es de color gris plomo. La cera del pico es de color gris verdoso. Esta águila tiene la capacidad de poder cerrar las fosas nasales para evitar la entrada de agua durante las inmersiones.


Los ojos son grandes, de color amarillo brillante y están rodeados de un anillo periocular de color marrón muy oscuro. Tienen visión binocular varias veces más aguda que la de los humanos.


Las patas son fuertes y de color verde amarillento. Están dotados de cuatro fuertes dedos con dedo externo oponible y escamas rugosas en las yemas de los dedos para sujetar presas resbaladizas como los peces. Sus poderosas garras están provistas de unas largas uñas de color negro, muy curvadas y afiladas.


Las hembras son más gruesas y con las alas más anchas que los machos. Son fáciles de distinguir al ver una pareja, pero no tanto con individuos solitarios.


Los jóvenes por sus partes superiores son de un pardo más claro que los adultos y en vuelo las secundarias resultan algo más pálidas que en los adultos, con un barreado más patente. Tienen el iris del ojo de color naranja.


Su canto consiste en emitir silbidos lastimeros durante la parada nupcial y una llamada de alarma tipo “kiu, kiu, kiu”, que entona en vuelo. (enlace)


Esta especie prefiere sobrevolar zonas tranquilas y alejadas de la influencia humana. Cuando el Águila pescadora vuela en busca de alimento es capaz de cernirse con profundos aleteos antes de lanzarse al agua para zambullirse y capturar los peces con sus garras.


Cuando atrapan un pez y lo transportan entre sus garras, lo colocan siempre con la cabeza hacia delante para que ofrezca menos resistencia al aire. Si el pez es demasiado grande en ocasiones no pueden desprenderse de él debido a la estructura de las escamas de sus patas y la de sus uñas, una situación que, dado el gran peso de la presa, puede provocar la caída del ave al agua con riesgo de su fallecimiento por ahogamiento o por congelación.







Habita en ríos transparentes y de curso lento, preferiblemente bordeados de árboles. Se alimenta de peces con un peso inferior a medio kilo, completando su dieta muy ocasionalmente, con anfibios y pequeños mamíferos.



Se distribuye ampliamente por el hemisferio norte y por Australia y Asia. En el Paleártico (Europa, Asia al norte del Himalaya, África septentrional y las zonas norte y central de la península arábiga) ocupa mayoritariamente el norte de Europa y Rusia.

El Águila pescadora es una rapaz migradora, que viaja desde los países del nordeste de Europa en los que cría (Alemania, Bielorrusia, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Lituania, Polonia, Reino Unido y Suecia) y Rusia, hasta África subsahariana (Senegal, Gambia, Guinea Bissau y Mali), dónde pasa el invierno.


Estas poblaciones nórdicas europeas son migradoras regulares hacia el África tropical y es entonces cuando nosotros las podemos observar en su paso por la Península Ibérica, quedándose algunas de ellas a invernar en nuestro territorio. Las que se quedan con nosotros a invernar, son más regulares. El paso prenupcial lo realizan de marzo a junio y el postnupcial de agosto a noviembre.


En nuestro país no son aves especialmente raras en migración. Las podemos ver en los cursos de los ríos y los embalses, e incluso en invierno, aunque en esta época en menor cantidad y siempre aves solitarias que año tras año vuelven a los mismos lugares.


Los lugares donde mejor las podemos observar durante el paso migratorio y donde además inverna una pequeña población, son la Comunidad Andaluza (Huelva; Paraje Natural de Marismas del Odiel y de las Marismas de Isla Cristina. Cádiz; Bahía de Cádiz y embalses interiores y algunos ejemplares en la provincia de Málaga; Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce), la Valenciana y la Extremeña.

SEO/BirdLife


El número de parejas reproductoras del Águila pescadora en España sigue siendo aún muy reducido después del mínimo registrado entre 2000 y 2002 (31 parejas). A principios del siglo pasado, la especie se reproducía tanto en las costas peninsulares como en los archipiélagos canario y balear y en las islas Chafarinas (Melilla).


En las costas peninsulares se extinguió como reproductora en el año 1983 debido fundamentalmente al crecimiento urbanístico de la costa española en los años cincuenta y sesenta.


Debido a esta situación y a la fragmentación de la población en la cuenca del mediterráneo, el gobierno andaluz, la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y la Fundación Migres iniciaron un programa de reintroducción de la especie para Andalucía en el año 2002. A lo largo de este proyecto se liberaron casi 200 pollos de águilas en las provincias de Huelva y Cádiz provenientes de países donantes (Escocia, Alemania y Finlandia). El proyecto dio sus primeros frutos en el año 2005 con el asentamiento de la primera pareja reproductora en la provincia gaditana. En el año 2009 comienza a reproducirse también en el Paraje Natural Marismas del Odiel (Huelva).


Desde que desapareció como reproductora en la Península Ibérica, la especie continuaba pasando por España en sus migraciones camino de África, pero no nidificaba debido a que solo cría en el lugar donde nace (comportamiento filopátrico). Por este motivo, era tan importante conseguir que creyeran que habían nacido aquí.


Lo que han hecho en la Fundación Migres es utilizar la técnica llamada hacking, que consiste en coger a los pollos de sus nidos (procedentes de países donantes como Alemania, Escocia y Finlandia) y trasladarlos a otros artificiales en nuestro país. Ahí viven hasta que son capaces de volar por sí mismos. Se les alimenta de tal forma que no detectan la presencia humana en ningún momento y así identifican ese lugar como su área natal, al que regresan para criar cuando alcanzan su madurez sexual (comportamiento filopátrico). Este método es el mismo que se ha utilizado allí exitosamente con otras especies, como el Águila imperial ibérica y en la actualidad en Asturias con el Quebrantahuesos, procedentes del Pirineo Aragonés.


En marzo de 2008 se puso en marcha un plan para conseguir de nuevo su reproducción en el Principado de Asturias. Concretamente, el Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) instaló cien nidos artificiales a lo largo de la costa de Asturias con el objetivo de atraer a parejas reproductoras de Águila pescadora. En Andalucía recientemente se ha considerado la especie como recuperada.


Según el último censo realizado que publica SEO/BirdLife “El Águila Pescadora en España y Portugal. Población invernante 2016-2017, reproductora en 2018” el Águila pescadora se recupera en España y Portugal tras décadas de declive. En ese censo se informa que en nuestro país nidifican 48 parejas y en Portugal lo hacen 5 parejas, mientras que la población invernante en toda la península ibérica es de 387 ejemplares. Todo ello, gracias a la puesta en marcha de diferentes proyectos de reintroducción de la especie que han hecho posible su recuperación.

SEO/BirdLife


Este aumento en la última década ha supuesto también un aumento en su área de distribución: reaparece como reproductora en Portugal, en su límite con España a la altura de Badajoz y también en la costa sur; en el resto de la península se extiende por nuevas regiones de Andalucía, especialmente por Huelva y Cádiz. También comienza a haber territorios ocupados en la Comunidades de Cantabria, donde ya se ha registrado el intento de cría de una pareja y el inicio de formación nuevos territorios. Además, cabe destacar los casos de cría en Extremadura en los años previos a este censo y que en años futuros podrían volverse a registrar si se consolida y crece la población ya establecida en Portugal.


En España, el hábitat de las poblaciones reproductoras, está muy ligado al medio marino. Crían en acantilados tranquilos de costas rocosas y pescan en zonas cercanas, mayoritariamente rías, bahías, estuarios e incluso en lagunas interiores próximas de agua dulce y clara. En cambio en el norte de Europa, nidifican sobre árboles, tanto vivos como muertos, instalando el nido sobre la copa. Los migrantes e invernantes pescan tanto en zonas marinas, como en aguas continentales, como lagos, ríos, embalses, pantanos, estuarios, bahías, marismas, albuferas, etc.


Suelen utilizar los mismos lugares que escogen como reposaderos; normalmente troncos que emergen en medio del agua o árboles secos, en donde adoptan posturas inmóviles durante tiempo, sin mostrar interés alguno por otras aves o ánades que acostumbran a moverse por su alrededor.


Su alimentación es casi exclusivamente a base de peces vivos que captura en  aguas dulces, saladas o salobres y con un peso inferior a medio kilo, completando su dieta en ocasiones, con anfibios y pequeños mamíferos.


Durante el vuelo de pesca, ciclea planeando y se cierne a poca distancia del agua. Una vez localizada la presa se lanzan sobre ella desde el aire en un acusado picado casi vertical que puede sobrepasar los 120 Km/h. En el último momento, antes de la zambullida, adelantan las garras las cuales se sumergen en el agua para atrapar al pez.




A veces pesca desde la superficie sin llegar a zambullirse. También puede pescar desde posaderos.



Por lo general son aves monógamas y su madurez sexual llega a los 3 o 4 años de edad. El periodo de cría lo realizan en abril-mayo. La escasa población reproductora española sitúa su nido en acantilados rocosos marinos, mientras que los individuos nórdicos lo hacen en árboles, arbustos, postes telefónicos, incluso en torretas eléctricas o plataformas artificiales que se hallen en las proximidades de un lago o similar.


Construyen los nidos ambos progenitores a base de palos y ramas y los tapizan con ramillas, musgo, hierbas y corteza. Como lo suelen reutilizar año tras año, llegan a alcanzar dimensiones importantes.


La puesta se compone normalmente de dos o tres huevos. La incubación dura unos 35-37 días aproximadamente. Las crías son cuidadas por la hembra, mientras que el macho caza y aporta alimento. Abandonan el nido alrededor de los 55 días de edad y se independizan en dos meses más.


Las principales amenazas que dieron lugar a la drástica disminución de su número de efectivos en España se debió a la destrucción del hábitat, tanto de nidificación como de alimentación, por culpa de urbanizaciones e instalaciones turísticas o recreativas en la costa, a lo que hay que sumar la persecución directa (caza furtiva) y las molestias ocasionadas en las zonas de nidificación por los deportes náuticos, los excursionistas o los pescadores. En la actualidad se han añadido como problemas importantes, la colisión con cables eléctricos y aerogeneradores, la electrocución en tendidos eléctricos y la contaminación ambiental que son responsables de la muerte de muchos individuos cada año.


El águila pescadora se incluye en el Libro Rojo de las aves de España (2004) como “En peligro crítico” y aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

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