lunes, 8 de diciembre de 2025

Una de collalbas antes de su partida a tierras africanas. Collalba gris (Oenanthe oenanthe). Collalba rubia (Oenanthe hispánica).

A finales del pasado mes de septiembre tuve la oportunidad de poder fotografiar a varios ejemplares de Collalba gris (Oenanthe oenanthe) en el concejo de Gozón (Asturias ) unos días antes de que iniciaran su migración hacia tierras africanas.


Al visionar esas fotografías he considerado que merecía la pena publicar algunas de ellas en las que se aprecie la belleza de de estos pajarillos que todos los años nos visitan puntualmente.


Los entornos en los que los pude fotografiar fue tanto en el roquedo de la playa de Bañugues...


... como en la rasa costera del cabo Peñas.


También pude fotografiar a esta especie a mediados del mes de septiembre en el entorno de la Sierra Oeste de Madrid. En ese caso, eso sí, compartiendo el mismo espacio que la segunda protagonista de esta entrada, la Collalba rubia (Oenanthe hispánica).


En el caso de la muy vistosa Collalba rubia (Oenanthe hispánica), que en Asturias no acostumbramos a ver, el macho aún lucia sus mejores galas con su plumaje nupcial.


En el caso de esta última también pude fotografiar a un ejemplar hembra que resulta mucho más difícil de diferenciar de la hembra de la Collalba gris.


Existen en el mundo un buen puñado de especies de collalbas de las que no voy a hacer mención en este momento, pero en nuestro país tan sólo podemos hablar de tres especies habituales, la C. negra (Oenanthe leucura), la C. gris (Oenanthe oenanthe) y la C. rubia (Oenanthe hispánica), que desde mi punto de vista, es sin duda la más guapa y llamativa de las tres.


A esas tres especies habría que añadir a la mucho más rara, Collalba isabel (Oenanthe isabellina) que en nuestro país está considerada como una rareza ocasional, ya que sus avistamientos en España no sobrepasan la veintena de casos desde que se hacen registros (Lista de las aves de España. Edición de 2022 de la SEO BirdLife) y de la que a finales del mes de noviembre del 2022 tuvimos la fortuna de poder disfrutar de su presencia en el concejo de Gozón (Asturias).

Fotografía de archivo de ejemplar de primer invierno de Collalba isabel (Oenanthe isabellina)

La Collalba rubia (Oenanthe hispanica) es una especie de ave paseriforme migratoria de la familia “Muscicapidae”, anteriormente clasificada en la familia “Turdidae” de la que están descritas dos subespecies: la Collalba rubia occidental (O. h. hispánica) propia de Europa Occidental mediterránea y el Magreb, y la Collalba rubia oriental (O. h. melanoleuca), en Europa Oriental mediterránea y Oriente Próximo.


La subespecie hispánica (nominal), se reproduce en nuestro país y se encuentra bien repartida por toda la región mediterránea, pero entre otros sitios que luego veremos, falta en Asturias, de ahí que una vez más, haya resultado para mí, un muy entrañable encuentro.


Como muchos de vosotros ya sabréis, el nombre común de la collalba se debe al color blanco de la cola (“colla” “alba”) y el obispillo que se hacen muy visibles en vuelo, pero que habitualmente permanecen ocultos en reposo. Por su parte el nombre científico (Oenanthe hispánica) tiene un origen curioso: “Oenanthe” viene del griego antiguo “Oen” (vid) y “ante” (flor): es decir, “flor de la vid” haciendo alusión a que estas aves regresan en su migración al mediterráneo cuando las vides florecen.

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)

Se trata de una paseriforme bastante pequeña y más esbelta que su pariente más parecida, la Collalba gris, con la que es fácil confundir sobre todo en el caso de las hembras si las observamos a distancia. Su longitud es de entre los 14-15 cm, con una envergadura que puede llegar a los 27 cm. Su peso puede llegar a los 22 gr. Se estima que su longevidad puede llegar hasta los 5 años. En esta especie existe un claro dimorfismo sexual.


Como podéis observar en las fotografías, en el caso de los machos y en la temporada de primavera verano, lucen su plumaje más vistoso (nupcial) con un color ocre claro con tintes rojizos en el dorso, que se convierte en blanco cremoso en la zona del obispillo como comenté anteriormente. El píleo y la nuca son del mismo color ocráceo claro que el del dorso. Su pico es corto, fino, puntiagudo y de color negro. Tienen el iris de los ojos de color pardo oscuro y están rodeados por un fino anillo periocular de color negruzco. Por la parte inferior también son de color blanquecino (muy blanco visto a distancia) con tintes cremosos que son más intensos (ocráceos) en la zona del pecho.


En cuanto a la cara decir que presentan un antifaz negro que parte de la base del pico e incluye a las auriculares y al ojo en todos los casos, de ahí su denominación en inglés como “Collalba de orejas negras". La frente es de color blanco.

Fotografía de archivo “variedad gorgiblanca”

En algunos casos, ese antifaz puede llegar a abarcar la zona de la garganta, mientras que en otros esta es de color blanco cremoso como el del resto de las partes inferiores. En base a esta diferencia, podemos hablar de que en esta especie los machos son dimórficos, ya que unos tienen la garganta negra, los denominados “variedad gorginegra”, y otros tienen la garganta blanca, la “variedad gorgiblanca”.

Fotografía de archivo “variedad gorgiblanca”

En el caso de las hembras, por la parte superior son de color pardo con tinte rubio con un gran parecido con las hembras de su pariente, la Collalba gris (dorso gris azulado).


Como su nombre común indica, una de las principales características de esta especie es su larga cola, que como comenté al principio, es de color blanco con una franja terminal de color negro que se ensancha en los laterales y que le da la forma de “T” invertida, ya que el color negro de las rectrices centrales llega hasta la base de la cola, mientras que las rectrices externas son de color blanco. Las patas y los pies son de color negro.


La Collalba rubia se distribuye como reproductora por los países circunmediterráneos del sur Europa, así como en Oriente Medio y el noroeste de África. Se trata de un migrante que tiene sus áreas de invernada en el África subsahariana (franja del Sahel). El paso prenupcial lo realizan desde marzo hasta mayo, con máximos a principios de abril, mientras que el posnupcial se prolonga de agosto a octubre, con máximos a finales de agosto.
Como comenté anteriormente, están descritas dos subespecies: “O. h. hispánica” (zona occidental de su distribución) y “O. h. melanoleuca” (extremo más oriental). En nuestro país podemos encontrar a la subespecie “O. h. hispánica”, que como reproductora se encuentra bien repartida por toda la región mediterránea, con las zonas de mayor abundancia en el centro y el sureste (La Mancha, Comunidad Valenciana, Andalucía) y que falta en Galicia, Cantábrico, así como en zonas de montaña del Sistema Ibérico (Pirineos), en Baleares, Canarias y Ceuta (está presente en Melilla).


En cuanto a la la Collalba gris (Oenanthe oenanthe) decir que uno de los aspectos más encomiables de este pequeño pajarillo de tan sólo 25/30 gr que se desconoce bastante, es que bate todos los récords de migraciones ya que es capaz de recorrer unos 30.000 km por año, pues pasa la temporada cálida en el Ártico e invierna en el África subsahariana, uno de los ciclos migratorios “más largos que se haya observado para un pájaro” en el mundo”, según un estudio publicado (02/2012) en la revista Biology Letters de la Academia de Ciencias Británica.


La Collalba gris es un migrante nocturno, que aprovecha la noche para viajar y el día para alimentarse y reponer fuerzas. Habitualmente realizan cortos vuelos y frecuentes paradas para descansar y reponer fuerzas que les permitan afrontar al día siguiente su largo viaje de noche. Sólo para superar grandes barreras, como por ejemplo el desierto del Sáhara o las franjas de océano, las collalbas se detienen más tiempo para acumular mayores reservas de grasa.


La Collalba gris es un pequeño pájaro de aspecto elegante con un diseño de la cola muy llamativo y característico (“colla” “alba”) que acostumbra a moverse por el suelo andando o dando pequeños saltos o en posaderos prominentes, mostrándose casi todo el tiempo al descubierto y en posición erguida.


En el caso de las hembras poseen una coloración mucho más apagada y por lo tanto son menos llamativas. Tienen las partes superiores de color pardo grisáceo pareciéndose a las de los machos en otoño/invierno.


En la cara tienen una ceja de color crema amarillento y carecen del antifaz negro de los machos. La mancha que tienen en la zona de las auriculares es de color pardo.


La garganta tiene un tono un poco más claro y el pecho un poco más oscuro, pero existe considerable variación..


Las partes inferiores del cuerpo son variables en la intensidad del color beige o pardo ocráceo claro (marfil).


Las alas y la franja de la cola son de color marrón oscuro en lugar de negras.


Tiene una amplia distribución como especie reproductora por todo el mundo abarcando a toda Europa, el norte y el centro de Asia, Groenlandia y las zonas árticas de América del Norte. También ocupa el norte de África y la Península Arábiga. Cómo anteriormente ya vimos, durante la temporada invernal emigran al África subsahariana, desde Senegal hasta Kenia.


En nuestro país podemos disfrutar de su presencia durante la primavera/verano. El paso prenupcial por la Península Ibérica se puede observar entre marzo y mayo, mientras que el posnupcial tiene lugar de septiembre a noviembre, con máximos a finales de septiembre y principios de octubre.



El hábitat de la Collalba gris son zonas abiertas de alta montaña con hierba corta, rocas y piedras diseminadas donde anidar y no infrecuentemente a alturas hasta de 2.000 m. También páramos, zonas áridas o con matorrales bajos, pastizales, amplios espacios cultivados, campos baldíos, dunas con vegetación rala, taludes terrosos y acantilados costeros de poca altura, así como zonas de roquedales y piedras donde anidar. Durante la migración se ve por todas partes y con especial densidad en praderas de la costa y en terrenos intermareales de rías, en dunas costeras y cerca de los acantilados y faros.


Su alimentación es fundamentalmente a base de insectos y sus larvas, arácnidos, ciempiés, caracolillos y también de bayas, frutos silvestres y semillas. Su método habitual de cazarlos los insectos es permanecer inmóvil sobre una piedra o lugar elevado y lanzarse repentinamente al suelo o bien en un corto y acrobático vuelo para capturar alguno que pasa cerca. Es frecuente verla practicar una curiosa forma de caza como si fuera un cernícalo, cerniéndose inmóvil en el aire a escasa altura del suelo, moviendo sólo la cola para mantener su posición y mirando atentamente hacia abajo, hasta que repentinamente se lanza en picado sobre un insecto que ha descubierto entre la hierba.


Es una especie ampliamente distribuida en España, común y con tendencias poblacionales positivas. Sus principales amenazas están relacionadas con la alteración de los hábitats de cría, bien por la intensificación agrícola, por la expansión de matorrales y bosques, por el abandono del campo o por las reforestaciones. También podrían influirle las fuertes sequías en las áreas de invernada. Aparece como “De interés especial en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.


Nada más. Muchas gracias por visitar mi blog.

domingo, 30 de noviembre de 2025

Migración otoñal del Alcatraz atlántico (Morus bassanus) visto desde la costa central asturiana.

Un año más, llegada la temporada otoñal, tengo por costumbre acercarme a la localidad de Moniello (Gozón. Asturias) para disfrutar del continuo pasar de los alcatraces atlánticos a relativamente cercanía de los acantilados de esa zona de costera asturiana y a la vez disfrutar de un maravilloso paisaje que allí existe.


Este año no conseguí observarlos demasiado cercanos como en otras temporadas, pero suficiente para mi y para poder diferenciarlos de otras especies en migración postnupcial y sobre todo poder diferenciar los tan variados plumajes que exhiben en función de su edad.


La llegada de importantes y sucesivas borrascas a esa costa central asturiana contribuye sin duda a que las aves en su paso migratorio postnupcial se aproximen más a la línea costera, lo cual nos facilita enormemente su observación y fotografía, cosa que sin esa aproximación tan sólo sería posible conseguir por medio de la utilización de telescopios terrestres o por medio de la salida en barco para conseguir ese propósito.


La contrapartida a esa facilidad para conseguir realizar esas fotografías desde la costa, es que, tal como se puede apreciar en la mayoría de las fotografías, esos días de borrascas intensas, suelen estar bastante nublados y acostumbra a reinar fuertes rachas de viento del Noroeste de una intensidad nada desdeñable. Ambos aspectos lógicamente dificultaban de manera notable la realización de unas fotografías de cierta calidad, pero con la mera observación del paisaje y del paso de miles de estas aves, compensa más que de sobra la estancia en ese guapo lugar.


Como muchos ya conocéis, en nuestro país el Alcatraz atlántico no nidifica, pero es una de las aves marinas más abundantes en migración por las costas atlánticas y cantábricas, pudiéndose observar mejor en los cabos más salientes de esas costas. Su paso posnupcial, se produce desde mediados del mes de agosto hasta finales de noviembre, siendo en octubre cuando podemos ver el mayor número de aves en paso por nuestras costas, pero claro en ello influirá las condiciones climáticas reinantes en esa época.


Al principio del periodo migratorio posnupcial, desde agosto y hasta la mitad de septiembre, es habitual que la mayoría de los ejemplares en paso por nuestras costas, sean los alcatraces jóvenes del año, que acostumbran a ir acompañados de escasos ejemplares inmaduros y adultos. Más tarde, en el mes de octubre es cuando podemos ver que la mayoría de los ejemplares en paso son adultos, cosa que pude constatar en esta ocasión.


Antes de alcanzar la edad adulta, que se considera que llega a los cinco años (o invernadas), en el Alcatraz atlántico se pueden diferenciar cuatro grupos de edad con diferentes plumajes: primer invierno (o joven), segundo invierno, tercer invierno, cuarto invierno y quinto invierno o adulto.




Los adultos tienen el cuerpo en forma de puro o torpedo recubierto de un plumaje blanco níveo, excepto la cabeza que es de un color ocre amarillento y que se vuelve más intenso durante la época reproductiva.


En la cara tienen un área desnuda con la piel de color negro, que les da una expresión facial característica. El pico es medianamente largo (de 9 a 11 cm medido desde la cabeza), robusto, cónico, con la punta ligeramente curvada hacia abajo, lo que les facilita la captura peces de mediano tamaño en sus zambullidas. Su color es gris azulado claro perfilado de negro en todo su perímetro y con una línea negra que recorre lateralmente toda la mandíbula superior.


Los ojos grandes y dirigidos hacia adelante, son de un color azul o gris claro casi transparente. Están rodeados de un fino anillo periocular de color negro y tienen rodeándolos por su parte superior un semicírculo similar a un párpado que es de color azul y que les da un aspecto de estar enmascarados.


Los ejemplares del primer año (o jóvenes) presentan un plumaje castaño oscuro (chocolate) en su totalidad con moteados profusos de blanco en el dorso y con los bordes posteriores y puntas de las alas más oscuras. Algún ejemplar puede presentar escasas zonas blancas en la cabeza o en la parte inferior del cuerpo. Tienen el borde posterior de las alas y las puntas más oscuras. El pico es de color marrón.


El Alcatraz atlántico es un ave marina pelágica que solo se acerca a la tierra para reproducirse. Su hábitat en época de cría se localiza en los islotes rocosos a ambos lados del Atlántico norte. Pasa el invierno en las costas occidentales de África hasta el Golfo de Guinea y en menor cuantía en el Mediterráneo. Muchas gracias por vuestra visita a mi blog.

lunes, 24 de noviembre de 2025

Desde la tundra ártica de América del Norte, un escaso migrante de larga distancia de visita por Asturias. Correlimos canelo (Calidris subruficollis).

A lo largo de la segunda quincena del pasado mes de septiembre (dias13 y 21) tuve la oportunidad de poder fotografiar a una pareja de una especie de ave limícola muy poco frecuente en España. Me estoy refiriendo al Correlimos canelo (Calidris subruficollis).



Como muchos ya conoceréis, se trata de una curiosa ave que se reproduce a lo largo de las costas del Ártico, desde Siberia y el centro de Alaska, hasta la isla de Devon (Canadá). Posteriormente migra a Sudamérica, donde pasa su temporada no reproductiva, especialmente en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.


Cada temporada otoñal, durante la migración posnupcial, se producen citas de ejemplares juveniles que se desvían de su migración normal desde la zona ártica de América del Norte hacia Sudamérica, (sentido norte-sur) y que que cruzan el Atlántico en dirección al Oeste de Europa, llegando principalmente a Gran Bretaña y a Irlanda y sobre todo en los meses de septiembre y octubre.


En España suele haber citas anuales, pero únicamente de forma puntual. Lo habitual es que sean en zonas costeras, aunque también hay citas en zonas del interior peninsular.


En Asturias los escasos avistamientos confirmados en los últimos años se han producido en el entorno del concejo de Gozón, principalmente en el del Cabo Peñas, playa de Bañugues y los campos de cultivo de Moniello, en cuyo lugar aparecieron el pasado mes de septiembre (dias13 y 21) estos dos ejemplares a los que dedico esta nueva entrada a mi blog.



Tal como acostumbra a ocurrir con especies de aves poco habituadas a la presencia humana, se trataban de unas aves sumamente confiadas a nuestra presencia, yendo de un lado para otro en busca de alimento sin prestar atención a los observadores que allí nos encontrábamos.


A veces se nos acercaban tanto que no les podía enfocar con el teleobjetivo de la cámara.


Cuando se siente sorprendido, en lugar de huir, a menudo se queda quieto, como si se "congelara".


El Correlimos canelo (Calidris subruficollis) pertenece al Orden de las “Charadriiformes” y la familia “Scolopacidae”. La etimología de su denominación científica como “Calidris subruficollis” proviene del latín: "Calidris" es un género de aves limícolas, mientras que el epíteto "subruficollis" se compone de sub (debajo, casi), rufus (rubio, rojizo) y collum (cuello), refiriéndose a la coloración rojiza o de color canela de su cuello y pecho”.


Se trata de un ave limícola pequeña con un tamaño (Longitud de 18-20 cm y envergadura de 43-47 cm) similar al del Correlimos común (Calidris alpina). Presenta un leve dimorfismo sexual, siendo los machos más grandes que las hembras.


Tiene una coloración general de tonos marrones claros (canela), con las plumas perfiladas en blanco y con algunas zonas algo más oscuras.


Cabeza de un color ocre arena uniforme y con un capirote con listas oscuras.


Sus ojos son grandes y de color negro con un anillo ocular más claro. 


Su pico es de tamaño medio-corto, bastante fino, y es de color oscuro.


Su cuello y cara son de tonos canela sin manchas.


Los laterales del pecho están finamente moteados.


La zona ventral es siempre más clara, sin apenas manchas oscuras.


Sus patas son de color mostaza amarillenta.


Su aspecto recuerda algo a los del combatiente, pero (entre otras) a diferencia de este último, no posee franja alar ni blanco a los lados de la cola, mientras que bajo el ala muestra una media luna oscura, correspondiente a las coberteras de las primarias.


Los juveniles son bastante parecidos a los adultos, pero presentan un patrón nítido escamoso en la espalda.


El Correlimos canelo cuando camina lo hace con una postura bastante erguida.


Su hábitat durante la época de reproducción es en la tundra ártica, en zonas drenadas más o menos herbosas. Durante los pasos migratorios selecciona pastizales, prados, tierras de labor, campos de golf, etc., y para invernar prefiere pampas encharcadas.


Su alimentación es a base de invertebrados terrestres (insectos, arañas, crustáceos…) y también semillas.


La especie anida en el suelo, depositando 4 huevos. El macho extiende sus alas, mostrando su base blanca, lo cual hace también durante la migración, a veces cuando no están presentes otros correlimos canelos.


Muchas gracias por vuestra atención.