viernes, 1 de marzo de 2019

Un “okupa” de los tejados. Mochuelo europeo (Athene noctua). Miagón.

Desde hace aproximadamente un año vengo observando y fotografiando a los habitantes habituales de ciertos tejados situados en los recorridos más utilizados en mis salidas a “pajarear”. 




De trata de más o menos una decena de lugares en los que casi siempre encuentro a alguno de sus residentes que a modo de “okupas” han decidido habitar bajo la cobertura de las tejas de sus tejados y a los que recurro con cierta frecuencia para “saludar” como si de vecinos habituales se tratara. 




Unos tejados que en algunos casos (los menos) se tratan de cubiertas de casas modernas, pero que en la mayoría lo son de casas de aldea con bastantes años de antigüedad e incluso ruinosas, donde parece que las posibilidades de encontrar el hueco adecuado son mayores y además, la tranquilidad por lo general es mayor. 




Si haces una mínima reflexión al respecto de esa elección para establecer bajo ellas la vivienda habitual, no está nada mal la elección, ya que les proporciona una cubierta muy cómoda que no tienen que construir, que les protege delas inclemencias del tiempo (lluvia, nieve, viento, etc.) y les asegura tener una temperatura más o menos confortable tanto en invierno como en verano. No es por casualidad el hecho de que los seres humanos hayamos elegido ese tipo de cubierta para la mayoría de las viviendas rurales. 




Tampoco debemos olvidarnos que los tejados les proporciona una atalaya muy cómoda para observar a sus potenciales capturas que habitualmente viven en los ambientes rurales, como es el caso de los pequeños roedores, insectos, lagartijas…etc. y que esos lugares acostumbran a tener cercanos postes, tocones, rocas o muros de piedra que también les sirven de oteaderos. 




Además, el colorido de su plumaje es muy mimético con ese entorno rural pasando con frecuencia inadvertidos, lo que les proporciona una mayor seguridad ante sus posibles depredadores. 




De lo que no cabe duda alguna es de que se trata de un ave con una tremenda expresividad que hace las delicias de cualquier aficionado a la fotografía de aves, ya que siempre es capaz de sorprenderte con alguna postura, ubicación peculiar o expresión distinta de su cara. 




En mi caso particular, desde que le fotografié la primera vez, esa expresividad representada fundamentalmente por sus grandes ojos, me cautivó de tal manera que decidí que fuera el icono o “mascarón de proa” de mi blog. 




El Mochuelo europeo o común es un ave estrechamente vinculada con la agricultura y ganadería que desde siempre se ha comportado como uno de los mejores aliados del agricultor, ya que combate las plagas de roedores y langostas de forma natural y sin el coste que conlleva la utilización de productos químicos. 




El caso es que aparte de esa cualidad, algo tendrá esta pequeña rapaz cuando desde tiempos remotos ha sido considerada en las culturas más importantes como un ave mitológica. 




Efectivamente, en la cultura griega, el llamado mochuelo de Atenea es el ave que acompaña a Atenea, diosa de la sabiduría, las artes y las técnicas de la guerra además de ser la protectora y símbolo de la ciudad griega más importante, Atenas, y también la patrona de los artesanos. 

Atenea (Cultura griega)
Es fácil encontrar publicaciones en las que a este respecto se confunda al Mochuelo de Atenea con una lechuza, pero la mayoría de los textos y representaciones indican que esta ave era un Mochuelo, entre otras cosas por la distribución de ambas aves en el continente europeo, ya que las lechuzas se pueden encontrar difícilmente en Grecia, mientras que el Mochuelo está ampliamente distribuido por allí. El propio nombre científico del Mochuelo (Athene noctua) se debe al de la diosa griega Atenea, cuyo símbolo era este animal. Estas aves eran sagradas para aquella antigua civilización. 




En cualquier caso no es casualidad que el Mochuelo de Atenea ha sido utilizado en la cultura occidental como símbolo de la sabiduría y la filosofía. Hegel adoptó esta ave en el siglo XIX como símbolo de la filosofía. 




A modo de curiosidad es interesante saber que el tetradracma era una antigua moneda griega equivalente a un estátero o a 4 dracmas. Durante el imperio romano el tetradracma fue la moneda oficial de Egipto y era equivalente a 1 denario. 

Tetradracma ateniense del siglo V a. C
El tetradracma ateniense del siglo V a. C. fue la moneda de uso más habitual en el mundo griego hasta Alejandro Magno. En ella figuraba el perfil de Atenea en el anverso y un Mochuelo en el reverso, de aquí que los tetradracmas se llamasen popularmente glàukai (γλαῦκαι), es decir, mochuelos. En el reverso actual de la moneda griega de 1 euro, también está representado el Mochuelo. 

1 Euro griego
La diosa romana correspondiente a Atenea es Minerva. Los animales consagrados a Minerva eran el Mochuelo, el dragón y la hormiga o escarabajo. 

Minerva (Cultura romana). Museo del Louvre
Mitología aparte el Mochuelo europeo o común (Athene noctua) que en asturiano puede adoptar varias denominaciones como: “Miagón” en general; “Carabiella” y “Tubeca” en Caso; “Beque” en Ayer; “Huerco” en Occidente y “Gazmiata o Gamiata” en Villaviciosa, pertenece al Orden de las “Strigiformes” y más concretamente a la familia “Strigidae”. 




La etimología de la palabra mochuelo es de origen incierto, según la RAE. El Mochuelo es un búho tan pequeño como la palma de una mano, y no tiene esas protuberancias de plumas, en forma de orejas o cuernecillos, que suelen tener otros búhos, por lo que la cabeza es toda redondeada. Así, “mochuelo” es diminutivo de “mocho”, adjetivo aplicado sobre todo a los animales que, perteneciendo a una especie con cuernos, carecen de ellos. Por ejemplo, una cabra sin cuernos sería una cabra “mocha”. 




Se trata de una de las aves rapaces nocturnas más difundidas por toda la mitad sur de Europa y el norte de África. Tiene una estructura rechoncha con unos 21 a 25 cm de longitud y una envergadura de 51-54 cm. Peso aproximado de unos 250 gr. No existe dimorfismo sexual significativo en esta especie, aunque las hembras son un poco más grandes que los machos. 




Como la mayoría de aves de la familia Strigidae, tiene una voluminosa y redondeada cabeza con un píleo plano sin penachos cefálicos y con unos grandes ojos dispuestos frontalmente, de color amarillo intenso y que están rodeados de un fino anillo periocular de color negro. Presenta también unas cejas de plumas blancas y oblicuas. 




El pico es corto, puntiagudo, curvado hacia abajo con forma de gancho y de color amarillo verdoso, excepto en la base y en la zona de las narinas donde es de color negruzco. 





En su conjunto, la cara tiene una clara expresión de sorpresa o enfado. 




Su dorso es de color marrón-pardo con manchas blancas, al igual que la nuca y su cabeza que la tiene rayada. 





Por el contrario, sus partes ventrales son blancuzcas y densamente estriadas verticalmente y de color pardo. 





En la parte posterior de la base del cuello tienen una franja blanquecina, a modo de collar, con la forma de una "V" más o menos pronunciada. 





Por su parte inferior son de color marrón con gruesas franjas blanquecinas transversales. 





Las patas son fuertes, con tarsos emplumados de color blanco y fuertes garras con uñas negruzcas. 





Cola es corta y ancha, de color marrón en su parte superior y con cuatro bandas blanquecinas transversales. Por su parte inferior presenta algunas franjas marrones transversales 





En vuelo se distingue por sus alas cortas, redondeadas, de color marrón en su parte superior y con motas de color blanco. Su vuelo es claramente ondulado, con descensos y ascensos continuos, de aleteos rápidos y distancias cortas. 




Cuando intentamos aproximarnos a él, se hincha o agacha y agita su gruesa cabeza con un movimiento vertical brusco, sin que se estremezca el resto del cuerpo. Luego, tras un parpadeo de sus ojos amarillos y una vuelta de la cabeza para inspeccionar los alrededores, emprende el vuelo. 





La visión en los mochuelos se encuentra especialmente desarrollada en condiciones de baja luminosidad. Tienen unos grandes ojos provistos de pupilas capaces de dilatarse mucho y unas retinas provistas de una gran cantidad de bastones (células capaces de captar pequeñas cantidades de luz). 





Los mochuelos, como otras estriguiformes, tienen los ojos mirando hacia el frente lo que les confiere visión estereoscópica, lo que significa que puede ver en cualquier objeto con ambos ojos al mismo tiempo y mediante la comparación de los ángulos de estos dos puntos de vista diferentes, puede juzgar la distancia a la que está el objeto. Esta característica es esencial para la captura de presas, ya que para lograr una mejor idea de la distancia a la que se encuentran éstas, los mochuelos intentan mirar desde tantos ángulos como sea posible y esto explica el bamboleo y los curiosos movimientos de cabeza típicos de esta especie. 




Son capaces de rotar la cabeza unos 270º para suplir la pérdida de campo de visión que les supone la frontalización de los ojos y el hecho de que no los puedan girar dentro de las cuencas. 





Existen en el mundo un gran número de subespecies de la cuales tres están presentes en Europa. En la Península Ibérica y Baleares cría la subespecie “Athene noctua vidalii”. En Ceuta y Melilla se encuentra la subespecie “Athene noctua glaux”. Están ausentes en las islas Canarias. 


Se trata de una de las aves nocturnas más difundidas por toda la mitad sur de Europa y el norte de África que tiene hábitos parcialmente diurnos, siendo muy característico ver su silueta rechoncha y posada en lo alto de un poste, farola, ramas bajas de árboles, oquedades de muros de piedra o de adobe de viejas edificaciones semiderruidas o abandonadas de ambiente rural, así como en tejados de casas o iglesias de ese ambiente, incluso en las horas centrales del día. 


Cría en tierras bajas y abiertas con arbolado disperso de olivares ("cada mochuelo a su olivo"), árboles frutales, encinares, alcornocales, etc., evitando en general, los grandes sistemas montañosos y el interior de los bosques. 





Es una especie muy territorial y sedentaria que ocupa casi siempre una zona de pequeña extensión, escogiendo normalmente la proximidad de una tierra cultivada, o una pedriza donde pueda capturar fácilmente presas. 




Caza al crepúsculo o al alba alimentándose de insectos y escarabajos que, en general, constituyen la mayor parte de su dieta. También se alimenta de ratones de campo, musarañas y topillos, así como de ranas, algunas aves pequeñas y pequeños reptiles. 





Son unas aves solitarias a las que raramente vemos en compañía de su pareja. 




Las parejas de mochuelos suelen permanecer juntas toda la vida y acostumbran a ser muy fieles al espacio (filopatria), ya que suelen volver a criar en el mismo lugar año tras año. 




El período de cría del mochuelo empieza a finales de abril o principios de mayo y termina en agosto. 




Al igual que muchas otras rapaces no hacen su nido en el exterior, sobre ramas o rocas, sino que utilizan agujeros ya existentes, generalmente los agujeros de los árboles, aunque también pueden anidar bajo las tejas, en paredes de edificaciones, rocas, agujeros en la arena o incluso madrigueras de conejo. 




Construye el nido con muy escasos materiales existiendo en el interior de estos agujeros serrín o virutas de la madera y sobre ellas hace la puesta. 




La puesta es normalmente de dos a seis huevos. La incubación es efectuada casi totalmente por la hembra, aunque parece que el macho también colabora en una pequeña medida. La incubación dura de 28 a 29 días, al cabo de los cuales, nacen los pollos, que están totalmente cubiertos de un plumón blanco muy denso. Ambos adultos toman parte en la alimentación, en especial el macho, que igual que lo hizo durante el período de incubación, llevando al nido muchas presas para alimentar a la hembra, continúa ahora con gran intensidad. 





Los pollos, alimentados por ambos padres, vuelan después de unas 5 semanas. Cuando ya se separan de los padres tienen el plumaje parecido a ellos, pero es en general marrón más claro y no ofrecen el contraste de marrón y blanco tan marcado. 




Durante los dos primeros meses, se posan con frecuencia al descubierto y se muestran muy mansos, siendo entonces cuando permiten una mayor aproximación de las personas. 




La especie es sedentaria en la Península Ibérica, aunque los mochuelos jóvenes pueden dispersarse en un corto radio en el primer otoño de su vida. 




Canta desde posaderos descubiertos, sobre todo al anochecer y al amanecer. Su canto es un grito lastimero, de tono ascendente, repetido unas 15 veces por minuto. Dentro de su repertorio de cantos destaca el denominado "maullido del mochuelo", que es emitido por el macho cuando marca su territorio y que se asemeja al gemido de un gato. El "maullido del mochuelo" le permite además atraer a las hembras. 






Al igual que ocurre en algunas aves paseriformes, los mochuelos son capaces de discriminar los sonidos que producen otros mochuelos, distinguiendo entre vecinos o extraños. Los machos de esta especie responden mucho más ante los gritos de otros machos extraños, que ante los de los vecinos habituales, a los que están más acostumbrados o son percibidos como una amenaza menor. Si estos vecinos cambian su ubicación habitual para emitir sus llamadas, la respuesta ante ello es similar que ante la de un extraño. 





A modo de curiosidad, los gritos del mochuelo producen en muchas personas un gran desasosiego, siendo asociado, sin ninguna lógica, muchas veces con enfermedad y muerte. Tanto al Mochuelo como al Cárabo, se le suelen aplicar las mismas supersticiones, por su costumbre de permanecer posado, mirándolo todo fijamente. En personas asustadizas y poco duchas en la observación y el conocimiento de las aves nocturnas puede evocar una imagen fantasmal y tétrica. Cuando se posa en algún lugar cercano a una vivienda, también produce inquietud, puesto que existe la falsa leyenda de que alguna persona fallecerá, en especial cuando alguien de la casa está enfermo. Este mismo mito es muy frecuente en ciertos lugares con las lechuzas. 





El Mochuelo común ha experimentado en algunas zonas de la Península Ibérica (sobre todo en el Norte) un notable descenso en su densidad que se ha estimado en hasta un 40% en la última década. Precisamente por este motivo en el año 2011, el mochuelo fue declarado "ave del año" por la Sociedad Española de Ornitología tras constatarse un descenso de las poblaciones existentes. 




La causa más importante de este descenso parece estar relacionada con los cambios producidos en la agricultura. Durante muchos años, esta ave se ha beneficiado de la agricultura tradicional, ya que necesita espacios abiertos y con diversidad de cultivos con el fin de disponer de diversas presas. De este modo, crecieron las poblaciones e, incluso, se ganaron la simpatía de los agricultores, ya que era una forma de control de plagas eficaz y gratis. No obstante, la intensificación de la agricultura, los cambios en los usos del suelo y, al mismo tiempo, el retroceso de la ganadería extensiva, que es esencial en el mantenimiento del hábitat han perjudicado a esta ave y a otras especies. 




Además, de que la costumbre que tiene de acercarse a las viviendas humanas le puede resultar fatal, la proliferación de raticidas, insecticidas y herbicidas en el campo para el control de plagas agrarias de pequeños roedores o insectos, elimina su alimento y/o los intoxica al consumir estos animales envenenados, lo cual lógicamente contribuye a su destrucción. 




La falta de lugares idóneos donde anidar, los atropellos de vehículos y la caza ilegal, también puede ser causas determinantes en el descenso de las poblaciones en nuestro país. El Mochuelo europeo se considera “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. 





A nivel nacional, el Programa NOCTUA realiza un seguimiento a largo plazo de sus tendencias poblacionales, mientras que a nivel internacional, desde 1999 existe un grupo de trabajo sobre el Mochuelo europeo (International Little Owl Working Group) que posee representación española (asesores del Programa NOCTUA), y entre cuyos objetivos se contempla establecer un plan europeo de conservación.

6 comentarios:

  1. Bonitas fotos de un ave adorable. Desgraciadamente por mi zona casi no queda ninguno y hace tiempo que no veo uno. Siempre que salgo a hacer el NOCTUA salgo con la esperanza de escuchar alguno. Esperemos que se recupere la población y volvamos a escuchar el maullido del mochuelo por aquí.

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  2. Que maravilla de artículo. Muy completo y de lectura muy amena. Excelentes fotos y audios. Es un ave espectacular. Como siempre, el conocimiento de su forma de vida, es algo importantísimo a enseñar en colegios y población en general. Muchas gracias. Un blog de mucho valor.

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  3. Muchísimas gracias Jesús M. No sabes cómo me alegro de que te guste. Yo también he disfrutado mucho observando y fotografiando a esta increíble ave. Es todo expresividad. Saludos. .

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  4. Muchas gracias Guillermo. Saludos cordiales.

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  5. A este precioso okupa lo veo todos los días desde una de las clases. Mis alumnos lo controlan y siguen. Lo buscan y preguntan sobre él. Todos los años crían y vemos a los pollos. Precioso reportaje. Enhorabuena. Un saludo.

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  6. Pues no sabes cómo te envidio, me encanta observar a esos maravillosos seres. Yo les tengo puesto hasta nombres, como si fueran unos vecinos más. Muchas gracias José y saludos para ti y para todos tus alumnos.

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