Desde hace unos días los aficionados al “pajareo” de Asturias hemos estado muy activos acudiendo a observar y fotografiar a una preciosa ave limícola que está considerada como una rareza en nuestro país y que procede del continente americano, me estoy refiriendo al Chorlitejo culirrojo (Charadrius vociferus).
Según tengo entendido, fue localizado por el gran Manuel Antonio (Toño) Suárez Caballero en la zona de Peñas (Gozón. Asturias) a las 12:00 h del día 17/11/2019. Y digo grande, no solo por su gran estatura y corpulencia, sino también por su gran capacidad para conseguir observar y fotografiar aves que otros muchos somos incapaces de localizar por mucho que lo intentemos una y otra vez. Vaya desde aquí mi más sincera enhorabuena.
A las pocas horas de tener conocimiento de esa observación, un buen número de aficionados nos desplazamos al lugar de avistamiento y con relativa facilidad pudimos localizarle en una zona de rastrojos de maíz, de las muchas que abundan en ésta época por la zona.
Como acostumbra a ser frecuente en el caso de estas rarezas americanas, su comportamiento en todo momento fue muy confiado, llegando incluso a acercarse por sí mismo a la zona limítrofe en donde nos habíamos situado varios aficionados, lo cual nos facilitó notablemente el poderle observar y fotografiar con detalle, aunque quiero aclarar que la mayoría de las fotografías que aquí aparecen, han sido recortadas en mayor o menor medida, para así poder apreciar con más detalle la belleza de ésta particular ave.
Según se comentaba entre los que allí nos encontramos, se trataba de un ejemplar del primer invierno y era el primer avistamiento de ésta especie en Asturias y creo que el quinto en España (lista de rarezas de la SEO para 2018), la mayoría de ellos en la comunidad gallega.
Como acostumbro a realizar a la hora de publicar una entrada en mi blog, en cuanto he tenido un rato de tranquilidad y he podido editar las fotografías obtenidas en el campo, me he puesto a realizar una revisión bibliográfica de ésta interesante y para nosotros, rara especie, y lo primero que me ha llamado poderosamente la atención es la denominación que se le ha dado a ésta especie en inglés y la correspondiente traducción a nuestro idioma español. Esa denominación en inglés es la de “Killdeer Plover”, ósea, “chorlito asesino”.
Inmediatamente me pude informar que esa denominación proviene del estridente y aullante grito que emiten con mucha frecuencia (incluso de noche) y que suena como "kill-deer" que recuerda al emitido en la matanza de venados. Un aspecto, el de ese grito, que también ha quedado reflejado en anteriores denominaciones que tuvo, como la de "chorlito parlanchín" que le puso Mark Catesby en su Historia Natural de Carolina, Florida y las Islas Bahamas, o en su propia denominación científica actual como “Charadrius vociferus” cuya etimología deriva del término griego antiguo “kharadrios”, un pájaro que se encuentra en barrancos y valles de ríos ("kharadra", barranco), y del latino “vociferus” proveniente de "vox", llorar, y "ferre" , soportar.
Tuve la oportunidad de poder escuchar su llamada de alarma, un trino largo y rápido, tipo “kee-di-di-di", cuando me encontraba por la zona y, según me comentaron las personas que en ese momento lo estaban observando y fotografiando, fue atacado por un Cernícalo vulgar que le hizo volar y abandonar la zona donde habitualmente se movía, y la verdad es que era bastante llamativo.
El Chorlitejo culirrojo es un ave limícola “charadiforme” de la familia “Charadiidrae” propia de América en donde es bastante abundante, pudiéndole observar con frecuencia en hábitats muy humanizados como, parques, campos de golf o de atletismo, parkings, etc., donde tolera sin problemas la cercana presencia humana.
De tamaño algo mayor al de nuestro Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), vienen a medir entre 23-26 cm de longitud, con una envergadura que puede alcanzar los 63 cm y un peso de hasta los 90 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie, aunque las hembras son algo mayores que los machos.
Cuando observas de cerca a este chorlitejo, puedes apreciar que sus partes superiores son de color pardo grisáceo, excepto el obispillo que es de color rojizo brillante y cuya característica le proporciona su denominación común como “culirrojo”.
Lo más llamativo de sus partes anteriores es la presencia en su pecho, por debajo de la garganta (blanca) y del collar blanco del cuello que lo rodea por completo, de dos anchas franjas horizontales negras separadas por una intermedia de color blanco, la primera de ellas a modo de collar. En las hembras las bandas del pecho tienden a ser más marrones que las del macho.
La parte inferior son totalmente de color blanco.
El píleo es de color marrón y el cuello es algo más largo que el del Chorlitejo grande.
En la parte superior de la cara destaca sobre su fondo marrón, una lista blanca que, partiendo por debajo del ojo, se dirige hacia delante uniéndose a una mancha blanca que se encuentra en la zona frontal junto a la base de la mandíbula superior.
También, destaca una estrecha franja negra que se une al ojo y que se prologa por detrás de él formando una lista ocular y que se sitúa por encima de la mancha blanca de la frente.
En la parte lateral de la cara también se puede apreciar la presencia de una ceja blanca que se prolonga hacia la nuca. La mitad inferior de la cara es de color blanco.
Tienen un pico algo más largo que el del Chorlitejo grande y que es de color totalmente negro, delgado, recto y puntiagudo.
Otra característica bastante llamativa en esta especie es la presencia de unos grandes ojos de color rojo intenso con una gran pupila negra.
La parte superior de su cola es de color marrón oscuro con las puntas de las plumas y las rectrices externas de color blanco. Es bastante larga y tiene forma de cuña.
Cuando lo podemos ver en vuelo se puede apreciar la presencia de una banda alar ancha de color blanco.
Las patas son medianamente largas y son de color rosáceo parduzco (carne).
Los ejemplares jóvenes son muy parecidos a los adultos, aunque por la parte superior tienen las plumas bordeadas de color ante y la banda negra superior del pecho está incompleta.
Como comentaba al principio se distribuye por todo el continente americano, desde el sur de Alaska y Canadá hasta Perú y el extremo norte de Chile. Las poblaciones más septentrionales migran para pasar el invierno en áreas situadas entre Estados Unidos y Colombia.
Se han descrito tres subespecies:
.- “C. v. Vociferus” (nominal), que se encuentra en los Estados Unidos (incluido el sureste de Alaska), el sur de Canadá, México, y con algunos terrenos menos extendidos más al sur, hasta Panamá. Pasa el invierno en el noroeste de América del Sur.
.- “C. v. Ternominatus”. Esta subespecie se encuentra en las Bahamas, las Antillas Mayores y las Islas Vírgenes.
.- “C. v. Peruvianus”. Es la subespecie sudamericana que se encuentra en el oeste de Ecuador, Perú y el extremo noroeste de Chile.
En nuestro país están considerados como una rareza ocasional habiendo sido observado sobre todo en la comunidad gallega.
Sus hábitats son muy variados y van desde la taiga, a los bosques, campos costeros y praderas urbanas. Acostumbran a frecuentar lugares abiertos y llanos con vegetación muy baja como son los pastizales, campos de cultivo, campos de golf, tierras de labor, graveras y también en las marismas, en las riberas de los ríos y de los depósitos de agua, en los bosques de coníferas o caducifolios, en los bancos de arena e incluso en los jardines.
Su alimentación se basa fundamentalmente en insectos (coleópteros y dípteros), gusanos y otros invertebrados, ocasionalmente también comen semillas y bayas.
Su período reproductivo es variable dependiendo de su localización, pudiéndose realizar entre los meses de marzo-junio en la parte sur de su área de distribución, desde mediados de abril hasta mediados de julio en la parte norte, o durante todo el año como sucede en las zonas del Caribe. Pueden llegar a efectuar dos puestas por temporada.
El nido en sí mismo es simplemente una depresión poco bordeado por algunas piedras y briznas de hierba. La puesta se compone normalmente de 4 huevos y la incubación dura 26 días aproximadamente y es llevada a cabo tanto por el macho como por la hembra. Ellos incuban sobre todo por la noche, ya que durante el día se ocupan de defender el territorio. Las crías son nidífugas, a las pocas horas de nacer abandonan el nido aunque siguen siendo atendidas por sus padres durante unos 22 días más.
Al igual que hacen otras especies de chorlitejos, estas aves cuando sienten su nido amenazado por algún depredador, realizan llamadas de alarma para atraer la atención del depredador y se alejan del nido simulando estar heridas. Cuando consiguen su atención, dejan caer el ala como si estuviera rota y giran su cola hacia el depredador, mostrando el “amenazador” color rojizo de la grupa. Posteriormente, se agachan, inclinan sus alas y bajan la cola.
La simulación del ala rota puede alejar a los depredadores de un nido pero no impide que las vacas o los caballos pisen los huevos. Para protegerse de los grandes animales con pezuñas, otro comportamiento de defensa que utilizan, es esponjarse, levantar sus alas, exponer su grupa rojiza, bajar la cabeza y atacar al intruso para intentar que cambie su camino. Obviamente, este método puede llegar a ser fatal para el chorlitejo.
Esta ave está clasificada como de preocupación menor por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), debido a su gran población y amplia distribución. Su población está disminuyendo, pero esta tendencia no es lo suficientemente grave como para que sea considerado como una especie vulnerable.
Estupenda la información. Yo me entero cuando ha pasado todo.
ResponderEliminarBuen reportaje
ResponderEliminarUn saludo!
Muchas gracias. Saludos.
ResponderEliminarGenial exposición. Enhorabuena y gracias.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMuchas gracias Salvador. Eres muy amable. Saludos.
ResponderEliminarMagnifico reprtage
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