miércoles, 13 de noviembre de 2019

Las proezas de unas limícolas muy viajeras, y ésta con un gran pico con forma de media luna. Zarapito trinador (Numenius phaeopus). Algaraván Piqueñu.

Siempre que me pongo a escribir una entrada dedicada a un ave limícola, inevitablemente, el centro de atención se deriva inmediatamente a las proezas que estas increíbles aves realizan un par de veces al año en sus periplos migratorios, y en especial en el postnupcial cuando las condiciones climáticas son, en muchas ocasiones, sumamente desfavorables. 



Esto me ocurrió cuando se la dedique al Correlimos tridáctilo (Calidris alba) que titule como “Una de las aves que más kilómetros recorre durante las migraciones” (enlace) ya que esta pequeña limícola tiene su zona de cría en torno al Ártico, en las costas septentrionales de América del Norte, Groenlandia y norte de Asia (área circumpolar ártica) y de allí se desplazan a invernar a la zona meridional de Sudamérica, África del Sur y tropical e incluso Australia y Nueva Zelanda. También hay invernantes en Europa y en la cuenca mediterránea. Se estima que viaja una distancia de entre 3.000 a 10.000 km desde sus lugares de cría a sus sitios de invernada. Casi nada para el tamaño que tienen. 




Lo mismo me ocurrió cuando le dediqué una entrada a la Aguja colipinta (Limosa lapponica) y que titule como “El ave que ostenta el récord de vuelo más largo sin paradas” (enlace) en la que relataba que un ave de esta especie realizó el vuelo más largo sin paradas que ninguna otra ave había conseguido. Para comprobar esto se realizó un seguimiento por satélite, de varias de estas aves que previamente habían sido marcadas y dotadas de un mini transmisor de localización por satélite y alimentación solar. En el primer viaje registrado (marzo 2007), se hizo su seguimiento desde Nueva Zelanda hasta el Mar Amarillo en China y según el Dr. Clive Minton (del Australasian Wader Studies Group) "La distancia entre estos dos lugares es de 9.575 km, pero la ruta real seguida por esta ave fue de 11.026 km”. Éste es el vuelo más largo sin paradas conocido en algún ave. El vuelo duró aproximadamente 9 días. Más tarde (mayo 2007), fue una hembra en especial de la bandada, apodada "E7", la que voló desde China hasta Alaska (6.500 kilómetros restantes) de una segunda tacada y permaneció allí durante la estación de cría. 




Por último, recientemente (junio 2019) disfrute publicando la entrada que titulé como “El ave migratoria que rompió todos los récords y que se ve afectado por el cambio climático” (enlace) refiriéndome al bello Correlimos gordo (Calidris canutus) con su plumaje nupcial y en ella contaba la historia de un ejemplar de esta especie anillado con la referencia “B95”, que fue ampliamente difundida por la BBC Mundo. 




A lo largo de sus travesías anuales de ida y vuelta entre el Ártico canadiense y la argentina Tierra del Fuego, “B95” había sumado ¡una distancia mayor que la que hay entre la Tierra y la Luna! ya que se calcula que tras sus, aproximadamente 20 años de vida, esta ave había recorrido una distancia aproximada de más 600.000 km. A modo de referencia comentar que de la Tierra a la Luna hay una distancia de 384.400 km. 




Con un peso promedio de 300 gr, tamaño variable de entre 15 a 30 centímetros, en sus travesías anuales recorren aproximadamente 32.000 km (ida y vuelta, desde el hemisferio norte al sur, sin apenas descanso). Algunas de estas aves son capaces de volar 8.000 km o más, sin parar para descansar o alimentarse y atravesando posibles tormentas y huracanes. Se convirtió, de esta manera, en una verdadera leyenda en el mundo de la conservación, por lo que se le bautizó también como “Moonbird” (ave de Luna). 




Siguiendo ese hilo conductor, la entrada que hoy publico va dedicada a un ave limícola, el Zarapito trinador (Numenius phaeopus), al que en las costas del norte de España estamos bastante acostumbrados a ver, ya que son invernantes habituales y también muy comunes durante los pasos migratorios. No obstante, he querido dedicarle a esta interesante ave limícola una entrada en mi blog aprovechando la serie fotográfica que a finales del verano (06/09/19) me permitió realizarle en la playa de Bañugues (Gozón. Asturias). 



Pero lo que realmente me ha motivado a publicar esta entrada se ha debido a que hace unos días tuve la oportunidad de leer al respecto del seguimiento por vía satélite que se pudo realizar a un Zarapito trinador (Numenius phaeopus) en el Centro de Biología de la Conservación, del Colegio de William and Mary. Ese centro es una universidad pública situada en la localidad de Williamsburg (Virginia. EE.UU) y, curiosamente, es la segunda universidad más antigua de los Estados Unidos, solamente por detrás de la mucho más popular, Universidad de Harvard. 



Se trataba de un Zarapito trinador que le “bautizaron” con el nombre de “Hope” (“Esperanza”, en español) tras ser capturado y posteriormente anillado y equipado con un transmisor de radio por satélite por biólogos de ese centro. Esto ocurrió el 19 de mayo de 2009, mientras realizaba una parada migratoria en la península de Delmarva en la costa este de Virginia. 



Salió de Virginia el 26 de mayo y voló a la costa occidental de James Bay, localizada en el extremo sur de la bahía de Hudson en Canadá (ambas consideradas como parte del océano Ártico). Permaneció en esa bahía James Bay durante 3 semanas antes de volar al Delta del río Mackenzie en los Territorios del Noroeste de Canadá cerca de Alaska y luego al Mar de Beaufort del Océano Ártico, donde permaneció durante más de 2 semanas antes de volar nuevamente a la Bahía de Hudson. 



“Hope” se estuvo en la Isla de South Hampton, en la parte superior de la Bahía de Hudson, durante 3 semanas antes de partir de nuevo en un vuelo hacia el sur sin escalas de más de 5.700 km sobre el Atlántico abierto a St. Croix en las Islas Vírgenes en el Mar Caribe (Estados Unidos), donde pasó los meses de invierno. Es decir, en menos de un año, Hope viajó más de 29.000 km. 



Desde entonces, se pudieron rastrear sus movimientos migratorios, incluido lo que se convertirá en su tercer viaje exitoso de ida y vuelta entre sus zonas de reproducción en el Delta del río Mackenzie en Canadá y sus zonas de invernada en St. Croix de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos. 



En total, fue rastreado recorriendo más 80.000 km de ida y vuelta, cuatro veces entre su lugar de reproducción en el río Mackenzie en el extremo oeste de Canadá y su sitio de invernada en Great Pond. Entre otras, se llegó a constatar que viajó por el Atlántico cubriendo aproximadamente 2.678 km en menos de 2 días. 



“Hope” se convirtió en una representación viva de los desafíos que enfrentan las aves limícolas migratorias durante todo el ciclo anual y, lamentablemente, fue una de las muchas víctimas del huracán María. 



Las evoluciones de “Hope” aparecieron en una página web que permitió al público seguir sus movimientos. Como cabía esperar, rápidamente atrajo multitud de seguidores, desde biólogos especializados en aves limícolas, a observadores de aves y grupos escolares de todo el mundo. Con el tiempo, “Hope” se convirtió en embajadora de las aves migrantes que realizan tremendos vuelos sin escalas, se desplazan grandes distancias sobre el Atlántico abierto, navegan con precisión para hacer escalas y muestran una gran fidelidad a su sitio de reproducción, su sitio de invernada y varias áreas de descanso y alimentación. 



Uno de los eventos más dramáticos durante su carrera de rastreo fue en agosto de 2011, cuando después de despegar de South Hampton Island en Hudson Bay para hacer un vuelo sin escalas a St. Croix se encontró con la tormenta tropical Gert sobre el océano abierto frente a la costa de Nova Escocia. Consiguió volar a través de la tormenta durante 27 horas contra vientos en contra tremendos alcanzando una velocidad de 14 km/h pero luego de atravesar el centro del huracán fue impulsada por el viento para alcanzar cerca de los 150 km/h. Cuando sobrepasó la tormenta, inmediatamente giró a la derecha hacia Cape Cod, demostrando un alto grado de conciencia situacional. Después de un período no planificado para “repostar”, continuó hacia su territorio de invierno en Great Pond. Su alta fidelidad a Great Pond fue un factor importante en la preservación del hábitat alrededor del sitio, lo que demuestra el valor de una celebridad, pero también ilustra la gran importancia de las acciones locales para los movimientos de conservación más grandes. 



A través de esos seguimientos por satélite esos científicos pudieron documentar siete vuelos de más de 5.600 km, incluyendo cuatro vuelos continuos sin paradas de entre más de 6.100 y 6.900 km sobre el Océano Atlántico desde Canadá a Sudamérica. 



El vuelo de más de 6.900 km le llevó al ave 145 horas, desde el Golfo de St. Lawrence hasta el noreste de Brasil. De ida y regreso entre sus sitios de reproducción y destinos durante el invierno, ¡esas aves hacen viajes circulares de más de 20.000 km por año!". 


Conectar a los niños con la naturaleza es un elemento vital de la misión de conservación. La historia de Hope se inmortalizó en el libro " Hope is Here", escrito por la conocida autora infantil Cristina Kessler de St. John. El libro cuenta una historia de conservación a los niños y se ha utilizado como una herramienta de enseñanza en las Islas Vírgenes de los EE. UU. A través del libro, “Hope” se convirtió en un símbolo tangible de conservación para las muchas especies que migran miles de kilómetros entre las zonas de reproducción y de invierno. 


Durante un corto período de tiempo, al vivir su fascinante vida, “Hope”, sin saberlo, enseñó a los científicos lecciones importantes sobre los requisitos de los zarapitos durante el ciclo anual, educó a la comunidad en general sobre los desafíos que enfrentan las aves migratorias, demostró que las acciones locales pueden contribuir a movimientos internacionales, y dejaron un legado que educará a los niños por generaciones. 



El Zarapito trinador (Numenius phaeopus) es un ave limícola “Charadriiforme” perteneciente a la familia “Scolopacidae” de un tamaño mediano-grande que viene a medir unos 40-42 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 89 cm y un que puede alcanzar los 430 gr. 



Como muchos ya sabéis es muy similar al mucho más escaso Zarapito real (Numenius arquata), pero de menor tamaño tanto corporal como de su característico largo y curvado pico. 

Zarapito real
Zarapito real
Un largo y curvado pico, que parece desproporcionado para nacer en una cabeza tan pequeña que es de color blanquecino con un intenso rayado de color marrón. 



El píleo es de color marrón oscuro con una línea pileal media más clara. 



Destaca en la cara una ceja blanquecina, así como una gruesa línea facial (brida) de color marrón oscuro que va desde el pico hasta la parte posterior de la cabeza e incluye al ojo en su parte media. 



El cuello es largo y al igual que el pecho son de color blanquecino con abundantes listas de color marrón. 



Presentan la parte superior del cuerpo de color pardo salpicado de motas blanquecinas, excepto el obispillo que es de color blanco. En la subespecie “Numenius phaeopus hudsonicus” (Zarapito de Hudson o Americano) el obispillo y la cola son de color de marrón con manchas blancas. 



Las alas son de color pardo salpicado de motas blanquecinas y cuando las extienden se puede apreciar en ellas una franja blanca en su zona posterior. 



Los flancos son blancos y están algo barrados de marrón. 



Tanto el abdomen como la zona caudal son de color blanco. 



El pico es largo y delgado, está curvado hacia abajo y es de color carne en la base de la mandíbula inferior y negruzco en el resto. El pico del Zarapito trinador se parece al del Zarapito real pero es más corto y a diferencia del de éste, tan sólo se curva abruptamente hacia abajo cerca de la punta. 



Esa característica forma de su largo pico queda reflejada en su denominación científica ya que la etimología de “Numenius phaeopus” proviene del los términos Numenius de Neo = Nuevo y Mene = Luna. Es decir, “luna nueva”, en clara referencia a la forma de media luna de su pico. Por su parte “Phaeopus” proviene de “Paios” = sombrío, gris, pardo y “Pous” = pie. Esdecir, “pie oscuro”. 



Los ojos tienen el iris de color marrón oscuro y están rodeados por un fino anillo periocular de color blanco. 



La cola es de tamaño medio y estrecha; es de color blanco con un difuso barrado transversal de color marrón oscuro. 



Las patas son largas, de color gris azulado y tienen los dedos ligeramente palmeados. 



Si lo observamos en vuelo se puede apreciar el color pardo en las partes superiores, con los extremos alares algo más oscuros, el obispillo blanquecino en forma de cuña y la cola con un difuso barrado transversal. 



En esta especie apenas existe dimorfismo sexual ya que tan solo, como sucede en el caso del Zarapito real, la longitud del pico resulta más largo en las hembras. 



Los ejemplares jóvenes tan solo se distinguen de los adultos en que las plumas de las partes superiores presentan unas muescas más claras que las de los adultos y en que el tamaño del pico es más corto en los jóvenes. 



Otra singular característica de esta ave es su canto tipo “piipp-puppu-piipp” que queda reflejado en su denominación común “trinador” por su semejanza con un trino silbante.


El Zarapito trinador tiene una amplia distribución en el hemisferio norte ya que se reproduce en Norteamérica, Islandia, norte de Europa y norte de Asia. Durante la invernada se desplaza considerablemente al sur, pues llega a alcanzar los extremos meridionales de América, África, Asia y Oceanía. 


Se han descrito varias subespecies: 

.- Numenius phaeopus phaeopus 

.- Numenius phaeopus alboaxillaris 

.- Numenius phaeopus ariegatus 

.- Numenius phaeopus hudsonicus (Zarapito de Hudson o Americano)


El Zarapito trinador no se reproduce en nuestro país pero son invernantes habituales. También son comunes durante los pasos migratorios en los humedales costeros del norte de España, los litorales de la fachada cántabro-atlántica, así como en la bahía de Cádiz y en el archipiélago canario. Su presencia es escasa en Baleares y en el litoral mediterráneo. El paso postnupcial por la Península tiene lugar entre julio y septiembre y el prenupcial en abril y mayo. 



En lo referente a sus hábitats preferidos decir que cuando les observamos en nuestro país (migración e invernada) se encuentran fundamentalmente en las costas rocosas y fangosas, playas, estuarios, marismas, pastizales, campos inundados. En época de cría también aparece en la tundra. 



Se alimenta de insectos y larvas, gusanos, lombrices, arañas peces, cangrejos, crustáceos, moluscos. Consume también plantas, semillas y pequeñas bayas. 



El periodo de reproducción abarca el periodo entre los meses de mayo y julio. Su área de reproducción se localiza en áreas septentrionales del hemisferio norte: en Norteamérica, Islandia, norte de Europa, Islandia y norte de Asia. Durante la invernada se desplaza considerablemente al sur, pues llega a alcanzar los extremos meridionales de América, África, Asia y Oceanía. 



Construyen el nido en terrenos abiertos, cerca de la costa, aprovechando alguna pequeña depresión del terreno a la que recubren con material vegetal. La puesta se compone normalmente 3-4 huevos y la incubación dura 28 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, ya que a las pocas horas de nacer abandonan el nido. 



Las principales amenazas que se han descrito para esta especie son las molestias humanas y la caza ilegal, así como la transformación y destrucción del hábitat, tanto de reproducción como de invernada. Aparece calificado como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario