viernes, 15 de mayo de 2020

Una gaviota poco común, de formas refinadas y muy elegante. Gaviota picofina (Chroicocephalus genei).

Como me imagino ocurre a muchos aficionados a la fotografía de la naturaleza y en especial al de las aves, en más de una ocasión has conseguido realizar un extenso reportaje de algún ave que te parece que merece la pena publicar, y por diversas causas se te acumula el trabajo y lo vas dejando para cuando tengas más tiempo. 




Yo desde luego tengo un buen puñado de esos casos y ahora que llevamos una más que considerable temporada de parón de poder ir de pajareo, me parece una ocasión idónea para poder ir publicando alguna especie que, desde mi punto de vista, merece la pena publicar, con la esperanza de no defraudar al visitante al blog. 




En ese sentido, he considerado interesante que no exista mucho desfase entre la época/temporada en que fueron realizadas las fotografías y la actual, con lo cual tan sólo hay que abstraerse un año natural e imaginarte que en estos días se están produciendo situaciones e imágenes similares a las que ahora comparto. 




Unas imágenes que tuve la oportunidad de obtener en el mes de mayo de 2019 aprovechando unas pequeñas vacaciones familiares en la provincia de Alicante. 




Evidentemente, para un aficionado a este mundillo que la mayor parte del año realiza sus salidas fotográficas por Asturias y sus alrededores, tener la oportunidad de poder fotografiar un buen número de especies de aves que son propias del litoral mediterráneo y que en el Norte son prácticamente imposibles de observar, es toda una oportunidad que no puedes dejar pasar. 




Tan sólo tienes que conseguir convencer al resto de la familia y buscarte la vida para poder sacar unas horillas a tú afición y compartir las otras horas del día con ellos.




Eso es lo que conseguí hacer yo pegándome buenos madrugones para poderme desplazar a buscar, observar y si podía fotografiar, alguna de esas especies que merece la pena intentar conseguir como es el caso de la protagonista de esta entrada, la Gaviota picofina (Chroicocephalus genei). 




Una especie de gaviota poco común, a la que tan sólo se la puede encontrar de forma regular en algunos enclaves muy concretos de nuestro país y en un número no muy grande. La población española actual se calcula en torno a las 1.000 parejas reproductoras, si bien se producen fuertes oscilaciones interanuales. 




Tras realizar las pertinentes consultas en la red, pude averiguar que a escasos kilómetros de donde me hospedaba cabía la posibilidad de poder encontrar alguna colonia de ésta gaviota que yo nunca había visto.




El lugar elegido fue el de las salinas y dunas del Pinet (Santa Pola, Alicante), un lugar del que parte un pequeño recorrido de un par de kilómetros, bien cuidado y señalizado, y donde existen unas antiguas balsas salineras, hoy en día en desuso, a las que todavía se las mantiene el circuito del agua, conservando así su gran riqueza biológica. En el año 2008, en el marco del proyecto de restauración ambiental que adaptó este humedal para facilitar la reproducción de larolimícolas y su uso público, se construyeron allí dos isletas. 




Las gaviotas picofinas comenzaron a nidificar en El Pinet en 2011 y desde esa fecha han repetido anualmente, lo que ha contribuido a afianzar la población de esta peculiar gaviota asociada a ambientes salinos. 




El camino discurre paralelo a estas balsas gracias a unas maderas instaladas sobre las dunas, aunque en la mayoría del camino se pisa arena. Se trata de dunas fijas, debido a la repoblación de pinos y eucaliptos que se hizo a principios del s.XX para frenar su avance, y sobre ellas también se asientan numerosas especies de plantas adaptadas al sustrato salino. 




A lo largo de ese pequeño recorrido se encuentran un par de casetas de observación, donde se pueden observar, en esa época, un buen número de aves como, gaviotas, avocetas, flamencos, cigüeñuelas, garcetas, archibebes, agujas, chorlitejos, charrancitos, etc. que descansan o se alimentan en un pequeño lago formado por las lluvias, debido a la baja permeabilidad del suelo y el alto nivel freático. 




También existen dos diferentes torres de observación desde las que se pueden observar por completo las Salinas del Pinet. Además, a escasos metros de la primera torre de observación, podemos acceder por esa senda a la bellísima playa del Pinet que se encuentra delimitada por un sistema dunar móvil, que va cambiando en función del viento, dado que en él ya desaparecen los árboles y la vegetación. 




Pero centrándome en la protagonista de esta entrada, la Gaviota picofina (Chroicocephalus genei) decir que pertenece al Género “Chroicocephalus” y a la Familia “Laridae”, que incluye tres especies de gaviotas clasificadas antes en el Género “Larus”. Parece ser que el término “Chroico” probablemente derive del griego “Chroa”, que significa el color y de “cephalus” que en griego se designa a la cabeza. Por su parte el segundo término de su denominación científica, “genei” se debe al naturalista italiano Giuseppe Gené. 




A ese Género “Chroicocephalus” también pertenece nuestra Gaviota reidora​ (Chroicocephalus ridibundus, antes denominada "Larus ridibundus", con la que se ha llegado a establecer un cierto parecido no sólo en lo físico, sino también en lo referente a su hábitat y costumbres, como luego veremos. 




Se trata de una gaviota de tamaño medio que presenta una longitud de 40 a 44 cm y una envergadura de 100 a 112 cm. No existe dimorfismo sexual en esta especie. 




El plumaje de adulto en la época reproductiva (nupcial) es el más característico de la especie y en él lucen el manto (dorso) de color gris claro, siendo las primarias más externas blancas con la puntas negras. Como es habitual entre las gaviotas, el plumaje de adulto lo adquieren tras la muda del segundo verano. 




Las partes ventrales tienen el plumaje de color blanco, aunque en el pecho adquiere unos suaves tonos rosados que se hacen más marcados en la época reproductiva.




En esa época, la cabeza es totalmente blanca (sin caperuza), aunque en la temporada invernal se las puede apreciar ocasionalmente, una tenue mancha auricular. En este sentido, me parece curioso comentar que, aunque carece del característico capirote oscuro, esté encuadrada en el grupo de las gaviotas encapuchadas (Chroicocephalus). 




En los ojos, el iris es de color amarillo intenso y se encuentra rodeado de un fino anillo ocular rojo.




Pero el rasgo más significativo de esta especie y del que, en teoría, toma su denominación común, es el pico. Se trata de un pico largo y más apuntado que el de otras gaviotas. Tiene un color rojizo intenso que, visto a larga distancia, aparenta ser negro. Curiosamente, a pesar de esa denominación común, no es más fino que el de otras especies. 




Sin duda esa impresión de pico fino, lo favorece el hecho de que sea de mayor longitud y apuntado, pero también el que tengan la frente más alargada (menos abultada) y el cuello muy largo cuando lo extienden completamente.




Las patas son largas y de un color rojo coral oscuro, similar al del pico. En la temporada invernal, ambas partes (pico y patas) adquieren una tonalidad roja más clara.




Los ejemplares juveniles, por su parte, presentan las partes ventrales blancas sin los matices rosáceos. 




El dorso es de color gris claro pero presentan una amplia banda alar más oscura, compuesta por las coberteras alares marrones y las rémiges terciarias negras 




Los juveniles presentan en la cabeza una mancha auricular de color marrón. 




En esta edad, el pico y las patas adquieren un color anaranjado pálido. 




Las principales características morfológicas que la diferencian de la Gaviota reidora las podemos resumir en: 

.- Tamaño de la G. picofina ligeramente mayor (10%), de formas más estilizadas y con las alas algo más largas. 

.- Ausencia de capirote oscuro en la G. picofina (negro en verano en la G. reidora) y tan solo una tenue mancha auricular (si la tiene) en invierno (más marcada en la G. reidora). 

.- Partes ventrales algo rosáceas (verano) en la G. picofina y totalmente blancas en la G. reidora. 

.- Punta del pico oscura muy pequeña o ausente en la G. picofina. 

.- Longitud del pico y de la frente algo mayor en la G. picofina. 

.- Iris amarillento intenso con un fino anillo ocular rojizo. En la G. reidora, iris oscuro siempre. 

.- Manchas alares de un marrón más tenue en los ejemplares del primer año (juveniles) en comparación con las de la G. reidora. 

.- Patas algo más largas en la G. picofina. 

.- Por último, la G. picofina tiene un hábitat y costumbres muy similares a la G. reidora, pero es más costera cuando no cría. En zonas mediterráneas es mucho más inusual que la reidora. 




La Gaviota picofina posee una voz muy parecida a la de la Gaviota reidora, pero más intensa, melodiosa y nasal. Los adultos profieren voces en largas series durante las que repiten, entre 6 y 10 veces, un sonoro “kraah” rematado por un “krerr” de tono más alto.



Nidifica de forma muy localizada y dispersa en algunos puntos de la cuenca mediterránea, pero su área de distribución incluye los mares Negro y Caspio, Asia Menor y Oriente Medio hasta el río Indo, así como el norte de África. Las colonias más numerosas están en Ucrania, Rusia y Turquía, así como en las costas Atlánticas de África, sobre todo en Mauritania y Senegal. 




En nuestro país se reproduce regularmente en unas pocas localidades, sobre todo en Cataluña (delta del Ebro), Comunidad Valenciana (Santa Pola, La Mata-Torrevieja, salinas del Pinet y albufera de Valencia), Murciana y Andaluza (Punta Entinas-Sabinar, Parque Nacional de Doñana, marismas del Odiel y humedales asociados a la desembocadura del Guadalquivir entre Huelva, Sevilla y Cádiz). También cría esporádicamente en las islas Canarias (Fuerteventura), pero ha desaparecido como reproductora en la laguna de Fuente de Piedra (Málaga). Los múltiples anillamientos llevados a cabo en los últimos años a esta especie parecen confirmar el carácter filopátrico de la especie. 




La mayoría de la población de Gaviota picofina se comporta como un ave parcialmente sedentaria, ya que durante el invierno solo una parte de la población reproductora permanece en las proximidades de las colonias de cría, mientras que el resto se encamina hacia otras regiones costeras (no del todo bien conocidas) a variable distancia. 




Sus hábitats para llevar a cabo la reproducción son los humedales salobres, zonas costeras especialmente en salinas y con menor frecuencia, en arrozales. No es una especie pelágica, y es raro verlas en el mar lejos de la costa (costera). 




Su alimentación es a base de pequeños crustáceos, insectos y pequeños peces, que captura por sus propios medios o que obtiene en forma de carroña. 




Desde el punto de vista de un aficionado a la fotografía de aves, resulta muy interesante el hecho de que estas gaviotas acostumbren a capturar su alimento mediante pequeños vuelos que saliendo del agua, acaban en picado, o sumergiendo la cabeza en el agua mientras nadan. 




También a menudo las podemos observar realizando distintos tipos de cabriolas que hacen para conseguir su alimento, nadando con el cuello curvado, elevándose, o haciendo pequeños picados, que te permiten capturar imágenes con posturas interesantes.




Se trata de una especie muy sociable, que para reproducirse se agrupan en colonias mixtas con otras gaviotas, charranes y limícolas, preferentemente sobre islotes arenosos con vegetación halófila. Construyen su nido directamente en el suelo, en zonas despejadas o con alguna vegetación dispersa.




El nido consiste en una pequeña depresión bien delimitada en sus bordes por abundantes excrementos, que el ave dispone sobre suelo blando o arena y que tapiza someramente con restos vegetales. La puesta es de 1-3 huevos que son incubados por ambos sexos en igual proporción durante unos 22-25 días. Los polluelos son cuidados por ambos progenitores y acostumbran a agruparse en guarderías que son vigiladas por varios adultos. 




La Gaviota picofina es un ave muy escasa y localizada en nuestro territorio, que, además, resulta particularmente sensible a la alteración de los hábitats donde se asientan sus colonias. Los principales peligros a los que se enfrenta la especie tienen relación con la alta depredación que sufren sus puestas y polluelos por parte de otras especies (ratas, gatos, córvidos, jabalíes y otras gaviotas mayores), así como con la gestión hídrica inadecuada de los emplazamientos de cría, la contaminación de las aguas por vertidos y las molestias ocasionadas tanto por animales salvajes y domésticos como por el hombre.




A la Gaviota picofina se la incluye en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Vulnerable” y aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

2 comentarios:

  1. Una gaviota que nunca he visto. Muy hermosa y curiosa. Enhorabuena por el bimbo. Un saludo.

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    1. Muchas gracias Jose. No había visto tu comentario hasta ahora. Saludos.

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