martes, 2 de enero de 2018

La gran comilona de navidad. Halcón peregrino (Falco peregrinus). Ferre Palomberu.

Desde que hace unos años me inicie en la fotografía de aves, en múltiples ocasiones he tenido la fortuna de encontrarme con el Halcón peregrino, un ave rapaz que a mí personalmente me provoca un respeto y admiración especial, ya que posee unas características anatómicas que le ha hecho ostentar el record de velocidad en el reino animal, así como el poseer una de las más potentes agudezas visuales de todas las aves rapaces. No es de extrañar que tradicionalmente se le haya denominado como "el dios de los cielos", ya que ninguna otra ave le puede disputar el dominio de los cielos.




Pero curiosamente, a pesar de esta gran habilidad y capacidad para el vuelo, en esta entrada no voy presentar ninguna fotografía de esta ave en vuelo, sino que voy a publicar un reciente reportaje fotográfico que tuve la gran fortuna de poder realizar estas navidades a esta emblemática especie.




En las dos anteriores entradas que dedique al Halcón peregrino (enlace 1, enlace 2), ya incluí varias fotografías en las que se podía admirar la belleza de esta ave tanto en vuelo, como en reposo, así como alguna imagen en la que aparecía alimentándose de alguna presa en lo alto de un tendido eléctrico.




Pero lo que hasta ahora no había conseguido, era fotografiarla posada en el suelo, a escasos metros de distancia y despedazando a una de sus habituales presas, una paloma bravía.




La verdad es que uno está más o menos habituado a observar y fotografiar a muchas y muy variadas especies de aves alimentándose de diferentes tipos de alimentos, que van desde los productos vegetales (granívoras, frugívoras), insectívoras, las omnívoras, e incluso las que son un poco más llamativas como las que se alimentan de peces e invertebrados acuáticos.




Tampoco quiero olvidarme, por su espectacularidad, de las aves carroñeras que practican la necrofagia o la alimentación de cadáveres sin haber participado en su caza y que en alguna ocasión he podido fotografiar alimentándose, e incluso he podido captar en alguna que otra ocasión, a alguna de las aves que basan parte de su alimentación en el robo a otras aves mediante cleptoparasitismo (por ej. las gaviotas).




He dejado para el final, a las aves carnívoras, entre las que se incluyen las aves rapaces o aves de presa que se alimentan de la carne de otros animales a los que dan caza. Dentro de estas aves capaces de cazar hay dos grandes grupos, dependiendo del momento del día en que realizan dicha actividad. La mayoría de ellas son diurnas y cazan mientras hay luz, entre ellas encontramos las águilas y los halcones. Las nocturnas están representadas por los búhos y las lechuzas principalmente.




Pues bien de todas las imágenes que hasta ahora he podido fotografiar de aves alimentándose, ninguna me había impresionado tanto como las que en estos días le pude realizar a este bonito ejemplar de Halcón peregrino comiéndose a una paloma a la que acababa de dar caza.




Tal vez este tipo de situaciones se puedan observar con bastante más facilidad visitando los distintos y muy variados hides que se reparten por nuestra geografía y que en mi caso concreto, nunca he visitado, pero encontrarte casualmente con estas escenas en la ciudad de Gijón, no creo que sea tan frecuente.




Concretamente me sucedió cuando realizaba una visita rutinaria por el puerto de El Musel (Gijón), barajando la posibilidad de encontrarme con algún tipo de gaviota que merezca la pena o alguna otra ave marina, anátida o limícola que con cierta frecuencia se dejan ver en este entorno durante esta época del año.




No es nada infrecuente el poder observar a algún Halcón peregrino haciendo algún escarceo por esta zona portuaria, pues en ella abundan las palomas que se alimentan de los granos de maíz y de algún que otro tipo de semillas, que se desprenden de los vagones de ferrocarril y camiones que las transportan en grandes cantidades para su almacenaje en naves industriales y su posterior distribución.




Lo que ya no es tan frecuente, es encontrar este tipo de escenas en el suelo de una explanada y a escasos metros de la presencia humana sin que su principal protagonista, se sintiera en ningún momento intimidado por ello.




El caso es que a mí me permitió ser testigo, durante aproximadamente media hora, de una actividad que aunque es natural y propia de la especie, resulta bastante "durilla" por lo macabro y cruento de las imágenes, ya que uno no está muy habituado a verla tan cercana.




Y eso que, afortunadamente cuando yo me encontré con la escena, la víctima ya estaba desposeída de su cabeza, como acostumbran a realizar los halcones inmediatamente después de dar caza a sus presas, para así, me imagino, asegurarse de que su víctima no se escape. 




Lo que es impresionante es ver la voracidad con que un ave que en nuestro país viene a pesar entre los 540-640 gr (los machos) y entre los 775-970 gr (las hembras), se puede comer a una presa de un peso de unos 350-400 gr en escasos minutos, incluidas las patas enteritas, como podéis comprobar en las imágenes. Es como si un ser humano de unos 80 kg de peso, se metiera una comilona de unos 30 o 40 kg de una tacada.




No es de extrañar ver el tamaño que iba adquiriendo su buche, según avanzaba la comilona.




Los jóvenes halcones, como el protagonista de esta entrada, una vez abandonan el territorio paterno, comienzan un periodo de vagabundeo en el que se incorporan a la población flotante. La distancia media de dispersión se ha estimado en unos 63 km, no habiendo diferencias entre sexos ni edades. Los halcones jóvenes tienden a volver a las zonas natales, instalándose en territorios vecinos según la disponibilidad de plazas vacantes.




Sabido es que las presas más comunes en la dieta del Halcón peregrino varían naturalmente con la avifauna existente en las proximidades de su hábitat. Si éste es un acantilado marino, como en el caso que nos ocupa, suelen ser atacadas las gaviotas, o las limícolas, anátidas o paseriformes que se encuentran en migración. En el caso de que su hábitat se encuentre en un cortado montañoso del interior, los córvidos, en especial las chovas y las cornejas sufren las mayores bajas. 





Pero en cualquiera de los ambientes, si en la zona existen palomas, éstas son sus presas favoritas. Los estudios realizados sobre sus hábitos alimenticios en distintas poblaciones diseminadas por todo el mundo, muestran que los halcones depredan sobre las especies de aves más abundantes y/o disponibles en la zona donde viven: palomas, tórtolas, zorzales, mirlos, alaúdidoss, estorninos, perdices, limícolas, gaviotas…




Sus mejores zonas de caza son aquellas en las que se concentra una gran cantidad de presas, bien porque son lugares de alimentación, de descanso, dormideros o bebederos, aprovechando el espacio aéreo por el que se mueven de un lugar a otro para capturarlas.




En los últimos años se ha dado un notable incremento de los halcones urbanitas, que se apostan en los edificios más altos y desde allí cazan a las abundantes palomas, tórtolas, estorninos o gorriones.




El Halcón peregrino es un ave rapaz estrictamente ornitófaga, siendo capaz de cazar presas tan pequeñas como un gorrión o tan grandes como una garza o un pato. 




Es muy raro, aunque están capacitados para ello, verles cazar presas en el suelo o perseguirlas a través de la vegetación baja del terreno. 




Pueden llegar a matar, cayendo en picado, aves que duplican su peso. La velocidad es el elemento clave de su estrategia de caza y normalmente matan a sus presas por el impacto al caer sobre ellas..




Su manera de cazar es habitualmente en solitario, excepto en la época de la parada nupcial, en la que  el macho y la hembra llevan a cabo un ataque combinado sobre sus presas, desarrollando técnicas de caza muy elaboradas. 




Las velocidades en el vuelo de caza no han sido debidamente medidas. En un “picado” puede alcanzar velocidades de 200 a 300 km por hora, pero por métodos más modernos se ha podido calcular que en determinados momentos llegan a más de 400 km por hora. No nos olvidemos de que el Halcón peregrino ostenta el récord de ser el ave más veloz de la tierra, y el más rápido de todos los animales del planeta. No es de extrañar que desde hace tiempo se le denomine como "el proyectil viviente".




El halcón es capaz de asimilar el cambio de presión atmosférica que significa descender a 300 km por hora ocasionado por las ondas de choque del aire que podría lesionar el tejido pulmonar de este ave, sin embargo posee unos sofisticados tubérculos óseos que evitan que se lesione en el vuelo en picado. Además, cuando descienden a gran velocidad, para evitar que sus ojos se sequen, segregan unas espesas lágrimas que son esparcidas a modo de limpia parabrisas por un tercer párpado, lo que les permite mantener sus corneas húmedas y limpias de impurezas.




Tienen un vuelo muy potente, ágil y muy característico, alternando rápidos aleteos y largos planeos. Cuando caza, bate las alas más deprisa y con mayor fuerza. Suele lanzarse en picado, con alas casi o totalmente plegadas junto al cuerpo, adoptando una postura muy aerodinámica para evitar al máximo el roce con el aire.




Desde que son jóvenes aprenden rápidamente que los ataques en vertical sobre pájaros cercanos no son recompensados con el éxito, al contrario de los efectuados sobre presas distantes. Esto es debido a que la mayoría de los pequeños pájaros tienen un gran campo visual hacia arriba, lo que les permite evitar, con un rápido quiebro, los ataques que vienen de lo alto, pero de distancias cortas. Además al ser demasiado cortos los recorridos, no permiten al halcón obtener una suficiente velocidad para que la caza sea efectiva.




El Halcón peregrino ataca fundamentalmente de dos maneras diferentes. Una desde gran altura cayendo en "picado", de manera oblicua sobre la presa y atrapando a ésta por la parte posterior del cuerpo, clavándole las garras. La otra consiste en ir volando a nivel más bajo que sus presas y ascendiendo en los últimos metros para clavar las garras en la parte inferior del cuerpo de su víctima. 




En el instante mismo de la captura y en especial cuando el "picado" oblicuo es efectuado desde gran altura, el halcón se endereza extendiendo las alas y la cola, sin duda para frenar su caída, y proyecta una o las dos patas hacia adelante.




Antes de empezar a comer una presa la despluma, algunas veces totalmente, otras solamente quitando unos mechones de plumas.




Los halcones son reconocidos por su agudeza visual. La retina de los ojos de un halcón tiene un poder de resolución de objetos distantes dos veces y media, tan aguda como la de la retina humana. Aún es mayor este poder resolutivo en visión lateral, hacia arriba y abajo, puesto que la fóvea tiene una enorme cantidad de conos. De esta forma con ligeros giros de la cabeza puede controlar cualquier movimiento de un pequeño animal por lejos que esté.




El halcón desde hace tiempo viene prestando buenos servicios al ser humano. En la segunda guerra mundial los halcones peregrinos fueron utilizados para interceptar palomas mensajeras. Hoy en día, también se les utiliza como la más eficaz de las medidas de seguridad en los aeropuertos, alejando otras aves del entorno de ellos evitando, de esa manera, posibles accidentes de colisiones con las turbinas de los reactores de los aviones.




Por su vuelo rápido y agresividad desde épocas remotas son los más estimados de todas las especies de halcones para el llamado "deporte" de la cetrería y resultan relativamente fáciles de capturar, amansar y entrenar. 




El Halcón peregrino está en la cima de la pirámide de la cadena trófica. Prácticamente no tiene más enemigo en la naturaleza que el propio hombre o a lo sumo el Búho real, el Águila real y el Águila-azor perdicera, que suelen compartir hábitat con él, en especial en extensas áreas del suroeste peninsular, lo cual podría explicar su menor presencia en estas áreas.




Las principales amenazas para esta especie son la disminución de la productividad de las parejas que se empezaron a manifestar (ya desde los años sesenta en Centro Europa) con el adelgazamiento progresivo de la cáscara de los huevos, cuya rotura se ocasionaba por los mismos pájaros en el nido, la reducción del número de huevos eclosionados, menores puestas y parejas infértiles que se establecían pero no criaban. Tras las pertinentes investigaciones se pudo correlacionar esta baja productividad con la exposición a plaguicidas fundamentalmente de los órgano-clorados.




Otro de los importantes problemas con los que se enfrenta esta especie es el expolio de nidos para fomentar la nefasta moda de la cetrería que se ha extendido por Europa e incluso en la zona levantina por los criadores de palomas. 




El Halcón peregrino ha sido recientemente descatalogado de la lista de aves amenazadas de España, aunque sigue dentro del grupo de las especies protegidas por la Ley. El motivo fue el incremento poblacional que se ha dado en las dos últimas décadas, recuperándose las poblaciones del fuerte declive sufrido tras la era del DDT.




En el Principado de Asturias se incluye al Halcón peregrino (Falco peregrinus) en la categoría de especie de "Interés Especial" dentro del Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Fauna Vertebrada junto con el Águila real (Aquila chrysaetos) y el Alimoche común (Neophron percnopterus) y ello implica que durante su periodo de reproducción y crianza (15 de febrero a 30 de junio) se prohíbe la escalada en ciertos sectores y fechas.

4 comentarios:

  1. Que suerte poder ver la alimentación de tan magnifica ave y encima llevar la cámara. Yo le he visto cazar y alimentarse, pero no lo he podido compartir tan bien como tu. Enhorabuena y Feliz Año

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  2. Muchas gracias Guillermo. Verle tan cerca y poderle fotografiar aplacer te da un subidón. Seguro que algún día lo conseguirás tú. Te agradezco el comentario y te deseo también un feliz 2018.

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  3. Espectacular documento con fotos preciosas. Enhorabuena eres un genio

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  4. Bueno anda, muchas gracias. Ya me dirás que te debo.

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