miércoles, 6 de noviembre de 2019

La gran belleza de un ave con un pico muy especializado. Ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus). Llevantallámpares.

Este periodo de migración otoñal no está siendo malo en cuanto a la presencia en la costa central del Principado de Asturias de una bella peculiar ave limícola, el Ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus). De hecho a lo largo del mes de octubre hemos podido disfrutar de la presencia de varios ejemplares tanto en la ensenada de LLodero (Avilés), donde se han podido observar hasta tres ejemplares juntos, como en la playa de Bañugues (Gozón) en donde pude localizar al protagonista de esta entrada el día 24 del pasado mes de octubre. 




Fue a media tarde de un día bastante nublado con la marea bastante alta y terminando de subir. La gran ventaja era que no había ni un alma que con esas condiciones climáticas se dignase a dar un paseo por esa preciosa playa. 




Como acostumbra a ser habitual, en el extremo más arenoso de la playa descansaban un nutrido grupo de gaviotas de las denominadas grandes y entre ellas destacaba la presencia inconfundible de un Ostrero euroasiático. Tranquilamente se desplazaba por la zona intermareal alimentándose ocasionalmente y sorteando cada poco las pequeñas olas que mansamente llegaban a la orilla para, de esa manera, evitar mojarse. 




Un poco más tarde decidió dejarse superar por esas pequeñas olas y aprovechar para bañarse y acicalar su plumaje. 




El momento y las circunstancias eran de lo más propicio para intentar realizarle un reportaje fotográfico, pero con la gran dificultad que suponía intentar aproximarse a campo descubierto, a su localización. Además, de esa dificultad para aproximarse, es conocido que se trata de una especie de ave bastante tímida y recelosa, que ante la mínima aproximación de cualquier ser humano o animal (en especial los perros), acostumbra a desaparecer de la escena para buscar otros lugares más tranquilos. 




Para colmo, el hecho de estar acompañada de un buen nutrido grupo de gaviotas, era otra gran dificultad, ya que a la mínima aproximación saldrían volando en grupo y, lógicamente, arrastrarían al Ostrero. 




Ante semejante situación la única posibilidad de poder llevar a cabo ese reportaje pasaba por hacerse lo que yo denomino “una croqueta”, es decir echar cuerpo a tierra e ir reptando poco a poco hasta alcanzar una distancia prudencial que te permita pasar desapercibido, no alarmar a ninguna ave, y poder obtener alguna fotografía decente, aunque luego tengas que realizarlas un recorte aceptable. 




El problema es que al no llevar la ropa o el atuendo necesario para esas tareas, la “pingadura” iba a ser curiosa, pues la arena y las abundantes algas (ocle) estaban mojadas y la arena de la playa se te pega e impregna toda tu ropa y parte del equipo fotográfico, quedando en su conjunto a algo parecido a una auténtica croqueta. 




Moviéndome a ras del suelo poco a poco pude ir obteniendo distintas poses de esta peculiar ave limícola sin que tanto ella como sus vecinas gaviotas se intimidaran y aceptaran mi distante presencia con cierta tranquilidad. 




Tras acicalar en repetidas ocasiones su plumaje y echar algún sueñecito que otro, decidió trasladarse poco a poco hacia la zona rocosa empujado, en cierta manera por la marea que no paraba se subir. 




Allí compartió posición con una Garceta común y posteriormente con un Chorlito gris que llego volando a su posición y con el que pasó el resto de tiempo en que yo me mantuve en la playa. 




He de reconocer que realizar fotografías a aves en el roquedo o pedrero de esa playa cuando la marea está subiendo y rompen las olas a escasa distancia, a mí particularmente me encanta, ya que le proporciona un entorno muy bello y natural. 




En esa situación, poder apreciar como la subida de la marea iba invadiendo las rocas y hacía desplazarse a las aves a lugares más seguros, es sumamente atractivo y una gran oportunidad para realizarles fotografías. 




Si además tienes la oportunidad de verlas adoptar diversas posturas cuando, cada cierto tiempo, acicalan su plumaje o simplemente deciden echar un sueñecito, el disfrute es notable. 




Eso sí, tienes que tener una gran paciencia para permanecer durante largos periodos inmóvil, tirado en la arena mojada, para así pasar desapercibido. Concretamente, a mi las cervicales se me quedan al “pil pil”, ya que tienes que aguantar inmóvil tumbado a ras del suelo, cargando con un pesado teleobjetivo y a la vez teniendo que enfocar, a duras penas, mirando por el visor de tu cámara. 




Tras ser desplazado de nuevo por la subida de la marea, el Ostrero con su fiel escudero, el Chorlito gris, decidieron trasladarse de nuevo a la arena de la playa pero ahora en una zona donde abundaban grandes cantidades de ocle en cuyo interior siempre encontraban algún que otro insecto del que alimentarse. 




Un bello escenario también para poder realizar fotografías a ras del suelo, buscando los bellos desenfoques de los alrededores para concentrar la visión en el ave, pero que termina de rematar las molestias por las posturas que tienes que adoptar para obtenerlas sin alterar la tranquilidad de las aves. 




En el mes de febrero del pasado año (enlace) tuve la oportunidad de poderle dedicar una anterior entrada a mi blog a esta interesante ave y fue allí donde pude plasmar con bastante detalle la increíble habilidad que esta especie tiene para obtener su alimento de los moluscos bivalvos y de la cual proviene, de alguna manera, su denominación científica y común. Todo ello gracias a su especializado pico que utilizan como si de una especializada herramienta se tratara. Os recomiendo que echéis un vistazo a la misma. 




Con esta nueva entrada creo haber conseguido complementar aquel reportaje en el que se ponía claramente de manifiesto su gran habilidad con su especializado pico, mostrando ahora, de una mejor manera que entonces, la belleza y características anatómicas de esta bella y singular ave. 




El Ostrero euroasiático (“Haematopus ostralegus”) es un ave limícola que, en contra de lo que acostumbra a ser habitual en este tipo de aves, es inconfundible y su correcta identificación no ocasiona la más mínima duda, cosa nada corriente en otros casos de limícolas, sobre todo, si se hace a cierta distancia. 




Perteneciente al orden de las “Charadiformes”, fue descrito científicamente por Carlos Linneo en 1758, con el mismo nombre que en la actualidad, “Haematopus ostralegus”. El nombre de su género, “Haematopus”, es la combinación de los términos de origen griego “hematos” (de αἷματος) «sangre» y “pus (πούς) «pie», en referencia al color rojo de sus patas. En cambio, su nombre específico, "ostralegus", proviene de las palabras latinas “ostrea” «ostra» y “legere” «elegir», en alusión a su alimentación de moluscos. 




El Ostrero euroasiático es una especie politípica, aunque en nuestro país sólo nidifica la subespecie nominal. Es, de las seis especies de Ostrero existentes en el mundo, la más ampliamente distribuida y se reconocen las siguientes subespecies de él: 

- "Haematopus ostralegus ostralegus", que se extiende por Europa occidental y del norte 

- "Haematopus ostralegus longipes", se encuentra en Europa central y oriental 

- "Haematopus ostralegus osculans", desde Kamchatka en el Lejano Oriente ruso y el norte de China (extremo oriente) 

- "Haematopus ostralegus finschi", Nueva Zelanda 




También es interesante comentar que en nuestro país, concretamente en las islas Canarias, existía otra especie similar, ahora extinta, el Ostrero negro canario (“Haematopus meadewaldoi”) que era endémico de esas islas. Se trataba de un ostrero muy parecido al Ostrero euroasiático pero que, al igual que los anteriormente descritos, tenía el plumaje completamente negro. En el pasado se le llegó a considerar como una subespecie del Ostrero euroasiático o del Ostrero negro africano (H. moquini), pero más tarde se le consideró como una especie independiente dado que presentaba rasgos morfológicos suficientemente diferentes como para distinguirlo de esas dos especies, ya que la primera no tiene variedades completamente negras, y la segunda tiene patas más rojas, alas más largas y pico más corto, además de tener limitada su distribución al extremo sur de África. 




El Ostrero euroasiático es un ave limícola de gran tamaño que viene a medir entre 39-44 cm de longitud con una envergadura que puede alcanzar los 83 cm. Su peso puede llegar hasta los 700 gr. Existe un mínimo dimorfismo sexual en esta especie. Son aves muy longevas que pueden vivir cerca de los 15 años, aunque se tiene constancia de ejemplares anillados de hasta 30 años y más de edad.




Su plumaje en general, produce un fuerte contraste entre zonas negras y blancas. 




Tienen la espalda y el dorso de color negro brillante (azabache), a excepción del obispillo que es de color blanco. 




También son de color negro la cabeza, el cuello y su ancho pecho. 




Además, con su plumaje de invierno (no reproductor), en la zona del mentón, presentan una banda blanca a modo de un fino collar incompleto, que es mucho más llamativa en los jóvenes (completo). En plumaje nupcial el collar blanco desaparece. 




Por su parte, el vientre y los flancos son de color blanco níveo. 




El dorso de las alas, cuando le vemos en reposo, por la parte superior son de color negro con una amplia franja blanca subterminal que va desde las secundarias interiores hasta las primarias medias y que se va estrechando distalmente, siendo especialmente visible cuando está en vuelo. 




Las alas por su parte inferior son de color blanco con una franja negra en su borde posterior que se corresponde con el extremo de las plumas primarias y de las secundarias. 




Su cola es ancha, redondeada y de color blanco con una gruesa franja terminal de color negro. 




Los ojos son de color rojo oscuro y el anillo ocular de color rojo anaranjado. 




Pero tal vez, lo más llamativo de esta ave sea su gran pico, largo y delgado que es de color rojo anaranjado intenso. En la época nupcial el pico toma una coloración más rojo bermellón. 




Las patas son cortas y de color rosáceo (carne) y en la época nupcial adquieren un color rojo más intenso (coral). 




Las hembras se parecen bastante a los machos pero ligeramente más grandes que éstos y se diferencian por poseer un pico algo más largo (8 cm) y más fino que el de los machos (7,6 cm). 




Los jóvenes por la parte superior son de color pardo oscuro en vez de negros y la coloración más apagada. La cabeza y el cuello son de color negro apagado. Las plumas de las partes superiores tienen unas estrechas orlas claras y pueden presentar unas manchas blanquecinas en la parte inferior del cuello. 




Los ojos son de color marrón y la punta del pico negruzca. Además estos juveniles tienen las patas de color grisáceo. 




Los individuos de primer invierno tienen un plumaje similar al juvenil, pero sin las orlas claras y con un fino collar blanco, como ya comenté anteriormente. La franja caudal negra es más estrecha que la de los adultos. Fotografías de ostreros en la ensenada de Lodero (Avilés), el 04/11/19.




El Ostrero euroasiático es un ave bastante ruidosa que emite un estridente “kip-kip” acelerado a modo de trino, y que cuando forman grupos, lo emiten a coro. El reclamo de vuelo es un “tui-tui” bastante aflautado.




Su vuelo es peculiarmente rápido y directo, apreciándose, cuando lo hace, lo conspicuo de su plumaje. 




El Ostrero euroasiático (“Haematopus ostralegus”) se distribuye ampliamente por Europa, Asia y África. En Europa se reproduce fundamentalmente en Islandia, las costas de Escandinavia (N de Noruega, Finlandia), de Gran Bretaña (mar del Norte) e Irlanda, anidando incluso en zonas del interior de Escocia y en la región S del Báltico. 


La población reproductora en nuestro país es bastante escasa (unas 50 parejas), circunscribiéndose fundamentalmente al delta del Ebro y también pero en menos cantidad, a ciertas localidades costeras de Galicia, Cantabria, costa occidental de Asturias y Cataluña (franja costera que va desde el Delta del Ebro hasta Francia). El núcleo más importante se sitúa en el Delta del Ebro. 


Durante el invierno, a esta población residente habitual, se le añade otra (unas 2.000-3.000 aves) debido a que una parte de la población europea es migradora y pasa el invierno en las costas meridionales del continente (incluida la Península Ibérica) y en el norte de África. 


Son las costas cántabro-atlánticas (fundamentalmente en Galicia y en las marismas del Guadalquivir) las que acostumbran a elegir estas aves durante la época de paso, donde por lo demás, pueden aparecer algunas aves veraneantes, algo que no ocurre en la costa mediterránea. 




El Ostrero es el ave nacional de las Islas Feroe. Su utilización como símbolo nacional feroés se remonta al año 1805, cuando el escritor Páll de Nólsoy compone la obra "Balada de las aves", donde el Ostrero representa la resistencia feroesa frente al colonialismo danés. 




El hábitat preferido por estas aves limícolas para nidificar son las playas arenosas apenas visitadas por el hombre, estuarios, complejos dunares con escasa vegetación, isletas en marismas, salinas, así como islotes accesibles durante la bajamar, en el límite inferior de los acantilados e, incluso, en campos de cultivo. 




Para alimentarse acuden al litoral marino, en especial donde las mareas son intensas, ya que se alimentan cuando baja la marea, y también en los estuarios fangosos de los ríos. 




En esas áreas costeras su dieta se compone principalmente de moluscos, tanto bivalvos (mejillones, almejas, navajas y berberechos), como no bivalvos (caracoles marinos, lapas, etc.). También comen pequeños crustáceos, como son los camarones y los cangrejos. En áreas interiores, se alimentan fundamentalmente de insectos, gusanos y lombrices de tierra. 




Dotado de su largo y potente pico es un consumado especialista a la hora de romper las duras conchas de los moluscos (mejillones o berberechos) y crustáceos que suelen componer su dieta. También desarrollan una especial habilidad para despegar les llampares (lapas) de la roca (en Asturias se le conoce como el "Llevantallámpares") y para introducir el pico entre las valvas de los bivalvos, cortando los músculos aductores para provocar la separación de las conchas y vaciarlos en un instante. 




A pesar de su nombre común, las ostras no forman una gran parte de su dieta, aunque sí se encuentra entre las pocas aves que son capaces de abrir sus conchas, por lo tanto, todavía hacen honor a su nombre. 




Habitualmente localiza las presas visualmente, pero también utilizan su pico, muy sensible al tacto, para alimentarse en la oscuridad mediante el tacto y para sondear en el lodo en busca de gusanos o lombrices. 




Además, los ostreros tienen otra curiosa costumbre, puesto que frecuentemente han sido observados grupos de ellos que recogen entre el limo o la arena de los estuarios, al bajar la marea, conchas de almejas, berberechos y mejillones, acumulándolos formando pequeños montones, conducta que no parece tener una explicación para los humanos, pero que, cuando se encuentran estos grupos de cáscaras y conchas, juntas, nadie se imagina que el recolector ha sido un pájaro. 




El Ostrero euroasiático es un ave gregaria que forma bandos más o menos grandes que se alimentan y descansan en la costa, andando ágilmente de un lado a otro de las playas. También nada con facilidad e incluso puede sumergirse en el agua, sobre todo si están huyendo de algún depredador. 




Realizan un curioso cortejo nupcial durante el cual, uno o varios ejemplares, se disponen en “corro” y comienzan a correr apuntando la cabeza y el pico abierto hacia el suelo y lanzando gritos penetrantes.  




Su periodo reproductivo abarca entre los meses de abril y junio, aunque se puede prolongar hasta septiembre. Durante esta época de cría desarrollan una conducta muy agresiva. Se emparejan por toda la vida y la fidelidad a sus lugares de reproducción es muy grande. 




Ambos sexos construyen el nido realizando o aprovechando alguna oquedad del suelo, generalmente al descubierto o entre vegetación rala, que delimitan con conchas y pequeñas piedrecillas y ocasionalmente también con algo de vegetación. La puesta se compone de 2-3 huevos y la incubación, que es llevada a cabo por ambos sexos, dura entre 28-32 días aproximadamente. Los pollos son alimentados por ambos padres y las crías al poco tiempo de nacer abandonan el nido (son nidífugas), volando aproximadamente a las 4 semanas. 




La principal amenaza de esta especie se debe a la disminución del hábitat adecuado y a las molestias que sufre en los lugares de cría por la presencia de personas, perros, gatos, zorros, que ocasiona que los padres abandonen temporalmente el nido, lo que facilita la depredación de huevos y pollos por parte de la Gaviota Patiamarilla y de córvidos. 




Las poblaciones reproductoras de Ostrero en nuestras costas, en los últimos años, ha presentado una tendencia a la baja, posiblemente debido al aumento de la población humana y lo frecuentadas que son todas las playas, impiden a los ostreros establecerse para criar. No hay que olvidar que el largo periodo de cría de esta especie, coincide en buena parte con la época de turismo estival. 




En los países donde se reproducen en mayor cantidad, la excesiva abundancia de ostreros en lugares donde la industria de moluscos es un importante medio de las economías locales, se estima que el Ostrero causa graves perjuicios y con frecuencia son considerados como rivales, siendo perseguidos por los explotadores de viveros que aprecian poco su competencia. Esta situación se planteó recientemente en varios países europeos y en Gran Bretaña se ha autorizado la eliminación por cualquier medio de varios millares de estos pájaros. El Ostrero fue un ave cinegética hasta su inclusión en el Catálogo de Especies Amenazadas de 1980, motivada por la aplicación del Convenio de Berna que la considera especie protegida desde 1979. 




En España el Ostrero euroasiático aparece incluido en el Libro Rojo de las aves de España, en la categoría de “Casi amenazado” y se le considera “De Interés Especial” dentro del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. En la actualidad, figura en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Fauna Vertebrada del Principado de Asturias, como especie Sensible a la Alteración de su Hábitat.

2 comentarios:

  1. Desde luego tu técnica de la croqueta te ha dado unos grandes frutos en unas imágenes excelentes. Este pasado puente he podido disfrutarlos en el sur y, ami, particularmente, me encanta. Gran entrada. Un saludo.

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  2. Muchas gracias José. Tan amable como siempre. Me alegro que te gusten. Saludos cordiales.

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