lunes, 14 de febrero de 2022

Aves en el Invierno de la ría de Villaviciosa (Asturias). Parte 4 y final. Archibebe claro (Tringa nebularia). Archibebe común (Tringa totanus). Garceta común (Egretta garzetta). Cerceta común (Anas crecca).

Con ésta nueva entrada doy por finalizada la extensa representación de los reportajes fotográficos de aves que a lo largo de lo que va de invierno he podido realizar en ese maravilloso entorno de la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa. En ella voy a compartir fotografías de cuatro de las especies habituales que allí podemos encontrar y que, desde mi particular punto de vista, atesoran una belleza muy particular a pesar de que estemos acostumbrados a verlas y no constituyan parte de ese selecto grupo de aves raritas o poco habituales.




Quiero empezar por un ave limícola que a mí me parece que posee una elegancia y delicadeza muy marcada tal vez debido a su estilizada figura y a su característica coloración bastante clara, dominada por los tonos blanquecinos y grisáceos que en muchas ocasiones le permiten pasar bastante desapercibido confundiéndose con el entorno. Me estoy refiriendo al Archibebe claro (Tringa nebularia).




Una discreción que se ve claramente perturbada cuando emite sus reclamos ruidosos, sonoros, monocordes que hace desviar la atención de cualquier observador próximo. Esos reclamos característicos también los emite cuando vuela.




Se trata del mayor de los archibebes que habitualmente aparecen en nuestro territorio y para conseguir esa gran belleza y elegancia que posee ésta ave limícola, contribuyen notablemente el hecho de poseer unas largas patas y un pico también muy largo y ligeramente curvado hacia arriba.




Al igual que ocurre con otras de las especies que en ésta serie de entradas he presentado, se trata también de un invernante regular escaso, siendo la ría de Villaviciosa una de las localidades costeras en donde se pueden observar las mejores poblaciones de esta especie junto a las marismas del Guadalquivir, las rías gallegas o el delta del Ebro. Durante la migración se le puede observar también en humedales del interior.




En nuestro país el Archibebe claro no se reproduce (norte de Europa y Siberia) y es un invernante habitual aunque en un número muy reducido, no obstante este número aumenta en marzo-mayo y julio-octubre coincidiendo con los pasos migratorios; por otra parte también se suman algunos emigrantes europeos que se quedan para pasar el verano en ella.




Sus hábitats se encuentran en los humedales, lagunas, deltas de los ríos, arrozales, salinas, costas marinas y marismas.




Un verdadero placer poder observar a esta delicada y elegante especie alimentándose en las aguas someras de la ría de los pequeños peces, gusanos, moluscos, insectos acuáticos y sus larvas, que constituyen parte de su dieta habitual.




Al igual que el resto de los archibebes pertenece al orden de las “Charadriiformes”, a la familia “Scolopacidae” y al género “Tringa”. Tienen una longitud de unos 33 cm, con una envergadura que puede alcanzar los 70 cm. El peso máximo es de 280 gr. No hay dimorfismo sexual en esta especie.




En invierno por la parte superior son de color pardo con las plumas ribeteadas de color blanquecino y con una mancha grande blanca en forma de cuña en la parte inferior de la espalda que se extiende hasta la cola.




En las zonas laterales del cuello y del pecho así como en los flancos tienen manchas y barras de color pardo oscuro.




En la cara tienen un rayado pardo oscuro y una brida ancha y corta de color pardo negruzco que se inicia en la base del pico pero que no llega hasta la parte anterior del ojo, por encima de ella hay una línea blanca que continúa por encima del ojo, a modo de ceja, pero sin rebasarlo.




Los ojos son grandes y de color marrón oscuro con un marcado anillo periocular de color blanco.




El pico es largo, delgado y recto pero con la punta ligeramente curvada hacia arriba; es de color gris azulado en la base y negro en el resto.




El cuello es largo y es de color blanco con un rayado pardo oscuro en sus zonas laterales.




Por la parte inferior son de color blanco.




La cola es corta y estrecha.




Las patas son largas y de color grisáceo verdoso




Aunque solo sea de pasada. no podía dejar de mencionar en éstas extensas tandas de entradas de mis recientes observaciones en la ría de Villaviciosa a un familiar del anterior protagonista, el Archibebe común (Tringa totanus). Un ave limícola que no por el hecho de ser el más abundante de los cuatro archibebes que habitualmente podemos ver en nuestros litorales (A. común, A. oscuro, A. claro y A. fino), deja de ser, desde mi punto de vista, un ave zancuda con una belleza y elegancia muy particular.




Aparte de ser el archibebe más común o abundante en España, el Archibebe común tiene el privilegio de ser el único que se reproduce en ella, aunque eso sí, en escaso número. Existen núcleos de reproducción en Andalucía occidental, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, el sureste ibérico, las islas Baleares y, ocasionalmente, Aragón, Galicia y Extremadura.




Tampoco puedo dejar de mencionar, aunque sólo sea de pasada, a la Garceta común (Egretta garzetta) que en ésta época invernal es muy abundante. Se trata de una garza de mediano tamaño que presenta un aspecto esbelto y elegante con una longitud de entre 55-65 cm y una envergadura de entre los 88-106 cm, siendo su tamaño algo mayor que el de la Garcilla bueyera. El peso puede llegar hasta los 550 gr. No hay dimorfismo sexual en esta especie, siendo los machos ligeramente mayores que las hembras. Pertenecen al orden de las “Pelencaniformes”, familia “Ardeidae” y género “Egretta”.




Presentan un plumaje enteramente blanco. En la cara tienen una franja de piel desnuda de color gris azulado o verdoso que une la base del pico (largo y de color negro) con el ojo y que se vuelve de color verdoso amarillento en época reproductora.




Las patas son largas y de color negro, excepto los pies y los dedos que son de un característico color amarillo brillante, dando un fuerte contraste que permite una rápida identificación de la especie en vuelo. Al igual que otras garzas cuando vuelan lo hacen con el cuello recogido en forma de “S” y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la corta cola.




Finalizo con algunas fotografías de la Cerceta común (Anas crecca), una especie de anátida de superficie a la que en nuestro entorno asturiano estamos bastante habituados a observar en ésta época del año, pero que, al menos en mi caso concreto, no por ello dejo de tener una gran afinidad dada la estética tan particular que tiene, en especial la de los machos de la especie.




La Cerceta común (Anas crecca), es una especie de anátida que tiene la buena costumbre de visitarnos todos los años en la temporada de otoño/invierno en diversas localizaciones de Asturias. Comienzan a llegar a partir del mes de septiembre y acostumbran a abandonar nuestra compañía ya bien avanzada la primavera para reproducirse en sus lugares de cría.




Afortunadamente en el Principado de Asturias la presencia de la Cerceta común es bastante amplia tanto en los lugares donde las podemos encontrar y que luego veremos, como en su número, pues parece que su presencia va cada año en aumento en contraposición con sus “primos” los patos denominados buceadores de los que cada año, lamentablemente, se contabilizan menos en Asturias.




Plácidamente, descansando y aprovechando los momentos de sol tan reconfortantes por estas latitudes, pude fotografiar a varios ejemplares que en la mayoría de los casos lo hacían formando parejas.




Francamente difícil me resultó el no fotografiar con más detalle el bello colorido que, en especial los ejemplares machos, lucen en ésta época del año y en particular su cabeza de color castaño rojizo y con los laterales en los que llama poderosamente la atención una llamativa franja ancha a modo de antifaz de color verde botella oscuro, pero brillante.




También es justo reconocer que la belleza de las hembras no es para menos, aunque no alcancen la espectacularidad del colorido de la cabeza de los machos.




Hay que recordar que la Cerceta común es el pato de superficie que está considerado como el más pequeño de Europa y por tanto de todos los que nos visitan en nuestro país.




Su dieta se compone principalmente de hierbas, plantas y semillas pero también comen insectos y sus larvas, moluscos, pequeños crustáceos, gusanos, pequeños peces y pequeños anfibios.




La Cerceta común tiene una distribución mundial bastante amplia (paleártica) alcanzando a Eurasia y África. En Eurasia alcanza desde Islandia hasta el este de Siberia (península de Kamchatka), y desde la franja costera subártica, hasta la costa oeste del mar Negro. En Europa está presente en casi todos los países, aunque es en el norte (Finlandia) donde podemos encontrar las poblaciones más numerosas.


En España, sin embargo, se reproduce de forma muy escasa y localizada, siendo los únicos enclaves utilizados regularmente, las riberas del río Louro (Pontevedra), el lago de La Ercina (Asturias), y las lagunas glaciares de las sierras Cebollera (La Rioja) y de Urbión (Soria). En Asturias, años atrás se han registrado reproducciones esporádicas en algunas localidades como el Embalse de San Andrés (Gijón), el Embalse de La Furta (Corvera) y en la Ría de Villaviciosa.




Durante el invierno su número aumenta de modo considerable resultando bastante habitual por toda la Península y ambos archipiélagos, aunque con mayor abundancia en las marismas del Guadalquivir, el delta del Ebro y la laguna de Gallocanta. Los ejemplares que invernan en la Península Ibérica proceden sobre todo del norte de Europa, Rusia e incluso de Siberia y Europa central, en inviernos muy fríos.




En cuanto a sus principales amenazas a las que está sometida esta especie, decir que se trata de una especie muy sensible a las molestias humanas, sobre todo las derivadas de actividades de ocio al aire libre, a lo que se une el sobrepastoreo de ganado vacuno, con el riesgo que implica para los nidos. También son muy sensibles a alteración de sus hábitats y sin olvidarnos que es una especie muy castigada por los cazadores. La Cerceta común se encuentra incluida en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Vulnerable”.

1 comentario:

  1. No me deja de sorprender la calidad de las imágenes que pones en las entradas. Enhorabuena y un saludo.

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