Uno de los interesantes
encuentros del qué he podido disfrutar a lo largo de este verano ha sido con
esta bella ave ciconiforme perteneciente a la familia de las ardeidas.
El Martinete común es una garza
de tamaño mediano (L: 58-65 cm, E: 90-100 cm P: 750 y 1.000 gr) en el que no se
puede apreciar un dimorfismo sexual.
Sus hábitos son fundamentalmente
crepusculares y nocturnos, aspecto este que queda perfectamente reflejado en la
etimología de su nombre científico “Nycticorax
nycticorax” que deriva del término griego “Nycticorax”: “nykte”;
noche + “korax –akos”; cuervo)
significa cuervo de noche por el grito que emite similar al del cuervo.
Con un carácter un tanto tímido y
esquivo, al igual que otros componentes de esta familia, es precisamente en las
primeras o últimas horas del día cuando resulta más fácil de detectar en sus
posaderos y cuando centra la mayoría de su actividad capturando peces, moluscos,
crustáceos, anfibios o grandes invertebrados acuáticos.
Como fácilmente podréis imaginar, tanto su timidez y carácter esquivo, como sus hábitos crepusculares son dos
aspectos que no favorecen mucho que digamos, a la hora de intentar realizarle
unas fotografías medianamente buenas.
Tampoco favorece mucho esa tarea
el hecho de que los hábitats que acostumbran a frecuentar sean los humedales,
preferentemente de aguas dulces de ríos y lagos, en los que exista una abundante vegetación ribereña y en
donde permanecen medio escondidos.
Durante el día también es
habitual verles inmóviles y medio ocultos entre las ramas de los árboles o
arbustos que crecen cerca del borde de cursos de agua, marismas o lagunas, pretendiendo
así pasar desapercibidos.
Su técnica de caza preferida es
el acecho desde la orilla del agua o desde una rama baja, donde aguardan
inmóviles a que alguna presa se ponga a su alcance, momento en el que la atrapan
con un rápido movimiento del cuello.
También es cierto que en esas
horas crepusculares, es frecuente verles desplazarse volando lentamente desde
sus dormideros hacia sus territorios de caza, lo cual favorece el poderles
fotografiar en vuelo. A eso hay que añadir el hecho de que tengan un tamaño
mediano, en el que destacan sus alas gris claro, con el dorso, nuca y capirote gris
pizarroso oscuro (casi negro) que contrastan notablemente con las partes inferiores
blanquecinas.
Pero si hay algo que a mí
particularmente me llame la atención de la anatomía de esta ave, son sus ojos con
un iris de un llamativo rojo escarlata con una gran pupila negra que me recuerdan a
los ojos “ensangrentados” del mismísimo conde Drácula.
También son bastante llamativas
las tres largas plumas blancas de hasta 24 cm de longitud, que nacen en la nuca
y cuelgan por la espalda, en especial en los machos (más cortas en las hembras)
lucen durante la época reproductiva.
En comparación con otros
componentes de la familia de las ardeidas, destacan también lo exageradamente
corto que tienen el cuello y la cola.
El pico es de tamaño medio (6-8 cm), grueso y puntiagudo; es de color verdoso en la base y negro en la parte
superior.
Las patas son de tamaño medio y de un color amarillo claro que se intensifica en la época de reproducción, volviéndose amarillo anaranjado, casi rojizo. Los dedos son bastante largos y no están palmeados.
Su vuelo es pausado y elegante
presentando una silueta muy compacta, con la parte trasera corta, pies poco
visibles y alas relativamente cortas y redondeadas. Lo hacen con el cuello
estirado a diferencia de las garzas que lo hacen con el cuello retraído.
Los jóvenes por la parte superior
son de color marrón achocolatado con motas blanquecinas en el dorso. Por la
parte inferior son de color grisáceo rayado de marrón oscuro. Tienen los ojos
de color naranja. En las alas también tienen motas de color blanquecino.
Existen diferentes plumajes de transición hasta llegar a alcanzar la librea de
adulto.
Se distribuyen por todos los
continentes (Europa, África, Asia y América) excepto por el australiano.
En España hay una minoría que es
residente habitual pero la mayoría llegan desde África durante el período
estival para reproducirse, permaneciendo entre nosotros de marzo a octubre,
para emprender entonces un viaje migratorio que los llevará hasta sus zonas de
invernada en África tropical.
Nuestro territorio, incluyendo
Baleares y Canarias, acoge aves en dispersión y recibe también un importante
paso migratorio de individuos centro-europeos, algunos de los cuales se suman al
escaso contingente invernal.
La distribución de esta pequeña
garza en España está asociada a los tramos medios y bajos de los grandes ríos
peninsulares y sus principales afluentes, así como a los humedales de la
fachada mediterránea, incluidas las islas Baleares y la costa sur. Habitualmente
falta en extensas regiones como la totalidad de la cornisa cantábrica, Galicia,
el área pirenaica, el este de Castilla y León y de Castilla-La Mancha, el sur de
Aragón, así como en buena parte del sureste peninsular. En invierno aparece en
escaso número en el bajo Guadalquivir, así como en las cuencas del Tajo,
Guadiana, Júcar y Ebro, fundamentalmente, y también en las islas Baleares.
La época de reproducción se
realiza entre los meses de abril y junio. Forman ruidosas colonias, normalmente
junto a garcillas, garzas y garcetas.
Construyen el nido en árboles o
matorrales altos próximos al agua. La plataforma es construida por la hembra
con material aportado por el macho y resulta generalmente mayor que los nidos
de garceta común o garcilla cangrejera.
La puesta puede oscilar entre 3-5
huevos. La incubación dura unos 21 días aproximadamente y es llevada a cabo por
ambos sexos con mayor dedicación por parte de la hembra. Al cabo de unos 21
días las crías abandonan el nido durante el día pero regresan a él para dormir.
Entre sus principales amenazas están la destrucción de humedales,
construcción de embalses o los planes hidrológicos a gran escala pueden suponer
un importante factor limitante para el mantenimiento de las poblaciones.
También hay que destacar las molestias ocasionadas durante la época de
nidificación, que pueden provocar su abandono.
El martinete común aparece
incluido en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de
Especies Amenazadas.
Fue de mucha ayuda tu publicacion. Esta mañana vi dos a un lado del camino, en una especie de carril de agua, me sorprebdio el tamaño. Hace algunos años esta parte donde vivo era una laguna, pero construyeron casas sobre esto. Por cierto yo vivo en una isla del caribe, se llama curacao.
ResponderEliminarMuchas gracias Cesar por tu amable comentario. Me alegra que hayas podido ver dos ejemplares de esta preciosa ave juntos y me encantaria ver las fotografias que igual les pudiste hacer. Seguro que en ese maravilloso lugar donde vives puedes observar aves increiblemente bellas y te agradeceria me informaras de si tienes alguna publicación donde pueda verlas. Saludos.
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