martes, 8 de febrero de 2022

Aves en el Invierno de la ría de Villaviciosa (Asturias). Parte 3. Cormorán grande (Phalacrocorax carbo). Rascón europeo (Rallus aquaticus). Agachadiza común (Gallinago gallinago). Petirrojo europeo (Erithacus rubecula).

Comienzo ésta nueva entrada dedicada a compartir fotografías de algunas de las aves habituales que he podido tomar en el entorno de la ría de Villaviciosa (Asturias) y más concretamente en la senda peatonal que discurre entre El Salín y El Cierrón. Sin lugar a dudas uno de los protagonistas que a cualquier aficionado a la fotografía de aves atraía su atención, era la presencia del Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) que realizaba continuamente escarceos en las charcas más próxima a la senda en busca de alguna presa con la que alimentarse. Siempre me ha producido una gran atracción poder observar los bellos ojos color esmeralda de ésta ave y aprovechando su cercanía intenté captarlos con un cierto detalle.




También resultaba muy difícil abstraerse a no captar con la cámara fotográfica sus "exhibicionismos" extendiendo sus alas al viento y al sol para poderlas secar.




En ésta ocasión fue una pareja la que nos permitió capturar ese momento en el  que se puede apreciar la belleza de sus brillantes plumajes. 




Pero en ésta nueva entrada el principal protagonista he decidido que sea otro habitual de esas charcas y de los regatos que las unen, me refiero al Rascón europeo (Rallus aquaticus). Se trata de un ave que con frecuencia ha sido etiquetada como enigmática y esquiva.




Tras localizarle en un pequeño regato muy próximo a la senda peatonal y permanecer agazapado y lo más inmóvil posible, poco a poco fue sintiéndose más confiado y decidió exponerse al exterior de la vegetación palustre en la que acostumbra a refugiarse y cuyos interiores controla a la perfección.




Cuando, como en ésta ocasión, puedes observarle de cerca y verle evolucionar, mi principal apreciación es la de que, efectivamente, se trata de un ave misteriosa y tímida, ya que casi siempre está oculto entre la vegetación palustre, lo que hace que sea muy difícil de observar y lógicamente, de fotografiar.




Como novedad con respecto a las anteriores ocasiones en que le he podido fotografiar, en ésta nueva observación he tenido la oportunidad de captarle emitiendo al descubierto su potente canto, por llamarlo de alguna manera, porque más bien parece un grito o graznido.




Siempre se había comentado de ésta especie que es un ave a la que es más fácil oír que ver, pero esta nueva ocasión viene a cambiar esa apreciación.




Es más fácil escucharle al atardecer o ya de noche cerrada, pero en ésta nueva ocasión lo hizo a media mañana. En otras ocasiones, al escuchar su típico chillido reiterante escondido entre la vegetación palustre no sabes si se trata de un solo rascón o de varios.




Tan sólo se expone de forma ocasional fuera de la cobertura vegetal para comer o desplazarse por aguas abiertas y superficiales en busca de alimento. Con todo y con eso, resulta algo más fácil de observar que sus cercanas parientes las polluelas a las que gana en tamaño.




El Rascón europeo cuando tiene que atravesar una zona de aguas superficiales y despejadas, nada fácilmente y con cierta rapidez, moviéndose a un lado y a otro como si fuera una embarcación sin timón.




Pertenecientes a la familia "Rallidae" y al género "Rallus", curiosamente se les agrupa en el mismo Orden (Gruiformes) que otras aves de mucho mayor tamaño como son las grullas o las avutardas. ésto se debe a que tradicionalmente, las familias de aves terrestres que no parecían pertenecer a cualquier otro orden eran clasificadas como Gruiformes.




Podríamos señalar dos características comunes de todos los miembros de esta familia "Rallidae": una es que muestran un canto fuerte y áspero como el del rascón, el calamón o las polluelas que se escucha claramente a distancia, y la otra, sus hábitos enigmáticos a escondidas moviéndose entre la espesa vegetación de carrizos, juncos y cañas siendo muy reacios a volar. Hay sin embargo excepciones, como el Guión de codornices (Crex crex), que se reproduce en tierras de labranza.




Miden de 22 a 29 cm de longitud. La envergadura puede alcanzar los 45 cm y su peso puede alcanzar los 190 gr. Sus partes dorsales son de color pardo oliváceo con rayas negras en las alas. 




La cara, garganta, pecho y parte del vientre son de color gris pizarra oscuro. 




El píleo es de color pardo con un fino rayado negro. Tiene una pequeña brida oscura que va desde el ojo hasta el pico.




Los ojos son pequeños y son de color rojo intenso con una gran pupila negra. 




El pico largo y ligeramente curvado hacia abajo es de color rojo salvo por la parte superior y el extremo que son negruzcos.




La cola es corta de color pardo por arriba y blanca por debajo (infracobertoras caudales). Los flancos son de color negro con un barrado vertical blanco. 




Las patas son medianamente largas y de color pardo rosáceo o verdoso. Los dedos son también largos.




No existe un claro dimorfismo sexual, aunque las hembras son de tamaño algo menor, con colores más apagados y con el pico más corto.




Aunque si ves al Rascón de perfil, tienen un aspecto “gordinflon”, su cuerpo, como en la mayoría de los rálidos, está comprimido lateralmente, lo que le facilita su movimiento entre los cañaverales o carrizos, donde pueden moverse y correr a una velocidad sorprendente.




Su alimentación es omnívora principalmente a base de materia animal, sobre todo de invertebrados tales como insectos y sus larvas, caracoles, arañas, camarones, cangrejos, pequeños peces y lombrices a los que se añaden ocasionalmente pequeños vertebrados como aves pequeñas, sus crías y huevos, ranas y pequeños mamíferos como ratones. En otoño e invierno complementan su alimentación con semillas, bayas, frutos y brotes de plantas acuáticas.




Su canto principal consiste en una gran variedad de sonidos, gruñidos y chillidos estridentes que acaban convirtiéndose en una especie de "guip-guip-guip" repetitivo que terminan en un chillido similar al del cerdo. Suele oírse de noche. Se utiliza como una llamada territorial de alarma y aviso.




La supervivencia media para los rascones nuevos se estima entre 17 y 20 meses, con una tasa de supervivencia anual ligeramente menor del 50% durante los tres primero años, y ligeramente mayor después. La edad máxima registrada es de 8 años y 10 meses.




En la misma línea que el Rascón europeo, en lo referente a ser un ave muy esquiva y discreta, la siguiente ave de las habituales en éstos meses de invierno en ese entorno y de la que ahora comparto unas cuantas fotografías, es la Agachadiza común (Gallinago gallinago).




Se trata de las pocas especies de este grupo que crían en nuestro país, aunque lo hace de forma muy escasa y en unos pocos enclaves. Mucho más numerosa y repartida aparece durante los pasos migratorios y la invernada, cuando puede encontrarse en una gran variedad de humedales, tanto costeros como del interior. La mayor parte de las agachadizas invernantes proceden de Escandinavia, suelen llegar en noviembre y permanecer hasta febrero o marzo.




Pertenece a una familia, la “Scolopacidae” (archibebes, zarapitos, agujas, agujetas, vuelvepiedras, andarrios, faloporos y correlimos), y concretamente al género de aves limícolas que, en general, se caracteriza por presentar un plumaje críptico y unos picos desproporcionadamente largos y finos, en comparación con su cuerpo.




Es precisamente por ese gran tamaño del pico, por lo que a la Agachadiza común (coloquialmente conocida como "grande") se la considera que ostenta el récord de ser el ave limícola con el pico más largo en proporción con su cuerpo.




Su pequeño tamaño junto con su críptico plumaje y sus hábitos discretos (muy tímida) moviéndose en las zonas de espesa vegetación ribereña, la hacen muy difícil de localizar y fotografiar.




Una característica muy llamativa de esta ave es que tarda mucho en levantar el vuelo y espera a que casi se la pise. Esta conducta de no asustarse ante el ruido que un animal o persona realiza al acercarse, le ha valido la denominación popular de “sorda” o “sordina” que también aplican a la A. Chica. No es de extrañar pues, que el nombre de agachadiza tenga su origen en la costumbre de éstas aves, de permanecer agachadas y quietas ante cualquier peligro potencial.




La Agachadiza común busca la comida en el fango, picoteando y recogiendo alimento que identifican con la vista. Calan el pico en el agua de tal forma que con frecuencia esta le llega hasta los ojos y aun se los cubre. Una característica en su alimentación consiste en tragar sus alimentos con el pico hundido, sin levantar la cabeza como hacen la mayoría de las aves limícolas. Lo hacen con un movimiento rítmico de delante a atrás absorbiendo estos alimentos.




Y qué mejor forma de terminar ésta nueva entrada que con unas pocas fotografías de nuestro querido y apreciado Raitán, más conocido cómo Petirrojo europeo (Erithacus rubecula).




Tuvo a bien salir en nuestro encuentro para posar encima de una pasarela de madera para que pudiéramos apreciar con cierto detalle su gran belleza.
 





1 comentario:

  1. Vaya fotazas las del rascón, impresionantes. Enhorabuena por la entrada. Buenos vecinos tenéis en la ría. Un saludo.

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