lunes, 28 de febrero de 2022

Un escaso e interesante pato buceador de origen norteaméricano. Porrón acollarado (Aythya collaris). Parru Americanu.

Desde hace algo más de tres años no había tenido la oportunidad de observar y fotografiar a éste interesante pato buceador de origen norteamericano, me estoy refiriendo al Porrón acollarado (Aythya collaris) que en Asturias se reconoce también como Parru Americanu.


Entonces (nov 2018) el protagonista fue un ejemplar juvenil que recaló en el parque de Isabel la Católica de Gijón al que le pude realizar una buena sesión fotográfica que publiqué en el blog.


En la actualidad, he tenido de nuevo la oportunidad de poderle fotografiar en un entorno diferente, al que cada vez que acudo allí, vengo maravillado de la cantidad de especies de aves que allí se pueden observar. Me estoy refiriendo al Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel a donde me desplace fugazmente el sábado 05/02/2022 en compañía de dos buenos amigos.


A diferencia con el anterior encuentro, en ésta nueva ocasión el protagonista fue un bello ejemplar de macho de primer invierno que, desde la primera semana del pasado mes de diciembre, se dejó ver en la laguna del Sorbal en compañía de otras muchas especies de patos: Porrón europeo, Ánade friso, Ánade rabudo, Cuchara común, Porrón europeo…


Se trata de una especie originaria de Norteamérica que hasta principios de la década de los 90 se consideraba un divagante muy raro en España, pero desde entonces, extraño es el año que no se reporte su presencia en algún lugar de nuestro país, sobre todo durante el periodo invernal (de noviembre a marzo) y mayoritariamente en el cuadrante noroccidental de la Península y el archipiélago canario. En nuestro país, hasta el 1 de enero de 2016, ésta especie estaba considerada  por la SEO como una rareza divagante.


Recaló allí muy probablemente procedente de las islas Británicas, donde un pequeño número de individuos se comporta, desde finales de los setenta, como unos invernantes regulares.


Una característica que presentaba este ejemplar y que acostumbra a ser habitual en otras observaciones, era que permanecía, casi continuamente, en compañía cercana de porrones europeos, ya fueran machos o hembras.



Si queremos conocer más afondo al Porrón acollarado o Porrón de collar (Aythya collaris), debemos saber que se trata de un pato buceador del género “Aythya” que toma la denominación de la especie “collaris”, del latín “collaris, -e”; relacionado con el cuello. Vienen a medir entre los 37-46 cm de longitud, con una envergadura de que unos 61-75 cm. Su peso puede llegar a 1,2 Kg. En esta especie, como veremos a continuación, existe un gran dimorfismo sexual.


En el caso de los machos en la época nupcial por la parte superior y el pecho son totalmente de color negro.


Como hace referencia la denominación de la especie, en el cuello presentan una pequeña franja de color ocre a modo de collar que, curiosamente, apenas es visible, pero el nombre se lo pusieron biólogos del siglo XIX que describieron a la especie utilizando especímenes muertos.


Los flancos son de color gris excepto una cuña blanca vertical en la zona delantera junto al inicio del pecho.


Las alas son de color negro pero cuando lo vemos en vuelo presentan una franja de color gris.


Por la parte inferior, tienen el vientre de color blanco.


La cabeza es grande, negra y con reflejos iridiscentes de color púrpura. A éste respecto y a modo de curiosidad, decir que el Porrón acollarado recibe diferentes nombres vernáculos como “cabezón” o “pato cabezón”.


El pico es tricolor, ya que es de color gris pizarra con una ancha punta negra y una franja subterminal blanca. Además, en el caso de los adultos machos, presentan una estrecha franja blanca en la base, junto a la cara y las narinas (entre ambas franjas) las cuales están rodeadas también de blanco.


Los ojos son pequeños y de color amarillo algo anaranjado.


La cola es muy corta, de color negro y a menudo la llevan levantada.


Las patas son de color gris y tienen los dedos palmeados.


En el caso de las hembras se pone muy de manifiesto el gran dimorfismo sexual ya que presentan el dorso, la zona caudal y las alas de color pardo oscuro que contrasta con el color castaño claro del pecho y los flancos. La garganta es blanca y el vientre blanquecino. (Fotografías de archivo de un ejemplar juvenil nov. 2018).


El píleo y la parte superior de la cara son de color pardo oscuro. El resto de la cara y el cuello son de color pardo blanquecino.


El pico es del mismo color que el del macho, pero carecen de la fina franja blanca de la base del pico y solo tiene la banda vertical de color blanco próxima a su extremo. Bordeando la base del pico tienen una difusa ancha banda vertical blanquecina que se continúa por la parte anterior del cuello.


Los ojos son pequeños, de color marrón oscuro y tienen un anillo periocular blanquecino al que se une por su parte trasera una línea, también blanquecina, que se dirige hacia atrás a la vez que describe una curva hacia abajo.


Los jóvenes se parecen a las hembras adultas, pero con el pico completamente oscuro, sin franja subterminal (o muy tenue), ya que se desarrolla a partir del primer invierno.


En lo referente a la distribución (neártica) del Porrón acollarado, decir que es originario de Norteamérica y en época de reproducción se extiende sobre buena parte de Canadá y zonas del norte de Estados Unidos. Inverna en las costas del Atlántico de Estados Unidos, así como en México y Centroamérica.


En La Islas Británicas y en algún otro país europeo desde hace años algunos individuos son invernantes habituales. En Europa es la más frecuente de todas las anátidas divagantes americanas.


En España su presencia es muy ocasional tratándose de una especie que anteriormente se la consideraba divagante rara, pero que cada vez es más habitual.


Su hábitat preferido durante la época reproductiva se encuentra preferentemente en áreas pantanosas, charcas y lagunas interiores relativamente profundas y con vegetación flotante. Durante el invierno prefieren las aguas dulces optando por los grandes lagos, marismas, albuferas y estuarios de los ríos.


Se alimentan principalmente de plantas acuáticas y de sus brotes y semillas, así como de moluscos, crustáceos, pequeños peces e insectos acuáticos.


Durante el periodo reproductivo, desde principios de mayo hasta mediados de junio, construyen su nido en el suelo y ubicado entre la vegetación palustre, cerca del agua o en plataformas flotantes formadas por plantas.


La puesta se compone normalmente de 8-10 huevos y la incubación dura 28 días aproximadamente. Solo la hembra proporciona cuidado parental, incubando huevos y generalmente se queda con la cría hasta que vuela. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido.


En cuanto al estado y conservación de esta especie, decir que se considera como No Amenazado Gobalmente (Preocupación menor).

domingo, 20 de febrero de 2022

Un ave rapaz muy guapa y poco habitual por estos lares. Elanio común (Elanus caeruleus).

En ésta nueva entrada quiero compartir con los aficionados que amablemente visitáis éste blog, un buen puñado de fotografías de una pequeña ave rapaz que en particular para mí es una de las más guapas que podemos ver en nuestro territorio nacional, y mira que las hay guapas. Tal vez esa predilección sea debida a la gran escasez de ejemplares de los que podemos disfrutar en el Principado de Asturias y a las ganas que desde hace tiempo tenía de poder observarle y, a poder ser, fotografiarle.



Como podréis observar en el reportaje, la mayoría de las fotografías son de carácter testimonial y a las que, inevitablemente, les he tenido que aplicar recortes, ya que el entorno por donde habitualmente se mueve son las dependencias de un antiguo campo de golf al que no se está permitido acceder y que se encuentra vallado en la totalidad de su perímetro.



A la dificultad que supone tener que realizar las fotografías a esas grandes distancias por donde habitualmente se mueve, hay que añadirle el tener que realizarlas, en la mayoría de los casos, a través de la ya mencionada alambrada lo que dificulta su adecuado enfoque en muchas ocasiones.




A pesar de todo ello, he querido seguir adelante y dedicarle ésta entrada en la que pretendo documentar fotográficamente unos cuantos acontecimientos de la vida de ésta elegante ave rapaz que he tenido el privilegio de poder observar en unas cuantas visitas que he podido realizar a lo largo de los días que llevamos de éste mes de febrero.




Tras poderle localizar, no sin dificultades, en los primeros días del mes, enseguida pude observar las disputas territoriales que tuvo que llevar a cabo con otras especies de aves y en especial con un Busardo ratonero que, día tras día, se empeñó en utilizar los mismos oteaderos que venía utilizando el Elanio para divisar a sus potenciales presas de caza. Al Elanio común es frecuente verlos en lo más alto de los postes de las carreteras.




Impresionaba ver y escuchar los graznidos con los que valientemente atacaba el Elanio al Busardo ratonero y que, pasada tras pasada, hicieron que consiguiera su objetivo.




Y de ese oteadero, a otro cercano y otro de los favoritos del Elanio, como eran los extremos más elevados de unos postes metálicos que, en su día, sirvieron para sujetar una red que impidiera la salida de las pelotas de golf de la zona de entrenamientos.




Ataque tras ataque, qué hasta que no consiguió de nuevo echarle de su territorio de caza, no ceso en molestarle hasta que consiguió de nuevo su cometido.




Me llamó poderosamente la atención los duros y reiterados ataques que un ave mucho más pequeña como es el Elanio, lanzaba contra el Busardo ratonero el cual se defendía como buenamente podía sin querer abandonar esas posiciones privilegiadas.




En otras ocasiones pude observar muy en la distancia pero con claridad, como los papeles se cambiaban y era el Elanio el rival a expulsar de otros oteaderos algo más bajos, siendo en este caso las acosadoras las inevitables pegas (Urracas) que de una manera mucho más sutil e inteligente, iban acosando poco a poco al Elanio con reiteradas aproximaciones a su posición y algún que otro picotazo.




Además, como muchos de vosotros ya conoceréis, las pegas acosan en grupo y mientras se van alternando en los acosos, las otras van tomando posiciones cada vez más cercanas hasta que consiguen expulsar de su zona de influencia al contrincante.




Otro habitual competidor del Elanio en ese territorio era el Cernícalo Vulgar que con un tamaño similar al de nuestro protagonista, también se esmeraba en competir por conseguir las mismas potenciales presas (pequeños roedores) que el Elanio.




Aunque no conseguí fotografiar esas disputas por ocupar los mismos oteaderos que el Elanio, en las imágenes se puede apreciar que eran las mismas y que, en este caso, el Cernícalo prefirió no entrar en conflicto y abandonar el lugar antes de la llegada del Elanio.




Pero no todo fueron disputas territoriales, también pude observar un comportamiento sumamente sociable con otras aves que no tenía la capacidad de competir con él y con los que hacía buenas migas.




Ese fue el caso que pude observar cuando recibió la visita de un nutrido grupo de estorninos o de palomas torcaces que en éstos días abundan por la zona y con las que en alguna ocasión se puede llegar a confundir en la distancia por su parecida coloración.




Tras haberle podido observar y fotografiar con esas diferentes compañías, ahora el objetivo que quise lograr era la de verle cazar alguna presa y verle alimentarse a continuación.




Imágenes más que suficientes para poder apreciar sus largas y apuntadas alas que mueve alcanzando unos ángulos muy marcados (alas muy levantadas) como es característico de ésta especie.




Una tarea nada fácil como podréis comprender ya que a las dificultades que ya mencione anteriormente, habría que añadir la de poderle captar en vuelo con unas condiciones climáticas bastante adversas, ya que, como puede apreciarse en las imágenes, estaba muy nublado y eso obligaba a tener que utilizar unas ISO muy elevadas que repercuten negativamente en la calidad de las fotografías (mucho ruido). No obstante, una y otra vez lo intenté hasta conseguir algo medianamente decente.




Otra interesante característica de ésta pequeña ave rapaz, es la de poderse cernir para observar sus potenciales presas y lanzar sus ataques dejándose caer desde lo alto.




Acostumbrado a ver realizar esas maniobras de vuelo en los cernícalos, me llamó la atención la posición que adopta para llevarla a cabo, ya que, a diferencia de como la llevan a cabo los cernícalos, en el caso del Elanio su cuerpo permanece bastante vertical con respecto al suelo y tan horizontal como lo llevan a cabo aquellos.




Muy posiblemente esa postura se deba a la costumbre de los elanios de dejar colgando sus patas a la vez que se ciernen lo que supone un cierto contrapeso.




Por lo que yo recuerdo, los cernícalos solo descuelgan sus garras en los momentos previos al ataque, pero en el caso de los elanios, es desde el primer momento. Tal vez sea sólo una apreciación mía que no se corresponda con la realidad, pero que a mí, con mi corta experiencia con ésta ave, me llamó la atención.




En cualquier caso y a pesar de la pésima calidad de las imágenes, fue todo un privilegio poderle observar cazando sus pequeñas presas que una vez capturadas se trasladaba a unas perchas más alejadas donde dar cuenta poco a poco de sus presas.




Tuve la enorme satisfacción de poder captar alguna imagen en la que se puede apreciar su captura que en éste caso, como es lo habitual, se trataba de un pequeño roedor.




También pude apreciar cómo, poco a poco, iba dando cuenta de sus presas a base de pequeños picotazos y desgarros de sus víctimas.




En ésta ocasión lo hizo en lo más alto de un pequeño arbusto.




En ésta otra, algo más distante, en uno de los cables que unes los postes metálicos antes descritos.




El resto de fotografías las quiero utilizar para poder describir, como ya viene siendo habitual en mis entradas, las principales características que de ésta pequeña ave rapaz.




El Elanio común (Elanus caeruleus), también conocido como Elanio azul o “cometa de alas u hombros negros”, es un ave rapaz diurna de tamaño pequeño, similar al de un Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus), que pertenece al orden de las Falconiformes, y la familia “Accipitridae” (halcones, gavilanes, Azor común). Su denominación científica proviene de término griego “elanos”: especie de milano o cernícalo y del latín “caeruleus-a-um”: azul oscuro (de caelum-i: cielo).




Tienen una longitud de entre los 30-36 cm, una envergadura de 75-90 cm. Su peso oscila entre los 200-350 gr. No existe un claro dimorfismo sexual excepto, como viene siendo habitual en muchas aves rapaces, que las hembras son ligeramente más grandes que los machos.




Tienen las partes superiores son de color gris ceniza algo azulado. 




Las alas son largas, anchas y puntiagudas; por la parte superior son de color gris azulado con dos grandes manchas negras en los hombros, mientras que por la parte inferior son de color blanco con dos grandes manchas negras en su extremo que se corresponden con las plumas primarias y las secundarias.




Por su parte, el pecho, los flancos la parte inferior son de color blanco.




La cabeza es grande y su pico es de color negro, corto y está curvado hacia abajo con forma de gancho bastante pronunciado. La cera del pico es de color amarillo.




Pero si hay algo característico y llamativo de éste ave son sus ojos que tienen el iris de un color rojo intenso (coral). Están contorneados de negro y tienen una disposición bastante frontal. Frente y cejas, son de color blanco.




La cola es corta y cuadrada, tiene las plumas centrales de color gris y el resto blancas. Cuando están en reposo la cola queda cubierta por las alas y tiene el extremo un poco ahorquillado mientras que cuando están en vuelo es recto.




Las patas son cortas y fuertes, están cubiertas casi completamente por un “pantalón” de plumas blancas y son de color amarillo con las uñas de color negro.




En España podemos observar la subespecie “caeruleus”, que se distribuye por Europa, África y el sureste asiático, desde China hasta Malasia.


Afortunadamente, ésta es una especie cuya población va en aumento en la Península Ibérica. En nuestro país se distribuye por la mitad occidental de la Península, con un núcleo principal en Extremadura, desde donde se ha expandido hacia el norte y el sur en los últimos 30 años. En la actualidad se reproduce en Andalucía (salvo Almería), Castilla-La Mancha (Toledo y Ciudad Real), Madrid, Castilla y León (salvo Soria), País Vasco (Álava), Aragón (Huesca) y Cataluña (Lérida); probablemente también lo haga en Soria y Navarra. Está ausente en Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. En nuestro país son residentes habituales pero después de criar realizan movimientos de dispersión más hacia el norte.

SEO/BirdLife

Su hábitat predilecto son fundamentalmente los cultivos de secano, con arbolado disperso (principalmente encinas, pero también alcornoques, quejigos, robles, pinos, castaños, olivos y fresnos, entre otras especies), salpicadas por pastizales, retamares u otros cultivos.




Su alimentación es fundamentalmente a base de pequeños mamíferos, principalmente roedores (ratón moruno, ratones de campo, topillos, musarañas…), aves, pequeños reptiles, anfibios y también grandes insectos.




El periodo de reproducción lo llevan a cabo entre los meses de marzo y junio. En esa época construyen los nidos en los árboles, a poca altura, no obstante a veces utilizan los nidos de otras aves. La puesta se compone de 2-6 huevos, generalmente 3-4. La incubación dura 28 días aproximadamente y las crías abandonan el nido cuando tienen unos 35 días de edad.




La principal amenaza para las poblaciones ibéricas es la degradación de su hábitat, provocada por cambios agrícolas, fundamentalmente la intensificación y mecanización (cambios de cultivo, concentración parcelaria, transformación en regadíos, eliminación del arbolado para utilización de maquinaria) y el abandono de cultivos. La alta dependencia de los cultivos cerealistas de secano —con arbolado disperso— y de las poblaciones de roedores que mantienen conlleva que esta rapaz sea muy sensible a cualquier modificación del hábitat que afecte a la disponibilidad de presas en áreas de caza o lugares de nidificación. Respecto a la mortalidad no natural, cabe señalar el atropello en carretera y la caza ilegal, en muchos casos para taxidermia. Se incluye en el Libro Rojo de las aves de España (2004) en la categoría de “Casi amenazado” y aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.