domingo, 30 de noviembre de 2025

Migración otoñal del Alcatraz atlántico (Morus bassanus) visto desde la costa central asturiana.

Un año más, llegada la temporada otoñal, tengo por costumbre acercarme a la localidad de Moniello (Gozón. Asturias) para disfrutar del continuo pasar de los alcatraces atlánticos a relativamente cercanía de los acantilados de esa zona de costera asturiana y a la vez disfrutar de un maravilloso paisaje que allí existe.


Este año no conseguí observarlos demasiado cercanos como en otras temporadas, pero suficiente para mi y para poder diferenciarlos de otras especies en migración postnupcial y sobre todo poder diferenciar los tan variados plumajes que exhiben en función de su edad.


La llegada de importantes y sucesivas borrascas a esa costa central asturiana contribuye sin duda a que las aves en su paso migratorio postnupcial se aproximen más a la línea costera, lo cual nos facilita enormemente su observación y fotografía, cosa que sin esa aproximación tan sólo sería posible conseguir por medio de la utilización de telescopios terrestres o por medio de la salida en barco para conseguir ese propósito.


La contrapartida a esa facilidad para conseguir realizar esas fotografías desde la costa, es que, tal como se puede apreciar en la mayoría de las fotografías, esos días de borrascas intensas, suelen estar bastante nublados y acostumbra a reinar fuertes rachas de viento del Noroeste de una intensidad nada desdeñable. Ambos aspectos lógicamente dificultaban de manera notable la realización de unas fotografías de cierta calidad, pero con la mera observación del paisaje y del paso de miles de estas aves, compensa más que de sobra la estancia en ese guapo lugar.


Como muchos ya conocéis, en nuestro país el Alcatraz atlántico no nidifica, pero es una de las aves marinas más abundantes en migración por las costas atlánticas y cantábricas, pudiéndose observar mejor en los cabos más salientes de esas costas. Su paso posnupcial, se produce desde mediados del mes de agosto hasta finales de noviembre, siendo en octubre cuando podemos ver el mayor número de aves en paso por nuestras costas, pero claro en ello influirá las condiciones climáticas reinantes en esa época.


Al principio del periodo migratorio posnupcial, desde agosto y hasta la mitad de septiembre, es habitual que la mayoría de los ejemplares en paso por nuestras costas, sean los alcatraces jóvenes del año, que acostumbran a ir acompañados de escasos ejemplares inmaduros y adultos. Más tarde, en el mes de octubre es cuando podemos ver que la mayoría de los ejemplares en paso son adultos, cosa que pude constatar en esta ocasión.


Antes de alcanzar la edad adulta, que se considera que llega a los cinco años (o invernadas), en el Alcatraz atlántico se pueden diferenciar cuatro grupos de edad con diferentes plumajes: primer invierno (o joven), segundo invierno, tercer invierno, cuarto invierno y quinto invierno o adulto.




Los adultos tienen el cuerpo en forma de puro o torpedo recubierto de un plumaje blanco níveo, excepto la cabeza que es de un color ocre amarillento y que se vuelve más intenso durante la época reproductiva.


En la cara tienen un área desnuda con la piel de color negro, que les da una expresión facial característica. El pico es medianamente largo (de 9 a 11 cm medido desde la cabeza), robusto, cónico, con la punta ligeramente curvada hacia abajo, lo que les facilita la captura peces de mediano tamaño en sus zambullidas. Su color es gris azulado claro perfilado de negro en todo su perímetro y con una línea negra que recorre lateralmente toda la mandíbula superior.


Los ojos grandes y dirigidos hacia adelante, son de un color azul o gris claro casi transparente. Están rodeados de un fino anillo periocular de color negro y tienen rodeándolos por su parte superior un semicírculo similar a un párpado que es de color azul y que les da un aspecto de estar enmascarados.


Los ejemplares del primer año (o jóvenes) presentan un plumaje castaño oscuro (chocolate) en su totalidad con moteados profusos de blanco en el dorso y con los bordes posteriores y puntas de las alas más oscuras. Algún ejemplar puede presentar escasas zonas blancas en la cabeza o en la parte inferior del cuerpo. Tienen el borde posterior de las alas y las puntas más oscuras. El pico es de color marrón.


El Alcatraz atlántico es un ave marina pelágica que solo se acerca a la tierra para reproducirse. Su hábitat en época de cría se localiza en los islotes rocosos a ambos lados del Atlántico norte. Pasa el invierno en las costas occidentales de África hasta el Golfo de Guinea y en menor cuantía en el Mediterráneo. Muchas gracias por vuestra visita a mi blog.

lunes, 24 de noviembre de 2025

Desde la tundra ártica de América del Norte, un escaso migrante de larga distancia de visita por Asturias. Correlimos canelo (Calidris subruficollis).

A lo largo de la segunda quincena del pasado mes de septiembre (dias13 y 21) tuve la oportunidad de poder fotografiar a una pareja de una especie de ave limícola muy poco frecuente en España. Me estoy refiriendo al Correlimos canelo (Calidris subruficollis).



Como muchos ya conoceréis, se trata de una curiosa ave que se reproduce a lo largo de las costas del Ártico, desde Siberia y el centro de Alaska, hasta la isla de Devon (Canadá). Posteriormente migra a Sudamérica, donde pasa su temporada no reproductiva, especialmente en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.


Cada temporada otoñal, durante la migración posnupcial, se producen citas de ejemplares juveniles que se desvían de su migración normal desde la zona ártica de América del Norte hacia Sudamérica, (sentido norte-sur) y que que cruzan el Atlántico en dirección al Oeste de Europa, llegando principalmente a Gran Bretaña y a Irlanda y sobre todo en los meses de septiembre y octubre.


En España suele haber citas anuales, pero únicamente de forma puntual. Lo habitual es que sean en zonas costeras, aunque también hay citas en zonas del interior peninsular.


En Asturias los escasos avistamientos confirmados en los últimos años se han producido en el entorno del concejo de Gozón, principalmente en el del Cabo Peñas, playa de Bañugues y los campos de cultivo de Moniello, en cuyo lugar aparecieron el pasado mes de septiembre (dias13 y 21) estos dos ejemplares a los que dedico esta nueva entrada a mi blog.



Tal como acostumbra a ocurrir con especies de aves poco habituadas a la presencia humana, se trataban de unas aves sumamente confiadas a nuestra presencia, yendo de un lado para otro en busca de alimento sin prestar atención a los observadores que allí nos encontrábamos.


A veces se nos acercaban tanto que no les podía enfocar con el teleobjetivo de la cámara.


Cuando se siente sorprendido, en lugar de huir, a menudo se queda quieto, como si se "congelara".


El Correlimos canelo (Calidris subruficollis) pertenece al Orden de las “Charadriiformes” y la familia “Scolopacidae”. La etimología de su denominación científica como “Calidris subruficollis” proviene del latín: "Calidris" es un género de aves limícolas, mientras que el epíteto "subruficollis" se compone de sub (debajo, casi), rufus (rubio, rojizo) y collum (cuello), refiriéndose a la coloración rojiza o de color canela de su cuello y pecho”.


Se trata de un ave limícola pequeña con un tamaño (Longitud de 18-20 cm y envergadura de 43-47 cm) similar al del Correlimos común (Calidris alpina). Presenta un leve dimorfismo sexual, siendo los machos más grandes que las hembras.


Tiene una coloración general de tonos marrones claros (canela), con las plumas perfiladas en blanco y con algunas zonas algo más oscuras.


Cabeza de un color ocre arena uniforme y con un capirote con listas oscuras.


Sus ojos son grandes y de color negro con un anillo ocular más claro. 


Su pico es de tamaño medio-corto, bastante fino, y es de color oscuro.


Su cuello y cara son de tonos canela sin manchas.


Los laterales del pecho están finamente moteados.


La zona ventral es siempre más clara, sin apenas manchas oscuras.


Sus patas son de color mostaza amarillenta.


Su aspecto recuerda algo a los del combatiente, pero (entre otras) a diferencia de este último, no posee franja alar ni blanco a los lados de la cola, mientras que bajo el ala muestra una media luna oscura, correspondiente a las coberteras de las primarias.


Los juveniles son bastante parecidos a los adultos, pero presentan un patrón nítido escamoso en la espalda.


El Correlimos canelo cuando camina lo hace con una postura bastante erguida.


Su hábitat durante la época de reproducción es en la tundra ártica, en zonas drenadas más o menos herbosas. Durante los pasos migratorios selecciona pastizales, prados, tierras de labor, campos de golf, etc., y para invernar prefiere pampas encharcadas.


Su alimentación es a base de invertebrados terrestres (insectos, arañas, crustáceos…) y también semillas.


La especie anida en el suelo, depositando 4 huevos. El macho extiende sus alas, mostrando su base blanca, lo cual hace también durante la migración, a veces cuando no están presentes otros correlimos canelos.


Muchas gracias por vuestra atención.

domingo, 16 de noviembre de 2025

Migración postnupcial de limícolas (2025) por la costa central asturiana. Chorlito dorado europeo (Pluvialis apricaria) (Parte 2 de 2).

Tenía yo pendiente publicar un segundo reportaje fotográfico de unos 10-15 ejemplares de chorlitos dorados europeos que recientemente pude realizar en otro entorno diferente al que anteriormente publiqué (Cabo Peñas). Me estoy refiriendo al entorno de la playa de Bañugues (Gozón. Asturias).







Un entorno un tanto diferente al de los prados y campos de labranza propio del Cabo Peñas, como es la zona de roquedo de esa playa de Bañugues, en el que los llamativos tonos dorados de esta bella especie de ave limícola, contrastan mucho más que en él antes mencionado, en el que su camuflaje con la coloración de la hierba seca y los rastrojos se hace mucho mayor.









Además ese entorno del roquedo te permite buscar ángulos entre las rocas que te permita conseguir esos desenfoques que tanto nos gustan realizar a los aficionados a la fotografía de aves, así como permanecer escondido y ganarte la confianza de esas aves.







También es habitual en esa zona de la playa el paso de personas, en ocasiones acompañados de sus perros, lo que ocasiona que esas aves levanten el vuelo y, tras dar unas vueltas por la zona, y una vez pasado su potencial peligro, se vuelvan a posar en prácticamente la misma zona del roquedo.








Si le aplicas una buena dosis de paciencia a esa observación, no es difícil conseguir alguna fotografía de  alguno de ellos llevando a cabo las tareas propias de aseo y limpieza de su bello plumaje.






Normalmente esas tareas acostumbran a finalizar con un despliegue de sus alas lo que le proporciona una dosis aún mayor a su belleza cuando están en posición de reposo total. 





A modo de anexo, adjunto a continuación el resto de las fotografías que pude realizar a ese grupo de chorlitos dorados europeos, no sin antes recordaros que, tal como ya viene siendo habitual y a fin de evitar repeticiones de texto sobre las características y curiosidades de esta especie, a todos los que estéis interesados, os remito a un enlace de mi blog en el que se describen detalladamente esos datos. Espero que os resulten guapas las fotografías que le pude realizar en esta bella especie por la costa central asturiana.