Como todos los años por estas fechas (noviembre, diciembre), fieles a su cita, nos visitan en las costas cántabro-atlánticas un pequeño número de correlimos oscuros (Calidris maritima) para pasar el invierno huyendo de los frías zonas norteñas de la tundra ártica, donde se reproducen.
Aunque una parte de la población europea se queda a invernar cerca de los territorios de reproducción, otra migra hacia las costas atlánticas europeas, llegando una pequeña parte de estos ejemplares hasta la península Ibérica, que constituye su límite meridional.
Aunque a los que vivimos en localidades costeras del cantábrico o del atlántico norte (Galicia), su presencia nos resulta relativamente familiar, lo cierto es que a un buen número de aficionados al pajareo del territorio español, les parece un ave limícola un tanto desconocida y rara.
Se trata de una limícola que habita y cría en la tundra y las islas del Ártico en Canadá, Groenlandia y las zonas costeras del noroeste de Europa (Noruega, Islandia) y que tiene establecido en nuestras costas del norte, su límite sur del área de invernada, siendo de todas las limícolas europeas, la que tiene establecida esa área más al norte.
Pero a mí la característica que más me gusta de esta curiosa limícola, es que a diferencia de otros componentes del género, no suele frecuentar playas, marismas o ensenadas, sino que tiene preferencia por ocupar los lugares más expuestos al embate de las olas de acantilados, roquedos de playas, espigones y rompeolas.
Allí podemos observar cómo se alimentan compulsivamente de invertebrados mientras corren adelante y atrás sobre las rasas intermareales, al ritmo que marca el oleaje. Todo un espectáculo digno de observar y que en ocasiones acaba en algún que otro remojón.
No me canso de observarlos como prospectan meticulosamente cada centímetro de roca, incluidas hendiduras y huecos, en busca de invertebrados, adoptando unas posturas casi imposibles mientras esquivan una y otra vez los golpes de las olas.
Esa actividad frenética la desarrollan fundamentalmente en bajamar que es cuando más fácilmente pueden encontrar su alimento en los limos y algas de las rocas, aprovechando las pleamares para descansar.
La mayor parte de ellos son ejemplares juveniles del año que, según se ha podido saber por los estudios realizados en zonas de invernada próximas a la nuestra (Francia y sur del Reino Unido), proceden del archipiélago ártico de Canadá situado en el extremo norte del continente americano.
Acostumbra a compartir sus zonas de alimento con el Vuelvepiedras común (Arenaria interpres) del que se puede diferenciar fácilmente.
En mi caso particular cada temporada suelo observarlos y fotografiarlos en el espigón de San Juan, a la entrada de la ría de Avilés, y en el pedrero de la playa de San Lorenzo de Gijón, un lugar privilegiado para la observación y fotografía de aves limícolas y de otras aves marinas como gaviotas, charranes, garcetas etc.
Son aves gregarias que durante la invernada acostumbran a constituir pequeños grupos (2-8 ejemplares), aunque durante la migración forman bandos mucho más numerosos.
El Correlimos oscuro es una limícola perteneciente a la familia “Scolopacidae”, género “Calidris” de mediano tamaño y aspecto rechoncho que vienen a tener una longitud de entre los 20-22 cm y una envergadura de hasta los 46 cm. Su peso ronda los 80-85 gr. No existe dimorfismo sexual en esta especie.
Cuando nosotros los vemos (fuera de la época reproductiva) las partes superiores son de color gris pardusco oscuro y aspecto escamoso, ya que los bordes de las plumas son algo más claros.
La cabeza (sin ceja), el cuello (muy corto) y el pecho son de color gris oscuro.
El pico es de tamaño medio, está ligeramente curvado hacia abajo y es de color amarillo en el tercio próximo a la base y negro en el resto.
Las plumas primarias y secundarias son de color pardo oscuro. Cuando le vemos en vuelo se puede apreciar una estrecha franja alar de color blanco. También son de color blanco las “axilas” y los bordes del obispillo.
Los flancos presentan un conspicuo estriado oscuro.
Por la parte inferior son de color blanquecino con manchas pardo grisáceas.
La cola es corta, es de color pardo grisáceo oscuro con los bordes blanquecinos.
Durante la época reproductiva (nupcial) presentan el dorso de color pardo negruzco con tonos purpúreos y con los bordes de las plumas de color blanco.
En el píleo tienen múltiples estrías de color marrón oscuro.
La cara es blanquecina con muchas estrías parduzcas y con una mancha parduzca en las auriculares, además hay una brida marrón oscura entre la base del pico y el ojo.
En esta época la garganta, el cuello, el pecho y los flancos son blancos con gran cantidad de pequeñas manchas de color pardo.
Por la parte inferior son de color blanco con algunas manchas marrones.
El pico es de color naranja en el tercio próximo a la base y negro en el resto.
Las patas en esta época son de color amarillo verdoso.
Los jóvenes tienen un gran parecido a los adultos en invierno diferenciándose de ellos fundamentalmente por tener los márgenes de las plumas mucho más claros, dándoles un aspecto más escamoso. El manto y el píleo son de color herrumbroso. El jaspeado del cuello, pecho y flancos es más fino y difuso que el de los adultos. Las patas y la base del pico son de color naranja.
Su reclamo en vuelo es una especie de “quit” o “qui.it” y su voz de alarma es un “pihihihi”, sonoro y rápido.
Sus áreas de cría se distribuyen en torno al Ártico, en las costas septentrionales de Norteamérica, Groenlandia, Islandia, Escandinavia y los confines más norteños de Asia. Una parte de ellos permanece en las mismas zonas durante la invernada y otra se desplaza ligeramente al sur hasta la zona más septentrional de la península Ibérica.
En nuestro país los podemos encontrar habitualmente durante los pasos migratorios en la Península (costas cántabro-atlánticas) y más raramente en las costas del Atlántico andaluz. Ocasional o accidentalmente pueden verse en el resto de nuestras regiones litorales, incluidas las Canarias.
Como ya vimos anteriormente durante la invernada y los pasos migratorios su hábitat se encuentra en las zonas de la costa más abruptas y más azotadas por las olas como son los acantilados, roquedos, rompeolas, muelles, etc.
Durante la época reproductiva se encuentran en las zonas con poca vegetación de la tundra.
Se alimentan fundamentalmente de crustáceos, insectos, moluscos y otros pequeños invertebrados marinos pero durante la época de cría también comen alimentos de origen vegetal.
El periodo reproductivo lo llevan a cabo entre los meses de mayo a julio. Construyen el nido con forma de copa en las oquedades del suelo y lo recubren con hojas secas de sauce y plumas. La puesta se compone normalmente de 3-4 huevos. La incubación dura 21 días aproximadamente. Las crías son nidífugas, al poco de nacer abandonan el nido.
Las principales amenazas que inciden negativamente sobre esta especie son la destrucción de sus hábitats, especialmente por las edificaciones construidas en la costa. El Correlimos oscuro aparece en la categoría “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
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