viernes, 10 de mayo de 2019

Un cabo Peñas para no aburrirse (Parte 2).

En la anterior entrada finalizaba los avistamientos y fotografías que tuve la oportunidad de realizar el día 29 de abril en el entorno del cabo Peñas (Gozón. Asturias), fundamentalmente en una charca de lluvia que se forma en las afueras de la localidad de Coneo.

Al día siguiente (30 abril), a media mañana, tuve la oportunidad de volver a Peñas y seguir observando aves por la zona de rastrojeras en la que había observado la tarde del día anterior a varias especies entre las que cabe destacar el Chorlito dorado y gris, Combatiente, Correlimos zarapatín ...

A los pocos minutos, y a una cierta distancia, pude observar en vuelo a un aguilucho al que le pude sacar una pocas fotografías de pésima calidad y que, una vez las pude ver en el ordenador, lo etiquete como una hembra de Aguilucho pálido (Circus cyaneus), aunque reconozco que lo hice con ciertas reservas, dadas las dificultades que se acostumbran a dar para diferenciarlo de la mucho más rara hembra de Aguilucho papialbo (Circis macrourus). 





Digo esto porque, casualmente ese mismo día y en esa misma zona en concreto, se identificó a una hembra de Aguilucho papialbo (Reservoir Birds), aunque desconozco la hora de ese avistamiento.




Posteriormente estuve disfrutando de lo lindo fotografiando a una elegante y bella Collalba gris (Oenanthe oenanthe). 





Se trataba de un macho que oteaba constantemente en lo más alto de una pequeña montaña de cucho (estiércol) y que estuvo haciéndome diversas poses para lucir bien guapo en este reportaje.





Todo un profesional posando amablemente para el fotógrafo.





Ya finalizando la mañana, sobrevolaron la zona una pareja de Milano negro (Milvus migrans) y uno de ellos hizo un vuelo rasante un tanto arriesgado.





Un poco antes de irme a almorzar, me entretuve fotografiando a una pareja de Pardillo común (Linaria cannabina)  que se posó a mi lado.





El día siguiente (01/mayo), decidí volver a pasar por la charca, pero en esta ocasión a primera hora de la mañana. Eran exactamente las 8:40 h de un día que amaneció bastante nublado y nada más llegar a la charca y revisar las aves que allí había, observé que permanecían las mismas especies que había observado los días anteriores a excepción del Tarro blanco, pero además de ellas había un ejemplar distinto que enseguida identifique como un Andarríos bastardo (Tringa glareola).

Intenté realizarle unas cuantas fotografías para verlo más de cerca y por si marchaba, pero la luz era pésima (casi de noche), por lo que decidí darme una vuelta para volver una vez hubiera más luz.





Más tarde, empezaron a llegar más aficionados a la charca y se saturó un tanto con la novedad del Andarrios bastardo, por lo que lo dejé para una mejor ocasión y a que hubiera mejor luz.




El Andarrios bastardo (Tringa glaréola), conocido en Asturias como “Andarríu pintu” o “Mazaricu cardexu” es un ave limícola perteneciente al Orden de las “Charadriiformes” y a la familia “Scolopacidae” que viene a tener una longitud de entre los 19-21 cm y una envergadura que puede llegar a los 40 cm. Su peso oscila entre los 50-90 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie.




La etimología de su denominación científica "Tringa glaéeola" proviene del término griego: "tryngas" (τρύγγας), pájaro acuático, y el latino: "glarea-ae", grava gravilla, referido al supuesto hábitat de esta ave. Por el contrario, su denominación en inglés "Wood sandpiper" hace referencia a su hábitat en la época reproductiva (bosques de coníferas, abedules, píceas...).




Su identificación puede llegar a originar cierta confusión con algunas otras aves limícolas con las que guarda un cierto parecido, como es el caso del Andarrios grande o el chico, e incluso con el Archibebe claro o el común. Si se tuviera que resaltar alguna característica diferencial del resto de limícolas parecidas, habría que mencionar fundamentalmente a:

Su aspecto en general más estilizado que el resto de especies con las que guarda cierto parecido.




La conspicua ceja blanca que se extiende desde la base del pico hasta un poco detrás del ojo y que es de una anchura mediana.




Sus partes superiores son de color pardo negruzco con un intenso jaspeado a base de manchas blancas y grises.




El color pardo claro barrado de marrón más oscuro que tienen en la parte superior de su blanquecino pecho.




Los flancos que son de color pardo claro que se torna a oscuro y barrado en la época estival.




Por la parte inferior son de color blanco. 




Las alas por la parte superior son de color pardo oscuro y gris pálido por la parte inferior. Las coberteras superiores tienen las puntas de color blanco.




El obispillo que es de forma cuadrada y de color blanco.




La cola es corta, estrecha y cuando está en reposo no sobrepasa las alas. Presenta varias (ente 5 y 8) franjas estrechas, transversales y oscuras que resaltan notablemente sobre su color blanco.




Tienen la cabeza (píleo), la cara y los laterales de su largo cuello rayados de marrón. 




Su pico de color verdoso en la mitad basal que se torna negruzco en la distal. Su longitud es más bien corta y es delgado y recto.




Los ojos son grandes, son de color marrón oscuro y están bordeados por un anillo perio-cular de color blanco.




El color amarillento algo verdoso de sus largas patas.




Se trata de una especie poco habitual a la que en España sólo la podemos observar en el paso migratorio primaveral (abril-mayo), pero sobre todo en el postnupcial (agosto-octubre) y fundamentalmente en el litoral levantino y Baleares. En Asturias su presencia es muy ocasional. 




Se reproduce en el norte de Europa (Escandinavia, Escocia, Finlandia, el norte de Rusia) y en Europa central (Polonia y Alemania), así como en la mitad septentrional de Asia, desde el Báltico hasta Mongolia, con una pequeña población al sur del Cáucaso. Inverna en África tropical y central, Asia meridional y Oceanía.





Su hábitat durante los pasos migratorios se encuentra en los humedales con aguas someras y orillas fangosas, lagunas y en general en áreas costeras y zonas mareales. En la época reproductiva tiene preferencia por los bosques de coníferas, abedules, píceas...




Se alimentan fundamentalmente a base de invertebrados, sobre todo insectos, pero también gusanos, moluscos, crustáceos y ocasionalmente pequeños peces.




Su periodo reproductivo lo llevan a cabo entre los meses de abril y mayo. Construyen su nido en alguna depresión, entre la vegetación y cerca del agua. La puesta se compone normalmente de 3-4 huevos y la incubación dura unos 22 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, a los 2 días de edad abandonan el nido.




Las principales amenazas que tiene esta especie son las relativas a la destrucción y alteración por desecación o contaminación de sus hábitats (humedales) de cría e invernada. El Andarríos bastardo se incluye en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.




Mar tarde, retome mi paseo "pajaril" por los prados próximos a la charca y allí en otra zona de rastrojos y sobre un acumulo de cucho (estiércol para abonar) pude observar muy a lo lejos un pequeño resalte en su cima que me pareció un ave. A través del objetivo de mi cámara (600 mm) tan sólo se apreciaba una pequeña imagen un tanto dudosa (ver primera imagen sin recorte). Tras aproximarme sigilosamente a ella y realizarle unas cuantas fotos más, las amplié y pude darme cuenta de que se trataba de un Esmerejón (Falco columbarus).





Me pareció un tanto extraño dado lo avanzado de la temporada, ya que en nuestro país es exclusivamente invernante y normalmente permanecen entre nosotros desde el mes de octubre hasta el de marzo. Se trataba de un ejemplar juvenil (macho) que en ocasionas retrasan su migración. Si tenéis interés en ampliar información al respecto de esta bella especie del halcón más pequeño de Europa, os recomiendo que visitéis la entrada que de él publiqué hace unos meses en este enlace.





Muy cerca de donde había localizado al Esmerejón, pude identificar posada sobre un cable eléctrico a un ave a la que no acostumbramos a ver mucho por Asturias y, lamentablemente, tampoco en el resto de España. Se trataba de un ejemplar de Tórtola europea (Streptopelia turtur) que como la mayoría de vosotros sabréis, se trata de una especie que está atravesando una muy delicada situación por culpa de su caza indiscriminada y que la ha llevado a un descenso de la población en Portugal del 75% en los últimos 15 años (Sociedad Portuguesa para el Estudio de las Aves). En España, que cuenta con datos de seguimiento desde el 96, la caída de ejemplares ronda el 25%. Por este motivo, fue declarada por la SEO Bird/Life ave del año 2015.





Se trata de una especie migratoria que realiza un impresionante viaje de más de 4.000 km, desde el África subsahariana, donde pasa el invierno, hasta sus zonas de cría en Europa y al estar considerada como especie cinegética, cuando llega a la península Ibérica se produce una feroz caza de ellas que se ha llegado a estimar en unas 800.000 tórtolas en España por temporada. Afortunadamente, recientemente (2018) la Comisión Europea con el apoyo de España ha aprobado un plan para atajar esa situación imponiendo una moratoria de su caza en el territorio nacional hasta que las poblaciones se recuperen y mejorando su hábitat.





Ya finalizando la jornada mañanera de ese primero de mayo, tuve la oportunidad de fotografiar a un pequeño grupo de Zarapito trinador (Numenius phaeopus) en un prado recientemente segado alimentándose sin parar.






Con estas imágenes finalizo esta interesante jornada del primero de mayo que tendrá su continuación, para terminar esta serie, en la que llevé a cabo los días dos y tres de ese mismo mes de mayo y que tampoco estuvieron nada mal. 

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