martes, 20 de noviembre de 2018

Un interesante norteamericano de visita en Gijón. Porrón acollarado (Aythya collaris). Parru Americanu.

No quería dejar pasar la oportunidad de que figurará en mi blog la reciente visita que, a principios de este mes de noviembre, nos hizo un juvenil de Porrón acollarado (Aythya collaris) y que, como casi siempre, nos pudimos enterar de su presencia en el parque de Isabel la Católica de Gijón por Laure y Yoli. 




Se trata de una especie originaria de Norteamérica que hasta principios de la década de los 90 se consideraba un divagante muy raro en España, pero desde entonces extraño es el año que no se reporte su presencia en algún lugar de nuestro país, sobre todo durante el periodo invernal (de noviembre a marzo) y mayoritariamente en el cuadrante noroccidental de la Península y el archipiélago canario. 




Recaló allí muy probablemente empujado por uno de los recientes temporales que llegaron a Asturias a principios de mes y su origen más posible fue las islas Británicas, donde un pequeño número de individuos se comporta, desde finales de los setenta, como un invernante regular. En lo que coincide la casuística de las observaciones de nuestro país, es en que tienden a aparecer en los mismos lugares durante varios años. Esperemos que así sea y podamos volver a disfrutar de su presencia en tierras asturianas. No nos olvidemos de que en la península Ibérica fue visto por vez primera en 1978 en Asturias. 




Desde su llegada a Gijón, han sido muchos aficionados al pajareo y a la fotografía de la naturaleza, los que han inmortalizado con sus cámaras fotográficas a este distinguido visitante, que no hace muchos años (hasta el 1 de enero de 2016) estaba considerado por la SEO como una rareza divagante en nuestro país. Tampoco he querido yo perder la oportunidad de observar de cerca a este ilustre visitante fugaz y realizarle un buen puñado de fotografías que inmortalicen esa interesante visita. 




Fotografías realizadas un sábado por la mañana de un día de más nubes que sol, lo cual dificultaba la realización de fotografías de calidad, ya que te obligaba a utilizar unas ISOs elevadas y a trabajar a unas distancias focales grandes, dada la gran timidez y cautela que en todo momento puso de manifiesto este joven ejemplar, no acercándose a la zona peatonal en ningún momento. 




Desde mi punto de vista, el hecho de que la luz variase continuamente con las apariciones fugaces del sol, hacía que éste se reflejara sobre el agua, dándole a las imágenes unas tonalidades muy variadas que a su vez se reflejaban sobre el plumaje del Porrón acollarado, ocasionando contrastes muy variados. 




Otra característica que presentaba este ejemplar y que acostumbra a ser habitual en otras observaciones, era que no se despegaba ni un momento de la compañía cercana de porrones europeos, ya fueran machos o hembras. 




Esta cercana compañía permitía al observador poder hacer comparaciones entre esas dos especies en cuanto tamaño y morfología en general, en particular con las hembras de Porrón europeo con las que guarda un cierto parecido en la distancia, siendo un distintivo anillo blanco en torno al ojo, que se prolonga por una delgada línea hacia atrás, una de sus más significativas diferencias. 




Estamos hablando de un cierto parecido entre este ejemplar juvenil y la hembra de Porrón europeo, pero cuando hablamos de ejemplares adultos y con su plumaje nupcial, con el que guarda un gran parecido es con el Porrón moñudo, en particular en el caso de los machos. Evidentemente, para poder compararlos adecuadamente en este blog, habrá que esperar a una posible nueva visita de algún macho o hembra adulta. Mientras tanto y a fin de conocer mejor a esta interesante especie, sigo profundizando en sus características más sobresalientes, pero con las fotografías de éste juvenil.




Esta diferenciación llega a plantear serias dificultades, pues al igual que ocurría con nuestro ejemplar juvenil y las hembras de Porrón europeo, en el caso de los machos adultos, frecuentemente se les ve acompañados de porrones moñudos con los que guarda un gran parecido. Tampoco es infrecuente la compañía de ejemplares híbridos de ambas especies, lo cual dificulta aún más su correcta diferenciación. 




Las diferencias fundamentales entre el macho adulto de Porrón acollarado (Aythya collaris) y el macho de Porrón moñudo consisten en que, cuando los comparamos en una vista de perfil, su cabeza tiene forma triangular con la parte posterior del píleo en punta y la frente alta y empinada. Además de que, por supuesto, porque no tienen moño. 




Otras características diferenciales entre uno y otro son; el diseño de su pico que presenta un borde blanco completo, incluyendo una ligera línea en la narina. Por otro lado, en los machos adultos de Porrón acollarado, los flancos son de color gris con una pequeña mancha blanca en la zona más cercana al pecho. Por último, saber que cuando vemos en vuelo al Porrón acollarado, se le puede apreciar una franja alar gris en lugar de blanca del Porrón moñudo. 




Si queremos conocer más afondo al Porrón acollarado o Porrón de collar (Aythya collaris), debemos saber que se trata de un pato buceador del género “Aythya” que toma la denominación de la especie “collaris”, del latín “collaris, -e”; relacionado con el cuello. Vienen a medir entre los 37-46 cm de longitud, con una envergadura de que unos 61-75 cm. Su peso puede llegar a 1,2 Kg. En esta especie, como veremos a continuación, existe un gran dimorfismo sexual. 




En el caso de los machos en la época nupcial por la parte superior y el pecho son totalmente de color negro. 




Como hace referencia la denominación de la especie, en el cuello presentan una pequeña franja de color ocre a modo de collar que, curiosamente, apenas es visible, pero el nombre se lo pusieron biólogos del siglo XIX que describieron a la especie utilizando especímenes muertos.




Los flancos son de color gris excepto una cuña blanca vertical en la zona delantera junto al inicio del pecho. 




Las alas son de color negro pero cuando lo vemos en vuelo presentan una franja de color gris. 




Por la parte inferior, tienen el vientre de color blanco. 




La cabeza es grande, negra y con reflejos iridiscentes de color púrpura. A éste respecto y a modo de curiosidad, decir que el Porrón acollarado recibe diferentes nombres vernáculos como “cabezón” o “pato cabezón”. 




El pico es tricolor, ya que es de color gris pizarra con una ancha punta negra y una franja subterminal blanca. Además, en el caso de los adultos machos, presentan una estrecha franja blanca en la base, junto a la cara y las narinas (entre ambas franjas) las cuales están rodeadas también de blanco. 




Los ojos son pequeños y de color amarillo algo anaranjado. 




La cola es muy corta, de color negro y a menudo la llevan levantada. 




Las patas son de color gris y tienen los dedos palmeados. 




En el caso de las hembras se pone muy de manifiesto el gran dimorfismo sexual ya que presentan el dorso, la zona caudal y las alas de color pardo oscuro que contrasta con el color castaño claro del pecho y los flancos. 




La garganta es blanca y el vientre blanquecino. 




El píleo y la parte superior de la cara son de color pardo oscuro. El resto de la cara y el cuello son de color pardo blanquecino. 




El pico es del mismo color que el del macho, pero carecen de la fina franja blanca de la base del pico y solo tiene la banda vertical de color blanco próxima a su extremo. Bordeando la base del pico tienen una difusa ancha banda vertical blanquecina que se continúa por la parte anterior del cuello. 




Los ojos son pequeños, de color marrón oscuro y tienen un anillo periocular blanquecino al que se une por su parte trasera una línea, también blanquecina, que se dirige hacia atrás a la vez que describe una curva hacia abajo. 




Los jóvenes se parecen a las hembras adultas, pero con el pico completamente oscuro, sin franja subterminal (o muy tenue), ya que se desarrolla a partir del primer invierno. 




En lo referente a la distribución (neártica) del Porrón acollarado, decir que es originario de Norteamérica y en época de reproducción se extiende sobre buena parte de Canadá y zonas del norte de Estados Unidos. Inverna en las costas del Atlántico de Estados Unidos, así como en México y Centroamérica. 




En La Islas Británicas y en algún otro país europeo desde hace años algunos individuos son invernantes habituales. En Europa es la más frecuente de todas las anátidas divagantes americanas. 




En España su presencia es muy ocasional tratándose de una especie que anteriormente se la consideraba divagante rara, pero que cada vez es más habitual. 




Su hábitat preferido durante la época reproductiva se encuentra preferentemente en áreas pantanosas, charcas y lagunas interiores relativamente profundas y con vegetación flotante. Durante el invierno prefieren las aguas dulces optando por los grandes lagos, marismas, albuferas y estuarios de los ríos.





Se alimentan principalmente de plantas acuáticas y de sus brotes y semillas, así como de moluscos, crustáceos, pequeños peces e insectos acuáticos. 




Durante el periodo reproductivo, desde principios de mayo hasta mediados de junio, construyen su nido en el suelo y ubicado entre la vegetación palustre, cerca del agua o en plataformas flotantes formadas por plantas. 




La puesta se compone normalmente de 8-10 huevos y la incubación dura 28 días aproximadamente. Solo la hembra proporciona cuidado parental, incubando huevos y generalmente se queda con la cría hasta que vuela. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido.




En cuanto al estado y conservación de esta especie, decir que se considera como No Amenazado Gobalmente (Preocupación menor).  

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