Aprovechando el parón veraniego y a la espera del paso postnupcial, quiero aprovechar la ocasión para dedicarle una entrada a ese pajarillo que todas las primaveras/veranos nos alegra nuestras visitas al campo con sus incesables cantos, en diversas lenguas (“políglota”) y siempre, como cada año, fiel a los mismos lugares de cría.
Efectivamente, este bonito pajarillo se hace notar con sus frenéticos cantos y reclamos en lo alto de sus perchas y ese colorido tan particular que contrasta bastante con los verdes y ocres de las plantas por las que se mueve sin cesar.
Pertenecientes al orden de las “Passeriformes” y a la familia “Sylviidae” al igual que las currucas, carriceros y los mosquiteros, tienen un comportamiento vivaracho y ágil siendo habitual verlos moverse o saltando de percha en percha sacudiendo de forma nerviosa las alas y la cola.
Pasan mucho tiempo ocultos en la vegetación dejándose ver sólo de forma ocasional, aunque, eso sí, sus reclamos son muy llamativos y característicos.
Dentro de los “sílvidos”, los Zarceros políglotas son los representantes más abundantes y extendidos y tanto ellos como los Zarceros icterinos, pertenecen al género “Hippolais”. La etimología del género “Hippolais” proviene de una mala transcripción del griego “upolais”. Al parecer, esta palabra la utilizaba Aristóteles para referirse a cualquier pájaro que incuba los huevos del cuco en su nido. La segunda parte, es decir, el término “polyglotta” como todos sabéis proviene del griego “Polus” que significa numeroso y del griego “glotta” que significa lengua. Esto se debe a que este pájaro imita muy bien el canto de numerosas aves como el del Carricero políglota, Zarcero icterino o incluso al de ciertas currucas.
Se trata de unas aves bastante pequeñas, ya que miden unos 12-14 cm y tienen unos 22-24 cm de envergadura, pudiendo llegar a pesar los 13 gramos.
Sus características morfológicas no son muy distintivas, por lo que no es infrecuente el poderlos confundir con otras especies parecidas a ellos en cuanto a tamaño y aspecto, como es el caso de los zarceros icterinos, carriceros, mosquiteros o la curruca mosquitera.
El Zarcero políglota o común, tiene la parte superior de color verde pardusco uniforme con leves matices grises. Sus alas son cortas, redondeadas y del mismo color que el dorso.
Por la parte inferior es de un suave color amarillo-verdoso con tintes pardos, que en los individuos jóvenes es más pálida y más intensa en los adultos.
En la cara tienen una ceja no muy definida, de color amarillento que se inicia en la base de la mandíbula superior, pasa por encima del ojo y se prolonga por detrás de él.
La cabeza es muy redondeada y con gran frecuencia, sobre todo si está alarmado o cuando canta, eleva las plumas de la parte delantera del píleo aparentando tener cresta.
Los ojos son de color pardo oscuro y están rodeados de un fino anillo periocular de color blanquecino.
El pico es de tamaño medio, fino y ancho en la base, al menos si lo comparamos con el de otros “sílvidos”. Su color es pardo-anaranjado-amarillento con la parte de arriba de la mandíbula superior negruzca. Cuando cantan se puede apreciar claramente que el interior de la boca es de coloración anaranjado brillante.
Las plumas primarias y secundarias de las alas tienen un color pardo-ocráceo ligeramente más oscuro que las del dorso.
Una característica diferenciadora con el Zarcero icterino, es que el Zarcero políglota tiene las plumas primarias el doble de largas que las terciarias, mientras que en el Zarcero icterino tienen la misma longitud.
La cola tiene forma cuadrangular en el extremo y es de color parduzco con leves ribetes blancuzcos.
Como ya comenté antes, no existen diferenciaciones entre el macho y la hembra, sin embargo los jóvenes, aunque son muy parecidos a los adultos, por la parte inferior, su color es más bien cremoso en vez de amarillo.
Durante la época prenupcial (abril y mayo, hasta junio), cantan con fuerza y muy continuadamente. Lo hacen casi siempre desde posadero alto, prefiriendo las ramas de un arbusto o las de un árbol, colocándose en ellas en una posición oblicua característica.
Resultan incansables cantando y pueden hacerlo durante horas con cortas interrupciones, supuestamente para alimentarse y acercarse al nido, pero pronto vuelven a sus habituales posaderos a los que son tan fieles como al mismo nido.
El canto es un gorjeo agradable, rápido y fluido, mezclado con trinos, silbidos y notas que recuerdan las emitidas por otros pájaros (gorrión, mirlo o curruca).
No se han detectado problemas de conservación importantes en el ámbito nacional. Locamente las posibles amenazas son los cambios, degradación o destrucción del medio que disminuyen la disponibilidad de hábitat donde reproducirse, además de la caza ilegal y el excesivo empleo de biocidas en las labores agrícolas y forestales.
Sus llamadas de alarma son muy sonoras y descubren pronto su presencia. Consiste en un matraqueante e insistente sonido que recuerda algo la voz de un Gorrión común y que es algo parecido a un ¡¡kerrrrr...!! prolongado que interrumpen sólo por fracciones de segundo.
Su área de distribución mundial es muy reducida y se limita al suroeste de Europa (Península Ibérica, Italia y parte de Francia) y al noroeste de África.
En la Península Ibérica es una especie bastante habitual durante el período estival y los pasos migratorios, si bien falta o escasea en los sistemas montañosos más elevados (Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico, Sierra Nevada) o en las zonas más deforestadas. Está ausente en Baleares y Canarias.
Es una especie migradora de largo recorrido, que inverna en áreas de África occidental situadas al sur del Sáhara. La migración prenupcial la realiza entre los meses de marzo y junio (con máximos en mayo) y la postnupcial se extiende desde finales de junio hasta octubre (con el mayor número de aves en agosto).
Su alimentación en primavera es totalmente insectívora a base de dípteros, coleópteros, lepidópteros, hemípteros y también muchas larvas que capturan entre las hojas y las ramas de los árboles y arbustos. A finales del verano, antes de emprender la migración, comen bayas, frutos silvestres de arbustos y se les observa picoteando cerezas e higos.
Cría en el suroeste de Europa y noroeste de África. El periodo de cría se extiende desde mayo hasta julio y normalmente hacen una sola puesta.
La construcción del nido corre a cargo exclusivo de la hembra y consiste en un pequeño cuenco de hojas, ramitas, plumón vegetal y telarañas, que después tapiza con raicillas, plumón, pelos y plumas y que sitúa en la horquilla de algún arbusto. La puesta consta de tres a cinco huevos de color blanco rosado y variablemente moteados de color negro. La incubación es responsabilidad de la hembra y dura 12-14 días. Los pollos, que son atendidos por ambos progenitores, son capaces de volar a los 11-13 días de edad pero siguen siendo atendidas por los padres durante alrededor de unos 14 días más.
Como curiosidad reseñar que el Zarcero políglota guarda una gran fidelidad a la zona donde crio el año anterior e incluso al mismo matorral. El anillamiento demuestra también que los jóvenes colonizan un lugar muy próximo a su comarca natal e incluso pueden volver al matorral donde han nacido y emparejarse con uno de sus progenitores que ha sobrevivido.
No se han detectado problemas de conservación importantes en el ámbito nacional. Locamente las posibles amenazas son los cambios, degradación o destrucción del medio que disminuyen la disponibilidad de hábitat donde reproducirse, además de la caza ilegal y el excesivo empleo de biocidas en las labores agrícolas y forestales.
El Zarcero políglota aparece incluido en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Maravilloso!!! Creo que ya te lo he dicho más de una vez, "como te lo curras José Ignacio", una pasada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias amigo.
ResponderEliminarDesde la Estación Ornitologica "Refugio de la Serpiente" le agradecemos su trabajo. Excelente.
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