martes, 25 de noviembre de 2014

Una garza que no acostumbra a comer cangrejos. Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides)

Mi primer encuentro con esta ave zancuda se produjo a principios de este otoño y la verdad es que me impresionó bastante por su llamativo plumaje, poderoso y largo pico y unos ojos con un amarillo intenso que en su conjunto le proporcionan una belleza muy particular.




Inicialmente la puede ver en una zona con abundante vegetación palustre y casi me pasa inadvertida ya que su mimetismo con el medio que la rodeaba era importante.




El momento fue bastante impactante pues yo me encontraba a muy corta distancia y ella inicialmente no se percató de mi presencia, de ahí que su primera reacción al verme fuera hacer "la estatua" como lo denomino yo, pretendiendo pasar inadvertida con su inmovilismo.



Poco a poco se fue dando cuenta de que eso no funcionaba y, permitirme la expresión, le entró el canguelo y se le pusieron "las plumas de punta" (ver foto) ante la situación que se le presentaba.


Ante mi también inmovilismo, optó por ir retirándose cautelosamente sin perderme de vista, por si acaso. 


En un segundo encuentro con ella, me la encontré tranquilamente paseando por un camino y al cerciorarse de mi presencia optó de nuevo por hacerme "la estatua" pero esta vez lo hizo retirándose lentamente hacia la vegetación y adoptando una postura totalmente estilizada con el cuello totalmente estirado y el pico apuntando al cielo, como para pretender confundirse con la vegetación que tenía a su alrededor. Me recordaba a la postura que también adoptan las garzas imperiales (y en general las zancudas) cuando temen ser descubiertas.




La Garcilla cangrejera, conocida en asturiano como Garcina de Cámbaros, pertenece al grupo de aves zancudas de tamaño mediano-pequeño con patas, cuello y pico largos. Los dedos no son palmeados. Al volar recoge su largo cuello como ocurre con las garzas, garcetas y avetoros (ardeidae) y al contrario de las cigüeñas (ciconiidae) y las espátulas (Threskiornithidae) que vuelan con el cuello extendido.




Por cierto cámbaro proviene del latín, cammárus que es el nombre común de varias especies de crustáceos marinos más anchos que largos, con el caparazón verde y fuertes pinzas en el primer par de patas. Algunas especies son comestibles como por ejemplo, la andarica.



La alimentación de la Garcilla cangrejera no está constituida por cangrejos, como su nombre español y también el francés pudieran hacer creer. Solo una pequeña parte de su dieta puede estar formada por pequeños cangrejos de arena. Se alimentan principalmente de pequeños peces, anfibios, insectos acuáticos, crustáceos y moluscos. Es un ave diurna, con picos de actividad al amanecer y al final del día.




Esta garcilla presenta dos plumajes distintos según la época del año. Su plumaje habitual (invierno) resulta muy llamativo con listas de color pardo-ocreáceo en su parte superior y más blanquecino en la parte inferior. Del píleo le cuelgan hasta el dorso, largas plumas pardas que forman una coleta colgante característica. 




Las patas son de color verdoso y el pico de tonos grises y azulados, más brillante en la época reproductora, siempre acaba con la punta de color negro. 




Los ojos son amarillos con la pupila grande negra y durante la época reproductiva tienen un anillo rojizo en su borde.



El plumaje en época nupcial es mucho más llamativo desapareciendo prácticamente las listas de su plumaje que se torna mas amarillento-castaño muy luminoso.



En vuelo es muy llamativa pues apenas se aprecia color pardo que exhibe en reposo y destacan sobre manera las alas extendidas completamente blancas, pudiéndose confundir a lo lejos, con la Garcilla bueyera o incluso con la Garceta común.




No existe dimorfismo sexual en esta especie. Suelen habitar en humedales, preferentemente cercanos a la costa, donde haya abundante vegetación ribereña, lagunas, riberas de los ríos, albuferas, arrozales y marismas.



Durante la época de cría se vuelven más gregarias, el resto del tiempo suelen ser solitarias aunque a veces están en parejas.



En España son habituales durante el período estival y aunque un pequeño número se queda en invierno en el sur peninsular, la gran mayoría emigra a África para invernar. Las principales colonias se encuentran en el delta del Ebro, marismas del Guadalquivir, albufera de Valencia, y El Hondo y Santa Pola (ambas en Alicante). Además de éstas, aparecen puntos de reproducción salpicados por la península, aunque de importancia mucho menor, como las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) y cuadrículas aisladas en las provincias de (de norte a sur y este a oeste).


Como reproductora, está presente principalmente en Europa (países mediterráneos) y norte (Marruecos, Argelia y Túnez) y este de África (también Madagascar) y en la región del Cáucaso, alrededores del mar Negro, Caspio y Aral.

Su amenaza fundamental es la destrucción y degradación de humedales y la contaminación del agua.

Está incluida en el Libro Rojo de las aves de España (2004) en la categoría de "Casi amenazada" y aparece como "En peligro de extinción" en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

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