lunes, 4 de marzo de 2024

Algunas observaciones interesantes del pasado mes de febrero en mi entorno habitual. Cormorán grande (Phalacrocorax carbo). Negrón común (Melanitta nigra). Águila pescadora (Pandion haliaetus). Halcón peregrino (Falco peregrinus).

En esta nueva entrada de mi blog quiero compartir con los que os dignáis a entrar a visitarla, cuatro reportajes fotográficos de otras tantas diferentes especies con las que yo personalmente he disfrutado mucho observándolas y fotografiándolas y que espero que a vosotros os ocurra lo mismo al ver el resultado conseguido.
Como podéis ver en estas primeras fotografías al primer protagonista que he querido incluir en ésta entrada es a un llamativo ejemplar de Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)​ que pude fotografiar en la cola de la ría de Avilés luciendo su espectacular plumaje nupcial.



Fotografía de archivo con plumaje invernal
Cómo podéis comprobar en éstas fotografías, durante la época nupcial (a partir de febrero-marzo) realizan una muda parcial de plumas y adquieren su plumaje de apareamiento. En esta época el color negro del plumaje se hace más brillante y lustroso y la coloración de las plumas del dorso hace que parezcan escamas.



Fotografía de archivo con plumaje invernal
Les crecen plumas blancas en la cabeza (píleo y parte posterior del cuello), en los costados y en los muslos.



Fotografía de archivo con plumaje invernal
Esas plumas de la mitad posterior del píleo y de la parte posterior del cuello les crecen algo más y se pueden erizar asemejándose a una pequeña cresta.



Fotografía de archivo con plumaje invernal
La piel desnuda de la brida se vuelve negruzca, el color amarillo de la base de la mandíbula superior se torna naranja y el de la mandíbula inferior adquiere un color amarillo dorado.



Fotografía de archivo con plumaje invernal
A las siguientes protagonistas de esta nueva entrada también les he podido fotografiar en la cola de la ría de Avilés y no sin haber tenido que tener bastante persistencia en su observación. Se trata de cuatro ejemplares hembra de Negrón común (Melanitta nigra) que, al igual que en años anteriores, se encuentran invernando a la altura del Centro Cultural Oscar Niemeyer.



Día tras día las he estado observando, pero las grandes distancias en las que acostumbran a estar reposando o pescando en el centro de la ría, me hacían desistir de fotografiarlas.



Pero la persistencia da sus frutos y a mediados del pasado mes de febrero aprovechando una gran marea alta, tuve la oportunidad de fotografiarlas durante un buen rato que se aproximaron a los pantalanes de las embarcaciones deportivas que hay en esa zona de la ría.



Pasaban la mayor parte del tiempo descansando y realizando continuas inmersiones en el agua a la búsqueda de alimento.



El resto del tiempo lo dedicaban a realizar una limpieza exhaustiva de su plumaje, y tras él, como es su costumbre habitual, un enérgico aleteo de sus alas para realizar un buen secado.



Como se puede apreciar en las imágenes, las hembras son de color pardo oscuro con el pecho y el vientre algo más claros.



En la cabeza tienen un capirote pardo oscuro que abarca el píleo, el tercio superior de la cara que incluye al ojo dentro de él. El resto de la cara (mejillas) y la parte anterior y las zonas laterales del cuello son de color marrón claro (beige).



Su pico carece del abultamiento que tiene el de los machos y es de color gris oscuro o negro con manchas amarillas alrededor de las fosas nasales, aunque éstas son mucho más pequeñas que la de los machos (fotografía del macho de archivo).



(fotografía del macho de archivo)
Los ejemplares jóvenes son muy parecidos a las hembras pero algo más oscuros. En el caso de los machos jóvenes de primer invierno van cambiando su plumaje poco a poco e igualmente la coloración de su pico apareciendo, poco a poco, la coloración amarilla en su culmen característico de los machos (fotografías del machos de archivo) .



(fotografía del macho de archivo)
(fotografía del macho de archivo)
Son unos excelentes buceadores, pudiendo alcanzar en sus inmersiones los 20-30 m de profundidad. Su alimentación se compone fundamentalmente de moluscos (mejillones, almejas), crustáceos (cangrejos), peces pequeños, insectos y gusanos, aunque durante la época de cría también comen plantas acuáticas y brotes.



El Negrón común es un pato de costumbres esencialmente marinas que no penetra casi nunca en el interior, a excepción de cuando hay temporal que algunos ejemplares se refugian en las bahías y estuarios. Habitualmente se les acostumbra a contemplar a algunos kilómetros de la costa, posados tranquilamente entre las olas y sumergiéndose con facilidad durante bastante tiempo ya que son unos excelentes buceadores. En el invierno se mantienen en la mar, pero no lejos de las costas a las que se acercan con preferencia de noche.



La tercera especie que quiero incluir en esta entrada es la del Águila pescadora (Pandion haliaetus) a la que tuve la fortuna de poder observar y, a duras penas, fotografiar en dos diferentes ocasiones a lo largo del pasado mes de febrero (11-25/02/2023).



El lugar de esos dos avistamientos fue la Ensenada de Llodero (Avilés. Asturias) y concretamente en la zona del pedrero de la Punta la Llera.



Se trata de un lugar de referencia para cualquier aficionado a la observación y fotografía de aves, dada la gran afluencia de aves que eligen ese lugar para descansar y alimentarse en sus periplos migratorios o, en otros casos, para pasar el invierno en esa zona.



No es la primera vez, y espero que no sea la última, que he podido observar a esta preciosa ave rapaz en ese entorno concreto, pero el poder inmortalizar esos momentos en algunas fotografías no es una tarea nada fácil, ya que las distancias por las que se desenvuelven para llevar a cabo sus capturas acostumbran a ser importantes, así cómo los contraluces, lo cual dificulta enormemente a la hora de poder enfocar a un ave de estas características en pleno vuelo.



Tampoco hay que desdeñar otras dificultades añadidas para poder conseguir alguna fotografía en vuelo con cierta calidad, como es la escasa luz propia de los días nublados y las fuertes rachas de viento que soportamos esos dos días. Con todo esto quiero justificar de alguna manera la muy escasa calidad de las fotografías, pero hay que tener en cuenta que para mí esos avistamientos tienen un gran valor testimonial.





Evidentemente, las imágenes que cualquier aficionado quiere observar y, a poder ser fotografiar, son las de ver como lleva a cabo esta rapaz los lances de pesca y sobre todo si esos lances son exitosos y consiguen atrapar algún pez entre sus potentes garras.




Afortunadamente, en ambos avistamientos tuve la oportunidad de captar esos espectaculares momentos y, a la vista de las fotografías obtenidas, parece ser una misma especie de pez que podría ser una platija o similar, pero no lo puedo confirmar ya que no entiendo ni papa de peces.




Impresiona ver como intenta remontar el vuelo tras la captura y los enormes esfuerzos que tiene que realizar para conseguirlo sin llegar a perder su apreciada presa.





Normalmente su llegada a la zona acostumbra a ocasionar una gran desbandada de las abundantes gaviotas que suelen estar descansado en esa zona, lo cual también te llega a confundir su silueta en vuelo en especial con las que denominamos gaviotas grandes.



Como comentaba anteriormente, no es la primera vez que se ha podido observar a ésta escasa ave rapaz en esa localización aunque, desde mi particular experiencia, no es de los que más habitualmente frecuenta esa especie. En Asturias me atrevería a decir que el lugar en donde más frecuentemente podemos disfrutar de su presencia es en las rías de Villaviciosa (la más frecuente), de Ribadesella, del Nalón, la del Eo y también la de Avilés.



Pero volviendo a la protagonista de ésta entrada, la pude observar cicleando continuamente sin perder en ningún momento la vista en la superficie del agua en la búsqueda de alguna presa que pudiera atrapar con sus potentes garras. 



Cada poco tiempo se cernía permaneciendo inmóvil en el aire y de esa manera alentaba mis ilusiones de verla en algún lance de pesca.




Máxime cuando a continuación plegaba sus alas y se dejaba caer a gran velocidad lo cual me impedía poder enfocarla adecuadamente.




Cuando atrapan un pez y lo transportan entre sus garras, lo colocan siempre con la cabeza hacia delante para que ofrezca menos resistencia al aire.




En esta ocasión, tal cómo se puede apreciar en alguna de estas fotografías, se trataba de un pez plano (¿platija?) de un considerable tamaño que para cualquier ser humano se podría considerar como suficiente para satisfacer un buen almuerzo.





El caso es que aunque las condiciones para observar y fotografiar no fueron las más idóneas y como consecuencia las fotografías que pude obtener son francamente mejorables, fue todo un privilegio poder observar y fotografiar a un ave rapaz muy escasa en nuestro país y que, lamentablemente, se encuentra en peligro crítico.




Ya para finalizar quiero compartir con vosotros lo que a mí me ha parecido oportuno denominar como un pequeño book fotográfico de uno de los halcones peregrinos (Falco peregrinus) que podemos encontrar por el entorno del Cabo Peñas (Gozón. Asturias).



Se trata de un ejemplar adulto del que estamos pudiendo disfrutar desde hace tiempo en ese entorno y que, junto a su pareja, llegaron a sacar adelante a tres nuevos ejemplares durante la pasada temporada de cría.



En ésta nueva ocasión le pudimos observar sumamente tranquilo en varios de sus posaderos habituales situados en uno de los grandes acantilados que hay sobre el mar en ese bello entorno.




Poco a poco, con suma cautela, nos permitió ir aproximándonos a su posición sin que se intimidara para conseguir esos primeros planos en los que se puede apreciar con detalle la espectacular belleza que atesora ésta impresionante ave rapaz.




Siempre que he he tenido el privilegio de poder observar y fotografiar de cerca a ésta impresionante ave rapaz, y afortunadamente no han sido pocas, me ha cautivado cuando clava su mirada de frente sobre ti sin inmutarse, tal vez debido a que es consciente de su enorme poderío.



Impresiona también el observar con detalle sus potentes garras con sus afiladas uñas que son unas verdaderas armas letales para la mayoría de sus victimas.



Qué decir de su potente pico con su estructura corta y curvada hacia abajo, con forma de gancho y de color negro azulado en su extremo y algo más claro en su base.



Aún se le podía apreciar en su pico algún que otro resto de sangre de su última víctima.



En él también pude observar con claridad el denominado “diente de halcón” que consiste en un saliente ubicado en la parte inferior de la mandíbula superior y que les sirve para rematar a sus presas, ya que les facilita la acción de romperles la columna vertebral en la zona del cuello.



Con cierta frecuencia se le podía escuchar emitiendo sus graznidos, posiblemente intentando comunicarse con su pareja que no debería andar lejos.



Inevitablemente, cuando tengo la oportunidad de observar de cerca a ésta impresionante ave rapaz, siempre me viene a la cabeza que estoy ante un ave que a mí personalmente me provoca un respeto y admiración especial, ya que posee unas características anatómicas que le ha hecho ostentar el record de velocidad en el reino animal, así como el poseer una de las más potentes agudezas visuales de todas las aves rapaces. No es de extrañar que tradicionalmente se le haya denominado como "el dios de los cielos", ya que ninguna otra ave le puede disputar el dominio de los cielos.



Es capaz de alcanzar velocidades en el vuelo de caza de 200 a 300 km/h, e incluso llegar por momentos a velocidades de más de 400 km/h, como se ha podido comprobar recientemente empleando métodos de medición más modernos. Es por ello por lo que el Halcón peregrino ostenta el récord no solo de ser el ave más veloz de la tierra, sino también el de ser el más rápido de todos los animales del planeta. No es de extrañar que desde hace tiempo también de se le denomine como "el proyectil viviente".



Los halcones son reconocidos por su agudeza visual. La retina de los ojos de un halcón tiene un poder de resolución de objetos distantes dos veces y media, tan aguda como la de la retina humana. Aún es mayor este poder resolutivo en visión lateral, hacia arriba y abajo, puesto que la fóvea tiene una enorme cantidad de conos. De esta forma con ligeros giros de la cabeza puede controlar cualquier movimiento de un pequeño animal por lejos que esté.



Y hasta aquí ésta nueva extensa entrada que espero que os haya resultado entretenida. Muchas gracias.