domingo, 29 de noviembre de 2020

Una limícola habitual pero escasa, de paso por Asturias en su largo viaje. Correlimos zarapitin (Calidris ferruginea). Mazaricu Ferruñosu.

En la entrada que hoy publico quiero hacer un repaso general de un ave limícola que en las costas cántabro-atlánticas es habitual durante los pasos migratorios (sobre todo en el postnupcial) aunque en escaso número. Me estoy refiriendo a el Correlimos zarapitin (Calidris ferruginea).




En este pasado paso migratorio los he podido fotografiar a lo largo de varios días del mes de septiembre en dos ambientes diferentes y muy propicios a la presencia de aves limícolas, como son la playa de Bañugues (Gozón) y la ría de Villaviciosa, ambos en el Principado de Asturias.




Según mi percepción particular, este año hemos podido observar un mayor número de ejemplares en nuestro entorno, lo que curiosamente es posible que tenga que ver con lo que los expertos relacionan con un aumento de la población de lemmings (pequeños roedores que habitan en las tundras, en la taiga y en las praderas árticas) en el norte del continente americano, y en algunas regiones de Eurasia, ya que según ellos, en años de escasez de lemmings, depredadores como los págalos grandes (Catharacta skua) y los búhos nivales (Bubo scandiacus) recurren a alimentarse de correlimos zarapitínes, entre otros. 




Además de un mayor número de ejemplares, este año parece que he tenido la fortuna de que los ejemplares con los que he coincidido estaban mucho más confiados que en anteriores ocasiones, lo cual me ha permitido poder obtener unas cuantas imágenes que, en la medida de mis posibilidades, me han permitido poner de manifiesto la incuestionable belleza de esta limícola.




Aunque cuando realmente se puede apreciar la gran belleza de estas limícolas es cuando lucen su plumaje nupcial y del cual toman su denominación científica de “Calidris ferruginea”. Lamentablemente, verlos con ese llamativo plumaje por estas latitudes es mucho más complicado ya que el paso prenupcial lo realizan fundamentalmente por las costas mediterráneas. No obstante, comparto alguna fotografía de una aproximación que le pude realizar la primavera de 2019 luciendo ya un plumaje cercano al nupcial y que, como podéis comprobar, nada tiene que ver con el invernal actual.




La mayoría de los ejemplares que podemos ver en Asturias durante el paso postnupcial son ejemplares jóvenes que migran en grupo en compañía de otras limícolas más habituales por nuestras costas como son los correlimos comunes, los tridáctilos así como los chorlitejos grandes.




El Correlimos zarapitin (Calidris ferruginea) es un ave limícola que pertenece al orden de las “charadriiformes”, familia “Scolopacidae” y al género “Calidris”.




Su denominación científica "Calidris ferruginea" hace clara referencia al colorido de plumaje nupcial en el que predomina el color rojo óxido tanto en sus partes superiores como, sobre todo, en la cara, pecho, flancos y vientre. 




Por su parte, su denominación común como Correlimos zarapitin, como la mayoría ya sabéis, se debe a la similitud de su pico, ligeramente curvado hacia abajo, con el de los zarapitos.




Son de un tamaño algo mayor que el Correlimos común ya que vienen a medir unos 19 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 46 cm y un peso que puede llegar a los 60 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie.




En esta época no reproductiva su plumaje por la parte superior es de color gris con aspecto escamoso debido a que tienen las plumas orladas de color blanco y el raquis negro.



A diferencia con el plumaje nupcial, ahora las partes inferiores son de color blanquecino (sin marcas), con los laterales y la parte superior del pecho de color grisáceo.




Visto en vuelo se puede apreciar que el obispillo es completamente blanco, sin barras verticales como en el Correlimos común (Calidris alpina) y las rectrices de color grisáceo y estrechas bandas alares claras longitudinales.




El píleo está intensamente estriado de color marrón oscuro.




En la cara destaca notablemente la presencia de una gran ceja blanca que contrasta con el color oscuro de la brida y la lista ocular.




La garganta es de color blanquecino y el cuello es corto, aunque más largo que el del Correlimos común.




Su largo pico es de color negro, es bastante más ancho en la base que en el extremo y está algo curvado hacia abajo. Es algo más largo y con la punta más fina que el del Correlimos común.




Los ojos son de color marrón oscuro y están rodeados de un fino anillo periocular blanquecino.




La cola es corta y es de color pardo grisáceo por la parte superior y blanca por la parte inferior.




Las patas son medianamente largas (especialmente las tibias) y de color negro.




Los ejemplares juveniles como los que aparecen en las fotografías, presentan las plumas de las partes superiores de color pardo grisáceo con una banda subapical oscura y márgenes de color beige (ante) y sutilmente estriados. 




El cuello y el pecho aparecen teñidos de un tono ocráceo-anaranjado y sutilmente estriados.




Las partes inferiores son blancas.




Cuando vuelan emiten un reclamo corto tipo “churrip-churrip”.





El Correlimos zarapitin es un ave migradora de largo recorrido, que lo hace formando grandes bandos y normalmente mezclados con otros limícolas.




Su área de reproducción se extiende por toda la Siberia ártica y, probablemente, el occidente de Alaska. Posteriormente viaja al sur para pasar el invierno en África, diversas islas atlánticas, costas del Índico y Oceanía.




Desde su área de reproducción en el Paleártico occidental, el Correlimos zarapitín puede seguir tres rutas migratorias diferentes hacia el sur para pasar el invierno: 

a) Por la costa occidental de Europa hacia el África occidental y a través de la península Ibérica. 

b) Atravesando el este de Europa, el Mar Negro y Túnez para alcanzar el África occidental, bien siguiendo la costa norte de África o a través de Mali. 

c) Cruzando entre el Mar Negro y el Mar Caspio, siguiendo por los lagos de Oriente Medio y del Valle del Rift para alcanzar el África meridional y oriental. 




En la migración de retorno pocas aves utilizan la ruta migratoria de Europa occidental, más bien suben a través de Túnez y Sivash.




En nuestro país son habituales durante los pasos migratorios aunque en escaso número; un bajo número de ellos se quedan durante el verano, mientras que otros invernan en las Islas Canarias.




Los podemos observar, fundamentalmente, en las costas del Mediterráneo, y es poco frecuente en el litoral cántabro-atlántico. También se cita en el interior y en Baleares, así como en Canarias, donde inverna.

                                                                         SEO Bird/Life



El paso otoñal por las costas mediterráneas y de Andalucía occidental se produce en agosto y el primaveral en abril y mayo. Algunas aves, principalmente las de segundo año, permanecen entre nosotros durante el verano.




Su hábitat durante los pasos migratorios y la invernada se encuentra en los estuarios, salinas, marismas o lagunas interiores con aguas someras. Durante la época reproductiva se encuentra en la franja costera e islas cercanas de la tundra siberiana.




Se alimenta en las riberas húmedas y marismas de la costa, buscando su alimento mediante la vista, principalmente insectos, moluscos y otros pequeños invertebrados. 




Por el tamaño y forma de su pico el Correlimos zarapitín tiene acceso a recursos alimenticios diferentes al del resto de correlimos ya que puede alcanzar invertebrados enterrados a más profundidad.




Al comienzo de la temporada de reproducción, el Correlimos zarapitín establece el territorio llamando, a menudo posado en un montículo o en algún lugar elevado. El macho realiza una exhibición de vuelo bajo con aleteos lentos intercalados con deslizamientos y acompañados de una canción. Otras exhibiciones muestran al macho persiguiendo a la hembra en vuelo. En el suelo, el macho rodea a la hembra, corriendo en zigzag con las alas levantadas y la cola en abanico, para dejar al descubierto el obispillo blanco.




Su periodo de reproducción lo lleva a cabo entre los meses de junio y julio. Construyen su nido en alguna pequeña depresión en el terreno que recubren con hierbas y hojas. Lo sitúan en zonas de matorral bajo con balsas de agua, en praderas de hierba y en saladares costeros. La puesta consta de 3-4 huevos y la incubación se prolonga durante 21 o 22 días. Las crías son nidífugas y al poco de nacer abandonan el nido.




Esta especie se hibrida con frecuencia, bien con el Correlimos acuminado (calidris acuminata) generando un híbrido que se llama Correlimos de Cooper (Calidris cooperi), bien con el Correlimos pectoral (Calidris melanotos) a cuyo híbrido se le denomina Correlimos de Cox (Calidris paramelanotos).




Las principales amenazas que pueden incidir negativamente sobre esta especie son las molestias humanas durante la reproducción, la caza ilegal, la contaminación y la destrucción o reducción de sus hábitats. El Correlimos zarapitín se incluye en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Casi amenazado” y se considera “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.