jueves, 2 de julio de 2015

Una bonita limícola con un pico muy especial. Avoceta común (Recurvirostra avosetta). Cigoñina Pinta.

En esta entrada del blog he decidido realizar una revisión de esta peculiar ave que recientemente he podido fotografiar y que en Asturias no acostumbramos a ver.




Su característica más llamativa es la de tener un largo pico fino y curvado hacía arriba que justifica su denominación científica como “Recurvirostra”. Término que proviene del latín recurvus-a-um (de re + curvus): encorvado, retorcido, curvo, sinuoso y de rostrum-i (de rodo: roer) pico (de las aves) es decir, pertenecientes o relativos a la familia de las aves que tienen el pico corvo.





Esta curvatura hacia arriba del pico de las avocetas, es una de las características de la especialización del mismo, que se completa con un ensanchamiento en su base en donde existen abundantes lamelas. 





Las avocetas cuando se alimentan, rastrean las aguas y el fango realizando movimientos de lado a lado de su cabeza como si barrieran o a modo de cómo actúa una guadaña. Con su lengua ancha y flexible van filtrando poco a poco, el alimento detectado a través de las lamelas. 





Miden entre los 42-45 cm de longitud. Su envergadura oscila entre los 67-80 cm y su peso puede llegar a los 400 gramos. La longevidad ronda los 10-15 años.





En esta especie existe un muy ligero dimorfismo sexual. 





Los machos son de color blanco con capirote y parte posterior del cuello de color negro que incluye a los ojos y a la mitad superior de la cara. 





El pico, como ya comenté anteriormente, es largo, fino, incurvado llamativamente hacia arriba en su tercio distal y de color negro. 





El iris de los machos es de color rojo y marrón oscuro en las hembras, estando a veces rodeados por un anillo periocular blanco.





Su plumaje completamente blanco produce un gran contraste con las dos franjas negras que exhiben en el manto y que se corresponden con el color negro de las primarias, las escapulares interiores y las coberteras menores. Las escapulares exteriores y las coberteras mayores son de color marrón. 





Tienen la cola corta, lo que hace que en vuelo, sus largas patas sobresalgan notablemente por detrás de ella.





Es precisamente en vuelo y cuando llevan las alas extendidas, cuando se distinguen claramente cuatro bandas negras oblicuas sobre el dorso. Las alas en sus extremos son apuntadas y de color negro. 





Las patas son largas, de color gris azulado y terminan en un pie con tres dedos unidos por una membrana interdigital y están dirigidos hacia adelante. 





Las hembras suelen tener el color negro del plumaje algo más apagado que los machos y el pico ligeramente más corto y curvo.





En los jóvenes, el negro que lucen los adultos se sustituye por tonos más apagados, marronáceos o grises parduzcos, con un cierto moteado en las regiones dorsales. Tienen las patas de color oscuro.





Las Avocetas acostumbran a volar en grupos que suben y bajan volando al unísono como si de un solo cuerpo se tratara. Tan pronto sobresalen por encima de la línea del horizonte como vuelan a ras del agua.





Descansan sobre una sola pata, manteniendo la otra encogida bajo el plumaje y también se sientan a menudo en el suelo sobre los tarsos.





Su llamada de alarma consiste en un silbido aflautado, como un "fluiii-fluiii" que repite constantemente, tanto en vuelo como posada. Para la llamada de cortejo emite silbidos similares, pero más cortos y solapados en el tiempo. 




Se alimentan moviendo la cabeza de lado a lado, a cada paso, con un movimiento de siega, buscando invertebrados, especialmente insectos, crustáceos y lombrices que captura moviendo los sedimentos con su largo pico. Suele alimentarse en grupos más o menos numerosos.





Cuando las aguas son algo profundas su comportamiento en muy similar al de las anátidas pues nadan y sumergen la cabeza y gran parte del cuerpo siendo visible únicamente su parte posterior y la cola.




Su distribución es amplia y las podemos encontrar en Europa, Asia y África.



En nuestro país son residentes habituales aunque su número aumenta durante el invierno ya que una parte de las emigrantes del norte de Europa se unen a ellas, mientras que la otra parte de esas aves europeas inverna en África.



Las podemos encontrar nidificando muy localmente por el suroeste peninsular, principalmente en las marismas del Guadalquivir y en la bahía de Cádiz. También en el litoral Mediterráneo, concretamente en las salinas del cabo de Gata y de Santa Pola, así como el núcleo del delta del Ebro. En otras localidades es más ocasional, como es el caso de Castilla-La Mancha y Baleares. 





Sus hábitats predilectos son las aguas costeras y litorales de poca profundidad, con elevada salinidad y en donde son abundantes los invertebrados de los que se alimenta, como son las marismas, salinas, lagunas interiores y estuarios. En cualquier caso muestra especial preferencia por las tierras bajas y no excesivamente frías.




Allí nidifican en colonias, cerca del agua, en montones de hierba o bancos de arena donde conviven con cigüeñuelas, canasteras, pagazas piconegras y otras aves. El nido es a menudo un gran montón de vegetación seca, sobre la superficie de la arena o bien en pequeñas cavidades del suelo que cavan ellas mismas y que apenas está revestida. 




Las Avocetas realizan juegos nupciales complicados y colectivos, mezcla de luchas y de simulacros de pesca, que han sido motivo de estudio por parte de expertos etólogos en numerosas ocasiones.




Entre los meses de abril y junio, la hembra pone tres o cuatro huevos de color ocre punteados de gris castaño oscuro. La incubación llevada a cabo por la pareja, se prolonga durante 23-25 días, tras los cuales nacen los pollos, capaces ya de corretear y alimentarse por sí mismos al poco de romper el cascarón (son nidífugos), si bien son ayudados por sus padres durante las aproximadamente seis semanas que invierten hasta su total desarrollo.




Debido a la localización tan expuesta de sus nidos y a la gran concentración de sus efectivos en unas pocas localidades, tanto los huevos como los pollos, pueden sufrir una gran depredación por parte de zorros, gaviotas patiamarillas y otros animales introducidos por el hombre, como los perros, gatos y ratas. Tal vez por ello, durante la época reproductiva pueden presentar un comportamiento agresivo cayendo en picado sobre el potencial depredador emitiendo un fuerte chirrido y pasándolo justo por al lado hasta que el intruso se aleja. En otras ocasiones y también a modo de defensa, las avocetas adoptan la postura de "pájaro paralizado” o pueden simular estar heridos aleteando desesperadamente tratando de distraer al potencial depredador.




La Avoceta común no aparece incluida en el Libro Rojo de las aves de España, pero está considerada como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, constituyendo sus principales amenazas el deterioro o pérdida de la calidad del agua y la desaparición o cambios de inundación de los saladares, lo que les puede afectar de forma directa o indirecta, al actuar sobre las especies de las que se alimenta.

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