domingo, 24 de abril de 2016

Un curioso pájaro que construye unos extraordinarios nidos. Pájaro moscón europeo (Remiz pendulinus). Páxaru Pendilexu.

Hoy voy a presentar las escasas y dificultosas fotografías que recientemente he podido realizar a una especie de ave paseriforme que a cualquier aficionado a la ornitología le hace una ilusión especial observar.



Efectivamente, se trata del Pájaro moscón europeo, un curioso pájaro al que se le puede observar con mucha más facilidad en el valle del Ebro, que es su principal área de reproducción, así como en determinadas zonas de Levante, pero que desde hace unos años, su expansión hacia el Oeste y Sudoeste ha sido grande, habiéndose encontrado nuevas colonias en los corredores hidrológicos del centro de peninsular, como son las cuencas de los ríos Tajo, Jarama, Henares y otros del centro de la Península Ibérica.



Donde resulta mucho más difícil de encontrar, como residente invernal, es en la zona cántabra y vasca de la cornisa cantábrica, donde tan sólo invernan pequeños grupos en determinadas marismas y humedales. Y digo esto, porque hay que tener en cuenta que habitualmente, su distribución en la Península Ibérica está vinculada estrictamente a riberas fluviales, ocupando cursos medios y bajos de las cuencas hidrográficas de los principales ríos.



Lo que está medianamente claro, es que si por algo se conoce a esta singular especie, es por la habilidad y originalidad a la hora de construir sus nidos. Prueba de ello es su denominación científica “Remiz pendulinus” que proviene de Remiz: (polaco, remiz), nombre de un pájaro y pendulinus: (lat, pendulus, a, um), suspendido, colgado, en alusión a la costumbre de construir unos elaborados y complejos nidos en forma de bolsa, que cuelgan en suspensión de las ramas flexibles de ciertos árboles.



El Pájaro moscón europeo es una pequeña ave paseriforme y el único representante en Europa (y el de distribución más amplia en el mundo) de las trece especies incluidas en la familia de las remícidas, muchas de las cuales excepto dos (Auriparus flaviceps y Cephalopyrus flammiceps), tejen nidos colgantes de árboles con forma de bolsa y entrada en embudo.





Miden unos 11 cm de longitud y su envergadura puede alcanzar los 17 cm. Tienen un peso que puede llegar a los 10 gramos. Su longevidad oscila entre los 3-5 años. En esta especie, existe un ligero dimorfismo sexual.





Los machos por la parte superior son de color castaño rojizo. Las alas son cortas, redondeadas y del mismo color castaño rojizo que el del dorso, pero con una mancha de color pardo-rojizo oscuro en la zona de las coberteras mayores. Las primarias y secundarias son de color pardo grisáceo con los bordes de color blanquecino. El obispillo es de color pardo claro.





Por la parte inferior son de un color cremoso con tonalidades castaño en los flancos y algo blanquecino en el centro del pecho y del vientre.





Presentan un característico antifaz negro con tintes castaños más o menos acentuados en sus bordes, en especial en la zona de la frente. Este antifaz nace en la base del pico y cubriendo los ojos se extiende hacia atrás abarcando las zonas auriculares. Su anchura es variable, más pequeña en la zona del pico y mayor en las zonas auriculares.





El píleo, la nuca y los lados del cuello son de color gris ceniza pálido. La parte inferior de la cara por debajo del antifaz, la garganta y la parte anterior del cuello son blanquecinas.





El pico es pequeño, fino, cónico y puntiagudo. Es de color gris oscuro por encima, con el culmen negruzco, y blancuzco amarillento por debajo.





Los ojos son pequeños, de color marrón oscuro y están rodeados de un fino anillo periocular negruzco.



La cola es larga, estrecha, tiene el extremo ligeramente bifurcado y es de color pardo-grisáceo con los bordes de las plumas ribeteados de color blanco amarillento.



Las patas son medianamente largas y de color grisáceo oscuro.



Las hembras poseen un plumaje en general algo más apagado. Por la parte superior son de un color castaño más pálido que el de los machos y el pecho de tonos más claros.



El antifaz lo tienen más estrecho y menos contrastado (marrón oscuro) que el de los machos.



Los jóvenes se parecen a los adultos pero carecen de antifaz oscuro que se les desarrolla paulatinamente durante el otoño y, cuando les va apareciendo, es de color grisáceo, en vez de negro. Lo mismo les ocurre con los tonos pardos rojizos del dorso y partes inferiores.





El comportamiento del Pájaro moscón europeo es nervioso, revoloteando ágilmente por entre las ramas altas de los árboles, colgándose de ellas y moviendo la cola arriba y abajo continuamente. Durante el otoño y el invierno se reúnen en grupos bastantes numerosos y en grandes dormideros, siendo habitual verlos moverse preferentemente en zonas de carrizales y en las marismas.



Su reclamo, habitual a partir de segunda quincena de marzo, pero más corrientemente en abril, consiste en un característico tsiiii-ii, fino y sibilante que repite varias veces y que emite con claridad y limpieza desde las copas de los árboles todavía sin hojas.

Su hábitat durante la época de la cría se encuentra en las riberas de los tramos medios y bajos de los ríos, así como lagos, arroyos, charcas o estuarios, siempre y cuando cuenten con abundante vegetación ribereña compuesta por árboles, sobre todo álamos blancos (árbol favorito para la nidificación), chopos y sauces, mezclados con carrizos, juncos, espadañas, eneas y arbustos espinosos. Una vez concluida la reproducción, durante el otoño e invierno, se forman grupos que se concentran preferentemente, en zonas marismeñas y pantanosas con abundantes carrizos.


Su alimentación es omnívora. Durante la temporada de primavera y verano, se compone principalmente insectos y sus larvas, arácnidos y otros pequeños invertebrados. A lo largo del otoño e invierno (cuando escasean las presas) ingiere también materia vegetal, sobre todo brotes y semillas de sauces, de espadaña y de otras plantas similares.


Se distribuyen por Europa y Asia. En Europa se reproduce en Francia, Italia, Dinamarca, Austria, Hungría, Alemania, Polonia, Estados Bálticos, Balcanes y Rusia.


En nuestro país las zonas reproductoras más importantes se localizan en los valles de los ríos Ebro, Duero y Tajo, así como en el litoral mediterráneo. En el resto de España (excepto en la mayor parte de Galicia, parte de la cornisa cantábrica y de Pirineos) son residentes habituales y su número aumenta durante el período invernal, debido a la llegada de aves procedentes del norte de Europa, que se desplazan al sur y suroeste de Europa, para invernar. 


Estos desplazamientos son cada día más importantes, debido a la tendencia claramente expansiva de las poblaciones centro europeas, que cada vez crían más al Norte y Oeste de su normal área de reproducción. 


También en España, se está detectando un considerable aumento en su área de distribución, ya que en la década de los setenta del pasado siglo, la población ibérica de Pájaro moscón se encontraba restringida fundamentalmente al litoral mediterráneo, con algunas incursiones por el valle del Ebro y sin embargo, en la actualidad, está teniendo una clara expansión hacia el Oeste y Sudoeste, concentrándose a lo largo de las cuencas de los grandes ríos de la Península y sus afluentes principales (Ebro, Tajo, Duero, Jarama, Henares…), así como en numerosas localidades del litoral mediterráneo. Debido a esta expansión, ya no solo los podemos ver en Navarra, Rioja, y Levante, sino que también aparecen en provincias como Toledo, Guadalajara, Madrid y posiblemente ya, en Cáceres y Badajoz y por el Oeste, y más al Norte, en la provincia de Zamora (Villafáfila). Está ausente de ambos archipiélagos, así como de Ceuta y Melilla.


El periodo de reproducción lo realizan entre los meses de abril mayo, pudiendo llegar a efectuar dos puestas por temporada.


A partir de abril los machos, además de cantar con insistencia, comienzan a construir el nido colgante que fijan en una horquilla terminal de alguna de las ramas flexibles de los álamos blancos, sauces o chopos que se encuentran en las riberas de los ríos, lagunas y zonas palustres. 


De esta manera, intenta el macho atraer a una o varias hembras (ya que es polígamo) que muestren interés por la construcción y que entren en ella, pero si no acude ninguna, dejan el nido a medio terminar y pueden comenzar a construir otro nido nuevo (un macho puede hacer tres nidos seguidos); es por ello, por lo que con cierta frecuencia, se pueden ver nidos inacabados. 


Si por el contrario, una hembra acepta y se constituye la pareja, entonces ella colabora en la terminación del nido con la elaboración de un túnel de acceso, que comunica con la estructura principal que inició el macho y con un revestimiento interior mullido. El resultado es una resistente y perfecta estructura con forma de globo y aspecto algodonoso, que tiene una entrada lateral de forma tubular en su parte superior y que está completamente aislada del exterior. Posteriormente, la hembra echa al macho y desde ese momento toda la responsabilidad de la reproducción recae sobre ella.



Para su construcción utilizan fibras vegetales que recubren externamente con la blanca pelusa vegetal que producen estos árboles, con las inflorescencias plumosas de los carrizos y con telarañas. Después lo tapizan por dentro con lana de oveja que queda enganchada en los matorrales y pelusa vegetal. Con infinita paciencia, utilizan su pico para sujetar y tejer una complicada estructura con todos estos materiales. La estructura de lana o fibras queda muy bien enganchada en los brotes y rugosidades de las ramas y es capaz de soportar la fuerza del viento (puede soportar vientos hasta de 80 km/h) y de la lluvia. El Pájaro moscón Europeo lo construye de manera que su elasticidad resulte muy duradera, cerrándose cada vez que el pájaro entra en el nido y abriéndose cuando sale. Una vez terminado, se puede afirmar que constituye uno de los nidos más bellos, sofisticados, seguros y confortables de nuestra avifauna.



La hembra deposita entre 5 y 8 huevos que incubará solo ella, durante 13 o 14 días, mientras el macho se dedica a aportar alimento a las distintas familias que ha formado. Transcurrido este tiempo, nacen los pollos, que se desarrollan en unos 21-25 días. 



Antes de terminar, quiero aprovechar la ocasión para comentar que entre las plantas existen múltiples estrategias para extender su descendencia, cada especie trata de expandirse ganando terreno a las demás. Para ello suelen ayudarse de distintos vectores. Un caso curioso es el de la espadaña, (también conocida como enea, junco, totora o gladio) que utiliza la denominada anemocoria, esto es, la dispersión de semillas mediante el viento pero, en el caso de esta planta, si el "puro" donde se encuentran estas, está sumamente apretado y denso, por más que el viento cimbree a la planta, las semillas no se dispersarán. Sin embargo la ayuda del Pájaro moscón es fundamental, ya que abre estas apretadas estructuras, permitiendo de esta manera, que sea el viento quien las disperse fácilmente (anemocoria) a gran distancia, a cambio de ofrecer algunas al ave. A esta interesante función se la denomina ornitocoria.



Los principales problemas para la especie provienen de la destrucción de su hábitat de nidificación, con actuaciones como la eliminación de árboles en las márgenes, acequias y linderos, la quema de carrizales y el uso abusivo de insecticidas, a lo que hay que añadir la recolección de sus nidos. En todo caso, la especie se encuentra en expansión en la Península Ibérica gracias, en buena medida, a las actuaciones de conservación de sotos ribereños y zonas palustres incluidos en espacios naturales protegidos. El pájaro moscón se considera “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

domingo, 17 de abril de 2016

De pintoja a pintoja y… porque se me antoja. Buscarla pintoja (Locustella naevia). Chicharra.

A raíz de mi anterior entrada en el blog en la que presenté un puñado de fotografías que a duras penas le pude sacar a la esquiva y difícil Polluela pintoja, esta semana decidí abordar otra tarea que desde hace tiempo tenía pendiente y que, al escribir sobre ella, me vino a la memoria. Curiosamente ambas especies coinciden no sólo en el apellido “pintoja”, sino también en su carácter enigmático y esquivo que dificultan notablemente su observación, provocando que en ambos casos resulte mucho más fácil detectarlas por su inconfundible canto que por la visión directa.




Se trata de la muy esquiva y difícil de observar Buscarla pintoja, que en mis últimas salidas fotográficas, dado su característico trino, ya había detectado en varios puntos de pajareo habituales, pero que tras intentarlo en varias ocasiones, no la pude fotografiar debido a su carácter tímido y escondidizo y a las difíciles condiciones climáticas que en la mayoría de los casos tuve.




Así que esta semana, aprovechando que tuvimos unos días de buena luz, decidí dedicarme a la difícil tarea de conseguir unas cuantas fotografías de esta interesante especie a la que, más o menos, ya tenía localizada en varias zonas, entre las que se encontraban: la península de Nieva y el entorno de Peñas.




La península de Nieva es una zona que en particular en esta época del año es un auténtico espectáculo para la observación y fotografía de paseriformes, ya que estas se encuentran en plenas tareas reproductivas y por ello, dando lo mejor de sus cantos para atraer a sus potenciales parejas y exhibiéndose desde lo más alto de sus perchas habituales.




Además, si partimos desde el aparcamiento del Faro de Avilés, podremos disfrutar de unas bonitas vistas de la bocana de la ría de Avilés y de las playas Salinas, así como de unos espectaculares acantilados que desde el mismo faro, llegan hasta la cercana playa de Xagón. Saliendo desde el mismo faro, se pueden recorrer múltiples pistas de tierra que inicialmente discurren entre un gran tojal y diversa vegetación arbustiva, para luego continuar con zonas más despejadas de praderías.




Tras haber recorrido escasos metros y haciendo una revisión rápida, pude disfrutar de la observación, y en muchos casos de los desaforados cantos, de especies como, Chochín, Pardillo, Buitrón, Curruca rabilarga, Verderón común, Gorrión común, Tarabilla común, Jilguero, Colirrojo tizón, Acentor común, Alondra Común, Mirlo común, Urraca, Corneja, e incluso pude ver a un par de Perdices comunes. Por supuesto, a esta larga lista hay que añadir a la especie protagonista de esta entrada, la Buscarla pintoja, la que en principio, iba a ser la más difícil de observar.




Como todos ya sabéis, a la Buscarla pintoja se la localiza relativamente bien por su característico y monótono canto similar al de una Chicharra (así se le denomina en asturiano), pero se pasa la mayor parte del tiempo comiendo y moviéndose por la espesa vegetación (zarzas, tojo, matorrales, bardiales, arbustos…) sin dejarse ver casi nunca, a no ser que, como ocurre en esta época del año, se encuentren en pleno flirteo nupcial.




Como parte de ese cortejo, los machos se exponen en posaderos al descubierto, entonando sus estridentes y mantenidos trinos, con la garganta blanca inflada, moviendo la cabeza lentamente a derecha e izquierda y con la cola desplegada en alto. También podemos ver a la pareja adoptar posturas insinuantes y realizar rápidas persecuciones, volando entre la maleza. 




Si os digo la verdad, yo casi no me lo acababa de creer, ya que estaba teniendo la oportunidad de poder observar y fotografiar con bastante facilidad a la esquiva Buscarla pintoja que en tantas ocasiones había intentado fotografiar y además lo hacía con unas buenas condiciones de luz, en fin, todo un lujo que me brindó la primavera.




La Buscarla pintoja es una especie de ave paseriforme de la familia Sylvidae y género Locustella que vienen a medir unos 12-14 cm de longitud, con una envergadura que pueden alcanzar los 20 cm. Su peso puede llegar a los 18 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie, aunque las hembras son ligeramente más pequeñas que los machos. 




Como se puede observar en las fotografías, por la parte superior son de color pardo grisáceo con tintes oliváceos y está muy moteada de rayas oscuras formadas por el centro negro de las plumas. El obispillo lo tienen del mismo color, pero un poco más claro y sin apenas pintas. 




Las alas son cortas, anchas y redondeadas y tienen el borde externo blanquecino. Los flancos son de color blanquecino cremoso con pintas alargadas de color pardo oscuro. El mentón y la garganta son blanquecinos.




En cuanto a la coloración de las partes inferiores hay que destacar que esta especie se considera dimórfica, ya que unas son de color ocre blancuzco y otras amarillentas, sin que ello tenga relación alguna con la edad o el sexo.




El píleo es de un color pardo rojizo, algo más oscuro que el del dorso y está uniforme y finamente listado de un color más oscuro.




La cara es de color parduzco con la zona de las auriculares más oscura y la parte inferior más blanquecina. Tienen una corta y discreta banda superciliar blanquecina.




El pico es medianamente largo, delgado, más ancho en su base y puntiagudo. Es de color pardo oscuro con el culmen y el extremo inferior negruzcos y la base de la mandíbula inferior pardo amarillenta.




Los ojos son grandes, con el iris de color marrón y están rodeados de un fino anillo periocular blanquecino muy acusado.




La cola es larga, redondeada, muy ancha y acabada en punta debido a que tiene las rectrices centrales un poco más largas que las laterales. Las plumas infracobertoras de la cola son de color beige pálido y están moteadas de pequeñas rayas que son bastante visibles, ya que tienen el hábito de elevar la cola.




Las patas son medianamente largas y de color pardo rosáceo.




Los jóvenes se parecen a los adultos pero por la parte superior son de color más pardo rojizo y tienen los ojos de un color marrón más oscuro que el de los adultos.




En cuanto a su comportamiento decir que es bastante críptico, dados sus hábitos retraídos y esquivos, permaneciendo bien oculta entre la vegetación, donde a veces se la puede ver corriendo a lo largo de ramas de arbustos con extraordinaria agilidad.




Vuela muy poco y cuando lo hace, lo efectúa con rapidez y en vuelo directo para calarse en picado o introducirse sin pensarlo entre las ramas del matorral más próximo. Muy pocas veces vuela largas distancias al descubierto.




Cuando canta y se siente intimidada por la proximidad del observador, deja inmediatamente de cantar, observa y se cala en el matorral, desapareciendo en su interior o volando a otro cercano, para volver a cantar en el mismo posadero una vez haya pasado el potencial peligro.




Normalmente se detecta su presencia por su peculiar canto tipo “sirrrrrrrrrr”que recuerda al de una chicharra o grillo cebollero o incluso al sonido que se produce al rebobinar un carrete de pesca o al de una rueda de bicicleta girando con el piñón libre. Como curiosidad decir que la traducción de su denominación inglesa “Grasshopper warbler”, sería la de “curruca de saltamontes”, en clara alusión a su característico canto.




Es un trino continuado, muy sostenido y de bastante duración (de 30-45 seg, a 2 min), rápido, con una sola nota, que normalmente escuchamos en primavera. Debido a que tiene un tono elevado, se le puede escuchar a gran distancia (hasta 400 m). La intensidad de la percepción acostumbra a variar (efecto de “ir y venir”) dependiendo del viento y de los frecuentes giros de la cabeza, a un lado y a otro, que el ave efectúa mientras canta. 




No siempre canta al descubierto. A veces lo hace oculta entre las ramas y muy a menudo a baja altura. Su canto se hace insistente al amanecer y sobre todo en las primeras horas de la noche y por él podemos conocer la fecha de su llegada a la península Ibérica y calculamos más o menos cuando nos deja en el otoño.




Sus hábitats preferidos son las zonas bajas por debajo de los 600 m de altitud y en concreto los prados de hierba alta (campiñas cercanas a la costa) con bardales o parches de matorral denso (tojos, brezos, zarzas…). También les gusta frecuentar zonas con abundante vegetación palustre, cañaverales, juncales, espadañales, carrizales y las marismas.




Su alimentación es a base de insectos (odonatos, ortópteros, hemípteros, lepidópteros, tricópteros, dípteros) y sus larvas, arácnidos, hormigas, pequeños caracoles y lombrices. Algunas veces, consume bayas de saúco y de otros arbustos.




Están distribuidas por las zonas templadas de Europa (desde Irlanda y el norte de España hasta el SO de Siberia y Asia central) y falta en las áreas más norteñas (Islandia, norte de Escandinavia) y en las más meridionales (entorno mediterráneo).


Se trata de un ave migrante transahariana, de aparición estival en Europa, que inverna en el África tropical. El paso prenupcial se detecta entre marzo y mayo (con máximos a principios de mayo) y el posnupcial se extiende desde julio hasta octubre (con máximos en septiembre).




En España es un ave poco frecuente que en migración puede observarse por toda la península, pero como especie nidificante, su distribución se restringe a la franja húmeda cantábrica, desde el norte de La Coruña hasta la frontera con Francia, con los mejores núcleos en tramos costeros de Asturias y el País Vasco. 


El periodo de reproducción lo realizan entre los meses de abril a junio. Ambos sexos construyen un nido en el suelo o cerca de él, con forma de copa y lo sitúan, muy escondido, entre la espesura de la vegetación. Para su elaboración utilizan hierbas, hojas secas y ramitas para posteriormente, tapizarlo en su interior con plumas y pelos. 




La puesta se compone habitualmente de 3-6 huevos. La incubación dura 14 días aproximadamente y es llevada a cabo por ambos sexos. Los pollos son cebados por la pareja y abandonan el nido alrededor de los 12 días de edad, pero siguen siendo atendidas por sus padres durante algunos días más. Excepcionalmente hacen dos puestas anuales.




La principal amenaza que puede afectar a la especie radica en la alteración y destrucción del hábitat rural por repoblaciones forestales (coníferas y eucaliptos) o su transformación en suelo urbanizado o de infraestructuras en la franja costera y el uso indiscriminado de plaguicidas que afecte a su principal fuente de alimentación. La buscarla pintoja se considera “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.