martes, 24 de julio de 2018

Nuestro pájaro alpino más colorido. Roquero rojo (Montícola saxatilis). Roxu.

Tras haber presentado en mis dos entradas anteriores a dos aves características de la montaña asturiana (Escribano cerillo y Tarabilla norteña) que pude fotografiar en el Parque Natural de Somiedo, hoy os voy a presentar a otra paseriforme propia de esos ambientes, muy fácil de identificar por su llamativo colorido, me estoy refiriendo al Roquero rojo (Montícola saxatilis), conocido en Asturias como “el Roxu ”. 




Para conseguir encontrarme con él, esta vez me he desplazado a otro de mis lugares favoritos para disfrutar de unos maravillosos paisajes y poder observar y fotografiar no sólo al Roquero rojo, sino también a un buen número de otras especies propias de la alta montaña, como es el caso del Bisbita alpino, la Collalba gris, los Escribanos cerillo, soteño, hortelano y montesino, e incluso el Gorrión alpino y el escaso Treparriscos. A esa interesante lista, habría que añadir las abundantes chovas piquirrojas y piquigualdas, el Buitre leonado, el Alimoche, el Cernícalo vulgar y también la Culebrera europea, entre otras. Todo un catálogo de bellas e interesantísimas especies, que junto con la belleza de unos increíbles paisajes que allí existen, te aseguran el pasar una jornada inolvidable en plena naturaleza. 




El lugar al que me estoy refiriendo es el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, ubicado en la zona meridional de Asturias, limitando al sur con la provincia de León y que ocupa parte de los concejos de Lena, Quirós y Teverga. Para mi esta zona de montaña es una de mis preferidas por su proximidad (área central de Asturias), su fácil acceso y la gran belleza de sus paisajes. 


Para los que no conocéis la zona, informaros que hay que subir el Puerto de la Cubilla (1.689 msnm), también conocido como el Alto del Palo, Puerto Pinos o Puerto de Mieres (en la carretera de Campomanes-Tuiza) y al llegar arriba (en la portilla) lo mejor es dejar allí el coche y tomar una pista ganadera que sale a la izquierda y que va hacia los Puertos de La Ballota hasta la primera majada (La Meruxal de Arriba) a pie del pico de La Mesa (1.918 msnm). Otra alternativa es ascender por el Cordal de La Ballota, a los picos de La Almagrera (1.933 msnm), La Mesa y si se quiere llegar hasta el Peñon Vil.Lalampo o Vachalampo (1.868 msnm), el Cantu Las Planas (1.856 msnm) y La Tesa (1.898. msnm). 




Desde cualquiera de las cimas de estos picos podremos disfrutar del maravilloso paisaje que nos ofrece el macizo de Peñaubiña y sus cumbres circundantes, así como el impresionante valle de Tuiza. También podemos observar (hacia el sur) los Puertos de La Bachota, la zona de Pajares, la Sierra del Aramo, y como no, el Valle del Huerna. 




Una vez descrita la zona donde pude localizar a este peculiar y colorido pájaro, comentar que cuando te vas moviendo por esas zonas rocosas de alta montaña, te sorprende verle aparecer con su llamativo colorido, asomándose tímidamente en el perfil de una roca, en un ambiente en donde apenas hay vegetación y los colores que predominan son los grises y blancos de las rocas calizas y el radiante azul del cielo. 




Al verle aparecer con su llamativo plumaje de color azul y rojo anaranjado que produce un gran contraste sobre el blanco gris de sus habituales oteaderos rocosos, te hace pensar que estás ante una especie de pájaro más propio de ambientes tropicales. 




El Roquero rojo (Montícola saxatilis) es un “Paseriforme” perteneciente a la familia “Turdidae” y al género “Montícola” que miden unos 17-20 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 37 cm y un peso que puede llegar a los 65 gr. Como a continuación veremos, existe un claro dimorfismo sexual en esta especie. 




El significado etimológico de su denominación científica (Montícola) (Linnaeus, 1766), viene a describir que se trata de un “habitante de las montañas o montes que se cría o vive entre las peñas”, ya que “montícola” proviene del “monticola-ae”: habitante de las montañas, montañés (de mons-ntis: monte, montaña y de colo-is-ere: cultivar, habitar., vivir). Por su parte, el término “saxatilis” también proviene del término latino “saxatilis-e”: que se cría entre las peñas o que las frecuenta, propio o relativo a las piedras (de saxum-i: piedra más el sufijo -alis/talis). 




El macho en la época reproductiva (nupcial) tiene la cabeza, garganta, cuello y espalda de un color azul grisáceo pizarroso, con una gran mancha blanca situada en la zona central del dorso, más arriba del obispillo, el cual es gris negruzco. 




En la cara presenta una brida poco definida de color negruzco. 




Los ojos son grandes, de color marrón oscuro y están rodeados de un fino anillo periocular de color azul grisáceo. 




El pico es medianamente largo, fino, puntiagudo y de color pardo negruzco (acerado). 




El pecho, el vientre y y las infracobertoras caudales son de color anaranjado. 




Las alas son anchas, redondeadas, de color pardo oscuro y con las puntas de las plumas de color crema blanquecino. 




La cola es corta, de color castaño anaranjado con las dos rectrices centrales de color pardo oscuro, pero la base de ellas, también es de color castaño anaranjado. 




Las patas son medianamente largas y al igual que los pies, son de color pardo. 




En los machos, durante el invierno, el color azulado o gris pizarra queda oscurecido por la parte superior, siendo más parduzcos, ya que muchas de las puntas de sus plumas adquieren tonos pardos en sus bordes. Por las partes inferiores, las zonas de color anaranjado, presenta muchas motas blanquecinas en los extremos de las plumas. 




Las hembras en primavera/verano tienen el dorso de color pardo oscuro y aspecto vermiculado ya que las plumas tienen su extremo de color blanquecino. 




La garganta es blanquecina. El pecho, los flancos y la parte inferior son de color pardo blanquecino con escamas pardo anaranjadas que se va transformando en color crema según se acerca a la cloaca. 




Las alas son de color pardo con los bordes de las plumas de color blanquecino. 




La cola es similar a la de los machos. 




Los ojos son grandes, de color marrón oscuro y están rodeados de un fino anillo periocular de color beige. 




Durante el invierno las hembras se parecen a los machos en esa misma época aunque por la parte superior su color es algo más claro. 




Los jóvenes resultan muy similares a las hembras aunque son más claros por la parte inferior. 




En su posadero de rocas, adopta su característica postura erguida, agitando la cola y emitiendo su canto aflautado y gorjeante, que también emite en su vuelo nupcial mientras se eleva en vertical. 




La alarma del Roquero rojo consiste en un corto y agudo “buii”, similar a los reclamos del Roquero solitario. Las llamadas son agudos piídos, cortos y fuertes, tipo “uiit-uiit-uiit…, buit-buit”. 






De carácter bastante tímido, esquivo y solitario, es muy terrestre y se mueve saltando entre las piedras. No suele permitir el acercamiento y huye a la menor alarma para ocultarse entre las rocas. 




Su vuelo corto y a poca altura se asemeja al de los zorzales. 




Utiliza las zonas rocosas para realizar su ciclo reproductor y de atalaya para divisar sus presas alimenticias sobre las que se lanzará a su captura en un rápido picado. También es frecuente que baje a los pastizales a buscar alimento entre la hierba. 




Se alimenta fundamentalmente de insectos y sus larvas, orugas, gusanos, escarabajos, saltamontes y otros invertebrados y ocasionalmente, en otoño-invierno, de semillas, frutos y bayas. 




Habita en todo el sur de Europa, Asia, y África. Se trata de una especie netamente mediterránea que no falta en lugares áridos y rocosos por encima de los 400 m en el sudeste de Francia, Suiza, Italia, Hungría, Sur de Polonia, Eslovaquia, los Balcanes, Grecia, sur de Rusia, Asia Menor y llegando por el sur de Asia hasta Mongolia. 


En España son habituales durante el período de primavera/verano en los principales sistemas montañosos (Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Pirineos, Sistema Central y en la zona norte de las Sierras litorales Valencianas y Catalanas así como en puntos determinados de las Sierras Béticas). Aparece también en la Isla de Mallorca. 


Emigran a finales de verano en pequeños grupos hacia el África oriental. Algunos ejemplares se quedan en la zona del Sahara a pasar el invierno pero en general todas las poblaciones europeas son transaharianas. Posteriormente retornan a los territorios europeos de cría a principios de la primavera, aunque en España el paso migratorio se observa hasta el mes de junio. 




Su hábitat son zonas rocosas y pedregosas, sobre todo de origen calizo, que alternan con pastizales de altura o matorrales bajos (brezos, tojos, piornos, escobas, etc), con escasez de arbolado o ausencia total del mismo y entre los 800 a 2.100 msnm, aunque con preferencia a partir de los 1500 m. 




Llegan a partir de la segunda quincena de abril y sobre todo en mayo y primero lo hacen los machos que se adelantan entre dos a tres semanas a las hembras. La retirada se realiza a finales de julio y primera quincena de agosto. 




Cuando se encuentran en celo, los machos realizan un vuelo ascendente emitiendo su característico canto y cuando llegan al punto más alto permanecen estáticos unos instantes, ahí dejan de cantar para dejarse caer con las alas y la cola abiertas a un posadero donde reinician otro vuelo similar pero a menos altura. Posteriormente, ya cantan desde cualquier posadero. 




Aunque el período reproductivo abarca de abril a junio, se realiza mayoritariamente en mayo. Construyen un nido con forma de cuenco en las oquedades y grietas existentes entre las rocas. Para su elaboración utilizan raíces, hierbas, hojas y musgo.




Acostumbran a hacer una sola puesta por temporada, de entre 4-6 huevos. La incubación, que realiza sólo la hembra, dura 15 días aproximadamente. Los pollos son alimentados por ambos padres y abandonan el nido en dos semanas. 




Las principales amenazas para esta especie son la sobreexplotación ganadera de pastizales y matorrales de altura, el turismo descontrolado, la pérdida de hábitat y las construcción y explotación de pistas de esquí. Al roquero rojo se le considera “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.