Es decir, que en su denominación se ha querido remarcar el hecho de que los machos de esta especie se
enzarzan en unos violentos, repetitivos y llamativos "combates" o
danzas, en los que exhiben un vistoso atuendo nupcial adornándose con
llamativas golas y penachos de plumas eréctiles en la cabeza, con la gorguera
ahuecada y realizando danzas y movimientos característicos de las alas, así
como adoptando posturas estereotipadas.
Y es que, efectivamente, a los machos
durante la época reproductiva les crecen unas gorgueras grandes de plumas de
color castaño y negro con los bordes blancos y también unos moños auriculares.
Los colores y diseños son muy variables de un individuo a otro, pero en todos
los casos son realmente espectaculares. Cuando los recogen tan solo se aprecia
un engrosamiento en la zona del cuello.
Pero desde mi punto de vista, lo más curioso de esta interesante especie es la diversidad del comportamiento sexual que se han podido observar en los machos y que desde hace unos pocos años se han podido justificar por los estudios de secuenciación genética subyacente que han puesto de manifiesto la existencia de tres clases de machos que poseen comportamientos sexuales muy diferentes y que está determinado por un “supergen” que se hereda y que condiciona rasgos de comportamiento distintos.
Concretamente, ese "supergen" condicionaría la existencia de tres tipos de ejemplares macho: el “territorial” o “independiente”, el “satélite” y el denominado “faeder”, una palabra inglesa que se utilizaba antaño para designar al padre (father).
La mayoría de los machos
pertenecen al grupo de los territoriales, que como su denominación indica, marcan
un espacio físico que defienden con extrema agresividad realizando un
complicado cortejo nupcial formado por revoloteos y saltos erizando la llamativas
plumas de su gorguera y, como su nombre indica, combatiendo con otros rivales
en la lucha por el apareamiento con el mayor número de hembras posibles. Al
finalizar la lucha se aplastan con los picos en el suelo, gorgueras levantadas
y penachos auriculares enhiestos, esperando la aproximación de las hembras.
Estas caminan entre los agazapados machos y eligen uno para el apareamiento
atusando su gorguera. Para este tipo de machos, dentro de su recinto, las
hembras les pertenecen y pelean con cualquier competidor que pretenda
compartirlas con ellos.
Por su parte los satélites optan por otras estrategias menos arriesgadas y se introducen en los espacios controlados por los territoriales aprovechando las peleas del titular con otros satélites o con otros territoriales para conseguir copular con las hembras del territorial. Los satélites también se benefician de otras hembras que ocasionalmente entran en las zonas de los territoriales. La presencia de estos copuladores furtivos causa serios disgustos al dueño del recinto, pero también sirve para que a su territorio acudan más hembras, muchas atraídas por la presencia de los satélites.
La gorguera y los penachos cefálicos del macho satélite no son oscuras como en el macho territorial, sino que tienen un plumaje muy llamativo de color totalmente blanco. Juntos dan una muestra de cortejo mucho más atractiva para las hembras que si el macho territorial se encontrara solo o con otro macho como él, de ahí que el territorial tolere al satélite.
Por último, está el macho tipo “faeder” que es de un tamaño más pequeño y que, con su aspecto físico muy similar al de hembra, pretende hacerse pasar por una de ellas. Éste tipo de macho, en los momentos de descuido, cuando las hembras se agachan, aprovecha para sorprenderlas y copular con ellas. Hay veces que el territorial los confunde con una de sus hembras y copula con ellos, aunque hay expertos que opinan que no es la confusión sino el apetito lo que provoca la unión. En realidad, entre los machos la práctica homosexual es bastante frecuente y, según refieren los expertos, las hembras sienten una especial predilección por los “faeder”.
En esa época reproductiva, los machos por la parte superior tienen
las plumas de color castaño y negro con los bordes blancos. Por la parte
inferior son de color blanco. Cuando extienden las alas se aprecia una línea
alar blanca.
La piel de la cara la tienen desnuda, se torna de un color naranja y presentan unas características rugosidades faciales. Los ojos son de color negro y están bordeados en su parte superior e inferior por un hemianillo de color blanco.
El pico es de tamaño medio,
no muy grueso y algo caído en la punta; durante la época nupcial puede ser de
color rojizo con la punta negruzca o también anaranjado e incluso negro.
La cola es corta y estrecha. Las patas son largas y varían en color de acuerdo a la estación y a la edad (verdoso, marrón amarillento o color carne).
Fuera de la época
reproductiva (otoño/invierno) ambos sexos son muy similares aunque los machos son más grandes
que las hembras. En general podemos decir que se trata de un ave limícola de bastante buen tamaño que con
frecuencia se llega a confundir con otras
especies de aves limícolas cercanas. Presentan una longitud de entre 31-34
cm (macho), 25-26 cm (hembra), una envergadura alar 52-60 cm (macho), 46-50 cm
(hembra) y un peso de entre 168-242 g (macho) y 85-126 g (hembra).
Por la parte superior son de color pardo grisáceo y las plumas son puntiagudas con los bordes blanquecinos.
A ambos lados del obispillo tienen una mancha ovalada de color blanco.
Tienen la cabeza pequeña, el cuello largo y el cuerpo algo barrigudo.
La cara y el pecho son de color canela.
En el plumaje de otoño/invierno, las hembras, las aves jóvenes y los machos tienen el pico de color marrón oscuro, y su base es de color amarillo o rosáceo. El pico es más bien corto y ligeramente curvado hacia abajo.
El iris de los ojos es de color marrón oscuro.
Por la parte inferior son blanquecinos con manchas grises en el pecho y los flancos.
Las hembras por la parte superior son de color pardo negruzco, las plumas son puntiagudas con el centro pardo negruzco y los bordes de color pardo claro. También ellas tienen una mancha ovalada de color blanco a ambos lados del obispillo.
El pecho y los flancos son blanquecinos y tienen manchas grises.
Por la parte inferior son de color blanquecino.
Los jóvenes tienen las plumas de la espalda y de las alas apuntadas y con los bordes de color beige claro (ante) y blanco.
La cabeza, la cara, el cuello y el pecho son de tonos ante, y las partes inferiores, blancas.
El Combatiente es un ave migradora que pasa el invierno en África, aunque algunos ejemplares se asientan durante la estación desfavorable en áreas apropiadas del sur de la Península Ibérica (Doñana y marismas del Guadalquivir). Allí ocupan zonas interiores, marismas, lagunas y riberas de los grandes ríos africanos y también de los lagos (zonas palustres). Es menos costero que otros limícolas.
En España pueden verse
especialmente durante los pasos de otoño y primavera y tanto en la costa como
en el interior. Se observan pocos ejemplares en la cornisa cantábrica y en
Galicia. En Asturias el paso otoñal es muy escaso y siempre juveniles.
La especie se reproduce
desde el este de Inglaterra, Países Bajos, hasta el norte de Escandinavia
(Europa occidental) y a través de todo Eurasia. Algunos combatientes se
reproducen también en pequeña cantidad en Bélgica y puntos del noroeste
francés.
Se alimenta tanto de noche como de día. Sonda en el barro bajo el agua o en el suelo para tomar el alimento, pero, también, de la superficie del suelo o de plantas. La dieta la constituyen insectos, gusanos, pequeños moluscos y crustáceos, ranas y peces pequeños; y, también, semillas y plantas acuáticas.
El periodo de reproducción suele iniciarse a finales de abril y termina a finales de agosto. La hembra construye el nido excavando en el suelo y lo oculta entre la vegetación. Consiste en una pequeña depresión forrada con hierba, hojas y tallos. La puesta suele ser de 4 huevos que son empollados por la hembra. La incubación dura unos 25 días aproximadamente y las crías son nidífugas, a los pocos días de nacer abandonan el nido.
Las hembras practican la poliandria ("muchos varones"). Los machos (polígamos) no forman familia y por tanto no participan en el cuidado del nido ni en el de los huevos y los pollos, toda esa tarea recae sobre la hembra.
La principal amenaza a la que se ve sometido el Combatiente es la caza ilegal en los periodos de migración y durante la invernada. También le afecta la destrucción del hábitat provocada por desecaciones de zonas húmedas y un desarrollo industrial incontrolado. Aparece en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Con su gala nupcial son espectaculares. Por aquí tenemos la suerte de verlos así algunos años y son una preciosidad. Un saludo y enhorabuena por la entrada.
ResponderEliminarMuchas gracias Jose. A ver si tengo suerte y algún día los puedo ver con su plumaje nupcial. Saludos.
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